Estoy dramatizando Estoy dramatizando

"... no me despiertes, si duermo, y si es verdad, no me duermas". (Pedro Calderón de la Barca, 'La vida es sueño')

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¡Al rico estreno teatral!

Septiembre supone para los teatrófilos el comienzo de una nueva temporada escénica, y siempre viene acompañado de un buen número de estrenos. Este año, servidora ya ha echado el ojo a unos cuantos de la cartelera madrileña que no tiene intención de perderse. He aquí los tres primeros:

Jugadores

Una escena de ‘Jugadores’. (©FotoMarieta)

Jugadores
Estreno: está en cartel desde el 27 de agosto.
Sala: Teatros del Canal (sala Verde).
¿Qué me atrae de ella? Su género: comedia negra. Su argumento: cuatro hombres próximos a los 60 se embarcan “en un juego mucho más peligroso” cuando aparentemente juegan una simple partida de cartas. Y, por supuesto, su reparto de primera: Luis Bermejo, Jesús Castejón, Ginés García Millán y Miguel Rellán.
¿Algo más?: Firma el texto y dirige Pau Miró (Barcelona, 1974), autor también de Llueve en Barcelona o Sonrisa de elefante. La obra se estrenó (con otro elenco) en el Teatre de Salt de Girona en 2011 y en 2012 se programó en el barcelonés Teatre Lliure. Ya ha sido adaptada al italiano, para el Piccolo Teatro di Milano, donde obtuvo un Premio Ubu.

Smiley. Una historia de amor
Estreno: 5 de septiembre.
Sala: Teatro Lara (sala Off).
¿Qué me atrae de ella? La fenomenal acogida que le dispensaron crítica y público en Barcelona, donde se estrenó en noviembre de 2012.
¿Algo más? Esta comedia romántica gira en torno a dos enamorados, Álex y Bruno, que forman una pareja a pesar de lo poco que tienen en común. Guillem Clua (Barcelona, 1973), autor del texto, conocido también por La piel en llamas, ejerce asimismo de director. En Madrid la protagonizarán Ramón Pujol y Aitor Merino.

El largo viaje del día hacia la noche

Mario Gas y Vicky Peña. (Iraya Prod.)

El largo viaje del día hacia la noche
Estreno: 4 de septiembre.
Sala: Teatro Marquina.
¿Qué me atrae de ella? El texto: obra maestra del premio Nobel de Literatura Eugene O’Neill (Nueva York, 1888 – Boston, 1953), fue reconocido con un Pulitzer en 1957; es un drama familiar que transcurre un día de agosto en el Connecticut de 1912 y que tiene al actor de teatro James Tyrone como personaje principal. Y, de nuevo, el elenco: con Mario Gas y Vicky Peña, entre otros.
¿Algo más?: Completan el reparto Alberto Iglesias, Juan Díaz y Mamen Camacho. Dirige Juan José Afonso. Ralph Richardson protagonizó la versión cinematográfica de Sidney Lumet (1962), en la que Katherine Hepburn interpretaba a su esposa.

 

Estas, como decía, son solo las primeras. En cuestión de un par de semanas llegarán Petit Pierre, con Adriana Ozores y Jaume Policarpo, al Teatro de la Abadía; la versión teatral de El hijo de la novia, con Juanjo Artero, Álvaro de Luna y Tina Sáinz, al Bellas Artes; la tragicomedia de Vargas Llosa El loco de los balcones, protagonizada por José Sacristán, al Teatro Español…

Si no la pudisteis ver el año pasado en las Naves del Matadero, por cierto, no dejéis pasar Feelgood, una genial comedia política de Alistair Beaton con Fran Perea y Manuela Velasco, muy bien adaptada y que se representa hasta el próximo día 28 en el Infanta Isabel. (En la web que enlazo encontraréis el calendario completo de gira.)

Pronto os cuento qué musicales tengo apuntados ya en mi agenda…

Dicho queda

3estrellasMierda de artista

Lean los versos que siguen. A continuación, pónganles la musiquilla más tonta que se les venga a la cabeza.

Buenos días, panadero

Hoy me llevo una artesana

¿Son 80? Aquí los tiene

Igualmente. Hasta mañana

¿Ya? Pues sepan que solo la genética, que no se estiró demasiado con mis cuerdas vocales, la vergüenza y la consideración hacia los oídos del tendero me impiden ir a comprar el pan con rima y canturreando.

Sí…, una es musicalera por antonomasia y por eso tira fuegos artificiales (mentalmente, cuestión de logística) las pocas (cuestión de logística también, supongo) ocasiones que se presenta un musical original en español.

Pues, bien, guardaba un par de luces de bengala y algún que otro petardito de cuando vi Pegados, y no se me ha ocurrido mejor motivo para hacerlos estallar que el estreno de Mierda de artista, la nueva criatura de Ferran González, Joan Miquel Pérez y Alícia Serrat.

Si Pegados partía de una historia genial, la de dos jóvenes que se quedan encajados durante un esporádico encuentro sexual en el aseo de una discoteca, esta no se queda atrás. Mierda de artista se basa en la biografía del italiano Piero Manzoni (Soncino, 1933 – Milán, 1963), famoso por vender como arte huevos duros con la huella de su pulgar impresa, por firmar los cuerpos de varias personas y llamarlos ‘esculturas vivientes’ o, sobre todo, por cobrar a precio de oro 90 latas metálicas con excrementos suyos en el interior –hoy se exponen en el MoMA, en el Pompidou, en la Tate… y se ha llegado a pagar por ellas más de 120.000 euros–.

Así que de nuevo tenemos un extravagante punto de arranque y de nuevo también una trama más que consistente para tratarse de un musical. Además de un puñado de temas destacables, como el que interpretan Manzoni y la periodista Paola Pisani la primera vez que están juntos en el taller, el que cantan todos mientras fabrican la Mierda o, mi favorito, el tema central, el más exitoso en ese arte musicalero de ir alimentando las ganas del oído y de ir a más, El arte es colosal. Imperdonables, eso sí, algunas pequeñas dejadeces del libreto: vale que un musical es en esencia relajado, pero siempre se puede evitar rimar «a mí» con «a mí»…

Mierda de artista

Ferran González, Gemma Martínez, Frank Capdet, Nanina Rosebud y Xènia Reguant en ‘Mierda de artista’. (Foto: Jaime Villanueva)

En el elenco repiten Ferran González, impoluto en el papel de Piero Manzoni, Xènia Reguant (Apollonia Avaloni), Joan Miquel Pérez (Agostino Bonalumi) y Gemma Martínez, magnífica como Sofia Canevaro. El contrapunto perfecto a la avasalladora representante de Manzoni lo pone la inseguridad de Paola Pisani, a la que da vida Nanina Rosebud. (Este personaje, el de la periodista, por cierto, tiene uno de los mejores puntos cómicos de la obra cuando explica por qué teme un ataque de lobos.)

En la escenografía se aprecia una notable mejora con respecto a Pegados, queda muy bien resuelta. No se puede decir lo mismo, sin embargo, del vestuario; hay hechuras que están un nivel por debajo de los demás elementos de la producción.

Luego, resulta curioso que de algunas de las fortalezas del espectáculo surjan también algunas de sus debilidades, todas por redundancia. Tiene gracia la primera vez que un personaje maldice la ubicación de un cuadro, tiene más gracia aún que un segundo personaje maldiga la ubicación del mismo cuadro e incluso tiene gracia que lo haga un tercer personaje, pero a partir de la cuarta vez, la cosa se convierte en abuso y pierde toda la fuerza. Ocurre tres cuartos de lo mismo con el metateatro: la capacidad de sorpresa de que los actores ‘abandonen’ sus papeles para referirse a asuntos del montaje es limitada; o das con un buen chiste –que hay alguno, sí– o se acabó la risa. Y con el empleo repetido del humor obsceno… aunque aquí, una vez más, debo admitir que tengo un criterio absolutamente minoritario, porque en mi función las mayores carcajadas del público sobrevinieron de las mayores guarrerías del guion.

Ahora, antes de poner el punto final y de que ustedes piensen que me voy de erudita, es cuando les cuento que Mierda de artista incluye unas cuantas de esas coreografías cursis típicas de comedia musical que encajan con las canciones de tempo más rápido y les confieso que me hacen muchísima gracia, que no me cansan, que me encantan, que me pirran. Hala. Dicho queda.

Autores: Ferran González y Joan Miquel Pérez.

Dirección: Alícia Serrat.

Dirección musical: Joan Miquel Pérez.

Elenco: Ferran González, Gemma Martínez, Xènia Reguant, Nanina Rosebud, Frank Capdet, Joan Miquel Pérez, Eloi López, Paco Weht.

Escenografía: Nil Brullet.

Vestuario: Laia Cambrils.

Coreografía: Marta Tomasa.

Producción: Irene Reig, Kaktus Music.

Sala: Teatros del Canal (sala Verde), Madrid.

La trascendencia de lo ínfimo

Emilia

3estrellas

Disertaba con tino hace un par de semanas David Trueba en El País sobre una idea que me obsesiona: cierto “rídículo” afán del arte por “retratar lo absoluto” o “dar con el sentido de la vida”. Un mal que, desde luego, afecta al teatro.

Y en la antítesis de esa “pretenciosidad” –siempre citando a Trueba– está la maravillosa trascendencia de “lo ínfimo”, algo de lo que sabe mucho Claudio Tolcachir.

Con Emilia, el dramaturgo argentino vuelve a superar desde la “pequeñez del relato” a muchos tratados de antropología. Sale menos glorioso, eso sí, que en sus obras anteriores. Esta es más plana y no le luce tanto el humor negro –¿tendrá algo que ver su adaptación al español de España? –. Los personajes, con todo, poseen la misma profundidad que los de La omisión…, Tercer cuerpo o El viento…, sobre todo el de la niñera protagonista. Y Tolcachir parte de nuevo de una estructura sobresaliente. Una estructura que, además, traslada al escenario a la perfección. En los saltos de espacio y tiempo deja claro que domina el código teatral, y otra vez la escenografía le brinda un maná de posibilidades al texto.

Como debut del autor en la dirección con un reparto ‘ajeno’ para una pieza propia, Emilia también deriva en claroscuros. Está impecable Gloria Muñoz, magnética. Y poco se les puede reprochar a Alfonso Lara, Malena Alterio, Daniel Grao y David Castillo. Sin embargo, los movimientos de unos y otros en escena quedan embarullados, injustificados a veces.

“De Sica contó la historia de la humanidad con un padre, un hijo y una bicicleta”, escribía David Trueba. Tolcachir la cuenta con una abuela, una hija y unos nietos, o con unos compañeros de oficina, o con una pareja de lesbianas y un joven desorientado, o con un aya y el hombre al que crio…

 

– Texto y dirección: Claudio Tolcachir.
Traslación al castellano: Mónica Zavala.
Reparto: Gloria Muñoz, Malena Alterio, Alfonso Lara, Daniel Grao, David Castillo.
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz.
Iluminación: Juan Gómez Cornejo.
Producción: Producciones Teatrales Contemporáneas.
Sala: Teatros del Canal (sala Verde), Madrid.