Los Reyes han regresado a Madrid tras su viaje a la Rioja y Letizia ha desplegado su arte y profesionalidad en eso de jugársela bajando las escaleras de la Biblioteca Nacional de Madrid (ha encontrado soporte en el brazo de su marido para no desequilibrarse) con unos de sus stilettos de vértigo, de Magrit, y su falda tubo de piel que, al contrario de lo que todos pensamos cuando la estrenó, no es de Hugo Boss, sino de Carolina Herrera.
Nuestros monarcas han participado en la inauguración de la exposición ‘tesoros manuscritos de la Universidad de Salamanca’ con la que se conmemora el VIII aniversario de la universidad más antigua de España, y para la ocasión Leti ha tirado de combinación clásica en blanco y negro, luciendo un estilismo bastante más adecuado al mes de mayo que en su última aparición.
La reina ha lucido una blusa nueva que se une a su extensa colección de camisas en blanco y de la que no ha trascendido aún la marca. Me ha gustado el mix, simple pero eficaz, con una de sus faldas más sexis, que estrenó el pasado febrero y que, al contrario de sus pantalones culotte de Uterqüe, ¿os acordáis de ellos?, es de su talla, se adpata a su silueta y le sienta estupendamente.
Pero ha habido más novedades. Leti ha dejado patente que lo suyo con los pendientes de Coolook es ya coleccionismo y ha estrenado un nuevo modelo, parecido a otros que ya tiene de la misma marca. Cuestan 330 euros y combinan luna plata y rosa ónix con oro rosa y circonitas. Del fondo de su armario ha sacado una cartera de mano baguette de Hugo Boss que guarda dese 2013 y que, al contrario que en su último acto, no desentona con el resto del look. Nuestra reina ha optado por un maquillaje sencillo y su melena al viento. Aquí os dejo una foto de su perfil para que os fijéis no sólo en los pendientes, también en cómo lleva las mechas y en cómo se han dulcificado, con ‘el paso del tiempo’, las facciones de la consorte.
**Fotos: Gtres, Casa Real