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Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Uno de cada tres aviones de guerra de EEUU es no tripulado

En este blog fuimos testigos de un hecho sin precedentes: el uso masivo de aviones no tripulados en un conflicto armado. Sucedió en Gaza, en el año 2006, durante la operación Lluvia de verano que el gobierno de Israel lanzó sobre la franja como respuesta al secuestro del soldado Gilad Shalit, llevándose por delante la vida de más de 450 personas, en su gran mayoría civiles.

Avión no tripulado MQ-1 Predator. EEUU ha perdido 38 unidades en Irak y Afganistán. Foto: Reuters.

Semanas más tarde, el mismo fenómeno se repetiría de forma más vasta aún en Líbano, donde Israel lanzaría decenas de drones para realizar labores de inteligencia y ataque durante la conocida como «Guerra de los 33 días» que Ehud Olmert decidió conducir contra Hassan Nasaralá y su Partido de Dios.

El estupor y la sorpresa frente a aquel despliegue de drones lo plasmé aquí, el 28 de noviembre de 2006, en el artículo Aviones no tripulados, los nuevos protagonistas de la guerra.

Historia de un cambio

Desde que el actor británico, y aficionado a la aviación, Reginal Denny vendiera 53 unidades del modelo RP 4 al ejército de EEUU en 1939, para que los artilleros pudieran hacer prácticas de tiro, los aviones no tripulados han formado parte de la industria armamentística y de las estrategias bélicas. Desde el Ryan Firebee en Corea y Vietnam hasta los Pioneer en la Primera Guerra del Golfo.

Sin embargo, los aviones no tripulados recién saltaron a los titulares de la prensa por su capacidad de ataque en noviembre de 2002, cuando un misil Hellfire lanzado desde un Predator alcanzó el todoterreno en el que viajaba por el norte de Yemen Qaed Salim Sinan al-Harethi, supuesto líder de Al Qaeda. Una operación de la CIA que pocos imaginaron en aquellos días que terminaría por convertirse en la norma.

Tan comunes son estos dispositivos ahora, una década más tarde, y tan extendido se encuentra su uso, que uno de cada tres de aviones de guerra de EEUU es un UAV según un informe del Congreso de EEUU del 3 de enero de 2012. Uno de esos Predator, Raven, Global Hawk, Reapers y Sentinels que a diario recorren los cielos de Irak, Afganistán, Somalia y Pakistán.

El crecimiento ha sido exponencial si tomamos en cuenta que en 2005 apenas el 5% de los aviones militares eran drones. En la actualidad hay 7.949 aviones no tripulados y 10.767 aeronaves tradicionales. Eso sí, el modelo más popular es el Raven, con 5.346 unidades, que es sumamente pequeño y portátil, imposible de comparar en costes de producción y mantenimiento con un cazabombardero F22.

Nuevos escenarios bélicos

Como tantas veces hemos escrito en este blog, la guerra ha cambiado radicalmente en el siglo XXI. Ya no se enfrentan estados ni ejércitos profesionales, sino que la violencia se despliega en aquellas zonas donde los gobiernos no tiene poca o nula presencia y grupos insurgentes, mafiosos o terroristas campan a sus anchas.

En este escenario de fronteras difusas, donde la información es casi más importante que la fuerza, los aviones no tripulados cumplen un papel cada día más destacado. Si los EEUU van a la cabeza es en parte gracias a la visión de Robert Gates, hoy ex Secretario de Defensa, que supo adaptar el gasto militar de su país en esta dirección.

Luego viene Israel, que fue el gran precursor de estos ingenios gracias a la labor del ingeniero aeronáutico Alvin Ellis tras la guerra de Yom Kippur. Y después los demás países, que desde Irán pasando por India, Rusia y Turquía, hace años que se lanzaron a conseguirlos.

Una forma de hacer la guerra que también ha levantado criticas por parte de organizaciones de Derechos Humanos, pues acciones como las que se llevan a cabo casi a diario en Pakistán, no dejan de ser una forma de asesinato selectivo, sin juicio ni pruebas. También a nivel de Derecho Internacional, por su sistemática violación de la soberanía de otros Estados, ha sido y es muy cuestionada.

Sobre cómo vuelan los aviones no tripulados: el «call center» de la guerra

Hace unas semanas algunos de vosotros debatíais en este blog sobre la forma en que se pilotan los aviones no tripulados, en especial los Predator que cada día realizan misiones en Irak, Pakistán y Afganistán.

A primera vista podrá parecer un asunto baladí, pero la masiva aparición de estos ingenios robóticos en los cielos no sólo muestra en buena medida cómo se articula la estrategia bélica en estos días, sino que desvela los complejos desafíos a los que la comunidad internacional en cuestiones como la soberanía.

Un escenario que ha cambiado radicalmente en apenas un par de años, principalmente desde la confrontación de 2006 entre Israel y Hezbolá, y que plantea una serie de debates legales y éticos que lamentablemente – del mismo modo en que ocurrió con los cambios tecnológicos durante la primera guerra mundial con la aparición masiva de los tanques y los aviones de combate – tendrá lugar, si lo tiene, después de no pocos hechos consumados.

Más aún si, según afirman expertos de la talla de Peter Singer, estamos apenas en los albores de la gestación – en las primeras etapas de una carrera armamentística en toda regla – de estas aeronaves ausentes de tripulación que en el futuro próximo tendrán un poder mucho mayor de vigilancia (gracias a sistemas como Gongor Stare), de capacidad de destrucción (debido al acelerado desarrollo que está teniendo de misiles que se adaptan a sus características técnicas) y de autonomía (que se espera que alcance su punto culminante para el año 2020).

Estas son algunas de sus principales características:

1. Un sistema integrado

La forma en que está estructurada la base operativa de los aviones no tripulados Predator recuerda en buena medida a los “call center”, fenómeno por antonomasia la globalización: un joven indio, sentado en un cubículo de una multitudinaria oficina en Calcuta que, con un auricular en la oreja, intenta imitar el estadounidense para responder a las dudas que un ama de casa en Kentucky, después de llamar a un número 0800, le formula sobre cómo manejar su nueva lavadora.

Porque los aviones no tripulados, sobre todo los Predator, son contralados de manera simultánea desde al menos cinco bases en distintos lugares del mundo por pilotos, ingenieros, contratistas privados, meteorólogos y agentes de la CIA que también se encuentran encerrados en cubículos reducidos, frente a pantallas de ordenador, en sitios tan dispares como EEUU, Alemania, Italia, Irak, Afganistán o Pakistán.

Esto se debe a que los Predator, más que en unidades, son tratados como un sistema integral del que forman parte cuatro aviones no tripulados, varios puestos de control en tierra, conexión vía satélite y una plantilla compuesta por 55 personas.

Continúa…

Guerra de drones entre EEUU, Irán y Pakistán

La preeminencia que a lo largo de estos últimos años han alcanzado los aviones no tripulados en las guerras se refleja en el aumento exponencial de la demanda y en la creciente cantidad de países que los poseen.

A principios de mes, Irán anunciaba la puesta en marcha de instalaciones, situadas en la provincia de Mazandaran, al norte del país, para la fabricación masiva de aviones y helicópteros no tripulados.

Según Hamed Saeedi, director de la Compañía Aeroespacial Farnas, darán vida a nuevos modelos con capacidad para neutralizar y desviar las señales de los radares gracias al diseño de fuselajes con superficies angulosas y materiales absorbentes en la línea del caza F117 Nighthawk o del bombardero B2 Spirit.

Irán lleva nueve años desarrollando estos ingenios voladores que se han ido superando en la distancia de vuelo, lo que pondría dentro del alcance de observación y ataque a parte de las bases estadounidenses en Irak y Afganistán (aunque el potencial de las armas iraníes siempre debe ser considerado con cierto escepticismo debido a la tendencia del régimen de Teherán, cuya escalada verbal no ha dejado de crecer gracias al populismo de Mahmud Ahmadineyad, a exagerar sus capacidades bélicas).

Tragar y migrar en Irán

Sus principales creaciones han sido los modelos Misrad (“migrante) y Ababil (“tragar”) que, como vimos en la anterior entrada del blog, Israel derribó en 2004 y 2005 cuando Hezbolá los lanzó sobre su territorio en respuesta a las constantes violaciones del espacio aéreo libanés por parte de las fuerzas aéreas hebreas, y en la guerra de 33 días de 2006.

Hace dos semanas aparecía la noticia de que el día 25 de febrero los EEUU habían derribado un drone iraní en Irak. Información que finalmente confirmarían las autoridades militares estadounidenses. Según declaró el coronel Scott Maw a Danger Room, la aeronave, modelo Ababil 3, fue seguida desde el momento en que cruzó la frontera. Se la abatió una hora y diez minutos más tarde.

Si se hubiese tratado de un avión tripulado, las repercusiones políticas del incidente habrían sido sin dudas mayores debido a la muerte o captura del piloto. Y tal vez esta sea una característica a resaltar del papel de los drones en los escenarios bélicos contemporáneos.

Más ataques para Obama

El derribo del avión no tripulado iraní en Irak generó no pocas reacciones y preguntas en EEUU. Algunas, por lo menos curiosas en su indignación si tenemos en cuenta que las fuerzas estadounidenses no recibieron invitación alguna para “desembarcar” en Irak, y que emplean de forma constante los drones para bombardear Pakistán.

Como veíamos el pasado lunes, el incremento de las horas de vuelo de los drones de combate de EEUU fue de un 94% entre 2007 y 2008, que protagonizaron 71 aviones Predator. Modelo que suele llevar misiles Hellfire y que se estrenó en Bosnia para luego ser empleado en Serbia, Yemen, Irak y Afganistán.

Basta seguir las noticias de Geo TV para estar al tanto casi al instante de los sucesivos ataques que EEUU realiza principalmente en las regiones de Waziristán del Norte y Sur (esta última, bastión del líder talibán pakistaní Baitullah Mehsud, al que se acusa de estar tras el asesinato de Benazi Bhutto).En 2008 sumaron más de cuarenta los bombardeos de los Predator.

Este año, a pesar del cambio de poder en la Casa Blanca, han continuado llevándose a cabo. Sin ir más lejos, este miércoles tuvieron lugar dos ataques que dejaron al menos siete muertos en Waiziristán del Sur.

Pero eso no es todo, la semana pasada el diario New York Times señaló que el ejecutivo de Obama consideraba ampliar sus bombardeos encubiertos en las provincias occidentales de Pakistán.

¿Guerra de drones?

Esta historia ha tenido varios momentos reveladores: el primero, cuando la senadora Diane Feinstein declaró ante el congreso que los drones despegaban desde bases en Pakistán, lo que dejó en mal sitio al gobierno de Islamabad, ya que siempre ha considerado a los ataques como “contraproducentes” que dan legitimidad a los insurgentes. Es más, hasta ordenó al Ejército que realizara prácticas sobre cómo derribar a los drones.

En realidad, el problema que ahora tiene el gobierno paquistaní es herencia de Pervez Musharraf. Mientras este último seguía al frente del gobierno, la administración Bush le pedía permiso con uno o dos días antelación antes de lanzar cada ataque. Ahora, como informa el LA Times, la CIA “se ha quitado los guantes” y actúa de forma autónoma.

Las quejas no han cesado por parte del presidente Asif Ali Zardar y del Ejército paquistaní hacia estas operaciones que hasta ahora sólo han logrado dar con dirigentes de rango medio de Al Qaeda (a lo largo de los últimos seis meses: Rashid Rauf, Abu Khabab, Khalid Habib y Usama al-Kini).

La pregunta que cabe hacerse es si los bombardeos fuesen realizados por cazas F16 en lugar de drones Predator, ¿estaríamos hablando entonces de una guerra abierta entre EEUU y Pakistán? Quizás ese sea otro de los cambios que los aviones no tripulados han traído a los conflictos armados.