Fernando Alonso no pudo terminar las 500 Millas de Indianápolis este domingo por culpa de la rotura de su motor, cómo no, Honda.
Pero aunque Fernando no cruzó la meta de la mítica carrera americana, no cabe ninguna duda de que ha sido, junto a Takuma Sato, el gran triunfador de las 500 Millas.
Su excepcional rendimiento, que le permitió liderar la carrera durante 27 vueltas, y algunos adelantamientos de mucho mérito, le han valido el reconocimiento unánime de la prensa deportiva americana, que ya sueña con volver a contar con Alonso en 2018.
Aquí podéis ver uno de esos adelantamientos del español, a Hunter-Reay:
El adelantamiento de Alonso a Hunter Reay para ponerse P1 de nuevo, en vuelta 132. #SAMURAI #Alonso #Indianapolis #Indy500 #AlonsoRunsIndy pic.twitter.com/mvqnbt4W7W
— Bravo Fernando (@BravoFernandoF1) 28 de mayo de 2017
También el público de Indianápolis, unos 300.000 aficionados en las gradas, se puso en pie para ovacionar a Fernando cuando se bajó de su monoplaza roto. Alonso era, sin duda, el favorito del público junto a los pilotos estadounidenses.
Y los elogios al rendimiento de Alonso en las 500 Millas son, evidentemente, merecidos porque siendo un novato (solo tuvo diez jornadas de prácticas) tuvo opciones de victoria hasta que su motor Honda se rompió.
Es más, el derrumbe del propulsor japonés se produjo a falta de 21 vueltas, cuando Alonso rodaba en séptima posición y justo cuando el asturiano estaba preparando un gran ataque final.
De hecho, Fernando había estado ahorrando neumáticos en las vueltas previas para preparar ese ataque a los puestos de cabeza en las vueltas finales. Solo el inefable motor Honda evitó que Alonso se lanzara a por la victoria en el que habría sido seguro un apasionante final de carrera. «Quién sabe dónde habría podido acabar», se lamentó el bicampeón español.
PD. No sé si Alonso habría ganado las 500 Millas, pero estoy convencido de que habría estado en la batalla final junto a Sato y Castroneves si el motor Honda hubiera resistido.