Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

La escuela de los barras bravas

“Desde chiquitos los pibes maman la pasión por el fútbol”, me dice un barra brava del club Colón de Santa Fé que ha venido a ver el partido ente Argentina y Uruguay de la Copa América enfundado en una abultada cazadora celeste de Hinchadas Unidas Argentinas. Frente a él, un grupo de niños toca los bombos y canta. “A veces nos copamos y dejamos que se suban al paravalanchas”, agrega orgulloso.

Niños en la previa del partido Argentina contra Uruguay de la Copa América. Santa Fé, 16 julio de 2011. (Hernán Zin)

La letra de la canción que entonan los niños poco tiene de cándida o infantil. Ni el Sapo Pepe ni Pipo Pescador. Ni autos nuevos ni tartas ni paseos. “Sólo le pido a Dios, que se mueran todos los ingleses. Que se mueran para siempre. Para toda la alegría de la gente”, entonan al unísono con los adultos que los rodean.

Un canto a la amistad y la fraternidad entre equipos rivales que no termino de entender bien ya que el inminente rival es Uruguay. Supongo que si cambias “ingleses” por “uruguayos” se rompe la rima. O que el clásico rioplatense no merece expresiones de deseo tan lóbregas más allá de sus tensiones ancestrales (en 1924, el hincha uruguayo Pedro Demby, de 22 años, murió asesinado por arma de fuego en Montevideo. Acababa de terminar el encuentro entre ambas selecciones que dio a Uruguay su cuarta Copa América. Se cree que el responsable del disparo fue Quique El Carnicero, líder de la barra de Boca Juniors).

Los pequeños imitan a los barras bravas no sólo en la lírica sino también en el lenguaje corporal. Y estoy seguro de que lo hacen, como buenos niños, sin entender plenamente las implicancias más profundas de sus gestos. Agitan los brazos en el aire, saltan en el lugar.

En lo que no imitan a los adultos es en los porros que estos se fuman y que inundan el ambiente de un olor dulzón y embriagador. Ni en las rayas de cocaína que un par de muchachos aspiran con absoluto desparpajo frente al patrullero que circula a paso lento junto a nosotros, frente al cordón policial a que a menos de cincuenta metros se sucede en la entrada del estadio de Colón de Santa Fé desde el que ya llega el rumor de la multitud que canta para animar a la selección Argentina.

Una historia que se repite

Como conté ayer, los barras bravas entrarán al estadio a último momento. Gorras, abultadas cazadoras, banderas, bombos. Se amontonarán y empujarán. La policía pedirá refuerzos, aunque la verdadera gestión de la entrada la harán los líderes de Hinchadas Unidas Argentinas, organización creada por el dirigente kirchnerista Marcelo Mallo de cara al Mundial de Sudáfrica.

Las malas lenguas dicen que detrás de la jugada estaban Néstor Kirchner y el actual jefe de gabinete Aníbal Fernández, que es también dirigente de Quilmes. Una forma de ganar ascendiente sobre los violentos, tan a menudo reclamados, empleados y amparados por la política en Argentina. Las mismas malas lenguas dicen que ahora las Hinchadas Unidas Argentinas responden al candidato opositor Francisco De Narváez.

Ayer leía el libro “La Doce”, del periodista Gustavo Grabia. En sus primeros capítulos señala que la violencia en el fútbol argentino comenzó a crecer exponencialmente a partir de 1931. Tiempo en el que Pepino El Camorrero estaba al frente de la barra brava de Boca Juniors.

Cita uno de los famosos «aguafuertes» escritos por Roberto Alrt para el periódico El Mundo, en el que el autor de “El juguete rabioso” traza una semblanza de los violentos no muy distante a la de nuestros días. Las primeras muertes en los estadios de este país llegarían en 1939, en el predio de Lanús. Serían Luis López, de 41 años, y Oscar Munitoli, un niño de apenas nueve años.

Desde entonces los fallecidos suman más de 200. Y, como de algún modo parecían mostrar esos niños con sus bombos y sus cánticos de afecto a los ingleses, la tradición pasa de generación en generación, y la violencia como instrumento del poder político y económico sigue siendo una lacra de la que Argentina no se ha podido librar.

10 comentarios

  1. Dice ser Kiko Hernández

    ¡los barrasbravas controlan los equipos, ellos son los directivos!

    http://www.ingenioconsaboralaca.com/2011/07/publicidad-buenrrollista-y-por-tanto.html

    21 julio 2011 | 17:03

  2. Dice ser faro47

    Hola, Hernán.

    Discúlpame que no atienda al asunto del día en mi comentario, pero es que acabo de descubrir tu blog buscando datos sobre Tiziano Terzani, del que ayer mismo he visto el film sobre su libro póstumo y de quien no sabía nada en absoluto.

    En mi búsqueda por Internet he descubierto esta reseña:

    http://www.ellector.com/wordpress/?p=108

    He visto el vídeo que contiene y he descubierto a un ser humano maravilloso, vital, sabio, lleno de sentido del humor y profundamente bueno.

    Me ha recordado poderosamente a otro italiano al que sí conocí y frecuenté y que ha dejado una indeleble huella en mi vida, Giuseppe Lanza del Vasto, alguien con quien Terzani guarda no pocos paralelismos. Posiblemente hayas oído poco sobre él (falleció en España en 1981), pero también tenemos en su persona una vida fértil y apasionada, profundamente dedicada a desmantelar las falacias de nuestra civilización a través de la práctica de la no-violencia (Lanza fue discípulo de Gandhi, que le puso el nombre de «Shantidas» -«Servidor de la paz»-, como le llamábamos sus amigos), sobre la que Terzani también, al parecer, reflexionó con tino y profundidad.

    Creo que ambos, Tiziano Terzani y Lanza del Vasto, tienen, al modo de Plutarco, auténticas «vidas paralelas», con una visión de la insensatez humana («insensatez», «senza senso») muy coincidente, superadora de barreras basadas en divisiones artificiales, religiosas y culturales.

    Lanza tuvo una visión utópica (que sin embargo pudo llevar a cabo durante decenios en sus «comunidades del Arca) de una relaciones humanas verdaderamente ecuménicas, sin pretender que ninguna iglesia, confesión o fe religiosa es superior o mejor a ninguna otra. Es muy poco conocido que la encíclica «Pacem in terris», del Papa Juan XXIII, quizás unos de los documentos más reflexivos y humanamente avanzados de la Iglesia Católica, fue instigada por Lanza, con un ayuno gandhiano de 40 días en Roma, en secreto para la opinión pública, pero no para los Padres Conciliares y el Papa, a quienes dirigió una carta pidiéndoles que la Iglesia abandonara su baldón histórico de haber bendecido cañones y guerras, solicitud de un cristiano que emprendía ese sacrificio personal para tocar la conciencia de los Príncipes de la Iglesia que se reclamaba Universal, por Católica. Dio resultado. El primer ejemplar de esa encíclica salida de las Imprentas Vaticanas se lo dedicó el Papa Roncalli a Lanza del Vasto.

    Lanza y Terzani habría hecho buenas migas.. y habrían discutida apasionadamente, sin la menor duda, tal vez concluyendo ambos con las risas francas de los hombres limpios, sabios y sin trastiendas que fueron ambos.

    Ha sido una sorpresa haber conocido la existencia de uno de los «pocos sabios que en el mundo han sido» y haber sabido más de él gracias a tu blog.

    Un cordialísimo saludo desde una tierra, la vasca, que está a decenios de distancia de esos dos grandes hombres.

    22 julio 2011 | 10:02

  3. Dice ser olga luz

    hernan 5 años llego un poco tarde a la celebracion, pero traigo mucho cariño y energia para muchos años mas igual mucha gratitud por tu valioso trabajo. abrazo desde colombia

    22 julio 2011 | 17:47

  4. Dice ser Patricia

    No debería, lamentablemente, sorprender que esta «cultura» futbolística tenga como actores a niños tan pequeños.
    Al remontarnos en el tiempo podemos advertir que los distintos gobiernos argentinos solo han destruído la verdadera cultura para reemplazarla por esto. En una sociedad violenta, poco formada, con escasas o casi nulas oportunidades para los más jóvenes es lógico que encuentren en estas manifestaciones compartidas un signo de identificación.
    Y los adultos que en lugar de corregir o detener estas manifestaciones, las fomentan contribuyen a lograr que esta sea la Argentina de hoy.
    Triste, muy falto de esperanza en un país que necesita volver a ser lo que alguna vez fue y educar a sus niños para que sean hombres y mujeres de bien mañana.

    23 julio 2011 | 15:45

  5. faro47, sin dudas, un hombre y pensador muy estimulante, Tiziano… abz!! H

    23 julio 2011 | 22:37

  6. Dice ser Fan de Antonio Larrosa

    ¿Donde esta Antonio Larrosa?

    24 julio 2011 | 18:36

  7. Dice ser Angélica

    Hola Hernan, hace mucho que sigo tu blog aunque pocas veces he comentado. Creo que haces un estupendo trabajo haciendonos llegar las cosas que ocurren al otro lado del mundo. Trabajo en ONL y queria hacerte llegar esto:

    http://www.premioscodespa.com/

    Se me ocurren pocas personas que se lo merezcan tanto como tu.

    Un saludo, y enhorabuena otra vez por tu trabajo.

    25 julio 2011 | 09:23

  8. Gracias por la información Angélica!! Un abrazo!! HZ

    26 julio 2011 | 01:26

  9. Dice ser la-filistea

    Y yo recuerdo cuando mi abuelita decía ‘patojos vayan al estadio es más sano y divertido que estar viendo la tele’ ¡plop!

    27 julio 2011 | 14:32

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