Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

Entradas etiquetadas como ‘denis mukwege’

El bosque de las mujeres que aguardan

No resulta sencillo dar con el doctor Dennis Mukwege. Cuando no está en la sala de operaciones, se encuentra reunido en su despacho o fuera del país. Su secretario me pide que aguarde. Y así lo hago, durante horas, en los abarrotados pasillos del hospital Panzi, principal centro de referencia del Congo para mujeres víctimas de violaciones.

Finalmente, cuando me recibe, experimento la misma sensación que tuve hace años, en la primera entrevista que realicé a Mohammed Yunnus, el padre de los microcréditos y posterior premio Nobel de la paz. Me digo que, tarde o temprano, este hombre dará que hablar en el mundo, por su compromiso moral, su labor humanitaria y su carisma.

Enfundado en una bata blanca, alto, corpulento, mira su agenda y me dice que vuelva dentro de nueve días, que entonces le formularé cuantas preguntas quiera.

Podría resultar desalentadora la espera, pero no lo es, ya que también me autoriza para que comience a filmar en el hospital, desde las salas de urgencias hasta los quirófanos; para que hable con médicos, enfermeras y pacientes.

La espera

En la parte posterior del centro de salud encuentro el área donde las mujeres aguardan a ser operadas. Una suerte de galpón donde realizan labores manuales, donde se les da de comer.

Y, alrededor, se halla un breve bosque en el que acampan junto a sus niños y pertenencias. Algo muy común en los hospitales de los países pobres, cuyas inmediaciones se suelen convertir casi siempre en improvisados poblados.

Las pacientes sufren fístulas obstétricas. Una lesión entre la vagina y el recto y la vejiga que las condena al dolor perpetuo y la incontinencia. Mal acerca del cual ya he hablamos en Viaje a la guerra al conocer la labor de Becky Kiser en Etiopía.

Allí se trataba de mujeres que la sufrían como consecuencia de la malnutrición y de los partos prematuros. En el hospital Panzi, la mayoría la padecen por culpa de las violaciones, de los objetos que los abusadores les introdujeron en los genitales.

Muchas han tenido que caminar durante semanas para llegar aquí, como Jeanne Mukuninwa, a la que ya le han practicado cinco operaciones. Y para no pocas, el bosque es también el sitio donde fueron abusadas por las milicias, donde permanecieron como esclavas sexuales durante meses.

Las mujeres conversan, tejen, al tiempo en que los niños corren, juegan, entre los árboles. El viento mece la ropa que han colgado a secar. Al fondo, un gran edificio blanco alberga el preoperatorio y el quirófano.

Diez de ellas ingresan allí cada día para que los médicos intenten reparar el brutal daño que les causaron los soldados. Médicos formados por el doctor Mukwege en colaboración, causalmente, con el Hospital de Fístula de Addis Abeba.

Continúa…