Agotada, así estaba anoche nuestra Reina Letizia. Tumbada en la cama enorme y con los brazos en cruz, le dijo al Rey: “Menudo fin de semana…”. Acto seguido suspiró satisfecha. Y es que hay que reconocer que lo dio todo: un concierto, un coloquio con su admirado Francis Ford Coppola, un baño de masas en Colombres y, lo más importante, los Premios Princesa de Asturias, donde fue aplaudida por crítica y público por su modelazo de Felipe Varela y por ese collar de perlas de valor in-cal-cu-la-ble que un día perteneció a María de las Mercedes, aquella reina que reinó muy poco, sólo cinco meses.
María de las Mercedes murió de tifus cuando sólo tenía 18 años, por lo que el regalo que le hizo su esposo, Alfonso XII, pasó a otras manos, las de la Reina María Cristina, y así, así, de mano en mano y de Reina en Reina, llegó a la Reina Sofía, y de ésta ha llegado al cuello de Letizia, que por primera vez se ha puesto un collar heredado, un collar que quizá es la joya de más valor que pertenece a la Realeza Española en este momento. ¿Algún lector o lectora se atreve a dar una cifra?, ¿algún joyero en la sala?