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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Entrevista con Lidia de Masterchef: “a día de hoy aun no sé los motivos de mi expulsión»

Lidia Folgar

Se llama Lidia Folgar es gallega, dietista-nutricionista y la hemos visto embarazada en la última edición de Masterchef, la tercera, llegar hasta la semifinal. Si sigues el programa seguro que sabes quién es y cuáles son sus características personales y sus habilidades culinarias. Además, Lidia Folgar como buena compañera que es de profesión, ya ha pasado por alguna de las entradas de este blog de una forma más o menos visible… o bien “camuflada”. Por ejemplo, aprovecho para revelar en este post (cuento con su permiso) que una de las primeras entradas con más éxito de este blog y que aun sigue batiendo records de visitas (a pesar que se publicó hace dos años y medio) se la debo en buena parte a ella… me refiero al post sobre la fraudulenta detección de intolerancias alimentarias a partir de bioresonancia y su segunda parte … pues bien, ahora ya puedo decir que Lidia Folgar era amigo 2, y por tanto la persona que averiguó que tenía una mesa de despacho intolerante a la lactosa; amigo 2 fue también quien al darse cuenta de la farsa en la que estaba siendo utilizada su persona decidió no seguir colaborando y dejar su bien remunerado puesto de trabajo. También me he referido a ella cuando hablé de las recomendaciones al respecto del consumo de cereales y te invitaba, y lo sigo haciendo, a que leas su estupendo escrito sobre cómo pueden ayudar los cereales de desayuno a “cuidar la línea”.

Bueno, sea como fuere, el caso es que siendo una conocida mía y una compañera con la que comparto buena parte de las perspectivas de esta profesión, me supuso una sorpresa el verla aparecer en esta edición de Masterchef. Mi perspectiva sobre el programa sigue siendo la misma que plasmé hace año y medio cuando se estrenó su primera edición. En aquel entonces argumenté que en mi opinión el peso de la parte de reality-show del programa (un concepto televisivo que no es de mi agrado) estaba muy por encima de las escasas aportaciones culinarias tratándose como se trata, al menos sobre el papel, de un concurso de cocina. En cualquier caso, la aparición de Lidia en esta edición hizo que no pudiera evitar el seguir cada programa y apoyarla habida cuenta del afecto que hacia ella tengo.

Así pues, veamos que nos cuenta Lidia de su paso por la tercera edición de MasterChef:

P: Hola Lidia, primero lo importante: ¿qué tal estás en relación a tu embarazo?

La verdad es que hasta ahora he tenido suerte porque he llevado un embarazo perfecto, sin mayores molestias… también es cierto que es ahora, cuando entro en el tercer trimestre del embarazo, sobre todo con el calor, cuando empiezo a llevarlo peor… pero la verdad es que no me puedo quejar, en definitivas cuentas es lo que toca y no lo llevo mal

P: Empecemos por el principio ¿Qué se te cruzó por la cabeza para que un día te decidieras apuntar a Masterchef? ¿Te animó alguien o fue cosa tuya?

Fue algo bastante casual, estaba viendo el programa de Masterchef Junior con mi marido, vi el anuncio para hacer el casting para el programa de los mayores, y como me gustaba mucho cocinar y era seguidora del programa, le consulté a mi marido que a ver qué le parecía a él que me apuntara al casting… y el caso es que él me animó e insistió para que me apuntara; además era muy sencillo inscribirse inicialmente (tanto como rellenar un simple cuestionario) lo hice así, sin pensarlo demasiado, más como un acto impulsivo ya que nunca hasta entonces me había planteado presentarme a este tipo de cosas de la televisión.

P: ¿Cuál fue tu primera motivación o tu primer objetivo para apuntarte?

Tuve en cuenta que era un programa de mucha audiencia y me parecía una buena plataforma por un lado para dar a conocer la figura del dietista-nutricionista; y por el otro para hacer llegar un mensaje al respecto de la importancia que tiene el qué comemos con la salud. Al mismo tiempo, también pretendía derribar unos cuantos mitos, como por ejemplo, el de las personas que piensan que comer sano es comer lechuga más pechuga y poco más… en contraposición a lo que yo pienso relativo a que comer sano no está para nada reñido con el cocinar… mi lema era: rico y sano van de la mano y con él quería hacer una labor de educación alimentaria.

P: ¿Sientes que has alcanzado esa meta u objetivos que inicialmente te planteaste?

No del todo… en los primeros programas me di cuenta que casi era mejor que no hablara mucho de nutrición ya que el programa era de cocina, algo que no se paraba de repetir. Así, si hablaba mucho de nutrición tenía la sensación como si se ridiculizara un poco nuestra profesión… entonces, al final, no quise insistir mucho sobre eso ya que me temía que precisamente se diera la imagen contraria a la intención que yo quería hacer llegar. Se me hacían muchas preguntas relativas a mis preferencias y gustos personales y mis respuestas se mezclaban con mi profesión… y una cosa no tiene nada que ver con la otra. Es una pena porque pienso que hubiera sido una plataforma ideal para hablar de la importancia de los hábitos de alimentación saludable.

P: Una vez que resultas elegida y aceptas las condiciones de la productora ¿Qué tal se lleva eso de vivir tan aislado y tanto tiempo?

Esa fue la parte más dura en especial al principio, no tener noticias del exterior, no poder desahogarme y contarles las cosas que me pasaban a las personas que quieres. Esa es la parte más dura aunque al final son tus compañeros los que terminan convirtiéndose en tu familia. De todas formas lo peor para mí fue el primer mes, luego ya te adaptas a las circunstancias, pero el primer mes fue bastante duro en este sentido.

P: Los participantes del programa os coláis en nuestras casas durante dos horas y media un día a la semana… pero más allá de lo que nosotros vemos en pantalla, cuéntanos lo que se pueda del día a día de un concursante de MasterChef.

Lo que más tiempo invertimos es en las horas de grabación, son muchísimas horas, muchas más de las que la gente se pueda imaginar y eso nos ocupa la mayor parte de la semana. Si a eso le sumamos los viajes, las pruebas de exteriores y las clases de cocina… el tiempo libre es bastante escaso. Para que te hagas una idea a la casa solíamos llegar a la tarde-noche. Por tanto, los días verdaderamente libres o de descanso, fueron muy raros o escasos.

P: Con respecto a los tres miembros del jurado (Samantha Vallejo-Nájera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz) ¿tenéis más contacto con ellos que el que se ve en las emisiones? ¿Os alientan, os enseñan, os estimulan, os dan consejos?

No tenemos más contacto con ellos que el que se ve en televisión, no les conocemos en lo personal, ni sabemos cómo son fuera de las cámaras. En las grabaciones solo hablaban con nosotros lo que se emite en el programa… y si no estábamos grabando, no teníamos la posibilidad de hablar con ellos.

P: En tu opinión qué porcentajes de reality-show y de concurso gastronómico tiene Masterchef

Yo me presenté a MasterChef con la idea de participar en un concurso de cocina ya que a mí los realitis no me gustan ni tampoco creo que yo dé el perfil típico de «persona de reality». A mí lo que me gustaba y motivaba era la parte de cocinar, las pruebas, los retos… la parte de reality no me interesaba nada.

P: Una vez que sales del concurso y contrastas lo que se ha estado emitiendo (por que hasta que no salís no tenéis ocasión de ver nada) ¿te parece que se ajusta a la realidad la imagen que se ha proyectado de tu persona?

Aunque yo ya me hacía una idea cuando estaba dentro, ha sido al salir cuando me he dado cuenta que no, más en concreto al principio. No me gustó demasiado cómo se hacían determinadas valoraciones o los comentarios sobre mi profesión… entonces, lo cierto es que yo me puse bastante a la defensiva. Creo que inicialmente se proyectó una imagen de mi persona fría, soberbia… cuando lo único que hacía era responder en la medida de mis posibilidades cuando veía cosas que no me gustaban o que no estaban alineadas con mis principios o valores. A medida que fue avanzando el programa, el jurado fue bajando el tono en sus valoraciones, yo ahí me relajé más y es posible que en los últimos programas empezara a mostrarse algo más parecido a la persona que verdaderamente soy yo realmente.

P: Sabiendo que nadie nos va a leer ni a escuchar… si tuvieras la oportunidad de mejorar algo de MasterChef, de su funcionamiento, ¿qué consejos le darías a la productora o qué cosas cambiarías?

Como espectadora del programa me gustaría que se centraran más en las cuestiones culinarias y que se dejaran más a un lado las vidas y las características personales de los concursantes. Es decir, que se explicara mejor la elaboración de cada uno de los platos para que los espectadores pudieran, si quisieran, reproducirlos en sus casas… no que salga solo el resultado final de si el plato está más o menos bien o mal. Es decir, que haya más cocina.

P: Sabemos qué te llevó a Masterchef, pero ¿qué crees tú que vio la productora en tu perfil para elegirte como participante?

Creo que mi estilo de cocina les gustó al tener algo de diferente en el sentido de considerar, además de otros elementos, los aspectos nutricionales. Luego, como es comprensible también tenían que estar bien cocinados… no solo era el que vieran que ponía de relieve cuestiones nutricionales ya que me consta que al casting se presentaron otras personas que eran nutricionistas. Es posible que otras características mías les pudieran influir, pero lo principal creo que fue mi estilo de cocina.

P: El día de tu eliminación en las redes sociales muchas personas se preguntaban cuáles fueron los motivos que ocasionaron tu expulsión ese día. Yo, con toda sinceridad, he de decir que no los vi (y he repasado el vídeo un par de veces) y no acierto a descubrir las razones objetivas de tu eliminación. Es más, yo llegué a aventurar que te aplicaron el artículo 33. Está claro que los espectadores nos quedamos sin una explicación lógica… ¿te los han hecho saber a ti después? ¿tienes alguna idea al respecto?

Yo no sé más que lo que se vio en televisión y por lo tanto la realidad fue esa, no se me dio ningún tipo de explicación, ni tampoco desde una perspectiva más culinaria se me mencionó algún fallo que pudiera haber cometido. Además la expulsión también aconteció tras una prueba de grupo y eso, al menos en esta edición de MasterChef, creo que era la primera vez que sucedía… y me pilló un poco por sorpresa. Era un día que yo estaba contenta con el trabajo, además los comensales habían valorado bien nuestros platos (el voto de los comensales lo había ganado nuestro equipo). Luego el jurado decidió que nuestro equipo fuera el peor, detallaron algunos fallos dentro de la prueba… y ninguno de ellos lo había cometido yo. Por eso digo que ese día la expulsión me pilló de sorpresa. Así pues, solo podría especular con los motivos de la expulsión ya que sé tanto como lo que se vio en la emisión del programa.

P: ¿Has aprendido de cocina en tu paso por Masterchef?

Sí, por supuesto. Partía de un nivel bajísimo, en el sentido de que yo sabía de cocina aquello que se derivaba de lo que yo cocinaba en mi casa… no tenía base ninguna; y lo que ahora sé lo he aprendido del paso por el programa. Sí que es verdad que aprendí menos de lo que me hubiera gustado ya que las grabaciones nos dejaban muy poco tiempo para recibir todas las clases que a mí me hubiera gustado.

P: ¿Y de macrobiótica… aprendiste algo?

Sí claro, aprendí un montón (risas). Para lo que sí que me sirvió el programa aquel fue para reafirmar lo que ya pensaba sobre la alimentación macrobiótica [ver enlace]… en esencia que al hablar de salud es preciso hablar de ciencia y no de fe; que no se puede extrapolar el patrón alimenticio de una parte del mundo a otra parte bien distinta y que no se debe usar como argumento de venta el “a mí me funciona”.

P: Está claro por lo que se ve del programa que tienes un especial apoyo en Sally, pero más allá de las cuestiones personales, y centrándonos en los aspectos más culinarios… ¿Qué te parecen las naturales aptitudes de Carlos hacia la cocina? Yo te adelanto que a mí me tiene alucinado.

El apoyo de Sally lo tengo porque desde el principio fuimos compañeras de habitación y la conozco mucho más al mantener un contacto diario durante tres meses. En cualquier caso tanto Carlos como Sally tienen formación en cocina (Carlos estudia hostelería y Sally hizo un curso en el Cordon Bleu) pero hay cosas que les diferencian claramente: Sally, por edad lleva más años cocinando, se nota que es la que cocina en su casa y los platos que conoce los hace muy bien; la diferencia con Carlos es que este no tiene tanta experiencia, ni tanta variedad de platos, pero él tiene mucha mayor capacidad de improvisación para hacer algo que no había hecho nunca antes… por no hablar de sus excepcional habilidad para emplatar, lo que le hace el mejor a la hora de emplatar de entre todos los participantes.

P: ¿Crees que MasterChef ha cambiado en algún sentido tu vida? ¿Y la perspectiva del mundo televisivo… te la ha cambiado?

A día de hoy no, mi vida sigue siendo igual. La principal diferencia es que la gente ahora me conoce y no disfruto de la libertad de ser anónima. Pero bueno, soy una persona a la que le gusta llevar una vida tranquila, sigo en mi pueblo y con el mismo trabajo. Quizá aun sea muy pronto para contestar a si mi vida se verá afectada, de momento no tengo mayores inquietudes más allá de ampliar horizontes laborales si se me presenta la oportunidad. Pero vamos que no me veo haciendo cambios radicales en mi vida.

P: Lo mejor que te llevas de tu paso por MasterChef es…

Con gran diferencia el haber conocido a mis compañeros que, a pesar de ser muy distintos, nos llevamos francamente bien. La convivencia tan estrecha entre 15 personas que no se conocen de nada pudiera parecer en principio un motivo de conflicto, sin embargo fue al revés, nos llevamos fenomenal.

P: Y lo que no te gusta nada haberte llevado es…

Lo que peor me llevo es la imagen que en cierta medida se ha proyectado de mi carácter, como te decía antes, el de una persona fría, soberbia incluso por no actuar en contra de mis principios o valores. Las personas soberbias suelen ser personas que se creen por encima de los demás y no es precisamente mi caso. En este orden de cosas, una persona con una buena autoestima es alguien que no se cree inferior a los demás y que no reconoce que se le diga que no puede o no sirve para una determinada tarea. Creo que ése sería mi caso, que es muy distinto al de creerse superior. Todo ello poniendo en contexto que el participar en un concurso de televisión no es algo que la gente normal haga en su día a día y es posible que esta circunstancia pueda modificar las reacciones habituales.

P: ¿Hay algo sobre lo que no te haya preguntado y que te gustaría expresar libremente?

Pues sí, ya lo he aclarado en alguna otra entrevista pero quiero incidir sobre ello ya que cuando lo vi me angustié mucho, me refiero a lo del dichoso chorizo y el chocolate. En cuanto al primero, se me preguntó directamente, no fui yo quien sacó el tema, y he de aclarar que el chorizo como alimento, ni me gusta ni me sienta bien; y no me gusta como no me gusta la coliflor que es lo que hubiera respondido si me lo hubieran preguntado. No es algo que tenga que ver con mi trabajo ni con la cuestión de “prohibir” alimentos, algo con lo que no estoy de acuerdo desde el punto de vista profesional.

Con respecto al chocolate yo expliqué en numerosas ocasiones en el programa que yo cocino y como en mi casa de lunes a viernes y que por costumbre familiar los fines de semana como fuera con la posibilidad de que sea en esas ocasiones cuando “caiga” algo dulce… y por lo tanto en mi casa no hay nada dulce por que no lo compro, entre otras cosas chocolate, porque no considero adecuado el comer más dulce entre semana que el que pueda comer el fin de semana si es el caso. En mi casa tengo cacao puro pero no tengo “chocolate”. Eso no quiere decir, insisto, que sea una persona que se prohíbe alimentos, o que deje de comer cosas porque tenga un carácter obsesivo con las cuestiones nutricionales… ni por su puesto esa imagen que de mí se transmitió a raíz de ese comentario que hice al respecto de que en mi casa no compraba chocolate.

También me gustaría aclarar que no soy vegetariana; mucha gente cree que lo soy y, aunque es una opción ética que podría haber elegido sin problemas, no es mi caso a día de hoy. Fíjate, además tengo conejos y pollos criados en casa… y sería absurdo el criarlos y no comerlos.

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Nota: Mi agradecimiento a la productora Shine Iberia SA que finalmente y tras unas tensas e incomprensibles “negociaciones” (incomprensibles para mí) accedió a que le pudiera realizar esta entrevista a Lidia Folgar.