Intención de voto

14-12-05-pppsoe

8 comentarios

  1. Dice ser Yomismo

    Eneko, eres un gran humorista gráfico. Pero, ¿te permitirían hacer este tipo de humor en tu Venezuela natal?

    05 diciembre 2014 | 21:37

  2. Dice ser Stewart Cops

    Se agradece la intencion, pero la clase social trabajadora ya no tiene ningun partido politico como referencia (si es que alguna vez lo ha tenido).

    http://lacasadelcomicduendeverde.blogspot.com.es/2014/12/el-sarcasmo-grafico-en-la-politica.html

    Que vaya bien, un saludo

    05 diciembre 2014 | 21:42

  3. Dice ser Julian Martinez

    Hoy de eso del voto, lo tienen bien manipuleado mas que nunca. Yo no voto a nadie.

    06 diciembre 2014 | 03:17

  4. Dice ser cadista

    Totalmente acertado! PP y PSOE han demostrado ser lo mismo, y por mucho que Pedro Sanchez diga lo contrario, yo se que acabaran pactando con el PP con tal de que Podemos no llegue al gobierno.

    Esperemos que Podemos consiga los suficientes votos como para votar con IU, al menos.

    06 diciembre 2014 | 19:38

  5. Dice ser Julian Martinez

    Totalmente de acuerdo Cadista, PP.SOE es la esencia del fascismo de la dictadura de Franco, los verdaderos socialistas que lucharon en la clandestinidad contra la dictadura hoy son condenados como terroristas por estas pandas y modernos socialistas desde Felipe el hermoso, el terrateniente de Andalucía con la duquesa de Alba que estan exentos de impuestos del patriminio. Menudo cotorro tienen montado amparándose en sus aliados del exterior, hipotecando la nación y como galantes el pueblo trabajador mientras estas pandas de atorrantes ladrones juntos con los banqueros aumentando sus capitales en base a los crímenes sociales que están haciendo a pensionados, medianos y infantiles sin futuro de nada por tanto chorizo y corrupción por los que supuestamente están para que esto no suceda.

    Los corrales de las gallinas como centinelas se pusieron las zorras y lobos y pasa lo lógico que tiene que pasar. Por cuantos tiempos tendremos que aguantar esta peste de zorras y lobos??..,, Creo que están criando mas!! Veo que por evidentes razones de ordenamiento de los pueblos no «podemos».

    07 diciembre 2014 | 02:40

  6. Dice ser Al Sur de Gomaranto

    Aunque juntos, de la mano
    se presentaran a comicios
    o con alianzas posteriores
    hicieran cama revuelta,
    el pueblo no vería bien
    ni uno, ni el otro revoltijo,
    está ya tan escarmentado,
    hastiado y desilusionado
    que ni cree, ni se fía
    de quienes les han engañado
    diciendo que con las tijeras,
    el bisturí y la guadaña
    de un mal mayor nos han salvado.
    Viendo que a diario salen:
    Bárcenas y sus viajes
    a Suiza y a paraísos fiscales,
    con indemnizaciones en diferido
    y con contratos simulados,
    las correas alemanas,
    las visas, los sobres de Bárcenas,
    los alcaldes punicados,
    fiestas, viajes… el jaguar,
    jamón y güisqui en los aviones
    Y toda esta ensalada
    aliñada con los eres?
    Eso sería demasiado
    lo que necesita el país es,
    una brigada de limpieza
    que haga limpieza a fondo
    dando a este mugriento país
    lo que la Real Academia
    dice que da a nuestra lengua:
    Limpieza, Fijeza y Esplendor,
    y lo demás… son monsergas
    para seguir como siempre
    en las poltronas viviendo
    corruptos y vividores,
    aunque no todos los son,
    algunos hay muy decentes.
    Pero…”Dime con quién andas
    y te diré si voy contigo”

    07 diciembre 2014 | 09:04

  7. «Esta es la increíble historia de Mariano Rajoy, un político inverosímil al que sus rivales no se han tomado suficientemente en serio, con consecuencias catastróficas para todos ellos.

    Son muchos los prodigios que se le atribuyen en su tierna infancia: los vecinos de Pontevedra aseguran que nació con barba, que podía leer los titulares del Marca a los ocho meses de edad, que fumaba puros a los dos años y que recitaba de memoria los artículos del Código Mercantil antes de cumplir los cinco. Pero los prodigios más asombrosos llegarían tiempo después, ya iniciada su trayectoria política. El más llamativo de todos fue ganar las elecciones de 2015.

    Toda su carrera de servicio público a la derecha española ha venido marcada por tres refranes, que articulan y dan sentido a su biografía política. Los dos primeros son de españolísima raigambre y el tercero es incomprensible y de aplicación universal. El primero y más importante es este: “El tiempo pone a cada uno en su lugar”. El mismo Heráclito el Oscuro podría haber sido el autor de este apotegma. El segundo, “el que la sigue, la consigue”. Y el tercero, “la venganza es un plato que se sirve frío”. Gracias a la práctica de estos sabios principios, Mariano Rajoy ha alcanzado una templanza de ánimo epicúrea, una especie de ataraxia política que le permite sobrellevar las mayores catástrofes sin perder no ya la calma, sino ese distanciamiento flemático que llamamos impasibilidad.

    Cuando todos los “listos” de este país le pedían a Rajoy que se dejara de numantinismos y pidiera el rescate de una vez, el presidente del Gobierno supo ver la conveniencia de ganar tiempo y esperar a que amainara la tormenta. El tiempo, su cómplice más fiel, acabó dándole la razón.

    Duro como el pedernal, Rajoy atesora una experiencia que muy pocos más han vivido: la de ver pasar los cadáveres de sus rivales y enemigos, uno detrás de otro. Él estaba en la terna de Aznar, con Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja. ¿Qué ha sido de los otros dos? Mayor Oreja anda por ahí defendiendo la tesis lunática de que “la ETA” está ganando la partida a “los demócratas”. Por su parte, Rodrigo Rato ha acabado en el imaginario popular como el paradigma de gánster financiero-político, suficientemente espabilado como para hundir Bankia y ganar después consejos y cargos en las empresas del Ibex 35.

    Rajoy consiguió ser el elegido, si bien su jefe le puso dos escoltas que controlaran sus movimientos y declaraciones, Eduardo Zaplana y Ángel Acebes. Pero Rajoy supo deshacerse de los dos con su discreción habitual. ¿Alguien se acuerda de ellos? Abandonaron la política y hoy se dedican a la buena vida.

    Ante la segunda derrota electoral, la de 2008, unos cuantos en el PP trataron de moverle la silla a Rajoy, con el apoyo de periodistas como Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos. A Ramírez lo terminaron echando de El Mundo y a Jiménez Losantos de la COPE: sus carreras meteóricas se frenaron en seco… por enfrentarse a Mariano. Los dos han perdido toda la influencia política y social que tuvieron en su momento. En cuanto a quienes participaron en la conjura del PP, como Esperanza Aguirre, quedaron todos ellos laminados en el seno del partido. Aguirre es hoy una sombra de sí misma.

    Rajoy no es solamente un consumado killer político. Además, es un superviviente sin par. Ha sobrevivido a episodios que habrían tumbado a cualquier otro político en sus circunstancias. Ganó con mayoría absoluta las elecciones de 2011, cuando ya se había descubierto la podredumbre delictiva de la trama Gürtel y, lo que resulta todavía más asombroso, ha superado la publicación de los papeles de Bárcenas. ¿Habría resistido cualquier otro político español unas revelaciones como las de Bárcenas?

    Hoy sabemos que, de Rajoy para abajo, todos los cargos dirigentes del PP cobraban sobresueldos, que el partido tenía contabilidad b, es decir, que cometía fraude fiscal sistemático y continuado en el tiempo, y que se financiaba ilegalmente con donaciones de empresarios y constructores que eran recompensados con contratos de las administraciones controladas por el PP. Un escándalo de esta magnitud habría provocado un verdadero terremoto político, llevándose al gobierno por delante, salvo que este estuviera presidido por Mariano Rajoy. A propósito del asunto Bárcenas, Rajoy mintió en repetidas ocasiones, ante periodistas y diputados, y ante la ciudadanía toda. Y quedó en el más espantoso de los ridículos cuando le sacaron los mensajes íntimos que enviaba a su buen amigo el tesorero del partido. Sin embargo, ahí sigue, presumiendo de recuperación económica.

    Si Mariano ha aguantado en el cargo el mayor escándalo político de la democracia española, es porque ha jugado bien sus cartas. Supo convencer a los centros de poder europeos (a la Comisión, al Gobierno alemán, al Financial Times, etc.), de que no iban a encontrar a nadie tan dispuesto como él para llevar a cabo la gran devaluación interna del país. Ha seguido el manual de instrucciones escrito por sus jefes con extraordinaria precisión, haciéndose perdonar los pecadillos de la corrupción. Así, ha recortado las pensiones para siempre, ha desregulado el mercado de trabajo, ha metido la tijera en sanidad, educación y dependencia, y ha conseguido que España se ponga a la cabeza en desigualdad. Esto es lo que importa en Europa. Que el partido en el gobierno tenga un sistema de doble contabilidad es más bien un asunto interno.

    Pero lo más asombroso de todo fue que, en estas circunstancias, el principal partido de la oposición, el PSOE, lejos de remontar, siguiera perdiendo votos, lo que le permitió a Mariano ganar las elecciones europeas. Obrando como costalero del sistema, Alfredo Pérez Rubalcaba no quiso presionar mucho con el asunto de la corrupción (por no pedir, no pidió siquiera una comisión de investigación sobre Bankia) y encima le ofreció al gobierno varios pactos que este ignoró olímpicamente. Rajoy, sin mover un músculo, consiguió que la crisis se llevara por delante al jefe de la oposición. Mientras el pobre Rubalcaba y sus amigos de El País hacían campaña a favor de la gran coalición, Rajoy se lo pasaba en grande viendo cómo crecía el monstruo Podemos y rompía al Partido Socialista.

    Para colmo, cuando se aproximaba el momento de la verdad en la crisis de Cataluña, se descubrió que el santo patrón de la derecha catalana había sido todavía más corrupto que los patrones de la derecha española. Todos, incluso los más próximos, le habían aconsejado que tomara cartas en el asunto y negociase con los catalanes, pero al final su tiempo de espera se mostró más eficaz que cualquier propuesta política.

    Así llegó a las elecciones de 2015, con la política catalana en proceso de descomposición y la oposición de izquierdas más fragmentada que nunca. Aunque muchos de sus votantes estaban muy decepcionados, la pérdida de apoyos en la derecha se vio ampliamente compensada por las divisiones entre los partidos de la izquierda: volvió a ganar. Y así acaba esta increíble historia, con Mariano Rajoy gobernando de nuevo. Colorín colorado, este cuento y este país se han acabado».

    por IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA
    18/08/2014
    infolibre.es

    07 diciembre 2014 | 11:18

  8. «1. El bipartidismo es sólo un síntoma. El PPSOE es la marca blanca de la coalición de élites económicas y sociales que ha dominado la política española desde la Transición. Cuando le preguntaron a Margaret Thatcher cuál había sido su mayor logro político respondió: “Tony Blair”. No era ninguna bravata. Thatcher logró que el neolaborismo adoptara la mayor parte de su programa. En España eso nunca ha sido necesario. Felipe González asumió el programa neoliberal con un entusiasmo atlético. Sencillamente ahora se nota más porque la economía se ha hundido. La verdad es que las políticas económicas del PP y el PSOE han sido de una continuidad extrema y ese es el sentido de la alternancia entre ambas siglas.

    2. El bipartidismo es una consecuencia directa del sistema electoral español, que fue diseñado con ese objetivo por el postfranquismo. Básicamente es una estrategia para excluir de la toma de decisiones políticas cualquier medida que cuestione el estatus y los beneficios materiales de las élites. En las tres últimas décadas ha habido encendidas polémicas sobre el aborto o el terrorismo, pero ni una sola palabra sobre la transformación de nuestro sistema fiscal para que los ricos literalmente no paguen impuestos. Esa es la causa del deterioro de la vida política, no el hecho de que solo haya dos partidos con opciones de gobierno. Las cosas pueden continuar igual en escenarios más plurales e inestables, como el vodevil italoargentino que se avecina: una sucesión de escándalos que convenza a la gente de la oportunidad de un paréntesis tecnocrático, o sea, de que gobierne directamente la oligarquía económica sin la pantalla de humo del bipartidismo.

    3. Tal vez deberíamos probar a preguntarnos en serio para qué sirve una democracia. La democracia es una apuesta radical por la igualdad, no un servicio universal de atención al cliente. Tiene algo de locura, si uno se para a pensarlo. Significa que el majadero ese del Porsche Cayenne, la tía que suelta a un par de pitbulls en un parque con niños o los canis del centro comercial tienen el mismo derecho a intervenir en la vida pública que tú. La izquierda histórica supo procesar esa idea escandalosa para que resultara factible y deseable. Identificó una coalición de intereses de todos los trabajadores y creó afinidades comunitarias muy intensas. No creo que ese programa se pueda recuperar sin más, pero tenemos que reemplazarlo por propuestas antielitistas igualmente ambiciosas.

    4. Da la impresión de que ahora mismo mucha gente está dudando. Por una parte seguimos aferrados a la fantasía de la clase media que nos han inculcado Los Serrano y El Corte Inglés. Esa idea de que si estudias mucho o trabajas en serio o te compras unas gafas de pasta y aprendes inglés te vas a librar de la pobreza y de los caprichos del mercado laboral. De los restos de esas falsas promesas que han constituido el núcleo del programa del PPSOE se está nutriendo, sobre todo, UPyD. Por otra parte, hay señales que anuncian un nuevo antielitismo. Nos estamos dando cuenta de que una hipoteca usuraria, un segundo coche o la ropa cara y ridícula no alteran nuestra situación social. Pero aún es una tendencia muy tibia. Incluso lo expresamos en términos cuantitativos: somos el 99%. Como si sólo fuera una cuestión numérica, una especie de error contable a la hora de atribuir los costes y beneficios de la vida social. Y no es así. El igualitarismo nos debería transformar por completo, porque tiene que ver con la comprensión de que la construcción del espacio público democrático es un extraño cóctel de autonomía, fraternidad y ayuda mutua.

    5. Me temo que es algo que ha entendido muy bien la extrema derecha, que está manipulando y degradando esas pulsiones igualitarias. Todo el mundo se ríe de los neonazis griegos en vez de preguntarse por qué mucha gente normal apoya a esos payasos con pinta de extras de un vídeo de Rammstein. La nueva extrema derecha hace un análisis erróneo y malvado de la situación de los trabajadores y propone soluciones inmorales y estúpidas, pero al menos no se desentiende de esos problemas. Los partidos y sindicatos mayoritarios no sólo nos han vendido un mundo de ilusiones meritocráticas sin relación con la vida de la mayoría, por el camino han deslegitimado el proyecto igualitarista de la izquierda no institucional».

    por César Rendueles
    profesor en el Departamento de Teoría Sociológica de la Universidad Complutense de Madrid.-
    1-Mayo-2013

    07 diciembre 2014 | 14:26

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