La propuesta del Gobierno de subir los impuestos (del 24 al 43%) a los extranjeros, ya sean futbolistas, baloncestistas, médicos o ingenieros, parece haber levantado ampollas sólo en el deporte rey. ¿Por qué?

La explicación, como siempre, está en el poderoso caballero don dinero. La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha amenazado con parar una jornada porque esta medida provocaría que vinieran a España menos estrellas foráneas y, por lo tanto, las televisiones pagarían menos y, por lo tanto, los clubes ganarían menos dinero.

Puedo entender las razones de la LFP, pero también entiendo a los futbolistas españoles que han afirmado que ya era hora de que hubiera igualdad a la hora de pagar impuestos.

Además, este incremento provocaría que los futbolistas españoles de la cantera tuvieran más oportunidades. A lo mejor, en la delantera del Madrid no estarían ni Benzema ni Higuaín, sino Negredo. Y en la del Barça, Pedrito ocuparía el puesto de Ibrahimovic.

¿Y la selección española? Pues por probabilidad, si hay más futbolistas españoles jugando, la calidad y la cantidad entre la que tendría que elegir el seleccionador sería mayor. Otro beneficio.

Si es cierto que las estrellas extranjeras ya no querrían jugar en España, eso me lleva a pensar que sólo vienen por el dinero y que, realmente, les da igual donde jugar. Si en Italia, Inglaterra o Francia les gravaran menos se irían allí, pasando, totalmente, del prestigio o los títulos.

Veremos qué pasa en este pulso entre la LFP y el Gobierno, pero yo estaré muy atento a los moviemtos de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que ayer dijo que «el objetivo es la igualdad de derechos de todos», y el Athletic, único equipo que no ficha extranjeros.