Archivo de marzo, 2016

Cintora pisa la calle

euros-economia-sumergida-Espana_MDSVID20160314_0245_17 Jesus-Cintora-entrevista-ciudadanos-trabajo_MDSVID20160328_0205_8Jesús Cintora se marca un Salvados de ir por casa en Cintora, a pie de calle (Cuatro). En la entrega del pasado lunes, titulada Trabaja y paga, el periodista soriano se pateó las calles españolas y alemanas para acercarnos más, si cabe, a la cruda realidad de quienes sobreviven entre paros y contratos  precarios sin fin.

La rúe le sirve al programa para organizar desde tertulias informales de patio de vecinos alrededor de un micrófono a charlas con expertos al abrigo de una terraza o de una plaza pública.

Y da cabida a la cámara oculta, como cuando Cintora se adentra en un bar cuyo dueño ofrece repartir comida a domicilio en horario abusivo, con seguro solo para la moto (el trabajador, que se encomiende a los santos) y pagando calderilla.

Esta propuesta de periodismo de proximidad televisado pretende llegar al fondo de las cuestiones pero se queda muy lejos de ello, al menos a partir de lo visto.

No aporta un valor añadido al espectador respecto a un reportaje bien armado de un telediario o de un magacin. También se sitúa a años luz de la marca Évole. Sigue intentándolo, Cintora.

‘El Caso’, primer número

La máquina del tiempo de TVE vuelve a arrancar con su nueva ficción española, El Caso. Crónica de sucesos.

Este thriller con dosis de comedia es una idea del actor Fernando Guillén Cuervo, que se pone en el papel protagonista de un ex policía reformado en periodista de investigación para la cabecera más famosa de los sesenta,img.rtve.es El Caso.

El semanario de sucesos que marcó una época de la España franquista revive en una serie en la que la actriz Verónica Sánchez es una colega del diario debutante en el oficio y que ha de lidiar con el machismo del sector y de la época.

El estreno del martes pasado dejó entrever un producto de buena factura y que promete, sin ser brillante, un regreso a nuestro pasado desde una óptica diferente, truculenta, pero políticamente correcta.

Guillén Cuervo y Sánchez están a la altura, pero acartonados y poco dotados para el humor. Y el papel del inspector Camacho (Antonio Garrido) y del director del medio (Fernando Cayo) funcionan.

Pero el resto de reparto renquea, y algunas escenas con voluntad de ser humorísticas viraron hacia una película mala de Pajares y Esteso. Han de ensayar más la risa.

 

 

Insultos en la Red

Paz-Padilla-comisaria-amenazas-sociales_MDSVID20160307_0187_9Paz Padilla ha iniciado una cruzada judicial por el acoso y los insultos que recibe en las redes sociales y ha denunciado ante la justicia y desde el programa que ella presenta que determinados internautas sobrepasen desde el anonimato de Internet “límites y barreras que no podemos consentir”, ha explicado en directo desde Sálvame y muy airada.

Desde luego que la libertad de expresión no da derecho al insulto ni a la vejación, tampoco al escarnio ni al juicio paralelo ni a la pena de televisión. Y menos a amenazas de muerte. Estas conductas delictivas no tienen justificación posible y hay que denunciarlas.

Pero donde toca: en un juzgado. Aunque, claro, Padilla también debería mirarse el ombligo y ver dónde trabaja. Y entender que la mayoría de las prácticas poco deontológicas que ella critica las tiene metidas en su propia casa y con sus propios compañeros de plató.

Ella, por el mero hecho de ser la conductora, no está exenta de participar de ciertos aquelarres destructivos de los colaboradores hacia terceros y entre ellos mismos. Y ella misma los protagoniza: si no, que se lo pregunten a Malú, que ha salido escaldada de su propia boca.