Yo soy Eneko y soy más feliz cuando logro expresar mi opinión sólo con la imagen. Sancho es tu vecino del 5º Izq. Habita una isla, un mundo propio lleno de sueños y miserias, con una lógica que no admite gobierno. Colaboran en el desgobierno, Haua, su compañera, y Eva y Jordi, su prole. Pero no viven ajenos. Su isla forma parte del planeta España, del Universo Tierra, y está atravesada por la a menudo demencial realidad que tan acojonados nos tiene.
Somos el foso, la vaya,
la contención, la muralla,
en definitiva frontera
entre África y Europa.
Pensaron los europeos
de tener como fronera
entre los dos continentes
los mil kilómetros de España
además de…el estrecho
Que sería mucho mejor
y tal vez más económico
que solo tene los Pirineos,
y para tales menesteres,
nos hiceron… €uropeos.
Maldita se la hora
en que nos hicieron gendarmes,
gendarmes y guardianes
de sus froteras del sur.
10 febrero 2014 | 17:12
Yo, lo único que se muy convencido hoy, es que después de la segunda guerra mundial, «aunque hoy creo que llegamos ya por la quinta» los Europeos decían que la frontera Africana comenzaba en los Pirineos.
Hoy esta mas que confirmado y encima de guardianes, sirvientes hipotecados, hambreados, maltratados,
expulsados de sus viviendas y miles de encarcelados. Estos son los malos, los que promueven y hacen en practica real, este maltrato social son los buenos porque estan cumpliendo su ley.
Nos convirtieron en un país mas de tercer mundistas donde como es natural, cada DIA aumentan los nuevos ricos con una corrupción sin precedentes y descaro desde los poderes del Estado al servicio de las elites y sistema financiero Internacional.
Por cuanto tiempo mas durara esta situación de abuso de poder social?? Por los síntomas, las ideas de los que mandan esta dictadura tecnológica parece que mas que el Imperio Romano. Esta por ver..,!!
10 febrero 2014 | 23:38
«Casi siempre sucede que cuando uno vive intensamente o empatiza intensamente con una tragedia, se activan todos los mecanismos de la superioridad moral y hasta la sociofobia. Se entrega uno a las comparaciones, justas y a la vez irracionales: ¿por qué la muerte de personas en Ceuta no escandaliza como un apuñalamiento en el centro de Madrid? ¿Por qué un bolazo de goma en una de las manifestaciones que hacemos en streaming supone una agresión mayor que a personas que están cruzando por el agua intentando llegar a suelo español? ¿Por qué si alguien pierde un ojo se activa todo el tejido activista y si una decena de personas pierde la vida entre el atosigamiento de las policías española y marroquí apenas se desgañitan los cuatro de siempre? ¿Dónde están los “provida”?
Cavar demasiado hondo en esa lógica lleva a la desesperación y a la soledad. Los que hemos trabajado periodísticamente la inmigración, los que hemos visto cómo viven en Marruecos, cómo intentan cruzar, cómo de cerca está y cuánto silencio les envuelve, reventamos cada vez que sucede algo como las muertes de Ceuta. Nos parece que tendría que ocupar no solo titulares, sino debates, reportajes, tertulias polémicas de esas en las que todo el mundo grita mucho y airadas declaraciones políticas.
Pero luego uno piensa, por aliviarse, que esa misma sensación la tendrán tantas otras personas con tantas otras injusticias que a ellos les revuelven y, por la razón que sea, a otros nos tocan menos dentro. En esos casos, supongo, son ellos los que nos mirarán con dolor, superioridad moral y odio. Si cada uno de nosotros enumerara 5 injusticias desgarradoras de nuestro alrededor más inmediato seguramente no fueran las mismas. Eso quiero pensar.
Lo que no puede ser subjetiva es nuestra sensibilidad ante la mentira. Y haciendo un repaso a las versiones que ha dado el Gobierno, Interior y la Guardia Civil sobre la muerte de la decena – ni siquiera se sabe ya en realidad cuántos cuerpos han encontrado – de personas, uno deja de discutir en el plano de la sensibilidad y comienza a hacerlo en el de la decencia. Tengan ustedes la injusticia de cabecera que quieran; pero seamos todos igual de firmes contra la mentira».
juanlusachez.com
08/02/2014
11 febrero 2014 | 21:18
Miembros de las fuerzas de seguridad marroquíes habitualmente propinan golpizas, cometen diversos abusos e incluso, en algunas ocasiones, roban a migrantes originarios del África subsahariana en la región noreste del país, señaló Human Rights Watch en un informe divulgado hoy.
Miembros de las fuerzas de seguridad españolas también aplican la fuerza excesiva cuando expulsan en forma sumaria a migrantes de Melilla, comprobó Human Rights Watch. España debería detener todas las deportaciones sumarias hacia Marruecos en la frontera con Melilla.
http://periodismohumano.com/migracion/hrw-acusa-a-marruecos-y-a-espana-de-abusos-y-palizas-a-inmigrantes.html
11 febrero 2014 | 21:42
la unica condicion que debe cumplir un emigrante al pais que ingresa es la compatibilidad ideologica, el idioma es secundario ya que debemos respetar la diversidad.
12 febrero 2014 | 15:57