Europa inquieta Europa inquieta

Bienvenidos a lo que Kurt Tucholsky llamaba el manicomio multicolor.

Para lo que habrá quedado Europa en 2030

Leo un informe del think tank FRIDE titulado algo pomposamente Empoderar el futuro de Europa: gobernanza, poder y opciones para la UE en un mundo en cambio. Un título complejo para un análisis interesante sobre lo que puede dar de sí Europa en las próximas decadas.

Todos estos estudios más o menos científicos sobre escenarios futuros hay que tomarlos con mucha prudencia. Normalmente no aciertan, y sí lo hacen es porque algunas de las predicciones que se lanzan son de cajón de madera de pino. No es por malmeter, pero es verdad que a veces, como alguien a dicho por ahí, los think tank (algunos) deberían pasar a llamarse think talk. Porque es lo que, dicen con algo de malicia, básicamente hacen.

Un futuro interrogante para Europa (ARCHIVO)

Un futuro interrogante para Europa (ARCHIVO)

Pero vayamos con este artículo. Hay dos versiones. Una resumida de ocho páginas (en inglés) y el trabajo de investigación completo (también en inglés) de algo más de un centenar. Yo he optado por leerme a conciencia el primero y compararlo por encima con el segundo. No doy para más estos días. Espero que básicamente las claves las haya logrado retener, porque algunas son significativas de lo que puede suceder.

Según los autores del informe, el mundo en 2030 será más frágil. Frágil por varios motivos: la interdependencia económica (aquí difiero, pero no estoy para dar mi opinión), la atomización del poder (supongo que en el sentido de el fin del poder, que le otorga Moisés Naím), el impacto no calibrado de las nuevas tecnologías (bélicas y no bélicas) y los efectos del cambio climático (que da por seguro).

En este horizonte incierto, con micropoderes y cientos de miles de microintereses que conviven en un mismo hábitat finito, Europa habrá de jugar sus bazas, que no serán —dicen los autores— su potencia militar o demográfica, sino su, para hacerlo un poco más de andar por casa, buenrollismo. «Europa debe llegar a ser más un ‘super-socio‘ que un ‘super-poder’. Un actor que sume y ayude a agilizar el comercio, reducir los conflictos y fomentar la investigación. Una maravilla, vamos. Todos querrán tener a Europa de su lado.

La verdad que suena bien. Y ojalá se cumplan estas predicciones. Europa como un consejero mundial, que frene la hybris de las potencias del momento —todavía EE UU y previsiblemente China— y al mismo tiempo sea una referencia de progreso. Suena a cuento de hadas. Una especie de taimado e incruento fin de la historia. Veremos.

 

 

10 comentarios

  1. Dice ser etcnoticias

    Sobre Europa pesa una amenaza que no aparece en este artículo, probablemente porque hace poco que ha salido a la luz. Se trata de varios avistamientos de clones de Paco Marhuenda por todo el continente:
    http://etcnoticias.wordpress.com/2014/02/21/avistados-clones-de-paco-marhuenda-en-varios-puntos-de-europa/

    21 febrero 2014 | 11:00

  2. Dice ser Electroradar

    Supongo que de ese trabajo de lectura profunda de un artículo, y su comparación «por encima» con el otro, solo has podido sacar como conclusion un concepto de «buenrrollismo» resumido en 3 parrafos.

    Vaya futuro mas superfluo nos espera.

    En fin, una pena de entrada. Espero que no te paguen por tu trabajo.

    21 febrero 2014 | 11:03

  3. Dice ser Popoqui

    Seguro que ese futuro será muy bonito si entran otros 1.000 millones de inmigrantes africanos, volveremos a atar los perros con longanizas.

    Además, con tantos paga-pensiones, nos podremos jubilar a los 40 años y cobraremos 2.000 euros como poco.

    21 febrero 2014 | 11:22

  4. Dice ser Sicoloco del casting de Foolyou

    El odio español hacia una Europa que nos empobrece es creciente.

    21 febrero 2014 | 12:36

  5. Dice ser JJ

    Menuda ortografía… totalmente europea, sí señor.

    21 febrero 2014 | 12:41

  6. Dice ser No europedo si europeo

    Europa no es el dinero ni el poder que sostiene a Europa, la gente común serán los pilares. Aquí tiene que haber los mismos derechos Agua basura corriente comida y espacio verde para vivir y un techo para vivir dignamente. Iguales para todos ya que el ser humano vive sobre la tierra., no sobre el dinero. La emigración ay que cambiar por completo el sistema. Y que poner poder y fuerza para que no allá guerras, que puedan tener una vida digna como en Europa agua corriente comida y no ser basurero de nadie. Hoy estamos preparados para poder hacer grandes cosas existe todo lo necesario para ello, solo que el poder quiere mas y el dinero quiere producirse al ritmo de hacer más pobres.

    21 febrero 2014 | 15:58

  7. «Parecía un enfrentamiento “superado”
    Hace unos pocos años, era un tópico poner en duda la vigencia del enfrentamiento izquierda/ derecha. Quizá se trataba de la versión postmoderna del “final de las ideologías” proclamado por Fukuyama tras la caída del muro de Berlín. El capitalismo había derrotado definitivamente a su opositor, y por tanto aparecía como único sistema económico viable.
    El abanico de alternativas quedaba limitado a la posible gestión del capitalismo: más una cuestión de eficacia que de ideología, más técnica que política. A lo más, quedaba un margen para un posible “rostro humano” que permitía diferenciar un centro-izquierda respecto a la derecha, la cual por cierto se autocalificaba de centro-derecha como indicativo de amplio predominio.
    La pregunta “¿qué significa ser de izquierdas hoy en día?” presuponía que no había respuesta contundente en los términos tradicionales de lucha de clases. En todo caso debía buscarse en el eje ético moral: pacifismo, igualdad de género, aborto, respeto a opciones homosexuales,… Con estos ingredientes, se podía tejer ese centro-izquierda a la americana, pero no había espacio para una izquierda radical.

    La voracidad de la derecha
    Quizá Fukuyama hubiera tenido razón si la derecha hubiese sabido administrar su victoria. Pero no ha sido así, y él mismo se ha retractado. Lejos de esa prudencia, la derecha ha abusado de su hegemonía hasta extremos insospechados. No sólo la apropiación de rentas y patrimonio por parte de las élites parece no tener freno, sino que se socavan los pilares fundamentales del pacto social vigente durante buena parte del siglo XX.
    Primero se atacaron los derechos laborales, desde el poder adquisitivo hasta la estabilidad e incluso la sindicación. Después los fiscales, hasta el punto que las rentas de trabajo de las clases bajas y medias pagan más que las altas o que las rentas de capital. A continuación los sociales, poniendo en jaque todo el estado del bienestar, incluyendo educación y sanidad. Y más recientemente, los políticos, prohibiendo referendos y hasta sustituyendo gobernantes elegidos por tecnócratas designados.
    La crisis actual, tanto en su origen como en su presunta solución es el mejor ejemplo de esta voracidad, al mismo tiempo que la excusa para justificar todos los excesos. Tan lejos han ido como para que algunos magnates reclamen pagar más impuestos, o para que gobernantes conservadores quieran implantar la tasa Tobbin unilateralmente. No se sabe si por compasión, o por precaución ante la posibilidad que finalmente la recesión, el paro, la pobreza, la caída de la demanda,…, terminen socavando el propio sistema.
    ¿Por qué este desenfreno depredador, que incluso alguna derecha quisiera limitar? Quizá es la simple borrachera de victoria, ciega a todas las alertas. Quizá es que la esencia del capitalismo es la explotación máxima, hasta donde sepas y te dejen. En todo caso, no parece que la derecha industriosa y prudente pueda frenar a la rampante.

    No hay pacto posible
    Esta radicalización deja sin interlocutor al centro-izquierda pactista antes referido. Cada vez tiene menos credibilidad el discurso del capitalismo de rostro humano a la europea, o la posibilidad de gestionarlo mediante un nuevo pacto social entre una derecha refulgente y una izquierda desarbolada. No se ve el final de las sucesivas reformas laborales, ni de los sucesivos recortes. Y sobre todo no se ve posibilidad alguna de recuperar lo perdido cuando la tempestad amaine, suponiendo que lo haga.
    En el mejor de los casos, Europa va hacia un largo estancamiento o “crecimiento 0”. Por tanto, el problema no será cómo repartir las ganancias, sino cómo redistribuir lo que tenemos : los ricos sólo podrán seguir enriqueciéndose a base de empobrecer a los pobres; los pobres sólo podrán salir de la pobreza quitándoselo a los ricos.
    Sólo queda en pie el discurso de la izquierda radical. De hecho puede esgrimir el “teníamos razón”cuando Maastrich, las privatizaciones, etc., hasta la reforma constitucional del pasado mes de agosto. Esto no arregla la dramática situación de tanta gente, pero legitima y da audiencia a nuestras ideas, como herramienta política de trabajo: está de nuevo bien claro el enfrentamiento izquierda/derecha, y quién está a cada lado».

    por Josep Ferrer Llop,
    ingeniero industrial, es catedrático de matemática aplicada y ha sido rector de la Univ. Politècnica de Catalunya (UPC)
    04/11/12

    22 febrero 2014 | 01:07

  8. Dice ser Pelus

    Tal y como está el patio a día de hoy, me parece una sobrada hacer futuribles a corto-medio plazo, como para hacerlos a largo plazo. Si es una declaración de intenciones me puede parecer muy bonita, pero como tenga la pretensión de ser un vaticinio o previsión, van dados estos del FRIDE. Pero bueno, dentro de 16 años ¿quién se acordará de este estudio para ver si acertaron?

    23 febrero 2014 | 02:24

  9. Dice ser yo

    Es «como alguien ha dicho» y no «a dicho»…qué barbaridad!

    24 febrero 2014 | 13:11

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