El CEO de Renault, Carlos Ghosn, en la Feria del Motor de Frankfurt (Efe).

El divorcio entre Red Bull y Renault no es ningún secreto en el paddock de la Fórmula 1, pero, por si quedan dudas, el presidente de Renault, Carlos Ghosn, se ha encargado de confirmarlo.

Lo hizo ayer en la Feria del Motor de Frankfurt, donde Ghosn afirmó sin rodeos que no piensan seguir siendo un proveedor de motores en la Fórmula 1:

«Ya hemos avisado a las autoridades de la Fórmula 1 para que no cuenten con nosotros como proveedor de motores. Hemos dicho claramente que esto se ha terminado»

Aunque el contrato que los une a Red Bull termina a finales de 2016, todo parece indicar que la relación puede romperse al final de la presente temporada. Ganas de separarse hay por las dos partes.

En Renault se han cansado de ser blanco de las críticas de Red Bull, que acusa al fabricante francés de todos sus males (no sé qué haría si trabajara este año con Honda). Ghosn lo ha expresado muy bien en la revista Autosport:

«Desafortunadamente, cuando ganábamos campeonatos del mundo, el nombre de Renault nunca se mencionaba, pero cuando surgen problemas, es el primero en ser señalado. Desde un punto de vista económico hemos visto que el retorno de la inversión es muy débil para nosotros»

Las opciones de Renault pasan por comprar el equipo Lotus y volver a competir como escudería al completo o dejar definitivamente la Fórmula 1.

Las de Red Bull pasan por encontrar otro proveedor. Tras intentarlo sin éxito con marcas externas a la Fórmula 1, como filiales del Grupo Volkswagen (Audi, Porsche), BMW, o la británica Aston Martin; parece que al final tendrá que optar por alguno de los actuales fabricantes. Mercedes se ha negado, así que solo le queda Ferrari (Honda lo descartamos por razones obvias).

PD. Si la FIA/FOM no hace nada para frenar la hegemonía de Mercedes, como liberalizar el desarrollo de los motores, corre el peligro de quedarse sin marcas emblemáticas como Red Bull, Toro Rosso, Renault y Lotus. Y posiblemente alguna más.