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Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

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Autobiografía de un terrorista estadounidense en Somalia

En estas páginas ya hemos hablado en varias ocasiones de la andanzas de Abu Mansur Al-Amriki, el terrorista de Al Shabab que se hizo famoso por ser oriundo de los EEUU y por improvisar en You Tube canciones de rap para invitar a los jóvenes musulmanes del mundo a sumarse a la yihad en Somalia.

Abu Mansur Al-Amriki posa con el libro que acaba de publicar en Scribd y en el que cuenta su transformación de joven seguidor de Nirvana a yihadista en Somalia.

It all started out in Afghanistan / When we wiped the oppressor straight off the land / Uni crumbled / rumbled and tumbled / humbled and mumbled / made a power / withdraw and cower/ Land by land / and war by war / only gonna make our black flag soar / drip by drip / shot by shot / only gonna give us the death we sought.

La última vez que nos referimos a él fue en marzo, cuando colgó un vídeo en la red en el que decía que su vida estaba en peligro pues miembros de Al Shabab lo estaban buscando para asesinarlo como consecuencia de “diferencias en sharia y estrategia”.

Desde entonces, corrieron por la Red rumores que decían que había huido de Somalia para entregarse a la CIA, y otros que sostenían que finalmente había sido asesinado por Al Shabab. Para hacer aún más confuso el relato, Al Shabab publicó en su cuenta de Twitter que la vida de Mansur Al-Amriki no estaba en peligro.

Dos meses más tarde, parece que el terrorista estadounidense ha limado asperezas con Al Shabab y Al Qaeda, pues lanzó ayer un nuevo vídeo en el que llama a la yihad global y, en un acto no poco sorprendente, su autobiografía en inglés. Así es, primero el rap y ahora la literatura.

Narcisismo

Después de que medios de comunicación como The New York Times viajaran al pueblo de Daphne, en el estado de Alabama, para indagar sobre los orígenes de este hijo de padre sirio musulmán y madre estadounidense evangelista, Omar Shafik Hammami decide dar ahora su propia versión del camino que lo llevó a pasar de ser un adolescente que jugaba a la Nintendo y escuchaba Nirvana, a abrazar el salafismo para terminar por ser el rostro más conocido a nivel mundial del islamismo radical en Somalia.

La lectura del libro, que está en Scribd, interesa por lo curioso que es el viaje que emprendió este joven de 28 años. Un viaje cuyas vicisitudes narra con una facilidad para la exposición de su vida más íntima, para centrarse en el epicentro del relato, que lo califica indudablemente como vástago de la cultura estadounidense por más tiempo que lleve en Somalia. No en vano afirma que fue una «estrella del fútbol» en su colegio.

Un periplo en el que cuenta cómo discute tras el 11S con otros alumnos, dudando de si ponerse del lado de EEEU o del contrario, y luego se encierra en la mezquita a repetir Alahu Akbar para no poner en cuestión sus creencias hasta que aparece un «clérigo salafista» que lo adoctrina y le borra todo atisbo de vacilación. Después, Mansur Al-Amriki explica que empieza a ser acosado por la CIA y que se ve obligado a emigrar a Canadá, donde conoce a la mujer somalí con la que se casaría.

Valiosa descripción

Sin embargo, lo más interesante del libro – al menos para quien escribe estas palabras – es la descripción de los campos de entrenamiento de Kismayo, ciudad portuaria del sur de Somalia, en los que recala tras haber establecido contactos con los islamistas a través de foros de Internet.

Allí lo recibe en noviembre de 2006 nada menos que Fazul Mohammed, líder de Al Qaeda en África Occidental, del que también ya hemos hablado en estas páginas y que cayó abatido en un puesto de control de Mogadiscio hace casi un año.

Al haber tan poca información sobre Al Shabab, la narración que Mansur Al-Amriki que hace de los campos de entrenamiento de Kismayo, donde es aleccionado en el uso de armas y en la lucha de guerrillas – que en poco tiempo más aplicarían contra los etíopes tras los seis meses de sosiego de la Unión de Cortes Islámicas, en una defensa del territorio cuya estrategia critica – es un material de enorme valor para aquel al que le interese la guerra de Somalia.

Y más aún en un momento como este, en el que tras la ofensiva de estos días de la Unión Africana en el corredor de Afgoye, los islamistas vinculados a Al Qaeda parecen estar viviendo sus horas más bajas.

El terrorista rapero de Somalia teme por su vida

“Grabo este mensaje porque mi vida podría estar en peligro debido a diferencias que tengo sobre sharia y estrategia con Al Shabab”, dice Abu Mansur Al-Amriki al principio del vídeo de un minuto que apareció en la red el viernes. De fondo, la bandera negra con letras blancas de la organización y un fusil AK 47.

De algún modo tiene sentido que se despida de la vida de insurgente a través de una grabación en You Tube – que colgó el usuario somalimuhajirwarrior, que quiere decir el «guerrero extranjero somalí» – pues fue justamente a través de este medio que se hizo famoso. Ya alguna vez hablamos en estas páginas de los vídeos de rap en los que invitaba a los musulmanes a sumarse a la lucha contra los infieles en Somalia.

It all started out in Afghanistan / When we wiped the oppressor straight off the land / Uni crumbled / rumbled and tumbled / humbled and mumbled / made a power / withdraw and cower/ Land by land / and war by war / only gonna make our black flag soar / drip by drip / shot by shot / only gonna give us the death we sought

Y también tiene sentido que su último mensaje fuera ante las cámaras porque este miembro de Al Shabab, y por lo tanto también de Al Qaeda, viene de la sociedad de la comunicación de masas y del espectáculo: Estados Unidos de América.

De Alabama a la yihad

Como resulta evidente, lo de Al-Amriki es un pseudónimo, el Americano, que le pusieron a este joven de 28 años, oriundo del pueblo de Daphne, en el estado de Alabama, cuyo nombre verdadero es Omar Shafik Hammami.

Hijo de padre musulmán sirio, y de madre estadounidense evangelista, asistía de niño a campamentos bíblicos y de adolescente era fanático de Nirvana y de los juegos de Nintendo hasta que, tras un viaje a Siria, se convirtió a la versión más conservadora del islam: el salafismo (galería con fotos y vídeos de su infancia).

En Canadá se casó con una mujer de origen somalí. Y de allí se fueron a vivir a Alejandría, Egipto. A través de un foro en Internet de radicales musulmanes, conoció en este país a Daniel Maldonado, un estadounidense que se había convertido al islam en Massachusetts y que también se había mudado con su familia a Egipto.

Un año más tarde, sin decírselos a sus parientes, ambos viajaron a Somalia. Poco después comenzaron a formar parte de las filas de Al Shabab. La Unión de Cortes Islámicas dominaba la mayor parte del país en aquel entonces.

Únete a Al Shabab

La carrera yihadista de Maldonado fue breve. La invasión etíope respaldada por EEUU lo obligó a huir a Kenia, donde las autoridades locales los arrestaron el 21 de enero de 2007 para luego deportarlo a su país natal. En Houston, Texas, tuvo que enfrentarse a la justicia acusado de pertenencia a organización terrorista.

Abu Mansur Al-Amriki adquirió relevancia gracias a una entrevista que le hizo Al Yazira que empleó para pedir a musulmanes occidentales que se unieran a la lucha yihadista en Somalia, como él mismo había hecho. A pesar de tener apenas 22 años, logró subir posiciones en Al Shabab. Según información de inteligencia, Hammani no sólo daba muestras de ser útil como propagandista, sino que se muestra feroz en la lucha armada.

En 2009 aparece en un vídeo de 31 minutos en el que explica cómo hacer una emboscada. Allí se lo ve con Ahmed Shirwa, que fue el primer estadounidense que actuó como terrorista suicida en Somalia, cuando atacó la sede de la ONU en Somalilandia. Se estima que son más de 20 los ciudadanos de EEUU que se unieron a la guerra en Somalia. La mayoría oriundos de Minneapolis.

Desconfía de los extranjeros

Uno de sus últimos vídeos fue otro torpe rap que en marzo de 2011 publicó en Internet para burlarse de las noticias que decían que había muerto luchando en Mogadiscio. Meses más tarde se lo vio en la ceremonia de despedida a Bin Laden, con los altos mandos de Al Shabab, donde dio un discurso en el que dijo «todos somos Osama».

En octubre de 2011, llamó la atención que su nuevo vídeo, «Lecciones aprendidas», no fuera difundido por el canal oficial de Al Shabab: Al-Kata’ib. Los rumores decían que algunos líderes de la organización habían empezado a cuestionar el papel de los combatientes extranjeros como Hammami.

La ruptura con Al Shabab habría llegado por la extraña manera en que terroristas foráneos murieron en varios enfrentamientos. Muktar Abdirahman «Godane», el jefe máximo de la insurgencia integrista, habría hecho detener a dos extranjeros que intentaban verlo por este asunto.

Abu Mansur Al-Amriki tiene una casa, un coche y un burro en la ciudad somalí de Merka, donde reside cuando no está combatiendo. Algunas fuentes señalan que consiguió una segunda esposa. La posibilidad de que huya del país, y que pase información a los EEUU, es remota pero seguramente es la que lo lleva a decir que su vida está amenazada.