Vuelve Risto a Antena 3 con una nueva temporada de Al rincón de pensar. Los personalizados sofás chester han dado paso a una ristra de cara a cara entre el entrevistador y publicista con mayor catálogo de gafas de la tele actual (y en consecuencia hombre-anuncio) y personajes variopintos.
Para la primera entrega, Risto dedicó un vídeo en formato de editorial de opinión al drama de los refugiados y la reacción europea. Aunque repleto de eslóganes, las reflexiones lanzadas en él fueron demoledoras.
A renglón seguido, Mejide nos puso frente a los siete candidatos a presidir la Generalitat en la previa del 27-S. En lugar de a Inés Arrimadas invitó a su amigo confeso, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Que Risto es un provocador no es descubrir la sopa de ajo. Y que se lo pasó en grande colando su opinión en las preguntas a cada uno de los políticos a los que interrogó fue algo notorio. Nada de periodismo objetivo.
Lo sorprendente en él como personaje televisivo es que parece haber entrado en vereda y haberse decantado por una reflexión más calmada y menos exhibicionista y gratuita. Y resulta que el Risto incómodo pero controlado atrae más que el deslenguada porque sí.
.@ristomejide conversa con David Fernández (CUP) en el estreno de #AlRincón a las 24:00h http://t.co/gm2fa6V9v8 pic.twitter.com/vkTiV2BssD
— Al Rincón (@AlRinconA3) septiembre 22, 2015
La entrevista al que luchó con los kurdos fue completamente vergonzosa. De lo más triste que he visto en televisión.
02 octubre 2015 | 18:57