El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Todo el mundo necesita vitaminas, pero no es necesario engañarse con los suplementos

Según Euromonitor, una compañía especializada en estudios de mercado, los españoles nos gastamos cerca de 259 millones de euros el año pasado en suplementos vitamínicos y dietéticos que, en realidad, aun nadie ha demostrado fehacientemente que sirvan para hacer-nada-bueno. Entiéndase esta afirmación referida a nuestro entorno, en un marco de superabundancia alimentaria y con un acceso general a los alimentos que para sí quisieran otros países menos favorecidos.

Plato de suplementosLo más curioso de este dato es que según esta empresa que analiza el consumo en distintas regiones del mundo España es uno de los países que más margen tiene para “crecer” en este sentido (entiéndase por “crecer” gastar aun más dinero) si se compara con el gasto que se destina en otros países de su mismo ámbito al este concepto de la suplementación. Para que te hagas una idea los norteamericanos en el mismo periodo de tiempo se gastaron 25 mil millones de dólares. Si lo ponemos todo en las mismas unidades, esto significa que en España tuvimos un gasto per cápita de unos 5,6€/año en estas zarandajas mientras que en EEUU el gasto per cápita fue de unos 70€/año. Una diferencia importante y es que el caso de los norteamericanos es por demás…

Pero bueno, el caso que más me preocupa es el que me toca más cerca, el de España, pero también y viendo las diferencias con otros países, la que se nos echa encima. Sin ir más lejos, según la opinión de Euromonitor, se espera que los españoles nos gastemos hasta 10 millones de euros más en estos decorativos nutrientes al llegar a 2019.

Decía un poco más arriba que en referencia a los productos multivitamínicos y multiminerales apenas hay pruebas de que sirvan para nada bueno, pero sí alguna de que pueden hacer más mal que bien cuando su uso se cronifica. Tengo pruebas.

Suplementos: Un mal gesto

Suplementos: por lo general, un mal gesto

Esta importante publicación del año pasado Vitamin, Mineral, and Multivitamin Supplements for the Primary Prevention of Cardiovascular Disease and Cancer (Suplementos de vitaminas, multivitaminas y minerales para la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular y el cáncer) concluye que:

Hay muy pocos ensayos que hayan estudiado los efectos de los suplementos dietéticos en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular y del cáncer. De todas formas, entre estos, la mayoría no encontró ningún beneficio en sujetos sanos. […] Además, los resultados obtenidos en otros ensayos realizados sobre poblaciones en riesgo de estas enfermedades desalientan realizar más estudios en la población sana […]

Pero hay más; esta otra publicación de hace apenas dos años (en forma de resumen) Daily multivitamins to reduce mortality, cardiovascular disease, and cancer (Suplementación diaria para reducir la mortalidad, la enfermedad cardiovascular y el cáncer) no lo puede dejar más claro:

La actual evidencia no apoya el uso rutinario de suplementos multivitamínicos para reducir la mortalidad, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer en el caso de personas de países desarrollados.

Pero en el análisis que se hace por separado en este último estudio de algunos aspectos particulares se encontró además que aunque de forma poco acusada el uso de ciertas vitaminas aumentaba el riesgo de mortalidad total, en concreto el uso de vitamina E, beta-caroteno y altas dosis de vitamina A… sin haber encontrado efecto alguno sobre la mortalidad total en el uso de la vitamina C y el selenio.

Haz como este chavalote: di NO a los multivitamínicos

Haz como este chavalote: di NO a los multivitamínicos

Está claro que todo el mundo necesita vitaminas, al igual que minerales esenciales y al igual… qué-sé-yo que necesitamos el aire para respirar. Pero de igual modo que nadie necesita suplementos de aire (en condiciones normales, me refiero) tampoco, en condiciones normales y en nuestro entorno necesita suplementarse con vitaminas ni minerales si hiciera bien las cosas. Cierto es también que los análisis que se han hecho de nuestra forma de comer años atrás han detectado algunas posibles carencias en colectivos concretos… En estos casos, el problema suele ser una incorrecta pauta de alimentación y, por tanto la solución más barata, efectiva y creo que placentera es adecuar esa pauta de alimentación a esas necesidades concretas. Por ejemplo, si el problema fuese aflojar una tuerca rebelde y cuentas con la posibilidad de usar una llave inglesa (o fija)… no seas manazas y deja a un lado los alicates para tales menesteres, ¡usa la llave, joer!… por muy molones que sean esos nuevos alicates que te has comprado.

Esto se acaba señores y no me quiero despedir sin volver a repetir uno de mis mantras: ningún suplemento ha igualado mejorar una alimentación incorrecta, al menos con las garantías que ofrece el comer de forma equilibrada. La consigna pues: más alimentos (que no digan las vitaminas que tienen) y menos vitaminas.

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Nota: Mi agradecimiento a Miguel M. Mendieta (@mmmendieta) por aportarme los datos para esta post

Imagen:  YaiSirichai vía freedigitalphotos.net y http://giphy.com/

Suspenso estrepitoso para los suplementos de omega-3

omega3

Los ácidos grasos omega tres saltaron a la fama en la década de los años 80… al principio dentro de la comunidad científica, sin hacer demasiado ruido. Hay que tener en cuenta que a fin de cuentas son lípidos, grasas, y que la imagen de este macronutriente no era especialmente bondadosa en aquellos años.

Ya desde su “descubrimiento” se vino observando que las personas que incluían en su dieta una proporción relativamente alta de este tipo de nutriente tenía un menor riesgo cardiovascular. Por eso, la década de los cardados imposibles y las hombreras eternas (los 80, para quien necesite la aclaración) dio paso a la de los 90, caracterizada entre otras cosas por el refulgir de los llamados alimentos funcionales. La estrategia es muy simple y en principio con bastante lógica:

Si las dietas con un aporte adecuado de omega-3 benefician la salud cardiovascular, quienes no tomen alimentos con suficiente omega-tres se podría beneficiar de la suplementación a partir de pastillitas, ampollitas, etc. que contuvieran este nutriente

Y así desde hace 25 años más o menos nos están vendiendo la burra de lo estupendo que son los suplementos con omega-3. Sin ir más lejos, y no hace demasiado, estamos siendo víctimas del tormento publicitario a bombo y platillo de un complemento alimenticio que incluye este nutriente y que está asociado (¿avalado, respaldado, en colaboración…?) de la ínclita Fundación Española del Corazón

Pero resulta que la burra nos está saliendo mala, vieja… o en definitivas cuentas, inútil. ¿Estás diciendo que los omega-3 no sirven para nada? No. Lo que digo es que una importante revisión sobre la utilidad de los suplementos de omega-3 para la mejora de la salud cardiovascular ha puesto de relieve que es la misma que frotarse las orejas con vino (una expresión que decía mucho mi abuela para poner hacer constar la nula utilidad de algunas soluciones)

El estudio se titula: Association Between Omega-3 Fatty Acid Supplementation and Risk of Major Cardiovascular Disease Events (Asociación entre el uso de suplementos de omega-3 y el riesgo de eventos graves de enfermedad cardiovascular). En este estudio, se revisó la literatura científica más relevante publicada hasta el momento y se extrajo una conclusión destilada de su interpretación… fue esta:

En general, la suplementación con ácidos grasos poliinsaturados del tipo omega-3 no se asoció ni de forma relativa ni absoluta con un menor riesgo de mortalidad por cualquier causa, ni en concreto tampoco con la disminución del riesgo por muerte súbita, infarto de miocardio o ictus

Dicho esto, lo que es preciso aclarar es que una cosa son las pastillitas de omega-3 y otra muy distinta las dietas que con alimentos incorporen de forma original una fuente dietética de este tipo de ácidos grasos polinsaturados. Y es que los beneficios de una dieta de este tipo aun no se han cuestionado y menos de forma tan contundente como con las pastillitas (más bien al contrario).

Para que no nos queden dudas, el mensaje es, que si lo que se pretende es reducir la posibilidad de que fallezcamos víctimas de un evento cardiovascular, la toma de suplementos, como este de aquí, por muy famoso que sea y mucho aval que lleve, no sirve pa-ra-na-da. Y si me equivoco o miento, que vengan con las pruebas de su utilidad y que me denuncien.

Una de las cuestiones que no podemos olvidar en este caso o en otros similares, es que la ley ampara este tipo de productos. Me refiero a que en base al RE 432/2012, de este tipo de suplementos que aportan omega-3 en unas determinadas condiciones se puede decir, entre otras cosas, que:

Los ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico [ambos de la familia omega-3] contribuyen al funcionamiento normal del corazón.

Ahora, con lo que sabemos, lo que habría que hacer es destinar la posibilidad de poner dicha alegación solo en el bonito, el atún, los salmonetes, la trucha, las sardinas, el salmón, el rodaballo, el besugo, el cabratxo, las anchoas, etcétera.

Y es que consumir una ración típica de este tipo de alimentos incorpora “de serie” entre 5 y 15 veces más omega-3 que cualquiera de las cápsulas al uso que se recomiendan de forma diaria. Además, se tienen firmes sospechas que la “matriz alimentaria” original… es decir, los alimentos normales, influyen en un mejor aprovechamiento de esos nutrientes que hemos identificado como claves y que, por tanto, “funcionan” en los alimentos, pero no (o no tanto) en los suplementos.

Este ejemplo vuelve a ser otra historia que refuerza el sinsentido del nutricionismo de los… de los suplementos.

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Imagen: Christian H. vía Wikipedia Commons

Los productos milagro para adelgazar inducen un ‘efecto liberador’ frente a la comida

Capsula coheteEstá guay, muy guay, eso de preocuparse por adelgazar cuando las circunstancias personales de cada uno lo ponen de relieve. Cuando se consigue de verdad, el hecho de ir restándole kilos a nuestra existencia suele implicar un mejor pronóstico de salud, una mayor seguridad personal, la satisfacción de los objetivos alcanzados y, para mí última instancia, una mejoría en la imagen.

No obstante, al afrontar las posibles soluciones asociadas al hecho de adelgazar, las personas implicadas se enfrentan a una primera dicotomía que les obliga a tomar una decisión. Me refiero al “cómo”. Se puede hacer “bien”, tomando las medidas oportunas que implican un cambio en los hábitos de vida que en cada caso le han llevado a cada a ir incrementando su peso de forma paulatina… y se puedo hacer “mal”, es decir, usando cualquiera de las muy frecuentes y ubicuas “soluciones adelgazantes” que en realidad solo son meros artificios cosméticos especialmente diseñados para tranquilizar conciencias y de esta forma reafirmar al usuario en la confianza de que algo ya se está haciendo para atajar el problema del sobrepeso. Hacerlo “mal” y recurrir a esos artificios cosméticos implica, por ser más claro, recurrir a los denominados como “productos milagro” (entre otras posibles malas soluciones).

Sin embargo, tal y como se ha puesto de manifiesto en numerosas entradas a lo largo de los casi cuatro años de existencia de este blog, no existe ni uno solo de esos “productos milagro” que haya conseguido demostrar per se el ser eficaces en eso de “ayudarnos a adelgazar”. Ni la alcachofa, ni la cetona de frambuesa, ni la garcinia cambogia, ni el ojo de halcón, ni las pulseras o pendientes adelgazantes, ni la faseolamina, ni el vinagre de manzana, ni la capsaicina, ni el té verde, ni el café del mismo color, etcétera… han aportado pruebas concluyentes de resultar eficaces en estas cuestiones. Sí, ya sé que hay muchos, algunos incluso que no se han tocado en el blog, pero insisto: ninguno vale. Ninguno. Por algo se llaman productos milagro.

Pero hay peores noticias…

De todas formas lo peor de tomar cualquiera de estos suplementos adelgazantes no es que no hagan nada ni tampoco está en el hecho de dejarse una pasta (porque encima son bastante caros, y más teniendo en cuenta su nula efectividad)… lo peor es que su uso es, a la larga contraproducente para los intereses de las personas que se deciden en un momento utilizarlos. Y no me malinterpretes, porque si bien su efecto “metabólico” no ayuda adelgazar, tampoco estoy diciendo que a partir de ese mismo efecto hagan engordar.

Lo que sí que ocurre es que los usuarios que recurren a estas “soliuciones” obtienen de su subconsciente una respuesta “liberadora” que se traduce en una mayor indulgencia a la hora de realizar aquellas elecciones dietéticas menos indicadas para sus propósitos. Total, “yo ya me estoy cuidando con la pastilla… y por tanto me puedo permitir el exceso dietético” vendría a ser una forma de resumir el hecho.

Así, con la obtención de esa sensación liberadora los usuarios se relajen en el control de la ingesta porque para ello han hecho descansar en el producto milagro la consecución de los objetivos programados, es decir de adelgazar. Es una consecuencia psicológica subconsciente,  no intencionada que podría implicar a la larga la ganancia de peso. Justo lo contrario de lo que se persigue. Toma paradoja.

Digo lo que digo porque tal es como se ha puesto de relieve en un reciente estudio titulado The liberating effect of weight loss supplements on dietary control: a field experiment (El efecto liberador sobre el control dietético de los suplementos para perder peso: un experimento en contexto real). El estudio participaron 70 mujeres de entre 18 y 34 años que pretendían perder peso. Una vez separadas en dos grupos, a las del primer grupo se le aportó una pastilla informándoles de que era un placebo (es decir, haciéndoles saber que lo que les estaban dando no servía para nada o lo que es lo mismo “condición control de placebo conocido”) y a las del segundo se les dio la misma pastilla (es decir, también un placebo) pero informándoles de que era un verdadero suplemento para la pérdida de peso.  Dentro de la dinámica del estudio se les informó a las mujeres de ambos grupos que se les iba a premiar con un almuerzo tipo bufé libre… y los investigadores tomaron buena nota de cuáles fueron las reacciones de las mujeres de ambos grupos ante el fastuoso ágape.

Los resultados, los que de alguna forma ya te he contado:

Las mujeres que creían haber recibido un suplemento para perder peso real comieron significativamente más cantidad de alimentos y con un perfil nutricional menos saludable para sus intereses que aquellas que sabían que su pastilla no servía para nada porque para eso ya les habían informado previamente de ello.

En resumen, el uso de suplementos para perder peso, cualquiera, además de no haber demostrado servir para nada, sirve para que las personas que los usan depositen la confianza en el producto que toman para adelgazar. Por tanto, se aumentan las probabilidades de comer de más o peor (total… ya tienen su escudo frente a la ganancia de kilos… deben de pensar) retrasando en el tiempo las verdaderas soluciones que sí les llevarían a perder los kilos de más.

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Nota: Mi agradecimiento a la compañera Rosa María Espinosa por hacerme partícipe de esta información.

Imagen: iosphere vía freedigitalphotos.net

Diga coláge-no (o la tontería de los suplementos de este tipo)

Colágeno

Hace unos pocos días hablábamos de la absurda moda enriquecedora en base al uso de suplementos de magnesio en forma de comprimidos, pastillas, soluciones, geles… es decir, más allá de su consideración como mineral esencial dentro de los alimentos de forma natural. Entonces ya te contaba que de forma bastante habitual esta tontuna (no necesitamos magnesio más allá del que nos provee una dieta equilibrada, ni tampoco por tomar de más encontraremos mayor beneficio) se acompaña de otra pauta enriquecedora, me refiero al colágeno. Resumiendo la introducción: existe una corriente actual que invita a suplementar la dieta con magnesio y con colágeno para así obtener algunos beneficios sobre la salud.

La cuestión que trataré de aclarar en este post consiste en poner de relieve hasta qué punto este enriquecimiento con colágeno puede resultar interesante.

Colágeno, me suena, ¿pero qué es?

En aras de la concreción y de la accesibilidad de la información, por colágeno en general se entiende una amplia familia de proteínas de origen animal que se organizan formando fibras (fibras de colágeno). Todos los animales tienen la capacidad de elaborar su propio colágeno (con no pocas variantes) y lo hacen a partir de diversas células, pero son los fibroblastos (la unidad celular característica del tejido conjuntivo) las células que de forma típica realizan esta función.

El colágeno es una proteína extremadamente abundante y que se encuentra en mayor cantidad en la piel y en los huesos. Es más, el colágeno representa aproximadamente el 25% de todo el monto de proteínas de un individuo. Forma parte principal de los tendones, está presente como te decía en el hueso, y en la piel contribuye de forma importante a mantener su estructura, aspecto… Llegándonos a cuestiones alimentarias uno de los criterios típicos con los que por lo común se ordenan las distintas categorías de carne es en base a su presencia de colágeno. A más colágeno, más fibras y carnes de inferior categoría. Y al contrario, carnes con apenas fibras (menos colágeno) y por tanto carnes de categoría “primera” o “extra” (¿acaso creías que el precio del solomillo era tres veces superior al de la melosa porque sí?).

Colágeno y cocina

Siguiendo con las distintas categorías de carne, estas se destinan a usos culinarios bien distintos. Además de por la presencia de grasa (que influirá también en la categoría de la pieza) la mencionada cantidad de colágeno terminará por definir el tipo de receta al que se destinará una carne u otra. El colágeno se puede desnaturalizar pero para eso necesita temperaturas suaves cercanas a la ebullición, aplicadas en un medio acuoso y durante un tiempo relativamente prolongado… por ejemplo el típico rancho de ternera a la jardinera o una sabrosa cazuelita de bacalao al pil-pil. ¿Sabes porqué “se te pegan los labios” después de probar un magnífico guisote de estos? Por el colágeno desnaturalizado… tras la cocción tú puedes masticar la carne con suavidad (sin que parezca un chicle) siempre y cuando esté bien hecho, y además estará jugosa… y la pegajosidad de la que hablo depende del colágeno que antes estaba junto a las fibras musculares, y que tras cocinarla se ha “fundido”.

Por el contrario, a ese mismo tipo de carne elaborada en plan a la plancha o al horno (temperaturas altas, corto espacio de tiempo y sin medio acuoso) no habrá forma de hincarle el diente ya que el colágeno seguirá ahí tan campante para desesperación de tus dientes.

Colágeno, bioquímica y digestión

Desde un punto de vista más íntimo, molecular, el colágeno, como todas las proteínas, está compuesto por una concatenación sucesiva de aminoácidos. Aunque son diversos los eslabones o aminoácidos que la componen, destaca muy en especial la presencia de dos de ellos, la glicina y la prolina. Ninguno de los cuales tiene la calidad de esencial, lo que quiere decir que si hicieran falta para cualquier uso (por ejemplo formar más colágeno) estos podrían formarse sin dificultad y sin tener que recurrir a su incorporación en la dieta como sí ocurre con otros aminoácidos (los esenciales, claro).

Sea como fuere cuando nosotros ingerimos colágeno suficientemente desnaturalizado con los alimentos (de otra forma sería imposible el poderlo digerir… y además facilitará el ardor de estómago) nuestras proteasas (tijeras enzimáticas presentes en los jugos digestivos) cortarán en trocitos más pequeños esos pequeños fragmentos de colágeno hasta obtener prácticamente los aminoácidos aislados, los cuales se absorberán y se destinarán a distintos usos metabólicos allá donde se necesiten. Lo mismo ocurrirá con los suplementos de colágeno. Se disgregarán en sus aminoácidos constituyentes y su destino será el de… vaya a usted saber. Me explico.

Deshacer una casa en sus ladrillos constituyentes (digestión del colágeno en aminoácidos) y pretender que luego cada uno de esos ladrillos (aminoácidos absorbidos) se destine a construir la misma casa de la que formaban parte (formar colágeno de nuevo) es tan ridículo como lanzar desde la luna las piezas de un coche… y pretender que aterricen montaditas en la Tierra. Ni los ladrillos de una casa, ni las piezas de un coche, ni los aminoácidos del colágeno tienen memoria.

Además ten en cuenta dos características propias de las “piezas” del colágeno (los aminoácidos):

  • La primera es que son piezas comunes, vulgares si lo prefieres, no esenciales en plan técnico… puedes hacer acopio de dichas piezas a partir de otras proteínas presentes en los alimentos. Se puede ser vegano (y por tanto no hacer acopio de colágeno con los alimentos ya que este solo tiene origen animal)… ¡y tener una salud colagénica perfecta!
  • La segunda, vuelvo a repetir, es que los principales aminoácidos que constituyen el colágeno no son esenciales. Es decir, se pueden obtener por génesis endógena si hicieran falta.

 

PÍLDORAS SUPLEMENTOS

Suplementos de colágeno y evidencia

Los fabricantes de mandangas diversas pueden diseñar las webs más chulas del mundo, los envases más futuristas y usar a personajes de relumbrón para promocionar los beneficios que tiene el uso de colágeno (ya sea usado de forma tópica o ingerido) bien sea a la hora de disimular los signos de la edad o mejorar cualquier condición fisiológica… pero lo cierto es que cuando nos ponemos serios, ni las cremitas ni los suplementos han podido demostrar mayor beneficio. Y da igual cuál sea la condición observada: el dolor articular, la recuperación del dolor post ejercicio, la osteoartritis, la artritis reumatoide o los procesos autoinmunes. No hay evidencia de nada. De nada. Y es que tal y como se ha explicado, tanto por la naturaleza del propio colágeno, como por su proceso como alimento (o suplemento) es imposible… los aminoácidos no tienen memoria.

Tal es así que en el plano más legal, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no ha dado luz verde a ninguna solicitud que permita hacer alegación de salud en los suplementos que incorporen colágeno. Ninguna (puedes contrastarlo aquí y aquí). La razón: no hay pruebas.

Coláge-no y consejos sí

Los suplementos de colágeno son ultra caros, y más cuando se tiene en cuenta que se obtienen de una materia prima especialmente barata (no dejes de leer ese post del amigo «gominolas de petroleo«) así pues para mantener tu salud en lo que respecta a tu colágeno te sugiero lo siguiente:

  • Antes de precipitarte a reponer el colágeno perdido, asegúrate de minimizar la pérdida del que todavía conservas. Las prioridades en este sentido serían sin lugar a dudas usar una adecuada protección solar, evitar una exposición prolongada al sol y evitar el tabaquismo.
  • En el plano dietético, incorporar una adecuada cantidad de proteínas en nuestra dieta (eso es bastante fácil ya que vamos bastante bien cumpliditos de ellas) a partir de fuentes proteicas saludables: legumbres, huevos, semillas, frutos secos, carnes y pescados con todos los parabienes expuestos en esta entrada, mantenerse hidratado, al tiempo que se sigue una pauta dietética con una presencia importante de alimentos de origen vegetal fresco.

Gelatina Royal

  • Déjate de chorradas, pero si aun y todo eres de los que no se resiste a seguir una conducta «intervencionista», te sugiero que abandones los suplementos al uso (carísimos) y te pases a algo tan mundano y de toda la vida como es la gelatina. Y es que al fin y al cabo la gelatina es en esencia colágeno puro hidratado (mira lo que pone en el diccionario). Los envases de gelatina no son tan chulos como los de las farmacias o herboristerías, ahora bien, tu bolsillo te lo agradecerá: aquí tienes un ejemplo de un suplemento de colágeno al uso que después de haber hecho las correspondientes reglas de tres, se puede concretar diciendo que su colágeno se comercializa al precio de, no te lo pierdas, 233 € por kilogramo de colágeno. Sin embargo, este otro colágeno, en forma de gelatina, se vende a 81,5 € el kilo. Para mí sigue siendo un disparate tratándose del producto que se trata (insisto en que yo sigo siendo más de garbanzos, de pil-pil y de ese tipo de cosas con tan poco glam) ahora bien, al menos el caso de la gelatina es un disparate tres veces menor… o casi. Así que tu mismo con tu bolsillo.

Ya por último, no me resisto a volver a comentar lo que ya he dicho en tantas y tantas ocasiones: que una mala pauta dietética jamás terminará arreglada con el uso de ninguna estrategia suplementadora por magnífica que esta sea. Además ahora tengo más pruebas para así defenderlo… pero eso será en el próximo post.

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Nota: Mi agradecimiento más sincero a Fernando Díez ‏@Hondoncity y Solo F1 sin Circo ‏@Solof1sincirco dos buenos contertulios con los que compartir reflexiones en Twitter.

Imagen: E rulez vía wikimedia commons y fantasista vía freedigitalphotos.net

Del magnesio, la gimnasia y la magnesia

Gimnasia

En el mundo de las modas nutricionales hay dos actores que están pegando fuerte al respecto de sus beneficios en esa actitud ridícula que plantea la suplementación metódica para la mayor parte de los mortales en estas latitudes. Actitud que al mismo tiempo es muy mediática y efectista, y que por tanto goza de una aceptación popular sin parangón… o al menos con el mismo nivel, que otras estulticias nutricionales de moda. Me refiero a la suplementación en general y más en concreto hoy, la que implica el uso del magnesio y del colágeno. En este post me referiré solo al primero.

Ya lo dice el refrán, no conviene confundir la gimnasia con la magnesia en clara alusión a lo fácil que puede resultar a primera vista confundirse con una terminología que, aunque parecida, nada tiene que ver con el fin último. Con permiso de mi vecino ‘Ya está el listo que todo lo sabe’ con esta expresión se trata de definir, la confusión que subyace entre dos elementos cuya relación es en definitivas cuentas irrelevante para lo que se discute.

La era del nutricionismo: suplementar vale para todo

Sé que en estas cuestiones suplementadoras la culpa de todo, en esencia, recae en Súper-ratón. Si bien el personaje en sí no es el culpable, sí que lo es la equívoca filosofía nutricional que arrastramos desde mediados de siglo XX y que a esta estrella de los dibujos animados de la época le tocó encarnar. Súper-ratón es-fue esa figura de dibujos animados que animó a tantos y tantos niños, y también mayores, a supervitaminarse y mineralizarse cuando a cada semana que pasaba, en el más estricto ambiente científico, se descubría una nueva función fisiológica de esos nutrientes (principalmente vitaminas y minerales). Con este ratón cachas de capa roja se abrió de par en par la puerta mediática al nutricionismo. Con él, todo el mundo quería tomar calcio para tener unos huesos más fuertes, incorporar hierro para tener unas defensas a prueba de cualquier infección, fósforo para fomentar la función cognitiva, vitamina C para ser inmune a cualquier infección, la K para poseer una cicatrización perfecta… etcétera, etcétera y etcétera.

 

Hoy en día súper-ratón ha sido reemplazado, en el plano más legal posible, por el Reglamento Europeo 432/2012 sobre declaraciones autorizadas de propiedades saludables de los alimentos y del que ya he hablado en varios post… por ejemplo en este y en este otro.

Todos los alumnos de Nutrición Humana y Dietética han estudiado para su segundo año de universidad las incontables funciones de cada uno de estos nutrientes, ya sean vitaminas y nutrientes. Más les vale, ya que saben que luego les caerán en el examen.

En concreto: el magnesio

Desde el más estricto punto de vista nutricional, el magnesio es un mineral esencial (como el resto de minerales que se consideran nutrientes) cuya aportación dietética es imprescindible para contar con una oportuna salud y por tanto para disfrutar de una adecuada funcionalidad. Esos alumnos de los que hablaba y el propio RE 432/2012 saben que desde el punto de vista académico (y ahora legalmente) al magnesio se le pueden atribuir no menos de 10 funciones en el marco fisiológico, a saber:

  • El magnesio ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga,
  • El magnesio contribuye al equilibrio electrolítico,
  • El magnesio contribuye al metabolismo energético normal,
  • El magnesio contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso,
  • El magnesio contribuye al funcionamiento normal de los músculos,
  • El magnesio contribuye a la síntesis proteica normal,
  • El magnesio contribuye a la función psicológica normal,
  • El magnesio contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales,
  • El magnesio contribuye al mantenimiento de los dientes en condiciones normales,
  • El magnesio contribuye al proceso de división celular.

Que no es poco. En realidad se tienen detalladas más de 300 rutas metabólicas en las que este mineral está implicado, pero con las legales y expuestas ya hay más que suficiente para purgar la maquinaria publicitaria y anegar el conocimiento popular con las más fantásticas virtudes asociadas al hecho de suplementar nuestra dieta con magnesio.

A pesar que lo de las funciones está muy bien, hay una serie de elementos que no son de dominio general por una parte importante de los consumidores de a pie, veámoslas:

¿Necesitamos más magnesio?

En realidad la pregunta adecuada sería ¿necesitamos más magnesio que aquel que se incorpora en el marco de una pauta de alimentación justamente establecida? O más allá… ¿Existe algún riesgo para la población española de no incorporar suficiente magnesio con la dieta y, de esta forma, aumentar el riesgo de no asegurar la realización de algunas de las funciones metabólicas en las que este mineral está implicado? Las respuestas, claras y contundentes, son que NO y que NO respectivamente. NO al cuadrado y en mayúsculas.

Y es que resulta que cuando se evalúa la calidad de la dieta de los españoles en virtud de la presencia de diversos nutrientes (por ejemplo en el caso de la encuesta ENIDE) se pone de relieve que “toda la población, excepto las mujeres menores de 24 años (y por poco), está cercana o por encima del 100% de los valores de ingesta de referencia para el magnesio

Al mismo tiempo la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sostiene en una consulta referida a los beneficios del magnesio, que los efectos de su incorporación en la dieta pueden ser fácilmente alcanzables a partir de una planificación adecuada en la ingesta de alimentos (es decir sin suplementeos).

¿Es difícil encontrar la cantidad necesaria de magnesio en los alimentos?

Pues no. Aunque para ello es preciso seguir un patrón de alimentación bien planificado. Las fuentes alimentarias de magnesio son variadas y por lo tanto no sería preciso recurrir a la suplementación si existiese una adecuada planificación. Se considera que los vegetales de hoja verde (acelgas, espinacas, coles, los frutos secos, las legumbres, las patatas y todos aquellos productos elaborados a partir de cereales integrales… entre muchos otros alimentos, son una buena fuente dietética de magnesio (puedes comprobarlo tú mismo a partir de esta herramienta o consultar algún que otro artículo al efecto).

Clorofila a

A modo de curiosidad me apetece comentar que al igual que el hierro forma parte de la estructura molecular de la hemoglobina dentro del anillo tetrapirrólico, en el caso de los vegetales este átomo de hierro es sustituido por uno de magnesio en la estructura de la clorofila. De aquí que los vegetales de hoja verde –los órganos en los que se realiza la fotosíntesis y que son especialmente ricos en clorofila- sean una fuente dietética de este mineral.

La injusticia del magnesio

Una de las personas que a día de hoy se ha encargado de personificar la absurda necesidad de suplementar la dieta con magnesio es Doña Ana María Lajusticia. Una mujer química de formación y de considerable edad que tiene un especial ‘encanto’ para comunicar los casi milagrosos beneficios de este tipo de suplementación. Más habitualmente los que se derivan de combinar el magnesio y el colágeno. Sin embargo, su mensaje, suscrito al nutricionismo más galopante (es preciso recordar que cuando Súper-ratón vio la luz en Estados Unidos esta mujer contaba ya con 16 años) goza en mi opinión de un importante conflicto de intereses cuando se conoce que ella misma comercializa una línea de suplementación en la que, como no podía ser de otra forma, el magnesio y el colágeno desempeñan un papel protagonista (juntitos e incluso con sabor a fresa). Tanto en su línea de producto como en las diversas intervenciones mediáticas en las que se le ha visto recientemente, esta venerable mujer hace proselitismo de la práctica suplementadora en un batiburrillo cientifista con el que no rehúsa echar mano del recurrente latiguillo de las conspiraciones sanitarias para explicar cómo se busca mantener enferma de forma crónica a la población mientras a esta se le ocultan una serie de conocimientos y remedios muy sencillos que ella comercializa.

En resumen

Si yo fuera tú, a modo de consejo final y frente a cualquier propuesta de suplementación que aluda al magnesio me quedaría con el mensaje de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria cuando dice que la cantidad de magnesio que se precisa para gozar de una salud adecuada se puede obtener sin problemas a partir de una adecuada planificación dietética (como por ejemplo esta de aquí).

Además, me gustaría que tuvieras presente esta entrada en la que se pone de relieve el porqué aportar de más algo que se ha contrastado beneficioso no tiene por qué suponer precisamente ninguna ventaja, sino más bien lo contrario.

Y por último, recuerda que ninguna pauta de suplementación debería servir para arreglar un patrón de alimentación deficiente.

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Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net y wikimedia commons

Nutrición-área 51: ortigas para muscular «natural» (curioso, pero no)

El planteamiento, así de partida, recuerda, y no me digas que no, al rollete de Popeye y sus espinacas… pero en más extravagante. Una particularidad que es precisamente, la de su exotismo, un denominador común de buena parte de todas esas soluciones para obtener grandes resultados a partir de atajos.

Para ser sincero he de reconocer que el planteamiento ortiguero era nuevo para mí hasta hace unas semanas cuando un lector me dirigió esta consulta. La idea, descrita en pocas líneas, viene a sugerir que el extracto de ortiga (Urtica dioica), más en concreto de su raíz, tendría un potencial efecto para aumentar los valores de testosterona basales y, a partir de ahí, favorecer el aumento de la masa muscular.

Una somera búsqueda en internet, en plan a lo bruto, ya sirvió para sacarme de dudas y centrar el tema. Esta “solución” es frecuentemente propuesta en el marco de algunos gimnasios, más en concreto en aquellos en los que el culto al bíceps se ha elevado al rango de religión… supongo que ya te estarás imaginando en cierta medida el aspecto de sus feligreses partidarios.

Así se puso un primo segundo de Bugs Bunny cuando dejó las zanahorias y se pasó a las hortigas

Así se puso un primo segundo de Bugs Bunny cuando dejó las zanahorias y se pasó a las ortigas

Sus defensores alegan que…

Para supuestamente obtener ese aumento de la testosterona circulante y que esta ejerza un efecto anabolizante (efecto más que contrastado de esta hormona) quienes promueven el uso del extracto de raíz de ortiga plantean lo siguiente: en realidad no es que se aumente la cantidad neta de testosterona circulante sino que su efecto radica en que algunas sustancias del extracto de ortiga, los lignanos, interferirían con las moléculas transportadoras de testosterona. De este modo, al no producirse la unión proteína transportadora-testosterona, quedaría más hormona de esta “libre” que es precisamente la forma biológicamente más activa de la testosterona.

En resumen: consumo de ortiga menos uniones de globulinas con la testosterona → más testosterona libre mayor efecto (anabolizante) de esta, que era lo que se buscaba.

Suena bien… pero ¿funciona?

Ortiga

Nadie hasta la fecha ha diseñado y publicado un estudio que con la suficiente calidad sostenga que este proceso… y su resultado sobre la masa muscular sean los que se han mencionado hace un momento. Uno de los más serios realizados hasta la fecha contrastó los niveles de testosterona en 558 pacientes divididos entre aquellos que tomaron extracto de ortiga tres veces al día durante seis meses y los que tomaban placebo… pero no encontró diferencias en la cantidad de testosterona entre los sujetos de ambos grupos. Hay que decir que el estudio en cuestión no estaba centrado en la ganancia muscular y sí en las implicaciones de la testosterona en la hiperplasia de la próstata.

En otro estudio llevado a cabo en ratas, se contrastó que efectivamente la administración de extracto de raíz de ortiga aumentaba la cantidad de testosterona en estas… las pegas metodológicas sin embargo son varias: no hubo grupo placebo, el ensayo no fue “a ciegas”, se midió solo la cantidad de testosterona, no su efecto posterior sobre la masa muscular y, evidentemente, se realizó en roedores con las dificultades que tiene extrapolar las conclusiones a los humanos. Este estudio, de nuevo, estaba enmarcado en la investigación de soluciones en los casos de hiperplasia de próstata, además de que los investigadores ofrecieron otros mecanismos de acción distintos a los anteriormente expuestos.

Por último, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también tuvo que posicionarse sobre el posible efecto de la ortiga para “vigorizar el cuerpo”. Su respuesta fue que el hecho de “vigorizar el cuerpo” (que era lo que el solicitante preguntaba si podía usar como alegación de salud en un alimento o suplemento) es demasiado genérico y poco específico como para poder hacer una alegación de salud sobre la ortiga… Quién sabe que pasaría si se preguntaran estas cosas a la EFSA con más talento… y además se aportaran algunas pruebas, pero de momento es que nones.

En resumen: La idea de que consumir ortiga de alguna forma (o algunos componentes de esta) pueda tener un impacto sobre la masa muscular de una persona no parece descabellada pero está lejísimos de ser probada… Y es que, si algo tiene el colectivo que generalmente habita en esos tempos de adoración al cuerpo llamados gimnasios, es que suelen flipar un buen rato con este tipo de mensajes guayones.

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Imágenes: Karen Shaw vía freedigitalphotos.net y http://giphy.com/gifs/muscle-bugsbunny-ZKh7vs4vGOqqs

Carbón activado en los zumitos detox (la penúltima pijochorrada)

Carbon activado tonteríalulitonix

Por favor, que alguien me diga que de verdad no hay nadie por ahí detrás partiéndose la caja (la recaudadora) con esto de la moda detox, los zumos ultra-depurativos, el carbón y tal… Tiene que haberlo.

No sé si te has enterado, supongo que sí, si en especial tienes las neuronas abducidas por aquello del rollete new age-alternativo (en realidad, que lo sepas, new age y alternativo redundan en el mismo concepto) pero por si acaso te lo cuento: a la moda esta de los licuados más verdes que la rana de los smacks de kellogg’s ha llegado el ingrediente místico-científico-guay que le faltaba: el carbón activado. Ahora, con el carbón activado, los zumos de marras saben igual de mal que antes, realizan la misma acción detox que antes, ninguna, pero con un color mucho más… como diría yo… de chipirón. Eso es, tan oscuro como Darth Vader dándose un baño de espuma con jabón de La Toja en un pozo de petróleo por la noche. Todo sea por la salud alternativa. No queda tan chic como antes, eso es cierto, el verde aquel era espectacular, pero es que en este momento cuando lo chic se pasa de rosca, lo chic es lo no-chic. No sé si me entiendes. Tampoco te culpo.

Esto se parece cada día más al desayuno de unos supuestos picapiedra alternativos, ya me lo estoy imaginando. El cabeza de familia, Pedro, con su desayuno tradicional desintoxicante, a base de arcilla, el niño, Pebbles, algún licuado verde como de saurópsido, es decir como de dinosaurio, pero vegetal-tradicional, con bien de apio, perejil, acelgas, espinacas y cúrcuma; y ella, Vilma, lo mismo pero enriquecida la detoxificante bobada con carbón activado. Lo creas o no esta parece ser la última moda al respecto de la tontería de turno. Todo sea por la limpieza de intestinos y purezas de colon (el aloe vera y el limón parecen a su lado rudimentarias reliquias de la prehistoria purgativa. Totalmente demodé)

Cómo no, el actual origen mercantilístico del uso del carbón activado como estupidez depuradora ha venido de la mano de la de siempre: Gwyneth Paltrow. Es más, yo no tomaría otra cosa que aquella que hubiera puesto de moda esta especie de veleta buenrollista con el cerebro en paradero desconocido. Así lo dicen aquí, y si lo dicen es que será verdad. Para hacer el mejor zumo limpiador (léase detox) estos son los Tips (los tips quedan muy chic) de la receta:

  • Vegetables cold pressed (vegetales prensados en frío): Con este método de extracción los ingredientes, nutrientes y antioxidantes no se oxidan ni degradan y por tanto se mantienen más intactos.
  • Organic (ecológico): Por razones obvias las frutas y verduras deben estar libres de pesticidas [es decir, también por razones obvias, para comerte todo el estiércol con el que se abonan]
  • Raw & unpasteurized (crudo y sin pasteurizar): Utilizar verduras crudas que no se han calentado maximiza los nutrientes
  • Never High Pressure Pascalization (Nunca recurras a verduritas sometidas a procesos de Pascalización mediante altas presiones): Algunos fabricantes desaprensivos de la industria alimentaria guayona, pero malotes en su ser más íntimo, recurren a la Pascalización mediante altas presiones con el fin malicioso de alargar la vida útil de los zumos de las verduritas ecológicas, lo que les permite distribuirlos con seguridad en distintos puntos de venta y realizar envíos de sus productos a las tiendas de comestibles. No siempre será posible, pero por el bien de tus enzimas antioxidantes que vas a detoxificar es mejor elegir eco-licuaditos sin Pascalizar [Va en serio que me sentiría muy defraudado si no hubiera por ahí ningún vendedor de mandangas orgánicas partiéndose de risa)

La realidad (activada)

El carbón activado en realidad es una sustancia de uso sanitario ante situaciones reales de intoxicación. Es decir, algo que afortunadamente no se da en el día a día: si no te has comido una ración de setas ponzoñosas (u otras cosas venenosas por vía oral) nadie necesita ningún zumo detox y mucho menos que esté aderezado con el ¿de verdad? atrayente carbón activado.

Este elemento que en definitivas cuentas no es absorbible por la mucosa intestinal, se usa en situaciones críticas y puntuales para reducir la absorción de determinados fármacos, si es el caso, o de algunas sustancias tóxicas o venenos que se hayan podido ingerir accidentalmente o de forma voluntaria y con el fin de impedir en lo posible su absorción. Además, es interesante saber que aunque la eficacia del carbón activado no está bien documentada para todos los medicamentos y venenos, este se ha convertido en un elemento protagonista en la mayor parte de los protocolos de (verdadera) intoxicación. Es decir, la administración de dosis importantes de carbón activado tiene la finalidad médica de “arrastrar” aquella sustancia nociva que por la causa que fuera está presente en el tracto gastrointestinal, siendo su uso hospitalario.

Al mismo tiempo, la amplia capacidad adsorbente (ahora con «d») del carbón activado le hace ser también un elemento indispensable en determinadas máscaras de gas, filtros de agua… y en plantillas para que no te canten los pinreles.

En realidad, y volviendo a la cuestión alternativa, la cantidad que se añade de carbón activado a los zumos de la discordia es prácticamente anecdótica en relación a su uso racional en el ámbito hospitalario. Es decir, lo único que se consigue es dotar a la tontería licuada de un glamour inversamente proporcional a su efecto real. Lo más gracioso del tema es que en base a su poder adsorbente, este ingrediente también es capaz (y no poco) de robar, quelar, secuestrar, adsorber algunos nutrientes como por ejemplo las vitaminas del grupo B (tiamina, niacina, piridoxina, biotina) y el ácido ascórbico (vitamina C) con lo que su uso, además, implica un licuadito limpiador menos nutritivo que si no se usara el carbón de marras, o sea, menos vitamínico.

En resumen, el carbón activo no “limpia” ni detoxifica nada que no se encuentre en el tracto digestivo de quien lo ingiere, salvo, eso sí, unos cuantos, no pocos euros de la cartera. Porque la bobada esta es de todo menos eficaz para lo que se propone y barata.

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Nota: esta entrada ha tomado como inspiración este post del blog Science-based Medicine

Imagen: Instagram/LuliTonix

Fitoterapia doblemente fraudulenta (si antes lo digo…)

pildorasDe verdad de la buena que no sé cómo hay gente que todavía sigue confiando en las absurdas promesas de no importa qué suplemento o complemento alimenticio para explotar tal o cual condición fisiológica. Me refiero a adelgazar, ser más listo, envejecer más tarde, enfermar menos, parecer más guapo… etcétera con ellos.

Los complementos alimenticios a los que me refiero campan a sus anchas en internet, con no poca frecuencia en diversas publicaciones y, por supuesto, los puedes encontrar en los anaqueles de tu supermercado, herbodietética o incluso farmacia. Están ahí, lustrosos, diciendo en sus envases (por ley no tienen prospecto como tal) eso que tú (en realidad lo que cualquiera) está deseando que sea verdad… lo que, en definitivas cuentas, estamos deseando oír.

Sin embargo, la ciencia como tal no respalda, ni de lejos, sus salutíferos beneficios y, en los anecdóticos casos que sí, que se reconoce que “algo hay”, su efecto es de una magnitud ínfima cuando se compara con otros elementos, con otros factores de tu estilo de vida, que sí tienen un verdadero peso significativo en esa condición que tanto te preocupa mejorar (el peso, la memoria, la libido…)

Pero aún hay más. Lejos de esta aciaga realidad: lo que se vende con un fin determinado que no ha demostrado de forma incontrovertida funcionar… resulta que, además, lo que el consumidor obtiene con su compra no es ni de lejos lo que el complemento dice contener.

¿Estoy diciendo que un determinado producto con, por ejemplo, Ginkgo biloba (supuestamente para la mejora del sistema circulatorio, reducir el riesgo de Alzheimer…) no tiene realmente Ginkgo biloba?

Pues sí, eso es exactamente lo que estoy diciendo. Y lo digo al menos en base a lo que está sucediendo en Estados Unidos donde el fiscal general de la ciudad de Nueva York ha puesto este mundillo patas arriba. Ya que resulta que esto no ocurre solo con el caso del Ginkgo biloba, sino también con la mayoría de estos preparados fitoterápicos y buenrollistas. Y es que, agárrate a la silla, tras realizar los análisis oportunos cuatro de cada cinco suplementos de este tipo no contenían, ni de lejos lo que decían contener. ¿Sorprendido? Pues espera que falta lo mejor.

Resulta que, además, contenían sustancias que podían ser perjudiciales para determinadas personas en base a aquello que decían de forma específica no contener… y que resultó que va y sí… que sí lo contenían. Por ejemplo, algunos de estos preparados decían ser “libres de” o “sin gluten” y, tras el análisis, se encontró que una buena parte de su composición era trigo… así en plan a cascoporro. Ole.

Y es que las pruebas con las que cuenta el fiscal general de la ciudad de Nueva York apuntan a que la mayor parte de los “remedios” fitoterápicos, lejos de contener aquello que anuncian, se componen de ingredientes mucho más baratos, tales como harina de arroz, o de espárrago… o incluso de plantas de uso doméstico.

¿Pasa esto mismo en España?

Maldita la gana que tengo de hacer amarillismo pero, habida cuenta del percal, la pregunta que habría que hacerse es ¿hay alguna razón por la que esta situación fuera diferente en España?. Me explico. Aquí, tal y como sucede al otro lado del Atlántico, este tipo de productos no están obligados a seguir los mismos protocolos que, por ejemplo, si tienen que seguir los medicamentos en base a su concreta dosificación, eficacia y seguridad. Vamos, que los requisitos que tienen que cumplir y nada son casi lo mismo. Además, los controles a los que se someten son muchísimo menos exhaustivos.

Con lo cual, me vas a permitir que haga de abogado del diablo y si…

Los supuestos preparados fitoterápicos no han demostrado su eficacia, al menos en la magnitud con la que tan frecuentemente nos tienen acostumbrados…

2º Si para el mismo efecto (nulo) se pueden poner otros ingredientes ya que para el caso “patatas”… y

Si los controles que se realizan son ridículos…

… Habría que ser muy buena persona o empresario para no sucumbir a la tentación de dar gato por liebre. Ahí lo dejo.

En cuanto a la historia neoyorkina, el fiscal general ha pedido la retirada de estos vergonzosos productos… en cuanto a la historia española… estaría bien que nuestras autoridades hicieran este tipo de labor. Entonces, cuando los hicieran, ya hablaríamos.

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Nota: Mi agradecimiento a la Dra. Valdez (@tu_endocrino) por mantenerme al tanto de las noticias del otro lado del charco.

Imagen: Kittikun Atsawintarangkul vía freedigitalphotos.net

Garcinia cambogia: el inútil suplemento adelgazante de moda

Garcinia fruto

Más que cualquier otro complemento adelgazante los productos a base o que contienen (o dicen contener) Garcinia cambogia son lo más de lo más en lo que a este superpoblado mundillo se refiere. Olvídate de la alcachofa, del té verde, el café del mismo color, la faseolamina o de cualquier otro chupi-producto que se te cruce por la cabeza. Lo cierto es que ofrecen las mismas garantías que el resto de complementos adelgazantes, es decir, ninguna, pero si tomas G. cambogia estarás a la última. De hecho, se trata de uno de los complementos fetiche del ínclito Dr. Oz y es, sin lugar a dudas, el complemento por el que más me han preguntado recientemente. Pero antes de continuar arrojemos un poco de luz al respecto de qué es eso de G. cambogia.

La planta y las teorías más ilusorias

En realidad Garcinia cambogia es el nombre científico en desuso por el que se conoce popularmente al tamarindo malabar, hoy referido verdaderamente como Garcinia gummi-gutta. Se trata de un árbol o arbusto que crece fundamentalmente en India y que ofrece un fruto de aspecto relativamente similar al de una calabaza, pero más pequeño. De su contenido en compuestos activos destaca el ácido hidroxicítrico, sustancia a la que se le atribuye la propiedad de inhibir una enzima llamada citrato liasa y con ello disminuir la síntesis de ácidos grasos y aumentar la de glucógeno; este efecto en teoría, influiría en una menor sensación de hambre y de ahí, su utilidad para perder peso.

Otras fuentes, en mi opinión poco documentadas aunque muy populares, incluyen también en la composición de G. gummi-gutta una cierta cantidad de L-carnitina. Se trata de un elemento asociado a la pérdida de peso alternativa puesto en valor en aquellos foros más entusiastas de los productos milagro. Sobre el papel de la L-carnitina en el metabolismo de las grasas te hablé en esta entrada ya que se le han atribuido propiedades “quema-grasa”. Muy en resumen, te diré que es cierto que la L-carnitina es un elemento que efectivamente intervine en la obtención de energía a partir de los ácidos grasos… pero se necesita la cantidad que se necesita y por aportar más a través de cualquier tonto-complementos no hará que se utilicen más ácidos grasos. Veámoslo con un ejemplo: uno de los elementos que necesita tu coche para funcionar es la batería, pero una vez que tiene ya una… ¿crees que el ponerle más baterías hará que funcione mejor? Pues con la L-carnitina lo mismo, es necesaria pero “poner” más en circulación (con la toma de complementos) no hará que se quemen más rápido las grasas.

La ciencia, la legislación y la realidad

Hay numerosas publicaciones, pero entre los estudios más serios al respecto de la utilidad de esta planta o de sus extractos en el adelgazamiento tenemos esta revisión y metaanaálisis de ensayos clínicos The Use of Garcinia Extract (Hydroxycitric Acid) as a Weight loss Supplement: A Systematic Review and Meta-Analysis of Randomised Clinical Trials. Su conclusión, tras analizar los resultados de 12 ensayos clínicos que reunían la mínima calidad exigible y que incluían los resultados de más de 700 participantes fue:

Las pruebas sugieren que los extractos Garcinia/ácido hidroxicítrico favorecen la pérdida de peso en el corto plazo. Sin embargo, la magnitud de este efecto es pequeña y tiende a desaparecer cuando se consideran los ensayos más rigurosos; además la relevancia clínica [su importancia general] parece ser cuestionable.

Más reciente pero con similares conclusiones es este otro estudio Evaluation of the safety and efficacy of hydroxycitric acid or Garcinia cambogia extracts in humans que afirma que:

Hay poca evidencia que apoye la eficacia y posibles beneficios a largo plazo de los extractos de G. cambogia. Con respecto a la toxicidad y seguridad, […] salvo en casos excepcionales, los estudios realizados en animales de experimentación no han reportado un aumento significativo de la mortalidad o de la toxicidad. […] En los estudios con humanos tampoco se han descrito diferencias en cuanto a los efectos secundarios negativos entre individuos tratados con G. cambogia y controles.

Y es que, por mucho que ahora esté más o menos de moda, el rollete de utilizar los fito-complementos con extractos de esta planta no es precisamente reciente. Ya he comentado alguna vez que la fama de los absurdos planteamientos dietéticos y de productos milagro responde a ciclos en los que la exaltación y el olvido de los mismos se usan de forma comercialmente conveniente y en virtud de la (escasa) memoria popular. Siendo así y como cabría esperar en tales circunstancias la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recibió hace tiempo la consulta al respecto de poder atribuir en los preparados comerciales a base de G. cambogia algún tipo de alegación que hiciera referencia a sus supuestas propiedades adelgazantes. Sin embargo, a pesar de que la consulta figura que se realizó en 2008 (página 55), la EFSA aún no se ha pronunciado. Seguiremos esperando, aunque sea cual sea su opinión, la mía la tengo bastante clara.

Garcinia EFSA

Así pues, en lo que a una lectura más conceptual se refiere sobre este tipo de “ayudas” para adelgazar, me gustaría que reflexionaras al respecto de un hecho. Si bien algunos tratamientos médico-sanitarios no inciden directamente sobre las causas del problema pero sin embargo se consideran al mismo tiempo válidos, en el caso del posible adelgazamiento con estos remedios fitoterápicos ni está relacionado con las causas ni tampoco hay una mayor evidencia que vincule su uso con ningún efecto beneficioso real. Por tanto… ¿para qué demonios pueden servir salvo para hacerle el caldo gordo a los que nos plantean falsas pero melifluas y atrayentes soluciones?

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Imagen: Vssun vía Wikimedia Commons

Cuando la resaca acecha

ResacónUn año más, este de víspera, traigo a colación una de las preocupaciones que a buen seguro van a ser #TrendingTopic en las próximas horas y que atañen a las cuestiones nutricionales. Me refiero al abuso alcohólico y a una de sus inexorables y dolorosas consecuencias: la resaca.

Te lo conté hace un año, cuando con la ciencia en la mano pusimos del revés el mito aquel de que un clavo saca a otro clavo… una cuestión que en el ámbito de la carpintería podría tener su aquel, pero no desde luego cuando de bebidas alcohólicas se trata. Es más, en el caso de “un clavo a saca a otro clavo”, y tratándose del consumo de bebidas alcohólicas, esta práctica parece que está más asociada a una excusa tras la que se esconde un genuino problema de alcoholismo, que a un benéfico remedio contra la resaca.

Y sabes que no hablo por hablar, hace dos años publiqué un post en el que se ponía de relieve el especial interés de la población general en esta época del año al respecto de conocer remedios contra la resaca. Un hecho que según las estadísticas repunta cada fin de semana a lo largo del año pero que en Año Nuevo se multiplica por cinco.

Sea como fuere tampoco este año las noticias son especialmente halagüeñas, el estado de la cuestión sigue siendo el mismo. Te lo resumo en una frase:

No existe ninguna intervención eficaz para prevenir o tratar los síntomas de la resaca.

Esta misma es la conclusión general del artículo de 2005 Interventions for preventing or treating alcohol hangover: systematic review of randomised controlled trials (“Intervenciones para prevenir o tratar la resaca alcohólica: revisión sistemática de ensayos controlados aleatorios”)

Es más, no te lo pierdas, esta revisión sistemática contempló el uso tanto de aquellas estrategias consideradas como convencionales (aspirina, ibuprofeno, paracetamol… ) como las complementarias (consumo de extracto de alcachofas, miel, ginseng, fitoterapia en general…) e incluso las más domésticas (ducharse, consumir pizza, huevos, plátanos, tomar el aire…) y, según ella:

No hay nada que ayude a prevenir o tratar la resaca alcohólica que no sea la abstinencia o, cuando menos, la moderación.

Puede que te sorprendan este tipo de conclusiones cuando en la cultura popular existen algunos remedios que se han tomado por infalibles… pero es lo que hay. Así, cuando los más habituales e incluso popularmente admitidos remedios preventivos o paliativos se observan bajo el prisma de la ciencia, la realidad que nos queda es que no hay nada como dar tiempo para que los naturales procesos biológicos cumplan con su cometido.

Por último, entre los estudios más recientes con una lectura ligeramente positiva en cuanto a la resaca merece la pena mencionar esta publicación Does hangover influence the time to next drink? An investigation using ecological momentary assessment (“¿Influye la resaca en el tiempo transcurrido para volver a beber? Una investigación de evaluación ecológica puntual”) que sugiere que, al menos de forma modesta, padecer una resaca podría aumentar el tiempo en el que los bebedores frecuentes se enfrentan a la próxima copa.

Así pues, más allá de las legales consecuencias que propicia el consumo de bebidas alcohólicas y centrándonos en tu salud y próximo malestar… puedes hacer lo que quieras, desde tomar megasuplementos de vitamina B1 a mazarte a huevos crudos, mantequilla y alcachofas el día de antes; o si lo prefieres, encomendarte a Dionisioal final tu melopea, sus consecuencias y tu resaca no dependerán tanto de ello, como sí lo hará de tu sentido común frente a las copas.

Sea como fuere, os deseo de verdad que entréis con buen pie en 2015 y que este año esté cuajado de buenas oportunidades.

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Imágenes:  hyena reality freedigitalphotos.net