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Lo que dice el diccionario NO va a misa

La semana pasada ya estuvimos hablando de los criterios que sigue la RAE a la hora de incluir (o no) según qué palabras en el diccionario. Como vimos, el DRAE no establece las palabras que podemos usar y el significado que debemos darles, sino las palabras que los hablantes usan y los distintos significados que les dan. En otras palabras: la labor del DRAE no es normativa, sino descriptiva.

Saber esto nos ayuda también a comprender que en ningún caso podemos ser talibanes del diccionario, que, si bien establece una serie de pautas mínimas, no puede ser el vademécum de la lengua. Sobre todo, en según qué sectores, cuya especialización y temática requieren comportamientos léxicos diferentes.

Y si no, que se lo pregunten a David Bravo, uno de los mejores abogados de España en lo que a propiedad intelectual y descargas se refiere. David Bravo defendía a un webmaster al que sus denunciantes acusaban de difundir material protegido por copyright. Como la jurisprudencia existente aseguraba que mostrar enlaces a obras protegidas no constituía una difusión de las obras, los demandantes desecharon la definición legal de difundir y optaron por acogerse a la definición del DRAE, intentando, de ese modo, llevar la razón.

El propio Bravo explicaba por qué este aparente cambio de definición no podía ser tenido en cuenta a efectos legales: «Me limitaré a poner un ejemplo. Desde el punto de vista jurídico, el robo es apoderarse de algo ajeno con fuerza, intimidación o violencia, mientras que si la sustracción no se hace de tal modo, se considerará hurto, delito con menor pena que el robo por razones obvias. ¿Imaginan que un juez condena a alguien que realiza un hurto como autor de un robo sólo porque la segunda acepción del diccionario considera sinónimas las dos palabras? Que la definición del diccionario de la RAE considere también robo a ‘hurtar de cualquier modo que sea’ sólo significa que los hispanohablantes usan las palabras robo y hurto indistintamente, no que sean legalmente indistintas.

31 comentarios

  1. Dice ser Wolfran

    Bern, con este ultimo comentario tuyo, acabas de dar la razón a aquellos a quienes intentas quitársela. Evidentemente, por más que se llamen perros a los gatos, el animal seguirá siendo el mismo, sus propiedades físicas no cambiarán, solo la terminología con la que se les nombra. De la misma razón, porque tu no quieras llamar Matrimonio a la unión sentimental entre una pareja del mismo sexo, esto no cambiará que las propiedades de esa unión sean distintas. Y es lógico, que si la gente ya dispone de una palabra que pueda definir este tipo de uniones de una forma coherente con lo que son y con lo que esta palabra conlleva, no inventen nuevos términos para nombrarla. Un matrimonio homosexual es un matrimonio tal y como lo entendemos, se le puede llamar unión, emparejamiento o como quieras, pero a la hora de la verdad la gente, la sociedad, aquellos que utilizan el lenguaje y lo hacen evolucionar, entenderá esta unión, emparejamiento o como quieras llamarlo, como siempre lo ha llamado, MATRIMONIO.

    04 julio 2012 | 13:54

  2. Dice ser Bern

    Pues nada, como queráis, no voy a discutir con débiles mentales. A partir de ahora, las parejas de homosexuales pasarán a llamarse «matrimonio», las parejas heterosexuales se llamarán «amancebamientos» (ya le cambiaremos el nombre también al amancebamiento), los perros se llamarán «codornices», y vosotros los que defendéis todos estos cambios «evolutivos» os llamaréis «grandes eminencias del cretinismo». Ya véis, todo solucionado.

    04 julio 2012 | 13:56

  3. Dice ser noisia

    estas más perdio que la Atlantida, Bern

    04 julio 2012 | 15:01

  4. Dice ser Xeros

    Anda, Bern, deja de hacer el ridículo y vete leyendo algo sobre la palabra matrimonio:
    http://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio

    (se han escrito ríos de tinta acerca del tema por si no te parece sufiente)

    Y cuando acabes de leer, dime cuánto le pagó tu padre a tu madre para concebirte en el seno del matrimonio.

    Con lo anterior no pretendo atacarte, sino manifestar que, si te refieres al origen etimológico de la palabra, lo hagas correctamente.

    La palabra en sí ha cambiado, acéptalo.

    04 julio 2012 | 18:06

  5. Dice ser monocamy

    En fin, la secuencia de falacias justificativas que describe Cross es impecable y sintetiza el recorrido argumentativo de «la gran mayoría de los cuidadanos», de los que parece ser portavoz nuestro querido Bern.

    Pero el propio Bern, que juraría que sólo se representa a sí mismo, yerra al teorizar sobre el origen de las cosas y su refrendo en los conceptos. Un ejemplo: la palabra PERRO podría venir de la onomatopeya «perr…», utilizada por los antiguos pastores para azuzar a sus canes, pues el sonido era similar al gruñido del perro («perrrrr….»). Otro posible origen que se maneja es que derive de la voz griega «pyr», que significa fuego, puesto que estos animales eran considerados de temperamento fogoso.

    Bien ¿qué habría ocurrido, por ejemplo, si los pastores, en vez de usar la onomatopeya «perr..» hubieran usado la onomatopeya «grrrarrt…», que podría representar tranquilamente otro gruñido? pues podría haber ocurrido que esa voz derivase , tal vez, en «gratro» para designar a un perro (que ya no sería perro).
    De modo que el perro es lo que es, como realidad, y la voz «perro» sólo es la manera en la que hemos aprendido a abrir nuestra enorme boca para contarlo, con la cobertura del aire expelido. O, si lo prefieres, «perro» son los dibujitos negros que usamos para representarlo por escrito.

    Supongo que a Bern también le molestará que los ingleses, que nos secundan en idiotez, en vez decir «perro» digan «dog» o no sé qué. Una cosa rara. Qué dog ni qué dog… ¡perro, conio!

    04 julio 2012 | 18:26

  6. Dice ser monocamy

    En cualquier caso y para finalizar, creo que repitiéndome, insistiré: matrimonio no deriva etimológicamente de mujer. No es una mujer lo que sustancia el origen conceptual del matrimonio. Es una MADRE.

    «Matrem muniens» o «matrix munium», dos posibles raíces latinas. «Protección para la matre», «oficio de ser madre», sus significados.

    De modo que lo que legitima conceptual y etimológicamente a una unión llamada así, desde el argumento de los que se inspiran en esas fuentes, ni siquiera es la simple condición femenina, como afirman. Falso. Es la maternidad.

    Aplíquense el cuento, pues, y retiren el título de «matrimonio» a todas aquellas parejas heterosexuales que no puedan tener hijos o que no deseen tenerlos.

    04 julio 2012 | 18:40

  7. Dice ser Bern

    Que nada, eminencias, que a partir de ahora el matrimonio se llamará «gato». No os esforcéis más.

    04 julio 2012 | 19:39

  8. Dice ser Ram Candelar

    Creo que por mucho que os digan que lo vuestro no es matrimonio, seguiréis insistiendo hasta lo infinito. Por tanto, si os hace feliz, allá vosotros. Para mí, matrimonio es un sacramento, ni siquiera una unión intrínseca. La unión de dos cuerpos u objetos es solo una unión a secas. El sacramento del matrimonio se celebra en una iglesia entre un hombre y una mujer, y lo imparte un sacerdote. ¡ Váya empecinamiento, con la cantidad de nombres que existen y solo se os ocurre ése ! ¡ Con Dios !

    04 julio 2012 | 23:59

  9. Dice ser Pere

    Tras leer ese glorioso párrafo de arrancada, llego y me voy de este blog. Dios santo, lo que hay que oir.

    Venga, todos a escribir habión y bertijinoso, que total, la RAE es sólo descriptiva.

    Lo de los acusadores de David Bravo es patético y no tiene nada que ver con la RAE, sino con una argumentación traída de los pelos. Esos abogados merecen que les quiten el título.

    05 julio 2012 | 19:04

  10. Dice ser LuzZz

    No he contestado antes, por que no lo ví, lógico al no conectarme…

    A mi lo que me parece horripilante, son las propuestas de la RAE del mal castellano que usan los castellanos, porque en vez de hacer que la lengua se enriquezca (como hacen los franceses) hacen que se pudra o se degenere:
    Ejemplos: tique, sicología, setiembre, etc… que me parecen una burrada, porque si algunos castellanos no pronuncian la t final de tiquet o ticket, o no pronuncian la p inicial de psicología (como un principio de palabra sordo en la pronunciación), o pronuncien en plan burro «setiembre» en vez de septiembre, me parece una fatalidad del lenguaje, que además muchas universidades ponen en la práctica si es que sale en el susodicho diccionario.

    Vamos, que yo vivo en Andalucía, y la verdad, poner en la RAE tique, sicología o setiembre, es lo mismo que si se pone lo que dice un andalúz común (como yo mismo, que aunque no de nacimiento, soy andaluz adoptado), vamos que si es válido tique, ¿Porqué no podría ser válido el poner andalú, estoy hasta los cohone, o estoy jarto de majaderías? ¿Qué pasa, que los andaluces no hablan castellano y no son válidas sus adaptaciones para el diccionario de la RAE?

    En fin…

    Bueno, y con lo del rollo del matrimonio, no lo entiendo:

    1. Con lo vacías que están las iglesias, y los curas sin aceptar ni mujeres curas, ni matrimonios de distinto tipo, que no tienen como prioridad tener hijos, y por lo tanto practican sexo por «lujuria», tanto heterosexuales como lesbianas o gays. Vamos, que hasta la iglesia desprecia a muchos de los que quieren pertenecer a ella…

    2. En realidad, muchos homosexuales lo que quieren es que se equiparen los derechos a los de los matrimonios, tanto para las parejas de hecho, como para los matrimonios homosexuales o como se les quiera llamar.

    3. Realmente hay gente que no tiene otra cosa mejor que hacer que dar por saco a los demás, ¿qué más les dá a los católicos que se llame matrimonios o sardinas en pepitoria a las bodas del colectivo LGTB? Mira que hay que tener ganas de fastidiar a los demás, en vez de facilitar las cosas y promover el amor en pareja… Además, muchos LGTB también quieren tener hijos, y sin embargo no pueden, y sus parejas no tienen derecho a llamarse tutores si no están casados y tienen hijos de parejas heterosexuales anteriores o por adopción….

    4. ¿Realmente es tan importante este tema para ponerse a discutir sobre él, o lo que se pretende es tener la patente lingüística de la palabra «matrimonio» por parte de los católicos acérrimos? ¿Desde cuándo hay que darle ése poder a los que siguen una religión determinada con una estúpida cosmovisión inventada por ellos, que no por el propio creador de su religión llamado Jesús, que se dedica a excluir a una parte importante de la población por puro capricho o fervor religioso del tipo talibán?

    Por cierto, dejando el tema, y hablando de otra cosa, ¿No os suena realmente antipático el que los catalanes pongan siempre i en vez de y? ¿O que haya un galicismo o anglicismo que hace que en las webs prolifere «mobilidad» con B, en vez de «movilidad» con V, que es comos e ha escrito de toda la vida?

    24 julio 2012 | 01:13

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