Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Instagrameando Buenos Aires: Las librerías

Presentada la aplicación Instagram a quienes no la conocían, y justificado y disculpado ya el breve desvío del tema central que ocupa a este blog desde hace casi seis años, cojamos nuestro teléfono móvil, nuestro mapa y salgamos a caminar por las calles de Buenos Aires.

El antiguo teatro Grand Splendid convertido en la segunda librería más bella del mundo segundo The Guardian. Fotografiado e instagrameado por HZ

Una ciudad en la que la palabra tiene un lugar destacado, tanto por la pasión oral de los porteños como por su vasta tradición literaria. De hecho, muchos extranjeros han vivido y sentido esta urbe sin siquiera haberla pisado, gracias a la obra de Borges, Cortázar, Sábato, Bioy Casares, Marechal, Arlt o Mujica Láinez. Sin dudas, una forma extraordinaria de descubrirla, a través de los escenarios que poblaron novelas y poemas. Desde «Sobre héroes y tumbas» hasta «Fervor de Buenos Aires».

Un recorrido que realizamos en estas páginas en 2007, sumándole anécdotas del paso por esta ciudad de grandes de la literatura como García Lorca, Neruda, Pirandello, Onetti, Eco y Gómez de la Serna.

Fotografiar y leer

Otra forma de sumergirse en Buenos Aires es a través los templos de la palabra: las librerías. Y aquí, con nuestro móvil en mano y el dedo listo para disparar, el destino ineludible es El Ateneo, en la avenida Santa Fé casi esquina Callao, junto al edificio de Movistar. El antiguo teatro Grand Splendid deslumbra con su telón, sus frescos en la bóveda y sus palcos.

Con 120 mil ejemplares, la porteña librería Huemul es una de las que tiene un mayor catálogo de América Latina. Foto e instagram: HZ.

No huele a papel, a tinta, no tiene alma, pero sí fascina visulamente hasta el extremo de que el periódico The Guardian la ha calificado como la segunda librería más hermosa del mundo.

Para ganar estabilidad y contrarrestar la baja luz resulta útil apoyar el celular en alguna barandilla o escalón. Si algo nos permite el móvil es ser creativos y discretos a la vez. Quizás mejor, antes de pasar a Instagram las fotos, sea retocarlas con algunos de los numerosos programas de edición que se ofrecen en las tiendas de aplicaciones como Camera +, Qbro, Retro Camera o PhotoStudio. El que más empleo es Snapseed.

Revolver y leer

A pocas manzanas de allí, en el 2.237 de la avenida Santa Fé se encuentra otra de mis librerías favoritas: Huemul. Propiedad de una pareja de ancianos españoles, y con uno de los catálogos más grandes de América Latina – más de 120 mil ejemplares -, es justamente la antítesis de El Ateneo pues al avanzar entre sus montañas de libros sí se respira emoción, historia, relato.

La pregunta que hice a sus dependientes fue cómo encuentran los títulos en medio de semejante confusión, cuando las estanterías tienen varias filas seguidas de libros. Me aseguraron que tienen todo localizado y ordenado en sus cabezas.

Si es por caminar, revolver y hacer fotos para Instagram – recordad que no se puede hacer trampa y las fotos deben ser tomadas por con el móvil y no con DSLR – las librerías como Huemul son las más interesantes. Y, afortunadamente, Buenos Aires cuenta con una larguísima lista de estos establecimientos. Por supuesto, la avenida Corrientes es el lugar ideal para estas expediciones.

No lejos de allí, en la misma acera del Café Tortoni, una de mis preferidas: Feria de libros. Creada en 1943 por Abraham Filkenstein, hoy la atienden sus descendientes. Fue una de las localizaciones donde se filmó la película «Roma», de Adolfo Aristarain. Entre los libros, el personaje de Juan Diego Botto se encontraba con sus novias.

Tomar café y leer

Además de librerías antiguas, existe en Buenos Aires un concepto que la Casa del Libro trató de aplicar, sin éxito, en su tienda de la calle Fuencarral de Madrid: libros más café más un espacio para presentaciones, lecturas o conciertos. El Ateneo tiene esta cualidad, también en su sucursal de la calle Florida.

Una de mis elegidas en este rubro es Crack Up, que está abierta hasta altas horas de la noche, ofrece comida, y funciona también como editorial para jóvenes autores. Excelentes sus pastas caseras y su selección de libros de fotografía. Calle Costa Rica 4787 de Palermo Soho, pintoresco barrio que también merece una buena instagreameada.

Instagrameando Buenos Aires

Dicen que no hay mejor cámara que la que se tiene en el momento de sacar la foto. Y lo cierto es que desde hace años llevamos siempre una cámara con nosotros gracias a los teléfonos móviles. Recurso que quien escribe estas palabras no había comenzado a valorar hasta la aparición primero de Hipstamatic, y después de la aplicación que revolucionaría la fotografía en nuestros tiempos de una manera muy similar a lo que supuso Polaroid hace unas décadas: Instagram.

Imágenes de las playas de la provincia de Buenos Aires tomadas con Iphone 4 y editadas y compartidas con Instagram. Fotos: Hernán Zin

Soy consciente de que se abusa de la palabra «revolución» pero juro que en este caso es cierto. Al menos a mí, que llevo más de 20 años capturando imágenes y grabando vídeos por buena parte del planeta, me ha devuelto la pasión por la fotografía. En especial la más próxima, cotidiana, costumbrista, gracias a la inmediatez que ofrece el móvil.

Estética propia y red social

Inmediatez a la que Instagram le suma dos valores añadidos más: una forma muy peculiar de retocar las imágenes, que genera un lenguaje propio, fácilmente reconocible – y que mucha veces permite mejorar, tunear y potencias fotos bastante planas, sin sustancia, como las que suelen hacer por defecto los teléfonos -, y una red social en las que se publican las fotos y son valoradas y comentadas por otros integrantes.

Algunas de las mejores parrillas de Buenos Aires. En Instagram. Fotos: HZ

A tal punto ha llegado esta pasión que voy a hacer algo que muy pocas veces he hecho en estos casi seis años de blog: no hablar de guerra ni de armas ni de violaciones a derechos humanos.

Mejores parrillas, librerías…

Voy a publicar las fotos de Instagram que he hecho a lo largo de los últimos dos meses aquí en Buenos Aires, ciudad en la que me suelo refugiar durante los veranos australes para hacer un alto en el camino antes de volver a la ruta. Una ruta que en 2012 nos llevará muy probablemente a Afganistán, India, Venezuela, Honduras y la República Democrática del Congo.

Casualmente, las otras ocasiones en las que no hablé de la razón de ser de este blog fue también aquí en Buenos Aires, en aquellas entradas de 2007 que dediqué sus librerías. Si hay algo que me gusta hacer en esta ciudad – a la que, todo sea dicho, también dedicamos en los últimos años varios reportajes sobre la violencia en sus barriadas marginales, en sus cárceles y en sus hinchadas de fúbtol – es salir a caminar. Escuchar música, repasar lo vivido a lo largo del año, pensar ideas para nuevos proyectos y, desde hace poco, tomar fotos de manera compulsiva para Instagram.

En la próxima entrada, un catálogo muy personal que he ido haciendo con las fotos de mis lugares favoritos de Buenos Aires: parrillas, librerías, edificios… si alguien quiere venir, o volver a esta maravillosa ciudad, tome nota… en su teléfono, si es posible.