Publican hoy varios medios españoles el interés del Real Madrid y del Barcelona por hacerse con los servicios del sevillista Jesús Navas para la próxima temporada.
No voy a descubrir ahora la enorme calidad de Navas, uno de los pocos supervivientes de esa especie en vías de extinción que son los extremos, hecho que aumenta aún más su cotización en el mercado.
El futbolista de Los Palacios es de esos exclusivos jugadores que viven pegados a la línea de cal y en la frontera con el fuera de juego. Su velocidad y habilidad para el regate, que se lo pregunten al madridista Marcelo, unido a su efectivo golpeo de balón, lo convierten en una amenaza constante para cualquier lateral.
Sin embargo, un talento como el de Navas no tendría cabida en el actual Real Madrid de Pellegrini, un técnico que ha desterrado el juego por las bandas. Su visto bueno al traspaso al Bayern de Múnich de otro purista de la banda como es el holandés Arjen Robben deja claro que el sevillano poco tendría que hacer a las órdenes del chileno.
Pellegrini prefiere jugar por dentro, con constantes apoyos entre sus futbolistas y pases cortos y precisos. Además, el preparador blanco ya cuenta con Cristiano Ronaldo para abrir el campo en caso de que el «pasilllo de seguridad», que decía Luis Aragonés, se convierta en un embudo atascado.
En cambio, más presencia tendría Navas en el Barcelona, donde los extremos son fundamentales en el esquema de Guardiola. El sevillista sería un buen recambio para Henry, que agota sus últimos meses como jugador azulgrana.
Dicho esto, va a ser complicado que el extremo, que acaba contrato el 30 de junio de 2012, salga de Sevilla. Su presidente, José María del Nido, ya ha manifestado que no está en venta y tampoco el jugador, que ha sufrido varias crisis de ansiedad cuando se ha alejado de su entorno más cercano, está por la labor.