En el mundo del fútbol nadie duda de lo buen profesional que es Juande Ramos. Un entrenador “como la copa de un pino”, me cuentan.

Pero es “mala persona”. Suele tener pocos amigos dentro del vestuario y buena parte de los colaboradores que ha tenido a lo largo de su carrera echan pestes de él.

Como su ex preparador físico Carmelo del Pozo y su ex representante Álvaro Torres, al que ninguneó en las negociaciones con el Tottenham para marcharse con Ginés Carvajal, el agente de Raúl. ¿Tendrá algo que ver en su fichaje por el Madrid?

“Juande es tan buen entrenador como mala persona”, dijo Torres de él.

También se ganó la enemistad de José María del Nido, presidente del Sevilla, y de toda la plantilla del Tottenham, que le hizo la cama para que lo echasen. Y lo consiguieron.

¿Es cierto? “De ese tema no puedo hablar”, ha comentado César Sánchez, el portero español del conjunto inglés.

Pero imagino que lo que les interesa a los madridistas es su perfil profesional. El manchego es un entrenador que cuida todo al mínimo detalle.

Le gusta el orden y es un obseso de la alimentación y de la dieta. Las ‘papillas’ que le prepara el endocrino Antonio Escribano se han hecho muy famosas.

Tácticamente le gusta jugar con un 4-4-2 y le da mucha importancia al juego a balón parado, recurso que el Madrid tiene en el baúl de los recuerdos.