Por fin se acabó el culebrón del Kun Agüero. El delantero del Atlético de Madrid, que se declaró en rebeldía, salió finalmente del conjunto rojiblanco para fichar por el Manchester City, un equipo que no era su primera opción, pero el único que ha estado dispuesto a pagar por él 45 millones de euros.
Es un secreto a voces que el argentino quería jugar en el Real Madrid, un deseo que el dueño del Atlético, Miguel Ángel Gil Marín, no estaba dispuesto a conceder. El hijo de Jesús Gil no podía permitir que su estrella acabase en el eterno rival, generando así una animadversión mayor hacia su persona por parte de la afición de la que ya tiene. Por eso, Gil Marín habló con el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, para que no fuera a por Agüero, al que ya había tentado en el pasado mercado invernal y por el que siente debilidad. Dicho y hecho.
Sin embargo, el mandatario rojiblanco ha querido asegurar aún más la operación debido a los rumores que apuntaban a que el City solo era un club-puente para que el delantero fichase por el Real Madrid en la temporada 2012-2013. Gil Marin ha exigido a los dirigentes ingleses incluir una cláusula en el contrato donde figura que el equipo de Manchester no podrá traspasar a Agüero al Madrid durante las dos próximas temporadas.