Viaje a la guerra Viaje a la guerra

Hernán Zin está de viaje por los lugares más violentos del siglo XXI.El horror de la guerra a través del testimonio de sus víctimas.

El Líbano y las malditas bombas de racimo (2)

Es la primera vez que, para realizar un reportaje, me piden que firme un escrito por el que afirmo que soy el único responsable de lo que me pueda suceder en caso de que pise una mina, una bomba de racimo, o de que sea afectado por la metralla de la munición activada no intencionalmente por otro de los miembros del grupo.

En 1994 acompañé a varios artificieros a desactivar minas antipersona en el norte de Camboya, y no tuve que rubricar documento alguno. Pertenecían a la ONG MAG (Mine Advisory Group). Supongo que la diferencia es que este equipo forma parte de una empresa privada, ya que las principales labores de desactivación y destrucción en el sur de Líbano las llevan a cabo dos compañías multinacionales: Bactec y Minetech. En esta corriente que parece estar imponiéndose en todo el mundo de dejar la posguerra en manos de organizaciones con ánimo de lucro.

El director del equipo al que me voy a sumar a lo largo del día se llama Simon Lovell. Tiene 42 años. Tres hijos. Y pasó a formar parte de la empresa privada desde que dejara la Real Armada Británica hace cuatro años.

– Ponte siempre detrás mío Hernán. Sigue mi pasos y fíjate dónde pisas. No te puedo garantizar que una submunición que esté hundida no pueda salir a la superficie – me dice mientras me muestra un trozo de metralla de una bomba de racimo, como para enfatizar su advertencia -. Si te pasa algo, quédate en el lugar, no te muevas, el doctor se hará cargo de todo. Y recuerda que esto es real, no es un escenario.

El grupo de trabajo de Bactec está formado por cinco personas: Simon Lovell, su director; un artificiero local, al que están entrenando; un guía de la comunidad designado por el mukhtar (alcalde) del pueblo; un conductor y un médico.

Wissam Jbeir, el médico, se acerca y me pregunta el grupo sanguineo al que pertenezco. Intento hacer memoria aunque sé que es en vano. “Lo siento, no lo sé”, le respondo sintiéndome bastante estúpido. «Bueno, tendrías que saberlo», insiste. “¿No lo tienes escrito en el pasaporte?» Recorro la primer página del pasaporte: nombre, apellido, fecha de nacimiento. Nada de grupo sanguíneo. Wissam me mira con desaprobación.

Cambiando rápidamente de tema, le pregunto qué lleva en la mochila. «Todo lo que te podamos necesitar. Desde primeros auxilios hasta material quirúrgico, morfina», me responde Wissam.

Nos ponemos en marcha. Avanzamos lentamente. Miro al suelo con atención, escrutando cada milímetro de tierra. No es una sensación agradable la que experimento. Y la presencia del médico, con su equipo listo para montar allí mismo un quirófano, aumenta mi desazón.

Mientras camino pienso en la historia que horas antes me contó Dalya Farran de tres niños que estaban jugando no muy lejos de aquí, en otra aldea próxima a la frontera con Israel. Uno de ellos cogió una bomba de racimo pensando que era un juguete. La explosión le destrozó parte del rostro y del estómago. Acompañado por sus dos amigos, que también estaban heridos, corrió hacia su casa sosteniéndose las visceras que le colgaban del vientre. Ahora se encuentra en Tiro, en el hospital, pues en el extremo sur de Líbano no ha quedado ni uno sólo centro médico operativo.

Llegamos hasta donde está señalada la primera bomba de racimo. Como bien me había comentado Dalya Farran, parece inofensiva, hasta tiene cierto atractivo, con su lazo blanco. Y no me sorprende que los niños las cojan o que los agricultores las pisen sin darse cuenta.

La empresa estadounidense que se dedica a la tan loable tarea de fabricar estos artefactos afirma que sólo un 3% de ellos falla. Osea, no explota al llegar al suelo. Pero en la práctica los expertos estiman que esta cifra asciende hasta el 15%.

Según Naciones Unidas, en el sur de Líbano entre el 30% y 40% de las pequeñas bombas que llevan los proyectiles no han detonado. Le pregunto a Simon cómo es posible.

– Hay dos posibilidades – me explica -. O se trataba de armamento viejo, en malas condiciones. O se tiro desde una altura que no les dio tiempo para que alcancen la velocidad necesaria que las hace explotar al alcanzar el suelo.

– Entonces, ¿el Ejército de Israel podría haber ordenado a sus aviones que las lanzara a baja altura para que se convirtieran en minas antipersona en lugar de estallar en el momento?

– Sólo puedo hablarte de la parte técnica. No de cuestiones políticas.

Dejamos al artificiero para que prepare la detonación, pues está prohibido hacer fotos de quienes manipulan los explosivos. La idea es que no se distribuyan imágenes del instante en que se recogen las bombas de racimo, para que los locales no tengan una idea equivocada de su poder destructivo.

Mientras volvemos pienso en los dueños y directivos de la compañía estadounidense que fabrica las bombas de racimos. Sus acciones en bolsa, sus lujosos coches de empresa, sus grupos de presión en el parlamento que intentan evitar una prohibición de esta clase de armamento. Ojalá estuvieran aquí para ver las consecuencias de lo que hacen. Ojalá sus amigos y familiares fueran testigos del dolor de los niños del sur de Líbano. Quizás serviría para que se replanteasen el sentido ético de su trabajo. Si vale la pena anteponer el rédito económico a todas estas vidas.

Buscamos un lugar seguro. Escucho al artificiero realizar la cuenta atrás a través de un walkie talkie. «Cinco, cuatro, tres, dos, uno…». La explosión es mucho más fuerte de lo que podría haber esperado. Los trozos de metralla se desperdigan violentamente entre los olivos.

El dueño de la casa, entres cuyos cultivos se encontraron las bombas de racimo, se llama Maruán Abu Taam. Tiene 32 años. Es constructor de profesión. Junto a su mujer y sus hijos se quedó durante toda la guerra. No se animó a partir hacia el norte pues recibió la noticia de que varios convoyes de civiles fueron atacados por la aviación israelí cuando huían hacia Beirut, aunque el gobierno de Tel Aviv había asegurado que no les haría daño. (La última crónica que Robert Fisk publicó el sábado sobre esta clase de incidentes es desgarradora).

«No entendemos por qué nos hicieron esto antes de irse», afirma. «Si te digo que los israelíes son animales es poco, son mucho más que eso. Los primeros días después de la guerra, mi hijo salía a jugar al campo. Aún no sabíamos que las bombas estaban allí. Gracias a dios no le pasó nada».

Maruán se muestra muy agradecido con los miembros de Bactec, que en pocas horas han limpiado su casa de explosivos. Cuando nos estamos por marchar, un campesino local se acerca y nos dice que acaba de encontrar varias bombas de racimo en el páramo al que suele llevar a pastar a sus cabras.

Simon habla con los miembros de su equipo. Deciden que es mejor no perder tiempo. Rápidamente partimos hacia allí.

Continúa…

112 comentarios

  1. Dice ser irene

    Digo yo que tampoco es para ponerse tan negativo…es una idea, y se puede ir madurando poco a poco…se puede hablar con ong, o si a hernan le apetece cuando vuelva plantearlo en la redaccion de 20 minutos…no se…siempre se pueden hacer cosas…yo estoy dispuesta a emplear tiempo gratuitamente en ello (tendria que pedir permiso en el trabajo, pero tambien lo haria)…yo soy consciente que no estoy capacitada para organizar algo asi pero seguro que de todos los que somos alguien habra con un pelin de experiencia, no se, teresa es profesora, MM es la rehostia, Hernan es un pofesioná … algo se nos ocurriraDios mio, donde hemos llegado que tengo que ser yo la positiva del grupo…no me lo creojejejejbesos a todos mis amores y amoras del blog

    03 octubre 2006 | 17:02

  2. Dice ser teresa

    Irene: no me entero que hay que organizar que?tERESA

    03 octubre 2006 | 17:18

  3. Dice ser monolit

    Vaya metedura de pata, me alegro que te lo hayas tomado bien Hernán. Si me imagino la situación, es cómo estar en una habitación a oscuras y empezar a correr en todas direcciones dándote porrazos contra las paredes porque alguien ha estornudado… ajajajaja. Bueno, quizá no tan exagerado pero hay que reirse un poco ¿no?Gracias por el piropo Irene ;o)

    03 octubre 2006 | 17:21

  4. Dice ser irene

    Teresa lee el post de monolit(monolit · 2 Octubre 2006 | 10:01 PM ) y kekuraz (dijo kekuraz · 3 Octubre 2006 | 09:12 AM )y lo entenderas todocomo te encuentras???besiños galleguiñaMonolit: la pura verdad hombre jejejeebesos

    03 octubre 2006 | 17:33

  5. Dice ser kekuraz

    Querida MM. Si ya se que tienes razón. Que es hacer algo es más que no hacer nada. Pero es que cuando me pongo a pensar en las pocas posibilidades que hay de que sirva para algo me pillo un cabreo que te cagas. Siempre hago referencia a la entrevista de Hernán, pero es que me cayó muy mal. Y como veo que el mundo está lleno de bestias como aquellas me jode que el mensaje no sirva para nada. Que la gente es muy egoista, joder. Y como soy como soy me pongo a pensarlo y me vengo abajo, pero solo son momentos puntuales (motivados por la falta de la medicación generalmente, jejeje). Luego se me pasa. ¿Ves? ya se me a pasao. Adelante, pues.Teresa, no sabía que estabas pachucha. Que te mejores rapaciña (claro estais hasta las tantas y uno ya no puede ¿eh?).

    03 octubre 2006 | 18:59

  6. Dice ser Patricia

    Hernán y f@mily :Si no leyeron Ciudad Pánicoescrito por Paul Virilio, se los recomiendo.Una mirada interesante.»Una prueba entre otras de esta descomposición de la guerra clásica nos es provista por la inversión del número de víctimas, puesto que en los conflictos recientes el 80% de las pérdidas están del lado de los civiles, mientras que en la guerra tradicional era exactamente a la inversa. Si antaño se distinguía claramente la guerra internacional de la guerra civil -la guerra de todos contra todos- de ahora en más toda guerra que se precie de tal es primero una guerra contra los civiles. De allí la eventualidad de que la próxima «guerra total» no sea otra que una guerra civil mundial y ya no local, en la que la metástasis ya no concierna a las naciones y a sus instituciones sino a sus poblaciones ofrendadas al caos en holocausto.»Según Paul Virilio, los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos marcan el cambio de la dimensión geopolítica de los conflictos en beneficio de una metropolítica regida por el desequilibrio que provoca el terror. La ausencia de un enemigo declarado y la concentración del miedo en las ciudades constituyen, para el autor, el signo distintivo de una era en la que el pánico urbano desplazó a la forma militar de la guerra y al carácter político de la ciudad. Un cambio que sólo es posible merced al desarrollo de las nuevas tecnologías, en particular las de la información, que redefinen la percepción de las dimensiones de tiempo y espacio.Con respecto al programa les cuento:se llamará (Cada mañana es)…Una nueva mañana.Me inserto en un grupo de hombres machistas.Lo siento tendrán que acostumbrarse a trabajar con una mujer…JeEstoy muy nerviosa ya que lo posible no siempre es lo deseable.Recuerden que es una fm de ciudad de 24.000 habitantes.Les paso la dirección de internet por si no tienen nada interesante que hacer:www.fmvall.com.arDe 9am a 12 am , hora argentina.Envíen energías!A ver Hernán cuando puedo entrevistarte…No importa si tienes o no barba, siempre que estés limpito y perfumado.Jejej!Ahora mismo tengo un nudo en el estómago.Anab…te extraño…Teresa no me has escrito más! Lo mismo digo Ross!Amigas, puede que esté enamorada, tal vez solo sea el efecto secundario de esta primavera, pues una golondrina no hace el verano, pero que no contagio!!!Vale?Ya saben uds. solo baja un poco el cociente intelectual y es justamente cuando más lo necesitas…pero es delcioso.Disculpen pero la famili@ es la famili@ y como dijera MM soy la hermana mayor…Lo que no quiere decir la más vieja…Cotilleos y datos en patriciaceraso@gmail.comAbrazos de una volvoreta nómade radial…

    03 octubre 2006 | 19:00

  7. Dice ser Karlos

    Como decian nuestra abuelas, la letra con sangre entra.Es de esperar que estos salvajes libaneses aprendan poco a poco que es mucho mas conveniente dialogar para resolver los problemas que asesinar a tu vecino. O secuestrarlo.Los musulmanes estan en una etapa de desarrollo social unos 200 años detras de nosotros.Estan pasando ahora la epoca que nos toco a nosotros, con la inquisicion, el oscurantismo y las mujeres esclavizadas.

    03 octubre 2006 | 19:20

  8. Dice ser kekuraz

    Ya sabes a lo que me refiero, mi querida MM.

    03 octubre 2006 | 19:26

  9. Dice ser ross

    …si todos practicáramos un poco más la amistad, la comprensión, la empatía, el respeto, la libertad del prójimo…las únicas bombas que necesitariamos, serían las bombas de palenque…Hola chicos…he escrito aquí ya que Hernán ha sacado nuevo post, porque mi comentario no tiene nada que ver con el tema que H. nos acerca….ando un poquito agobiada estos dias y no tengo mucho ánimo para escribir…perdonarme, sí? varios temas me tienen un poco tocada…sólo quería decir …que a veces las personas… hacemos o decimos cosas que hacen daño a los demás sin querer, y cuando es a un amig@…te sientes doblemente apenado……un amig@ al que quieres mucho…quería acercar una leyenda que seguro conoceis…»LA LEYENDA DEL VERDADERO AMIGO»Dice una linda leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGO UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.Intrigado, el amigo preguntó:¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?Sonriendo, el otro amigo respondió:Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo…un beso,

    03 octubre 2006 | 19:27

  10. Dice ser MM

    Querido Kekuraz,Perdona que no te haya escrito antes, tuve una cita con el sobre, y recuperador de cutis.,vamos que me eché la siestecita. Y después tuve que hacer otras cositas que por cierto, vengo muy contenta. Bueno al lío.Dices que …”pocas posibilidades que hay de que sirva para algo…”jja tu te anticipas a los acontecimientos.Mira, te hablo del año 2000. Los alimentos transgénicos eran unos desconocidos en España. Organicé una charla informativa con la colaboración de Ecologistas en Acción y mi sección sindical. Al personal le gusta estar informado, aunque a veces parece que no, la verdad. Pero te puedo asegurar que de allí salió gente que ahora, hoy en día sabe perfectamente lo que come.Fíjate, España es el único país de la Unión Europea que cultiva transgénicos a escala comercial y que en 2004 se cultivaron unas 58.000 hectáreas de maíz modificado con genes de bacterias. Te hablo del pasado 2004. Y desde el 18 de abril de 2004 todos los alimentos (excepto los productos derivados de animales como la carne, leche y huevos) procedentes de cosechas transgénicas tienen que tener en la etiqueta la mención «modificado genéticamente».Te digo que la charla fue en el año 2000. Vamos ahora en el 2006. España, total desconocimiento de las actuales armas empleadas en las recientes guerras.Es interesantísimo de verdad, hacer charlas sobre este tema, colegios, centros culturales…en mi centro cultural se desarrollan charlas sobre los Borbones..y estoy pensando seriamente en escribir a mi Junta Municipal, para saber quien coño organiza estos eventos tan enriquecedores, ciertamente.El mundo está lleno de bestias, pero de todos nosotros depende de cambiar alguna bestia por otra con criterio. Todo es ponerse con entusiasmo y ganas.Es normal que te cojas cabreos. Dime que medicación usas y hablamos.Un beso muy fuerte. Estoy además contenta de q te voy a conocer personalmente a faltar poco tiempo.

    03 octubre 2006 | 21:22

  11. Dice ser Carmen F.

    Kekuraz, como me recuerdas a mí tantas veces…Especialmente, las personas sensibles, necesitamos esperanza para vivir, no sé hasta q punto nos autoengañamos, pero yo la necesito aunque sea mentira, si no, no podría vivir en un mundo como éste…

    05 octubre 2006 | 11:20

  12. Dice ser 666

    https://blogs.20minutos.es/enguerra/post/2006/09/27/el-libano-y-ma…-El Líbano y las malditas bombas de racimo

    21 octubre 2006 | 14:59

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