Chad

11 comentarios

  1. Dice ser Fernando

    Menos mal que alguien se preocupa de las verdaderas víctimas de este caso.Todavía no he oído a los periodistas escribir sobre el origen de los niños, de dónde están sus familias, de qué futuro les espera… sin embargo, de la tripulación del avión sabría decir ya todos los nombres, procedencia, número de familiares, y hasta color de los ojos. Bendito país!!!

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser María José.

    Efectivamente Fernando es brutal el desinterés de la Prensa, en general, por informar acerca de las circunstancias personales y sociales y sobre la suerte de esos niños y más difícil todavía destapar lo que, en el fondo subyace y que aún sigue siendo tabú en los llamados países del Primer Mundo, aunque el tema es vomitivo: el tráfico de personas que, según parece, genera un beneficio de 32.000 millones de dólares cada año, sólo superado por el tráfico de armas y drogas.La supuesta organización humanitaria llamada el Arca de Zoé era, según algunos informes, una simple tapadera para secuestrar niños, venderlos y traficar con ellos. Todo indica que la ONG mintió a los padres adoptantes y recogió niños que no eran huérfanos, sino miembros de familias paupérrimas. Algunos fueron embarcados en el avión con promesas de estudios; otros, con el señuelo de dulces y regalitos. El Arca de Zoé carecía del apoyo oficial que anunciaba y han aparecido ya los padres de 91 de los 103 falsos huérfanos. El presidente Nicolás Sarkozy logró la liberación de 4 azafatas españolas de la tripulación del avión y de 3 periodista franceses que acompañaban la operación. Pero a los promotores les espera una larga condena.Por su parte, el presidente de Chad ha acusado a los europeos de secuestrar niños para venderlo a redes de pederastas.El relator especial de la ONU para la venta de niños y prostitución y pornografías infantiles, Juan Miguel Petit, ya ha pedido a las autoridades francesas y chadianas investiguen plenamente este intento de traslado de 103 niños a Francia por la ONG Arca de Zoé. Asimismo dijo que quienes se encuentren responsables de violar los derechos de los niños deberán ser llevados ante la Justicia de acuerdo con los estándares internacionales de un juicio justo.Según UNICEF, la mayoría de los 103 niños que presuntamente iban a ser trasladados de forma ilegal de Chad a Francia para ser adoptados gozan de buena salud, por lo que en breve se procederá a reintegrarlos en sus familias. La portavoz de Unicef en Ginebra no ha especificado en qué etapa se encuentra el proceso de identificación de familiares ni cuántos menores tienen efectivamente los progenitores vivos. Se trata de 21 niñas y 82 niños de entre 1 y 10 años , sanos, en general, y todos vacunados contra la rubeola y la polio.Si bien se especificó los casos que presentan síntomas de alguna enfermedad, fiebres, diarreas, dermatitis, malaria, anemia y malnutrición.En conclusión, el asunto de los niños del Chad es muy repugnante pero saca a la luz una realidad, pura y dura : el tráfico de niños.Dos siglos después del inicio de la abolición d la esclavitud ( en el año 1807, la Cámara de los Comunes en Gran Bretaña abolió el comercio de esclavos en el Imperio Británico y finalmente en 1833 decretó la abolición de la esclavitud), todavía existen 27 millones de personas tiranizadas en el mundo. Una cantidad que dobla el número de todos los que fueron «robados» de África durante los 300 años que duró el tráfico de esclavos.De acuerdo con el último «Informe sobre tráfico humano» del Departamento de Estado de EEUU, entre 600.000 y 800.000 personas son traficadas cada año; el 80%, mujeres y niñas; EL 50%, menores, a través de las fronteras internacionales.Resulta sorprendente que en el siglo XXI todavía se pueda hablar de millones de esclavos, una terrible epidemia que adopta mil rostros diferentes: niños soldado drogados y entrenados para matar en países como Uganda o Sudán; mujeres que son trasladadas a otros lugares con promesas de trabajo y acaban convirtiéndose en esclavas sexuales o laborales; redes que venden mujeres y niñas desde Europa del Este y Suramérica para su explotación sexual en varios países europeos; niños obligados a mendigar; en Brasil, ocultos en la selva amazónica, esclavos que cortan la madera, procesan carne o trabajan en las minas de oro; en lugares extremadamente pobres de Asia, las jóvenes son vendidas para ejercer como prostitutas con el consentimiento de sus familias; contrabandistas que pasan ilegalmente a los inmigrantes a las fronteras y las deudas que estos últimos contraen con aquéllos, favorecen que caigan con más facilidad en las redes de tráfico; inmigrantes usados como mano de obra fácil en los países industrializados; prostitución infantil, con niñas de 8 o 9 años, niños convertidos en las herramientas idóneas para realizar determinados trabajos, a bajo precio, etc.Todo es brutal y sangrante, la esclavitud y las distintas formas de explotación de millones de seres humanos como negocio rentabilísimo y supone una tremenda vergüenza para la humanidad, que prefiere mirar para otro lado.Recuerdo una frase de Jean Paul Sartre: «El infierno son los otros».Saludos.

    07 noviembre 2007 | 18:21

  3. Dice ser pelaspigas

    me temo que la esclavitud es algo más que secuestros de niños y otros casos «folkloricos» (dicho esto por la manera de los medios de manipulación ,la comunicación es algo siempre en dos direcciones al menos, tratan estos temas,)esclavitud es trabajar por pan y techo como ocurre con millones de personas en este planeta, esclavitud es carecer de la posibilidad de llevar una vida digna por estar anclado por un salario insuficiente parta ello.una última reflexión, ¿cuantos de los que se llevan las manos a la cabeza por este tema hacen uso de las esclavas (estas mayores de edad) africanas, rusas, rumanas, que son explotadas a pocos kilómetros de nuestros respetables trabajos?

    07 noviembre 2007 | 19:57

  4. Dice ser Entrenómadas

    Eneko, nos lo quedamos un rato. Nada apesta más que el colonialismo renovado. ugggggggggg

    07 noviembre 2007 | 20:11

  5. Dice ser angelitos negros

    ¿Por qué nadie pide responsabilidades a los inmigrantes africanos que traen a niños en las pateras?

    07 noviembre 2007 | 22:28

  6. Dice ser raquel

    felicitaciones por los dibujos, me gustaron todos, y en este caso me gusta que se tome en cuenta a las victimas que son los ninos.

    09 noviembre 2007 | 10:33

  7. Dice ser María José.

    Sorprende lo mucho que la Humanidad ha avanzado, en cuanto a inventos y descubrimientos de todo tipo que han permitido, sin dudas, una mejora de la calidad de vida y del bienestar social y alcanzar una mayor esperanza de vida, al menos, a una parte de la población mundial. En cambio, qué poco se ha conseguido en cuanto a valores éticos y humanitarios, pese a la existencia de organismos, tratados y leyes internacionales que se encaminan al reconocimiento, protección y defensa de los Derechos Humanos.Desde aquel año de 1807, cuando el Parlamento británico ilegalizó la trata de negros, que había afectado a entre doce y quince millones de personas en los siglos precedentes y la tenacidad y la astucia con que los abolicionistas libraron sus batallas jurídicas y parlamentarias hasta lograr la total abolición formal de la esclavitud a finales del siglo XIX, se calcula que hoy hay más esclavos en el mundo, 27 millones según los cálculos más optimistas, que en cualquier otro momento de la Hª.El crecimiento vertiginoso de la población mundial en el siglo XX (6.700 millones de personas en la actualidad), la siempre creciente fractura entre ricos y pobres y los movimientos migratorios hacia el Norte desarrollado han abonado en las últimas décadas un campo en el que es fácil caer en las redes de los modernos traficantes, que captan potenciales víctimas con falsas promesas, compran niños a familias indigentes o prestan un dinero que se convierte en una deuda impagable para el incauto.Según Kevin Bales, el economista británico que se ha ha dedicado a estudiar el fenómeno, las diferencias entre la nueva y la vieja esclavitud estriban en que frente a una servidumbre tradicional, en la que la pieza era muy cotizada, había más demanda que oferta y los amos se esforzaban en adiestrarla y mantenerla para hacer rentable su inversión, el esclavo moderno cuesta relativamente poco, hay exceso de esclavos potenciales y su rentabilidad es muy alta, ya que, al ser fácilmente sustituible, se le explota al máximo.De las mil formas de esclavitud moderna que hay, una de las más insidiosas y sobrecogedoras es la que tiene como víctimas a los niños, a los que se les emplean como carne de cañón de lucrativos negocios sexuales y laborales.La explotación sexual de niños de ambos sexos procedentes de Asia y de África que se introducen ilegalmente en países europeos. El turismo sexual, del que no hay cifras conocidas, alienta a su vez, a la esclavización de menores en Tailandia, Vietnam y otros destinos vacacionales de Extremo Oriente, para consumo de varones occidentales.Según un informe del prestigioso The New York Times, existen unos 10 millones de niños dedicados a la prostitución en todo el mundo y equiparaba a los burdeles de la India con las plantaciones de esclavos del siglo XIX.El trabajo infantil es otro de los terrenos abonados para las peores formas de esclavitud.Se calcula que en la actualidad hay 218 millones de menores de 17 años trabajando en el mundo, la mayoría están empleados en menesteres perjudiciales para su salud.Según Anti-Slavery International (ONG con sede en Londres, lidera la lucha por la emancipación)), 8.400.000 son esclavos en el sentido estricto de la palabra, sea por deudas, por secuestro, por prostitución o porque han sido enrolados forzosamente para hacer de ellos niños soldados.Muy frecuente es lo que se ha denominado irónicamente la esclavitud voluntaria. Es el caso de los cientos de miles de trabajadores asiáticos que están construyendo a marchas forzadas los multimillonarios hoteles y complejos turísticos del moderno Dubai. Trabajan un promedio de once horas al día, con quince minutos para comer, seis días a la semana por unos 150 euros al mes, de los que deben descontar el dinero que pagan a las empresas por la comida en la cantina y el alojamiento en poblados obreros que, a menudo, sólo ofrecen agua corriente y electricidad unas horas al día.Es también el caso de los buscadores de diamantes de Sierra Leona (por cierto, esclarificadora la película «Diamanante de Sangre», que revela la verdad sobre el comercio de diamantes), que ya no son esclavos de las guerrillas forzados a peinar las zonas diamantíferas del país, sino voluntarios desempleados de la región, que aceptan cribar la tierra de sol a sol por un salario irrisorio o que cobran un porcentaje por los diamantes que venden a los tasadores, habitualmente extranjeros, que los ponen en circulación en el mercado internacional. Tras años de trabajo, los laboriosos buscadores de gemas sierraleoneses no suelen tener ni una bicicleta en propiedad.Aquí en España, aparte de los casos de mujeres del Este forzadas a prostituirse en los burdeles que jalonan las autovías por redes mafiosas internacionales, se da la paradoja de que muchos inmigrantes ilegales africanos que arriban en cayuco a las Canarias o a las costas andaluzas acaben ofreciéndose como mano de obra barata en las carreteras secundarias de las zonas de agricultura intensiva y, a menudo, incluso en sitios visibles de las grandes ciudades -las plazas de Carlos V, Elíptica o Legazpi en Madrid, por ejemplo- para emplearse ilegalmente sin seguro, derechos, ni las más elementales medidas de protección como cascos, guantes o mascarillas.Los ejemplos se multiplican, dispongo de abrumadores y aterradores documentos e informes, con sus datos y correspondientes dramas humanos, que configuran la gran tragedia de nuestro tiempo, ante la indiferencia de una parte de la humanidad dormida y unos gobernantes poderosísimos más preocupados en enriquecerse con el tráfico de las armas, las drogas y la explotación, en las más variadas modalidades, de seres humanos.Curiosamente las grandes multinacionales no están implicadas en la esclavitud, aunque una pequeña fracción de los productos que venden -chocolate, algodón o madera de las selvas brasileñas- puedan haberse producido mediante trabajos forzados,(en todo caso, como consumidores conviene saber la procedencia de ciertos productos y animarse a comprarlos del «Comercio Justo»).Finalizo con una de las premisas de los abolicionistas: «El sufrimiento de un solo hombre es el de la humanidad entera».

    09 noviembre 2007 | 12:43

  8. Dice ser kaferemo

    Simple. Claro. Duele, leches.

    09 noviembre 2007 | 19:13

  9. Dice ser HSTSFRT

    ANDATE A LA CHUCHA

    27 octubre 2008 | 20:50

  10. Dice ser PIEJYRNNI

    PURA WEAS VALLANSE A LA XUXA

    27 octubre 2008 | 20:53

  11. Dice ser DSVDC

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    23 mayo 2009 | 20:02

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