Hace unos días, la revista Rolling Stone publicaba un artículo en el que preguntaba a varios músicos sobre su postura de cara a la huelga general de ayer. Entre los más entusiastas defensores del paro, Ramoncín, Love of Lesbian, Depdro o Joaquín Sabina. Y, sin embargo, quienes realmente daban en el clavo eran los legendarios Obús: «Si los músicos tuviéramos que protestar, haríamos huelga todos los días del año», apuntaba su líder, Fortu. No exagera: trabajar en este mundo es sinónimo de precariedad. Los músicos actúan por cantidades de dinero que no llegan siquiera a la categoría de miserable. Conozco técnicos de sonido de salas de renombre que no tienen ni han tenido jamás un contrato ni tienen a nadie que defienda sus derechos laborales. Y sacar adelante una banda conlleva, salvo en contadas ocasiones, perder bastante más dinero del que se ingresa. Esa es la cruda realidad del día a día del músico.
La mini columna de los viernes, que ha salido publicada hoy en la edición impresa del diario.
Buen fin de semana.
30 marzo 2012 | 12:13