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‘Euroscuranto’: una guía útil para comprender el lenguaje propio de la UE

Unos, más o menos despectivamente, lo llaman euroscuranto. Otros, con una actitud más benévola, eurojerga. En la UE hay 23 lenguas oficiales, pero todas tienen un propósito en común: hacer frente a la complejidad conceptual de las normativas y tratados con precisión y, al mismo tiempo, sin que el resultado sea enrevesadamente complicado. No siempre lo consiguen.

No pienso que la UE hable a propósito un lenguaje propio para iniciados, un mentalés malignamente destinado a no ser comprendido por los ciudadanos. Si se ha llegado a esta situación, en la que las propias instituciones europeas reconocen que «a menudo se usan palabras que pueden ser muy confusas», ha sido por acumulación, como casi todo en la Unión Europea.

Dos jóvenes leen el periódico (GTres)

Dos jóvenes leen el periódico (GTres)

La propia página web institucional de la UE tiene un apartado concreto denominado Recursos para editores y redactores que contiene desde una guía en «lenguaje sencillo» de términos comunitarios, un glosario un poco más profundo y especializado hasta un tesauro multilingüe con vocabulario técnico de política, derecho y economía: codecisión, subsidiaridad, flexiseguridad, opting out, método abierto de coordinación… tecnicismos que ya nunca más asustarán a los profanos.

Pero lo que más me llama la atención en este esfuerzo de la UE por ser comprendida y hacerse comprensible es un documento destinado al personal de la Comisión Europea y titulado Cómo escribir con claridad. Dieciséis páginas con recomendaciones para que los funcionarios elaboren informes transparentes. De los consejos propuestos no hay ninguno que no pueda ser aplicado a otras profesiones, sin ir más lejos a la de periodista: piense en el lector, medite antes de escribir, escriba ByS (Breve y Sencillo) y otras perogrulladas que con demasiada frecuencia se olvidan.

El diccionario propio de la UE es muy completo e incluye definiciones curiosas de términos que a priori nacieron como una forma más o menos velada de crítica hacia las mismas instituciones. Van varios ejemplos:

– Déficit democrático: El déficit democrático es un concepto que, principalmente, recoge la idea de que la Unión Europea y sus organismos sufren una falta de legitimidad democrática y que resultan inaccesibles al ciudadano debido a la complejidad de su funcionamiento.

– Eurócrata: Esta palabra, formada a partir de «burócrata», hace referencia a los miles de ciudadanos de la UE que trabajan para las instituciones europeas (Parlamento, Consejo, Comisión, etc.).

– «Bruselas ha decidido…»: En los medios de comunicación se habla a menudo de «Bruselas» para referirse a las instituciones de la UE, la mayoría de las cuales están situadas en dicha ciudad. Las normas de la UE son propuestas por la Comisión Europea pero son el Consejo de la Unión Europea (ministros de los gobiernos nacionales) y el Parlamento Europeo (elegido por los ciudadanos) quienes debaten, modifican y, en definitiva, deciden aprobar o no estas propuestas.

– Euroescéptico: Término utilizado a menudo para referirse a una persona opuesta a la integración europea o que muestra escepticismo con respecto a la UE y sus objetivos.

 

3 comentarios

  1. Dice ser Carla

    Es dificil entender el lenguaje de la opulencia de los cochazos de los eurogestores en la Isla de Lampedusa. ¿Que habrán querido decir?

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    09 octubre 2013 | 19:04

  2. Dice ser Antonio Pérez

    Cuando se enmascara el lenguaje y las ideas con eufemismos lo único que se quiere reflejar es lo contrario de lo que se piensa.
    Palabras grandilocuentes para tiempos pobres.
    De eso en España sabemos últimamente mucho.

    09 octubre 2013 | 23:30

  3. Dice ser Pelus

    Siempre se ha dado el caso de instituciones, grupos sociales, castas (religiosas o no) y otra serie de agrupaciones que enmascaran su actividad de un lenguaje para iniciados con la única intención de dar más importancia a su labor, así como alejarla del resto de los mortales con el objetivo de ser dueños únicos de esa parcela y que los demás, por desconocimiento de esa jerga no se sientan capacitados, ni legitimados a participar de sus asuntos.

    12 octubre 2013 | 00:42

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