Ayer, el campo de desplazados de Karicho se encontraba abarrotado de personas que, tras haber sido expulsadas de sus casas, malvivían bajo techos de plástico. Hoy, el lugar se encuentra desierto, en silencio.
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Apenas quedan algunas familias que empacan rápidamente sus cosas y que han buscado protección en el jardín de la Anglican Church of Karicho, una iglesia vecina.
La razón de esta estampida humana, que en menos de veinticuatro horas ha transformado nuevamente la fisonomía del parque Moi, es la misa que esta mañana los kalenjin celebran en el otro extremo de la ciudad en honor de uno de los dos parlamentarios asesinados durante las últimas semanas: David Kimutai Too.
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Reencuentro con la familia de Isack
Entre quienes aún no se han ido del campo de desplazados de Karicho encuentro a Isack Nidchu. Intento preguntarle qué está ocurriendo. Se disculpa, angustiado, mientras corre entre sus pertenencias y las coloca sobre una carretilla. “Ya ayer hablé contigo, hoy no puedo, nos tenemos que ir, perdóname”, me dice.
Saúl, el amigo y conductor que me lleva de un lado a otro en esta parte del país, al ver su desesperación, comienza a ayudarlo. Cargan cajas de metal en una carretilla. “Aquí tengo las cosas de cuando estudié ingeniería”, me explica Isack.
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Los kikuyus y luhya que poblaban el parque Moi están huyendo rápidamente porque temen que el homenaje póstumo al parlamentario, que murió víctima de un crimen pasional, y no de la violencia que sacudió a Kenia durante el último mes, despierte otra vez la rabia de los kalenjin y se produzcan nuevas matanzas.
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Paradójicamente, el acto que para unos es una razón de congoja, para los otros lo es de temor. El dolor y la rabia que se pueden transformar en violencia.
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Recuperar las tierras ancestrales
A lo largo de la noche, la familia de Isack ha llevado las cosas hasta la puerta de la iglesia. Ahora todos, niños y adultos, se afanan en subirlas al camión que los aguarda a un costado de la carretera. La mujer de Isack pasa corriendo a mi lado.
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Al poco tiempo de la erupción de la violencia en esta parte del mundo como consecuencia de las elecciones que Mwai Kibaki manipuló usando su poder como presidente sobre la comisión electoral, los kalenjin de la ciudad de Karicho comenzaron a echar a sus vecinos a machetazos, quemando sus casas, matando a los que se rezagaban en el camino.
Los kalenjin, que están al margen de la disputa electoral entre lúos y kikuyus, lo que reclaman es que se les devuelvan sus tierras ancestrales, que les fueron expoliadas por los británicos y que los distintos gobiernos democráticos aún no les han devuelto. En su lugar, llevaron a “inmigrantes” kikuyus.
La presión demográfica, la ausencia de terrenos para cultivar, es otra de las razones de la violencia en Kenia. Las fallidas elecciones abrieron viejas heridas.
Simon, otro de los hijos de Isack, también ayuda a sus padres. Ayer jugaba, manchado de tierra, entre las tiendas junto a sus hermanos y amigos. Hoy se ha puesto su mejor traje. Y como el resto de su familia, corre hacia ese camión que promete llevarlos a tierras más seguras.
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En la misa me encuentro con dos periodistas de la agencia AP. La palabra en kiswahili que el cura repite una y otra vez, “amina” (paz), nos alienta a pensar que después del acto no habrá otro derramamiento de sangre, que las miles de personas que aquí se han congregado no saldrán a buscar nuevamente la justicia con sus manos. De todos modos, antes de que termine, volvemos al campo de desplazados.
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Los que no se han podido marchar
Ya Isack y los suyos han partido hacia Nakuru, ciudad del Valle del Rift, de mayoría kikuyu, en la que los esperan sus parientes. Pero aún quedan decenas de personas. El Ejército, para mi sorpresa, se ha marchado.
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Oscar, un hombre que permanece en la carretera junto a su madre, sus dos hijos y las pocas pertenencias que logró rescatar, me llama.
“Míralos”, me dice señalando a un grupo de jóvenes kalenjin que camina por la acera opuesta al parque. “Llevan toda la mañana amenazándonos. Y no tenemos cómo irnos, ya todos los camiones se han ido. No tengo dinero, mi hijo está enfermo. Necesitamos ayuda”.
Continúa…
Saludos a todos compañeros. Mañana al alba regreso a Kisumu, desde donde seguiré los sucesos del viernes. Día en que se debería decidir el futuro de Kenia según la agenda impuesta por Kofi Annan.Abrazos!!! HZ
13 febrero 2008 | 17:54
muchas gracias por tu blog, es un placer leerte,mucho animo!
13 febrero 2008 | 18:39
Buff, realmente muy duro este post, es de los que mas me han impactado la verdad.Que absurda es la violencia y que absurdos somos los seres humanos a veces…Intento imaginar que deben sentir los que no pueden irse, con los kalenjin en la acera de enfrente amenazandoles… buff! vaya situacion…y encima el ejercito desapareceUn abrazo muy fuerte Hernan y suerte por Kisumu
13 febrero 2008 | 23:59
Gracias y cuidate mucho, saludos a todos tus compañeros
14 febrero 2008 | 06:39
Qué triste y qué terrible es ver la desesperación de esa familia que pide ayuda. Uff, qué duro es…Suerte por Kisumu Hernán.Un beso
14 febrero 2008 | 08:32
Gran trabajo Hernán!:Somos un grupo de trabajadores españoles que debemos volver a Kenia dentro de poco tiempo. Todos los días estamos muy pendientes de las informaciones, pero parece que últimamente el gobierno keniata ha logrado «filtrar» las informaciones que salen al exterior para proteger su industria turística.Blogs como el tuyo nos ayudan a ver lo que pasa realmente en el país..por eso queríamos pedirte tu opinión sobre si realmente es seguro viajar ahora a la zona central (cerca de Nairobi).Muchas gracias por todo.
14 febrero 2008 | 09:10
parece mentira que estas situaciones se sigan llevando en pleno siglo XXI mientras por aqui la gente esta desesperada por tener un telefono de ultima generacion y ademas ya los noticiarios ya no informan sobre lo que esta pasando en kenia y si lo hacen apenas les dan 12 segundos de informacion mezcladas con otras noticias….muchas gracias hernan por hacernos llegar toda la informacion y a decir verdad siento una impotencia al no poder hacer nada por esta gente…lo unico que puedo hacer es darte todo mi apoyo y diciendote que sigas adelante con el gran trabajo peridistico que haces y que no decaigas se fuerte.muxos besos a todos y que te mejores de la gripe
14 febrero 2008 | 10:02
Es cierto, apenas hay noticias de Kenia, y esas pobres gentes están abandonadas a su suerte.Aqui, Sara, la gente ya está acostumbrada a las imágenes de machetes, bombas en Irak y miradas de desesperación de ese otro mundo que hay por ahí. Las masas se acostumbran, se «normaliza» y eso es lo que da miedo. La normalización de la injusticia globalizada, la indiferencia más infame…y la verdad es que todas esas desgracias salpicarán más tarde o más temprano a nuestro mundo «cómodo» y ¿»avanzado»?.Cuidate esa gripe, mucha fuerza para seguir en Kenia y la historia que nos haces partícipes.MM
14 febrero 2008 | 10:25
Buenos días a todos,Espero que mañana se llegue a un acuerdo, aunque me parece que gente como los que amenazan desde la acera de enfrente no tienen muchas ganas de paz, sino todo lo contrario. Y encima el ejército se retira y deja a toda esas familias a su suerte…En fin, esperemos que se pongan de acuerdo mañana.HZ, cuídate mucho…Abrazos, amigos!!
14 febrero 2008 | 10:54
Buenos días a todos!!!Impotencia ante la situación de los campos de refugiados.Amenazados por tierras,tiene que ser una situación desesperante.Me imagino las familias que no se han podido ir y sin el ejercito.Todos estaremos pendientes de la resolución el viernes con Kofi Annan esperemos todo salga bien y haya mucha Amina (Paz).Recuperate pronto y mucha suerte en Kisumu.Que tengaís un buen día cargado de felicidad y alegría!!!Abrazos, besos para todos!!!S.R. :)PD:no dejeís de sonreír……Sed felices
14 febrero 2008 | 11:51
Que impotencia, y que sufrimiento debe estar pasando esa mujer con tantas amenazas… y el gobierno? bien gracias? largense como puedan? que clase de personas son esas?Un abrazo Hernan
14 febrero 2008 | 12:28
Esperemos que tus próximas noticias sean más esperanzadoras y mucho más positivas para todos ellos.Cuidate mucho Hernán!!!Suerte!!!!!!Un abrazo,Dulce
14 febrero 2008 | 14:38
muy dura la nota de hoy, me deja sin palabrasEl «sálvese quien pueda», el abandono absoluto de este hombre y su familia, la amenaza de los otros hombres que son iguales a él, el ejército que se retira, y la foto de ese niñito, vestido como un grande, intentando cargar un colchón flaco y roto huyendo de la amenaza de violencia, pero dejando en la desolación de ese campo de desplazados parte de su pisoteada niñez.ojala mañana los hombres de traje puedan abrir el camino para que cientos de niños no tengan que volver a cargar en sus hombros los errores de quienes deberian ser su ejemplo.esperaré ansiosa tus noticias, HZ!!saludos a todos, compañeros!
14 febrero 2008 | 14:42
Más que tristeza, es miedo lo que se siente.La situación es peligrosa.Muy duro tu artículo y muy valiente.Un saludo
14 febrero 2008 | 22:56
Todos los que estamos aqui tenemos esperanza y contenemos el aliento ante lo que pueda pasar pero si finalmente no hay tregua seguira la violencia pero y si hay tregua ¿qué sera de estas personas a partir de ahora? ¿acudira la cooperacion internacional en su ayuda o tendran que volver a empezar a hacer su vida por si mismos sin la solidaridad de los paises ricos? Aun sigo sin poder descifrar nada acerca del futuro de kenia.cambiando de tema como que no quiere la cosa desarte hernan que te cures lo antes posible de esa gripe asi que a guardar cama y que no me entere yo que sales de la cama eh?
15 febrero 2008 | 12:11
A ver si me jora la situacion alli, por que ahora mismo es caotica cuanto menos.
15 febrero 2008 | 15:08