Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

Entradas etiquetadas como ‘sectas en kenia’

Las sectas en Kenia: una amenaza para la paz

La existencia de grupos armados que se mueven en la penumbra del poder constituye una de las mayores amenazas para la paz en Kenia.

Aunque aún está por determinar judicialmente el grado de implicación que han tenido en la ola de violencia electoral que conmocionó al país tras las elecciones de diciembre de 2007, no son pocos los especialistas que sitúan a estas sociedades secretas y sectas detrás de algunas de las acciones más brutales.

Su génesis está relacionada con los rituales tradicionales de iniciación de los jóvenes de los distintos grupos tribales. Rituales que suelen incluir el uso de armas, aunque no de fuego.

También parecen tener su razón de ser en la ausencia de acción del Estado en barrios de chabolas y zonas marginales, donde se desempeñan como vigilantes brindando protección a los vecinos y cobrándoles impuestos, del mismo modo en que sucede, por ejemplo, en las favelas de Brasil, tanto por parte de los paramilitares como de los traficantes del Comando Vermelho o Tercero Comando.

Asimismo, se las vincula con la violencia que asola cíclicamente a zonas como Monte Elgon, donde los enfrentamientos se deben a la escasez de tierra.

Si bien la mayoría de ellas fueron prohibidas en 1992, no se descarta que puedan recibir apoyo político. Y existen crónicas periodísticas que denuncian la presencia de estos grupos en actos electorales.

Los mungiki

El nombre de esta secta kikuyu se escucha a todas horas en Kenia. “Los mungiki vinieron por la noche con machetes y nos echaron de nuestra casa”, me dice una familia a la que encuentro en la carretera que conduce a Kisumu, abarrotada en lo alto de un camión junto a sus pertenencias.

Creada en 1980, su nombre quiere decir “multitud”. Y, en teoría, esta organización secreta, cuasi religiosa, busca recuperar los valores africanos tradicionales, que vinculan a la lucha por la independencia otra organización mayoritariamente kikuyu: los mau mau. De ellos han heredado la costumbre de dejarse el cabello largo en lo que luego se dio a conocer por la música reggae como el estilo “rasta”.

Después de la violencia post electoral, aparecieron varias crónicas en los medios de comunicación de ataques de los mungiki, en las zonas de preeminencia kikuyu, a mujeres que llevaban minifaldas. No sólo pretenden que vuelvan a los vestidos tradicionales africanos, además abogan porque regrese la mutilación genital femenina, prohibida por ley en Kenia.

A lo largo del 2007, los mungiki protagonizaron una campaña de terror a través de la decapitación de sus adversarios, a la que el gobierno de Mwai Kibaki – que también pertenece a la etnia kikuyu – respondió con fiereza.

Organizaciones de Derechos Humanos, entre las que se encuentra Aministía Internacional, denuncian la desaparición y tortura de miles de supuestos componentes de esta secta, cuyas actividades fueron descritas exhaustivamente por periódicos como The New York Times.

Los talibán

Compuesto por miembros de la etnia luo, constituye el segundo grupo armado urbano más numeroso de Kenia. Actúa en los distritos marginales de Mathare, Huruma, Baba Dogo y Kariobangi.

Se supone que nació como una respuesta al poder de los mungiki. Si bien no cuenta con juramentos de fidelidad, ni parece tener una agenda cultural, su accionar se basa también en la extorsión de los conductores de matatu (minibuses), en este caso los que recorren Juja Road.

Los miembros de los talibán se reconocen y comunican a través de un código de señasque realizan con las manos. Como armas, emplean machetes y garrotes. Se estima que, tras las fallidas elecciones, quemaron al menos cien casas de kikuyus en Mathare.

El equivalente a los talibán, pero en el barrio de Kibera, son los conocidos como Bagdad Boys. También en este asentamiento marginal tiene una gran influencia la secta Kosovo, integrada además por miembros de la comunidad luhya.

La última gran organización urbana es la que recibe el nombre de Jeshi la Mzee aka Kamjesh, que se diferencia del resto por su composición multiétnica. Y que, al igual que las otras, se articula en base a la extorsión y la fuerza.

En 1992, el gobierno keniano prohibió a 18 grupos armados. No todos pueden ser considerados sectas en el sentido estricto de la palabra, ni actúan de la misma forma ni con el mismo espíritu. El resto, que describiré en la próxima entrada, se desempeña en las zonas rurales.