Estoy dramatizando Estoy dramatizando

"... no me despiertes, si duermo, y si es verdad, no me duermas". (Pedro Calderón de la Barca, 'La vida es sueño')

Archivo de febrero, 2015

Forqué en un barrio humilde cualquiera

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En un barrio humilde cualquiera de una ciudad cualquiera, Margarita García, de unos 60 años, está a punto de perder el trabajo como cajera que le permite sobrevivir y mantener a su hija discapacitada.

Verónica Forqué en 'Buena gente'

Verónica Forqué es Margarita en ‘Buena gente’. (Foto: Javier Naval)

Margarita es millones de mujeres que viven hoy en día en centenares de miles de barrios de decenas de miles de ciudades. Su historia, la de Buena gente, funciona por eso, por su cercanía, porque todos nos hemos cruzado alguna vez con Margarita. También porque pone sobre el tapete una cuestión: ¿existen la suerte o el destino? Y por su estilo, que por momentos recuerda al de Edward Albee en ¿Quién teme a Virginia Woolf?, aunque en tono de comedia.

En realidad, la de Margarita es la historia de Margie. Así la contó David Lindsay-Abaire en Good people. Ahora, su universalidad y una adaptación muy acertada, de David Serrano (que también dirige) la han convertido en Marga en esta producción.

Aquí le da vida una Verónica Forqué a la que le basta con estar comedida para brillar. Y cuidado, que estar comedido en un papel así tiene todo el mérito del mundo: al fin y al cabo se trata de eso, de resultar creíble como una persona corriente. A su lado, la otra gran estrella del montaje, las transiciones, cómo los saltos de una escena a otra se producen como una fusión, con un decorado desapareciendo paulatinamente a la vista del espectador para convertirse en otro mientras continúa desarrollándose la obra.

'Buena gente'

‘Buena Gente’. De izda. a dcha. y de delante atrás: Sánchez, Forqué, Castro, París y Fernández. (Javier Naval)

En el reparto, todos correctos, aunque cabe destacar la versatilidad de Pilar Castro interpretando dos papeles muy diferentes. Cierto que Diego París se atropella, pero le viene que ni pintado al personaje.

Hay algo, con todo, que hace que Buena gente no termine de conmover. Más una carencia que un error, algo que impide que emocione todo lo que podría. Vi perdida a una actriz de la talla de Susi Sánchez, y conociendo la valía y la trayectoria de Serrano me niego a creer que se trate de un fallo de dirección. Esto, sumado a una vacilación por aquí y otra por allá, me hace pensar que le falta rodaje. Comprensible –¡maldita crisis!– si consideramos que cada día ensayo es un día de gastos sin ingresos. Confío en que la propia suma de funciones le terminará por ponerle la guinda de la emoción a este apetecible pastel.

Título original: Good people.

Autor: David Lindsay-Abaire.

Versión y dirección: David Serrano.

Reparto: Verónica Forqué, Juan Fernández, Pilar Castro, Susi Sánchez, Diego París.

Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda.

Iluminación: Felipe Ramos.

Vestuario: Beatriz San Juan.

Producción: Carlos Lorenzo, SOM Produce, Milonga Producciones.

Sala: Teatro Rialto, Madrid.

Variaciones

4estrellasConstelaciones

Recuerdo (tampoco ha pasado tanto tiempo) como cuando estudiaba piano odié a Bach. Además de complejísimas de ejecutar (digamos que nunca he tenido las dotes de Maria João Pires), sus partituras me parecían demasiado técnicas, demasiado matemáticas y faltas de emoción. El colmo ya eran las variaciones: ¡venga a prolongar la tortura dándole vueltas a un tema!

Antes de proseguir y de que a algún entendido se le salgan los ojos de las cuencas, se le levante la tapa de los sesos y/o le dé un infarto de miocardio, aclararé que con los años mi aprecio por la música de Johann Sebastian Mastrop… digooo, Johann Sebastian Bach ha ido en aumento. En serio. Palabrita.

Inma Cuevas

Inma Cuevas. (Kendosan Producciones)

El jueves salí del Teatro Lara con el alma tocada como solo la toca una buena expresión artística, con el corazón contento por haber tenido el gusto de disfrutarla y pensando en Bach. En Constelaciones vi la versión dramatúrgica de las variaciones. La obra de Nick Payne es un deleite formal, una sucesión de escenas cortas cronológicamente desordenadas pero dispuestas de tal forma que en un mismo grupo una cambia solo un poco con respecto a la anterior. Su historia, la historia de amor de una pareja, bien servida, con un conflicto añadido. En el fondo, un precioso juego de posibilidades inspirado en la hipótesis de los universos paralelos y traído a colación de que el personaje femenino trabaja como física cuántica.

Constelaciones

Cuevas y Calvo en ‘Constelaciones’. (Kendosan Producciones)

Lo que hacen los ejecutores de estas variaciones —alabadas sean Talía y Melpómene—, Inma Cuevas y Fran Calvo, es un auténtico ejercicio de virtuosismo. Sin que medie más tiempo que el que se tarda en suspirar, arrancan una escena que tal vez difiere de la precedente en solo un puñado de palabras, en alguna sutileza, pero acometen con éxito la enorme tarea de mudarle el color. (Tiemblo solo de pensar lo infumable que se haría el mismo texto interpretado por actores menos talentosos.) No me extrañaría que alguien se estuviese rifando a Cuevas mientras usted lee estas líneas. De un tiempo a esta parte, no hago más que encontrarme su nombre en todos los saraos teatrenses (un día de estos la RAE me da un sillón… o me manda deportar). Comprensible: tiene una soltura asombrosa, además de una de esas dicciones que deben ser celebradas. Calvo le replica con una verosimilitud muy apropiada.

Pero si estamos ante una producción redonda es porque se ha mantenido la coherencia del juego y el esquema de la pieza se ha trasladado a todos los aspectos. No me sorprendió leer en el programa de mano que hay un responsable de movimiento escénico y coreografía, porque los desplazamientos, las acciones, desempeñan un papel fundamental a la hora de completar estas peculiares variaciones. También la utilería. Todo resuelto gracias a la detallista dirección de Fernando Soto, a quien hasta ahora conocía solo como actor.

Voy a sacarle un pero. El final. Un diez para la canción, muy bien traída, un negativo para la imagen del dado, por obvia.

CONSTELACIONES de Nick Payne 2015 from KendosanProducciones on Vimeo.

Título original: Constellations.

Autor: Nick Payne.

Dirección: Fernando Soto.

Reparto: Fran Calvo, Inma Cuevas.

Movimiento escénico y coreografía: Antonio Gil.

Escenografía e iluminación: The Blue Stage Family.

Vestuario: Aubele.

Producción: Kendosan.

Sala: Teatro Lara (sala principal), Madrid.

Una vez más

4estrellasBits

Solo la genialidad puede lograr que algo tan sencillo como un gesto o un “eeeh” resulte hilarante. Solo la brillantez de una mente (o de tres) capaz de observar lo cotidiano y descomponerlo para luego ensalzarlo.

Pocos más que Tricicle, y ellos de un modo singular, lo consiguen. Una vez más, Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans lo hacen en Bits, estrenado en 2012, probablemente —como ellos mismos destacan en el programa de mano— el espectáculo en el que más hablan.

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El sketch del día de pesca, uno de los mejores de ‘Bits’. (Foto: Juan Carlos Soler)

Bits tiene a internet como nexo, y funciona fenomenal en parte porque el pretexto no deja de ser eso, un pretexto, un vínculo entre sketches. Frente a aquellos otros shows en los que la idea central pesa más, la libertad de estos les hace ganar en agilidad. Así surgen historias descacharrantes, como la del detector de metales, la del día de pesca, la de la manifestación (¡sublime!) o la del casting (bendito sea el uso tricicliano de la palabra si deriva en escenas como la de la morcilla y las lonchas de bacon).

Bits también es el espectáculo de los homenajes. Los propios Tricicle se hacen un guiño a sí mismos rescatando algunos de sus personajes anteriores y rinden tributo a otros artistas y comediantes. (Un puntazo ver cómo se fusionan ambos tipos de humor en el homenaje a Les Luthiers.)

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El homenaje a Les Luthiers, una delicia para fans de Tricicle y los argentinos. (Foto: Juan Carlos Soler)

Como actores, Gracia, Mir y Sans conservan la chispa de siempre. Como creativos, saben interactuar con el público sin abusar. Y respetan el aspecto técnico, cuidando como se merecen la iluminación y el sonido. Sí se le puede exigir más al diseño gráfico en las proyecciones.

Una vez más, para todas las edades, ideologías, sexos, credos… Una vez más, Tricicle.

Nota: No quiero desaprovechar la ocasión de dar las gracias a la pareja que estaba sentada en la fila de delante. Gracias por haberos percatado de que si Tricicle hablan poco en sus espectáculos es para que vosotros expliquéis en voz alta lo que están haciendo. Gracias por comentarlo entre vosotros y, por extensión, con todos nosotros, espectadores vecinos. La función ganó enteros. Muchas gracias.

Guión, dirección y producción: Tricicle.

Actores: Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans.

Producción técnica: Miguel Ángel García.

Escenografía: Paula Bosch.

Iluminación: Luis Martí.

Sonido: Ricardo González.

Vestuario: Marta Wazinger.

Sala: Teatro Compac Gran Vía, Madrid.