La preeminencia que a lo largo de estos últimos años han alcanzado los aviones no tripulados en las guerras se refleja en el aumento exponencial de la demanda y en la creciente cantidad de países que los poseen.
A principios de mes, Irán anunciaba la puesta en marcha de instalaciones, situadas en la provincia de Mazandaran, al norte del país, para la fabricación masiva de aviones y helicópteros no tripulados.
Según Hamed Saeedi, director de la Compañía Aeroespacial Farnas, darán vida a nuevos modelos con capacidad para neutralizar y desviar las señales de los radares gracias al diseño de fuselajes con superficies angulosas y materiales absorbentes en la línea del caza F117 Nighthawk o del bombardero B2 Spirit.
Irán lleva nueve años desarrollando estos ingenios voladores que se han ido superando en la distancia de vuelo, lo que pondría dentro del alcance de observación y ataque a parte de las bases estadounidenses en Irak y Afganistán (aunque el potencial de las armas iraníes siempre debe ser considerado con cierto escepticismo debido a la tendencia del régimen de Teherán, cuya escalada verbal no ha dejado de crecer gracias al populismo de Mahmud Ahmadineyad, a exagerar sus capacidades bélicas).
Tragar y migrar en Irán
Sus principales creaciones han sido los modelos Misrad (“migrante) y Ababil (“tragar”) que, como vimos en la anterior entrada del blog, Israel derribó en 2004 y 2005 cuando Hezbolá los lanzó sobre su territorio en respuesta a las constantes violaciones del espacio aéreo libanés por parte de las fuerzas aéreas hebreas, y en la guerra de 33 días de 2006.
Hace dos semanas aparecía la noticia de que el día 25 de febrero los EEUU habían derribado un drone iraní en Irak. Información que finalmente confirmarían las autoridades militares estadounidenses. Según declaró el coronel Scott Maw a Danger Room, la aeronave, modelo Ababil 3, fue seguida desde el momento en que cruzó la frontera. Se la abatió una hora y diez minutos más tarde.
Si se hubiese tratado de un avión tripulado, las repercusiones políticas del incidente habrían sido sin dudas mayores debido a la muerte o captura del piloto. Y tal vez esta sea una característica a resaltar del papel de los drones en los escenarios bélicos contemporáneos.
Más ataques para Obama
El derribo del avión no tripulado iraní en Irak generó no pocas reacciones y preguntas en EEUU. Algunas, por lo menos curiosas en su indignación si tenemos en cuenta que las fuerzas estadounidenses no recibieron invitación alguna para “desembarcar” en Irak, y que emplean de forma constante los drones para bombardear Pakistán.
Como veíamos el pasado lunes, el incremento de las horas de vuelo de los drones de combate de EEUU fue de un 94% entre 2007 y 2008, que protagonizaron 71 aviones Predator. Modelo que suele llevar misiles Hellfire y que se estrenó en Bosnia para luego ser empleado en Serbia, Yemen, Irak y Afganistán.
Basta seguir las noticias de Geo TV para estar al tanto casi al instante de los sucesivos ataques que EEUU realiza principalmente en las regiones de Waziristán del Norte y Sur (esta última, bastión del líder talibán pakistaní Baitullah Mehsud, al que se acusa de estar tras el asesinato de Benazi Bhutto).En 2008 sumaron más de cuarenta los bombardeos de los Predator.
Este año, a pesar del cambio de poder en la Casa Blanca, han continuado llevándose a cabo. Sin ir más lejos, este miércoles tuvieron lugar dos ataques que dejaron al menos siete muertos en Waiziristán del Sur.
Pero eso no es todo, la semana pasada el diario New York Times señaló que el ejecutivo de Obama consideraba ampliar sus bombardeos encubiertos en las provincias occidentales de Pakistán.
¿Guerra de drones?
Esta historia ha tenido varios momentos reveladores: el primero, cuando la senadora Diane Feinstein declaró ante el congreso que los drones despegaban desde bases en Pakistán, lo que dejó en mal sitio al gobierno de Islamabad, ya que siempre ha considerado a los ataques como “contraproducentes” que dan legitimidad a los insurgentes. Es más, hasta ordenó al Ejército que realizara prácticas sobre cómo derribar a los drones.
En realidad, el problema que ahora tiene el gobierno paquistaní es herencia de Pervez Musharraf. Mientras este último seguía al frente del gobierno, la administración Bush le pedía permiso con uno o dos días antelación antes de lanzar cada ataque. Ahora, como informa el LA Times, la CIA “se ha quitado los guantes” y actúa de forma autónoma.
Las quejas no han cesado por parte del presidente Asif Ali Zardar y del Ejército paquistaní hacia estas operaciones que hasta ahora sólo han logrado dar con dirigentes de rango medio de Al Qaeda (a lo largo de los últimos seis meses: Rashid Rauf, Abu Khabab, Khalid Habib y Usama al-Kini).
La pregunta que cabe hacerse es si los bombardeos fuesen realizados por cazas F16 en lugar de drones Predator, ¿estaríamos hablando entonces de una guerra abierta entre EEUU y Pakistán? Quizás ese sea otro de los cambios que los aviones no tripulados han traído a los conflictos armados.