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Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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El «paradigma Gaza» y los dirigibles de la guerra

Tres dirigibles vigilan a todas horas los movimientos en Gaza. Tres zepelines que se ven desde buena parte de la franja y que parecen los ojos de un dios omnisciente, insoslayable, que todo lo observa y los sabe, que aguarda y medita antes de desplegar nuevamente su furia. Llevan años allí, suspendidos en el aire.

Según el último número de The Economist, la fabricación y demanda de estos dirigibles, destinados a recabar información de inteligencia, se encuentra en un momento de auge comparable al de los aviones no tripulados. Ellos también podrían cumplir un rol protagónico en los conflictos armados del futuro.

Mientras que los políticos del mundo buscan reducir el gasto militar, el interés por los dirigibles no deja de crecer… En noviembre, Aerostar International de Sioux Fall, recibió una orden de 1,8 millones de dólares por 36 zepelines que serán destacados en Irak. Pero Afganistán podría ser un mercado aún mayor. Esto es porque resulta difícil conseguir imágenes satelitales en los valles de un país montañoso. Como consecuencia, los dirigibles se colocan a alturas que se emplean para enviar información a los satélites.

La primera ventaja de los dirigibles es el precio, tanto de fabricación como de hora de vuelo, inferior al de los aviones no tripulados Predator, Reaper o Global Hawk (volar un drone cuesta entre cinco mil y 26 mil dólares la hora, y su construcción va de los 4,5 millones a los 35 millones). También el ilimitado tiempo que pueden pasar en el aire es una ventaja, mientras que las últimas generaciones de aviones no tripulados no superan las 30 horas por misión.

Los dirigibles operan fuera del alcance de las ametralladoras y de los lanzagranadas. Inclusive si son alcanzados, no explotan pues el gas de helio que los mantiene en el aire no es inflamable (después del famoso accidente del Hindenburg en 1937, los ingenieros dejaron de emplear hidrógeno). Es más, pueden permanecer en el aire aunque se pinchen, pues la presión del helio dentro del dirigible es igual a la del aire fuera. En 2004, un dirigible se soltó en el norte de Bagdad y comenzó a avanzar hacia Irán. Los cazas de EEUU tuvieron problemas para derribarlo.

Los dirigibles son capaces de cargar hasta 20 kilogramos de equipos que incluyen radares y cámaras térmicas. Envían imágenes de posiciones enemigas a docenas de kilómetros de distancia, de día y de noche. Durante las dos grandes guerras del siglo XX fueron empleados por los EEUU para conducir ataques. Luego se usaron con fines principalmente civiles.

Si se cumplen las predicciones de The Economist, lo que en este blog bautizamos como el “paradigma Gaza”, daría un paso hacia su consolidación y multiplicación a nivel mundial. De un lado: una población que vive en la postergación material. En medio: un muro o frontera fuertemente protegido, vigilado gracias a las últimas tecnologías. Entre ambos escenarios: aviones no tripulados que realizan misiones para atacar a grupos insurgentes.

Como hemos visto en estas páginas, Israel ha sido pionera en el desarrollo y empleo de aviones no tripulados y de zepelines. La guerra de 2006 contra Hezbolá fue la primera en que los drones se usaron de forma masiva. Quizás la expansión del “paradigma Gaza” explique en cierta medida que Israel se haya convertido en el cuarto exportador mundial de armamento.

Un modelo probado, desarrollado y con garantía de calidad, que se exporta no sólo a zonas en conflicto, sino también a fronteras como la que separa a Estados Unidos de México y tantas otras que se han blindado en los últimos tiempos. Más de veinte países cuentan con dirigibles en estos momentos.