Como soy nieta de sastre llevo la costura en las venas. También soy periodista y asturiana, pero a diferencia de Letizia nunca llevaré corona. Desde que la vi con el vestido rojo de Lorenzo Caprile no he podido dejar de escudriñar su ropero. Nunca salgo de casa sin aguja, alfiler y sin mis 'letizios'.
Vestidos definiendo a la persona que lo lleva, transparencias, de lo mejor de la evolución humana superando tabúes impuestos por mentes negras represoras del ayer.
Lo qu eme encantarái es que se pasaran al braless también, para hacer que los senos, belleza femenina, brotara a vida superando los muros de la indignidad a la que han sido sometidos por culturas represivas. EL cuerpo no es malo. Lo verdaderamente horroroso es lo que se le mete al cerebro cuando se habla de eso de «educando». Eso de «valores» habría que estudiarlo bien a fondo.
07 diciembre 2014 | 13:09