El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Vídeo que desmonta la dieta paleolítica y saca lecciones prácticas en apenas 20 minutos

Neanderthal

La mayor parte del actual movimiento paleodietético es una moda engañosa en sus planteamientos iniciales y falaz en varias de sus propuestas. Dicho esto, también es preciso reconocer que hay ciencia detrás, eso es cierto, más entre bambalinas que cara al público… pero lo que a pie de calle se hace llegar a la gran mayoría de consumidores es un estereotipo bastante ramplón de cómo debía vivir y comer un genuino cavernícola… un poco al estilo de “Érase una vez el Hombre”.

Más o menos esta es la conclusión en la que me reafirmo después de ver esta sensacional charla TED conducida por una joven doctora arqueóloga especializada en dietas antiguas… y me refiero a las antiguas de verdad. Me reafirmo digo porque ya te conté mi parecer en este post dos meses atrás.

Como se menciona en el título, la Dra. Christina Warinner no necesitó más de 20 minutos para, casi literalmente, despedazar con sus argumentos la moda actual conocida como dieta paleolítica. Nacida en la década de los años 70 con el libro “La dieta de la edad de piedra” hay que reconocer que ha alcanzado su esplendor mediático y popular en este siglo XXI y lo ha hecho dando por ciertos unos importantes mitos que no están avalados por la evidencia arqueológica, es decir, la que trata de poner de relieve qué pasó en aquel entonces. Por ejemplo:

  • Primer mito: los seres humanos evolucionaron para comer carne y en el Paleolítico se consumía en grandes cantidades.
  • Segundo mito: en el Paleolítico no se consumían cereales integrales o legumbres.
  • Tercer mito: los alimentos que se plantean consumir hoy en día en la denominada paleodieta, son los mismos que consumían nuestros antepasados en el Paleolítico.

Y son mitos o mentiras porque esta investigadora tiene pruebas que los contradicen. Es mejor que te lo cuente ella.

No obstante, el vídeo no se queda ahí echando por tierra la moda, sino que de forma muy lúcida, esta investigadora reconoce que nuestro actual patrón de consumo no es saludable y que ciertamente se aleja bastante del estilo de alimentación que debieron de tener nuestros antepasados y por tanto termina lanzando una serie de consejos claros y contundentes alineados con nuestras necesidades de salud y… lo mejor, basado en lo que probablemente sí se tiene claro de lo que se hacía en el paleolítico. ¿Quieres saber cuáles son esos consejos? No creo que te sorprendan si visitas con cierta frecuencia este blog, es mejor que te lo explique la Dra. Christina Warinner (insuperable) pero muy en resumen:

1º No hay una única dieta válida, la [adecuada] diversidad es clave.

2º Consumamos alimentos frescos en base a su estacionalidad.

3º Consumamos integral, no refinado ni procesado.

Impactante su reto: ¿Sabe alguien cuanta caña de azúcar habría de comer para igualar la cantidad de azúcar contenida en un litro de refresco? Esto ya, mejor lo ves tú mismo (está subtitulado)

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Nota: Mi agradecimiento a Vicente Prieto @jvicenteprieto, un buen compañaro con el que comparto buenos ratos en Twitter por haberme hecho llegar este vídeo.

Imagen: Photaro vía Wikimedia Commons.

No te preguntes si alguien sigue la dieta paleolítica… él te lo dirá

El concepto de paleo dieta en mi opinión parte de una hipótesis, plausible, pero en definitivas cuentas una hipótesis, que sostiene que buena parte de las enfermedades metabólicas actuales más prevalentes son fruto de una disonancia evolutiva entre lo que “estamos diseñados” para comer y lo que finalmente estamos comiendo. Todo ello se podría enunciar, muy en resumen, afirmando que la dieta occidental actual nos enferma porque se aleja en gran medida del patrón dietético que tenían nuestros antepasados recolectores-cazadores.

Hombre paleolítico

A pesar de que la fiebre paleodietética está ahora alcanzando unas cotas importantes, es preciso conocer que no es un planteamiento precisamente actual, pudiendo encontrar las primeras propuestas en este sentido hace más de 30 años.

Sin embargo no ha sido hasta ahora que podamos encontrar una definición más formal de dieta paleolítica acudiendo a la base de datos de términos médicos de la  Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos que acaba de actualizar su contenido incorporando el término dieta paleolítica, y que más o menos dice así:

Se trata de un plan nutricional basado en la presunción de la dieta que seguían los antepasados del ser humano en etapas pre agrícolas. Se compone principalmente de carne, huevos, nueces, raíces, frutas y verduras frescas; y excluye los cereales, las legumbres, los productos lácteos y los azúcares refinados.

Existen pocas dudas al respecto de que la dieta que sigue buena parte de la población del primer mundo es bastante mejorable, al tiempo que, en general, buena parte de las propuestas paleodietéticas son bastante más recomendables que esa dieta a la que me he referido como “bastante mejorable”. De hecho, reconozco que nuestro actual patrón de consumo de alimentos es excesivo en productos que son ricos hidratos de carbono refinados (principalmente en forma de azúcares añadidos) ácidos grasos trans y sodio… al tiempo que pobres en fibra, determinados ácidos grasos que sin ser obligatoriamente esenciales son especialmente beneficiosos para nuestra salud y otros micronutrientes. Pero al parecer, reconocer que la forma en la que comemos no es la más adecuada y que es preciso, por salud, incentivar otros modelos alimentarios no basta para convertirse y ser distinguido como un seguidor y promotor de la paleovida; ya que de otro modo a estas alturas yo sería un paleonutricionista… y va a ser que no.

Sombras en la paleo-dieta

El caso es que hay paleocosas que no me convencen en absoluto ya que hay bastantes zonas oscuras en sus planteamientos. La primera pega que le veo es que es prácticamente imposible encontrar un consenso al respecto de cuáles son sus preceptos ni tan siquiera entre sus más fervientes defensores. Mientras algunos especialistas aconsejan el consumo de ciertos alimentos y no de otros o de un cierto reparto de macronutrientes, otros autores discrepan y proponen planteamientos sensiblemente diferentes. Este matiz no debiera ser demasiado preocupante habida cuenta que esta misma pega la podemos encontrar en otros planteamientos dietéticos más convencionales y tradicionales como la dieta mediterránea. Dieta de la que tampoco es fácil encontrar unanimidad en sus planteamientos más básicos.

Para continuar con otra gran pega, para mí la mayor desde un punto de vista más definitorio, es que al llamar “dieta paleolítica” a este planteamiento hay que reconocer que el periodo paleolítico abarca la friolera de… ¡2,8 millones de años! ¿Acaso la especie humana siguió el mismo patrón dietético y de estilo de vida durante 2,8 millones de años como para poder etiquetar ahora esa dieta con la marca paleolítica? ¿Acaso siguieron las distintas tribus, clanes y estirpes los mismos patrones con independencia de su localización geográfica? Imaginemos las dietas de tribus de América y de Eurasia ¿no crees que habría diferencias significativas en su patrón alimentario?

El caso es que los antropólogos y los historiadores tienen bastantes problemas para identificar el patrón alimenticio de los asentamientos humanos con tantos años… pero lo que sí se tiene bastante claro es que comían lo que pillaban y desde luego el colesterol, la glucemia o el ácido úrico no iban a ser elementos que condicionaran su dieta. Es más muchos especialistas coinciden en reconocer que en determinadas zonas y épocas del paleolítico se comían legumbres y cereales.

Por último en el apartado de sombras, no podemos olvidar que al hilo de los planteamientos paleodietéticos se están haciendo fabulosas, al tiempo que descontextualizadas alegaciones de salud derivadas de su seguimiento tal y como refiere Edzard Ernst en su muy recomendable blog (estar más ágil y fuerte, tener más resistencia, ser menos vulnerable a los antojos, aumentar la libido, una mayor claridad mental, tener una piel y unos ojos más claros… entre otros muchos y pretendidos beneficios… entre los que no falta la pérdida de peso)

Luces en la paleo-dieta

Lo anteriormente expuesto no quiere decir que las propuestas dietéticas y de estilo de vida de quienes promueven comer “paleo” sean dañinas, ni mucho menos. Es más, estoy casi seguro que el seguimiento de aquellas directrices dietéticas amparadas bajo el paraguas “paleo” en contraposición al actual patrón dietético sea más beneficioso que perjudicial. Es cierto que hay estudios esperanzadores que ponen de relieve los beneficios de comer-vivir paleo… pero, todo hay que decirlo, las evidencias sólidas son bastante escasas habida cuenta de lo escaso que suelen ser las muestras en estos estudios. Además, esos buenos indicios se observan para enfermedades como la diabetes y no para fruslerías como el aumento de la libido o similares para lo que no hay nada… de nada.

En cualquier caso, sigo opinando que los beneficios encontrados se hallan detrás más del abandono de los descabellados estilos de consumo actuales (ricos y abundantes en alimentos procesados, refrescos, cereales refinados, etcétera) que del seguimiento de planteamientos paleo, en los que prescindir de la leche, los cereales o las legumbres, por definición) me parece más un suvenir sin sentido de este nuevo negocio, que un motor de los posibles beneficios hasta ahora hallados.

En resumen, mi opinión sobre movimiento “paleo” al menos en lo que a dieta se refiere, es que me parece una moda auspiciada por ciertos empresarios que, apoyados en determinados científicos, han querido explotar (una vez más) la ingenuidad de la población en materia de alimentación aprovechándose de un cuento muy, muy viejo y que además no sabemos realmente como fue pero que suena muy idílico.

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Nota: El blog bajará la persiana durante la segunda quincena de julio. Retomaremos el ritmo habitual a partir del 3 de agosto.

Como todo no va a ser pureza dietética y control calórico, aquí os dejo un video, solo para disfrutar, que me han hecho llegar dos personas a las que adoro, mis hijas Carolina y Adriana. En él se ve la interpretación (playback de un tema de Rita Pavone) de Luciano Rosso y de esa maravillosa niña-rara que dedican a un alimento especialmente rico en hidratos de carbono: ¡las papas!

¡Buen verano everybody!

Actualización 2015/07/14: Los contenidos originales de este post se han visto modificados ya que según se me ha hecho saber, algunos alimentos que se citaban como prohibidos en los planteamientos paleo (en concreto patata y tomate) no lo son tal. Mi especial agradecimiento y reconocimiento a Carlos Ríos (@nutri_rivers) por sus aportaciones y comprensión ante mis errores.

Además, os invito a que dejéis de leer bajo ningún concepto este artículo de de Oscar Picazo (@OscarPicazo) sobre Paleodieta.

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Imagen:  vectorolie vía freedigitalphotos.net

‘Top-Five’ de dietas disparatadas para 2015

Cabeza bomba

Siguiendo con lo que empieza a ser ya una tradición te hago llegar lo que la Asociación Británica de Dietética (BDA) ha considerado como los modelos dietéticos más disparatados que al parecer van a tener un especial auge en este 2015.

Antes, por si quieres comprobar cuáles han sido los listados de años anteriores, puedes consultar este post en lo referente a 2013 y este para 2014.

Pues bien, sin más preámbulos veamos que es lo que la BDA considera como especialmente peligroso para este año desde el punto de vista dietético y que suelen aparecer a la estela de algún personaje más o menos famoso. Tan solo advertir que no todos los planteamientos de esta lista han de ser “adelgazantes”; es más, la mayor parte de los de este año se plantean como una forma de comer “más sana”, de “desintoxicarse” y demás películas en plan buen rollete.

5º Puesto

Maravillosa propuesta la de depurarse y “limpiarse por dentro” a base de comer arcilla o barro. Te lo conté en su día en esta entrada. Según este absurdo planteamiento, una simple cucharada de arcilla al día (no vale cualquiera, hay que comprársela a quienes han montado el tinglado) te mantiene desintoxicado de isótopos negativos y otras toxinas (ejem). Algo que sería muy divertido (para vérselo hacer a aquellos que lo proponen) sino fuera porque entre las arcillas que se comercializan con este fin, se han encontrado cantidades de plomo y arsénico significativas (ole, y ole).

4º Puesto

Se le llama en inglés la dieta VB6, que suena como a misil intercontinental o algo así, pero no. Responde a las siglas Vegan Before 6pm, que viene a ser una propuesta que invita a ser vegano “por horas”, en esencia entre las 06:00 y las 18:00… sin mayores recomendaciones de qué hacer a partir de las 18:00 y las 06:00 del día siguiente. Se trata de un sistema “con libro” pero sin pies ni cabeza, que me parece que es la expresión que más se ajusta a este tipo de planteamientos. Ya sé que en nuestro entorno resulta muy interesante animar a la gente a comer más alimentos de origen vegetal, pero así hacerlo no ha de implicar postular chorradas como esta del horario. Además, este plan aparenta dar por sentado que una dieta vegana es “per se” saludable… cuando lo cierto es que no tiene por qué ser así; de hecho hay veganos 100% que pueden llevar una dieta muy desequilibrada. Además, crear franjas horarias con este tipo de absurdos planteamientos abre de par en par las puertas al descontrol, a partir de las 18:00. Es por tanto un sistema sobre el que planea el peligroso y tontusco concepto de la compensación.

3º Puesto

La BDA otorga la medalla de bronce para la denominada “dieta sin azúcar”. A ver, supongo que se trata de llevar al extremo una sana recomendación, la de reducir nuestro actual consumo per cápita de azúcar. Tomamos mucho, demasiado y al parecer esta dieta propone pasar de la gran remojada a la gran secada eliminándolos en su totalidad, incluidos los presentes de forma “natural” en los alimentos (como es el caso de las frutas más en concreto) e incluso eliminar muy a menudo todos los alimentos que contengan alguna clase de hidratos de carbono. Tanto la BDA como yo mismo aconsejamos una reducción de los azúcares presentes en la dieta, en especial aquellos que provienen de alimentos procesados (refrescos, pastelería, galletería, dulces…) pero eso es una cosa, y la total eliminación es otra. Eliminar por completo los azúcares de la dieta implicaría además prescindir de verduras, frutas, productos lácteos, frutos secos. Además, en lo que resulta el colmo de las contradicciones, en no pocas ocasiones esta “dieta sin azúcar” sugiere sustituir el azúcar de adición por otros productos que no siendo en realidad azúcar como tal, lo contienen como ingrediente mayoritario, me refiero al agave, la miel, etcétera (para saber cuanto en la miel es azúcar pura y dura, puedes consultar esta entrada).

2º Puesto

La medalla de plata se la lleva una vieja conocida: la paleo dieta. Un planteamiento dietético que tiene casi tantas variantes y versiones como seguidores en el mundo. Por eso, dar una definición sobre qué es la paleo dieta es sumamente complicado ya que no se ponen de acuerdo ni entre sus defensores (es casi tan difícil como dar una definición de dieta mediterránea). Unos excluyen unos alimentos, otros los incorporan, otros los usan solo en determinadas circunstancias… Sé que me arrepentiré, pero para quienes no sepan de qué va esto de la paleo dieta, digamos que es una propuesta dietética inspirada en lo que podría haber comido el hombre prehistórico. Así pues, tanto la exclusión de grupos enteros de alimentos como algunas formas de prepararlos están a la orden del día y, desde mi punto de vista no tiene demasiado sentido. Conste que parte de una buena y muy deseable premisa: no consumir alimentos procesados. Pero el problema viene cuando, por ejemplo, hay quien plantea que un tomate o una patata entran dentro de “ lo procesado”… así, la cosa empieza a complicarse y no poco. Lo cierto es que además suelen tender a ser especialmente ricas en proteínas y se podría correr el riesgo de ser deficitarias en algunos nutrientes, incluido la fibra. Sin embargo, tampoco estoy de acuerdo con el balance que hace la BDA al advertir que su seguimiento es una garantía para sufrir deficiencias (y menos utilizando el tema de la exclusión de leche de la dieta y la deficiencia en calcio). Estoy convencido que un servidor podría llegar a compartir alguna de las miles de variantes que tiene lo que se ha dado en llamar paleo dieta. Ahora bien, así en principio, también es cierto que las dietas que empiezan con grupos de alimentos “a excluir” no son de mi especial devoción.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las simplezas dietéticas…

1º Puesto

La orinoterapia. No sé que más decirte… la orinoterapia es eso… beber tu propia orina con fines terapéuticos. El tema no es para nada novedoso; como buena parte de los disparates dietéticos sus seguidores apelan a un origen ancestral, las culturas orientales y demás. Sin ir más lejos, en España ya tuvimos hace años un sonado defensor de esta dorada tontería de la mano de Txumari Alfaro (conocido por conducir dar su opinión y la cara en un programa de éxito en los años 90, “La botica de la abuela”). Sí, el tema es como para ir a mear y no echar gota, pero es lo que hay, y por tanto, así están las cosas.

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Imágenes: holohololand freedigitalphotos.net

Clasificación de las mejores (y peores) dietas según los especialistas

Libros de dietasCon una oferta tendente a infinito, el conocer la bondad (y maldad) de una dieta particular no es una cuestión menor. Más al contrario, es una cuestión bastante presente en nuestras vidas a juzgar por las conversaciones casuales, en el ascensor, con los amigos, los compañeros de trabajo, etcétera y sin olvidar con la vecina del quinto, paradigma de interlocutor tipo con quien hablar de estas cosas. En principio, para cada cual, la que sigue en ese momento es la buena, la válida, la que defenderá a capa y espada. ¡A ver si no! para eso le han lavado a uno el cerebro a conciencia y se ha dejado una pasta, así que “la mía tiene que ser la buena”.

Pero ¿Qué piensan los profesionales de la salud y de la nutrición de tan variopinto arcoíris dietético? Porque lo que tampoco se puede negar es que las hay para todos los gustos, colores y, como no, sabores. ¿Alguien ha hecho una clasificación de las mejores (y peores) dietas, al menos de las más frecuentes? Y lo más importante, ¿alguien ha hecho esa clasificación sin ser parte interesada y siendo un reconocido profesional de la materia? Pues estamos de enhorabuena, se ha hecho y además muy recientemente. Te cuento.

El otro día un blog amigo muy recomendable, “¡A tu salud!”, conducido por el Doctor en Medicina Joan Quiles se hizo eco de un ranking con estas características.

Antes de meterme en materia y de ofrecerte algunas de las conclusiones déjame que te cuente de quién fue esta iniciativa y cómo se hizo. Pues fue U.S. News &World Report, una revista norteamericana que ya ha hecho algunos ranking célebres y que para esta ocasión solicitó la opinión de un escogido elenco de 22 expertos (nutricionistas, especialistas en la diabetes, en la salud cardiovascular, en la pérdida de peso, en el comportamiento…) a los que se preguntó su parecer sobre nada más y nada menos que 29 dietas. Sí, sé que hay más, muchas más, pero se centraron en las más célebres. 29, que ya son. Puedes consultar todas las dietas escogidas en este enlace.

Así, se solicitó que dieran su opinión y que valoraran estos planteamientos dietéticos con respecto a siete características: pérdida de peso a corto plazo; a largo plazo; su adecuación frente a la diabetes; frente a la salud cardiovascular; su facilidad para ser seguidas; su riqueza nutricional y; los posibles riesgos para la salud. Cada uno de estos aspectos fue valorado con una puntuación de entre 1 y 5 puntos.

Bien, seguro que ya estás hiperventilando, ¿cuál es la clasificación de marras? Bueno, te dejo que lo consultes tu mismo en este enlace (clasificación o bien pulsar en la imagen) y yo te hago un breve extracto y comentario sobre las mejor y también las peor paradas:

Mejores dietas

Las mejores dietas considerando todas las características fueron, por este orden:

1. En el primer puesto la dieta “DASH” (Dietary Approaches to Stop Hypertension), de la que ya te hablé en esta entrada. Muy en resumen se trata de un plan dietético diseñado para hacer frente originalmente a la hipertensión. Pero con el tiempo se descubrieron muchas de sus múltiples ventajas. Ya sé que no te suena, es que se trata de un plan dietético serio, digamos que algo así como la antítesis de las dietas milagro ya que está vinculado al entorno médico-sanitario. Pero que eso no te corte para hacerte su más ferviente seguidor. La dieta “DASH” mola.

2. La dieta “TLC” (Therapeutic Lifestyle Changes) que tampoco te suena, me imagino. No me extraña, también es de las serias, de las que proponen las autoridades sanitarias o centros de investigación, en concreto está planificada por el National Institutes of Health. También está alejada de los planteamientos más “comerciales”, no dudes en hacerte fiel a ella.

3. En un apretado y empatado tercer puesto hay nada más y nada menos que tres sistemas dietéticos: la dieta de la Clínica Mayo (la buena, no la apócrifa que ha tenido más renombre que la auténtica), la dieta mediterránea y la dieta o sistema conocida como Weight Watchers.

Y ya está. Sí, ya está. A juicio de los expertos estas cinco dietas serían verdaderamente las más recomendables. Me llamó la atención, he de reconocerlo, que en esta relación estuviera una con un marcado carácter comercial, la de los weight watchers. Todas las demás, no serían ya tan excelentes y con una gradación como la que puedes comprobar en el enlace relativo a la clasificación, van perdiendo credibilidad para los expertos.

Ya me conoces y sabes que soy incapaz de dejar de mencionar las peor clasificadas. También he de reconocer que esta clasificación me ha dejado un buen sabor de boca. Seguro que ya te las imaginas, las peor paradas, me refiero. ¿Te lo digo? Venga va.

El último lugar de estas dietas es compartido en un empate difícil de dirimir entre dos dietas. Las menos recomendables de entre otros 27 planteamientos dietéticos a juicio  de estos expertos norteamericanos han sido:

La dieta Dukan y la conocida como Paleodieta. La primera una vieja conocida de este blog y la segunda con no pocos seguidores a juzgar por los frecuentes  comentarios en el mismo, y sobre la que se me ha preguntado insistentemente en no pocas ocasiones mi parecer…

Peores dietas

¿Hace falta decir más?

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Foto: Eat. Sleep. Move.