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La inversión térmica, qué es y qué efectos produce

Hoy os quiero hablar de un fenómeno que de vez en cuando escuchamos en los medios de comunicación y que me temo que a veces no se entiende bien. La inversión térmica. Durante muchos días además se ha estado produciendo en nuestro país, aunque ahora toca a su fín. Además, es una de las preguntas a las que debo contestación, ya que @Giruzubieta en twitter me la propuso hace unos días.

La inversión térmica tiene que ver con las temperaturas. Como sabéis, la temperatura desciende -hace más frío- según ganamos altura. Esto lo hemos podido comprobar multitud de veces cuando subimos una montaña, a pié o en coche. Si paramos en lo alto del puerto, el frío allí, sea verano o invierno, es mayor que abajo. En la atmósfera, normalmente, el frío aumenta con la altura. Pero esto a veces esto cambia y los papeles se invierten.

Inversión térmica en Cortina d´Ampezzo. Foto Gainan, Flicker CC

Inversión térmica en Cortina d´Ampezzo. Foto Gainan, Flicker CC

 

Para entender esto es importante saber que el aire pesa. Si, pesa, y más de lo que nos imaginamos. De hecho en situaciones de altas presiones, como la que venimos padeciendo desde hace semanas con presión de más de 1030 hectoPascales, los dolores de cabeza y de articulaciones son frecuentes, ya que soportamos más peso, más presión del aire que tenemos encima nuestro. Al igual que una botella de agua se contrae cuando bajas de un avión, debido a la mayor fuerza de la presión atmosférica, así nuestros pequeños cuerpecillos humanos sufren ese estrujamiento invisible, y el resultado son esas molestias tan indeseables

Pero es que, además, el aire frío pesa más que el aire caliente, lo podéis comprobar cuando veis subir el vapor de una cacerola, o depositarse la escarcha a ras de suelo, y eso es decisivo para entender porqué se produce la inversión térmica. Se produce en situaciones de estabilidad atmosférica, de anticiclón, de buen tiempo, y sobre todo en invierno, cuando además, hay masas de aire frío en juego. Al no haber mezcla de las masas, turbulencia que las mueva arriba, abajo o en cualquier dirección, la masa fría cae inexorablemente, depositándose en las zonas bajas, valles o llanuras. Imaginad el agua y el aceite en un vaso. Si lo dejamos reposar el agua queda abajo, sería el aire frío. De esta manera la temperatura se invierte, se produce la inversión, y en estas ocasiones en lo alto de las montañas hace menos frío en en el valle. Según subimos, abandonamos las capas estratificadas de aire frío y salimos a la zona menos fría. Estamos ante la famosa inversión térmica.

Este fenómeno, muy habitual en invierno y que hace que, por ejemplo, haga más frío en Getafe, con mínimas de 5 bajo cero, que en Navacerrada, con 2 ó 3 grados positivos, por las mañanas, tiene las horas contadas. Desde hoy la situación cambia y tendremos vientos, nubes, precipitaciones y mezcla de masas de aire. La inversión se romperá y todo volverá a la … ¿normalidad? 😉 Pero esa es otra historia…

 

4 comentarios

  1. Dice ser FORMALINA

    Primera vez que leo tu blog, me ha encantado el tema aparte que lo has explicado super basico, claro, sin rodeos y tecnisismos. Como profe…un sobresaliente!

    13 enero 2012 | 13:51

  2. Dice ser Marta

    Ese efecto se ve muy bien en zonas rurales en esos dias en los que el humo de las chimenesas alcanzan una altura y luego se desplazan horizontalmente porque no pueden atravesar las siguientes zonas que seguramente son más calientes.

    Marta
    http://www.mivibrador.es

    13 enero 2012 | 15:56

  3. Dice ser aaaaaaa

    Muy bueno este blog Emilio.

    13 enero 2012 | 17:18

  4. Dice ser Miguel

    Emilio, me siento muy identificado con tu tarjeta de presentación. Desde niño he vivido mi inclinación por la meteorología como una afición que se veía (aún hoy, pero no tanto) como rara y no entendida en una época en la que la pura observación y la palabra de Mariano Medina eran prácticamente las únicas herramientas. Hoy afortunadamente, gracias a foros de aficionados y a la mucha información a la que tenemos acceso, a modelos y a otras herramientas de predicción, podemos disfrutarla mucho más, cuando sin embargo mi carrera profesional ya está encauzada en una línea completamente distinta como es la ingeniería de telecomunicación.

    Pero bueno, al margen de esto, quería decirte que has dado en uno de los temas que más estoy intentando seguir en los últimos años. La inversión térmica como concepto es bastante comprensible, sin embargo, esto podría hacer pensar que entonces en una noche rasa y calmada de invierno a 500 m hará más frío que a 800m, y aquí menos que a 1200, donde a su vez hará más frío que a 1800. Sin embargo si cogemos una región amplia del centro de la Península (para evitar el efecto regulador de la proximidad del mar) una mañana invernal y anticiclónica vemos que esa relación no se cumple de una manera tan lineal y que muchas veces en Aranjuez (unos 500 m) tiene mínimas más bajas que el Puerto de Navacerrada (unos 1900m), pero que sin embargo en puntos próximos a los 1000-1200 m como Cantalojas (GU) o Molina de Aragón (GU) el frío ha sido mucho mayor.

    Mi conclusión es que (la afirmo con cierta incertidumbre, esperando tu corroboración y tu explicación más detallada) este fenómeno debe entenderse a escala muy local, teniendo en cuenta la orografía del terreno, de manera que en un lugar accidentado el fenómeno será acusado, mientras que en un lugar llano o ligeramante ondulado lo será mucho menos. Si, aún estando ambas zonas bajo el mismo anticiclón y las mismas condiciones generales, las comparamos entre sí, podríamos ver que no existe una relación lineal altura-temperatura (ni en sentido directo ni inverso), ya que en una meseta el frío no tiene lugares más bajos a los que descender y por tanto en comparación con un valle de una cordillera relativamente cercana hará que aparentemente no se haya cumplido el principio de inversión térmica.

    Ahora bien, también he observado que dentro de una misma cordillera o sierra se quiebra a veces esa relación en puntos relativamente próximos y se produce una cierta «anarquía» en la que a distintas alturas se producen temperaturas muy dispares sin seguir una relación lógica con la altura (lo he observado en ocasiones, por ejemplo, con las estaciones Meteoclimatic del Sistema Central), y a esto me cuesta más encontrarle una explicación. ¿Quizás debido a que esa noche la calma no fue generalizada y por efectos orográficos muy puntuales y locales en unos sitios hubo movimientos de masas y en otros cercanos no?

    En fin, como digo, es un tema en el que todavía encuentro conflictos entre la teoría y la observación en la práctica.

    Por otra parte, ¿siempre e inexorablemente una noche rasa de invierno se traduce en inversión térmica? ¿Por qué entonces, si es tan obvio, los mapas de predicción de temperaturas mínimas de la AEMET, se empeñan en poner los colores blancos/morados de temperaturas negativas en las zonas más altas de las cordilleras?

    Pues nada, espero no haberte aburrido ni cansado con tanto texto y tanta pregunta, y ánimo para seguir adelante con tu blog.

    13 enero 2012 | 20:11

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