El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Cinco claves para fomentar una adecuada imagen corporal en los hijos

La miserable realidad

Pepa tiene 6 años y es una niña sana, normal, activa, lista y espabilada como ella sola… Me consta que tiene unos padres preocupados e implicados en hacer las cosas bien desde el punto de vista de los hábitos de vida. Sin embargo, lo que hizo el otro día Pepa me encogió el corazón y provocó que se me llenaran los ojos de lágrimas. No es broma, aunque tampoco podría decirte muy bien si eran lágrimas de tristeza o de rabia. Tristeza profunda y una rabia de la leche. Las dos cosas al mismo tiempo.

Resulta que Pepa, me contaba hace poco su madre, cogió el otro día una hoja de papel, escribió una nota en ella, la metió en un sobre y se la entregó a su madre. Así, en mano, directamente, en plan funcionario de correos. En la hoja ponía, lo siguiente:

“No me gusta mi cuerpo… ¿qué puedo hacer?”

Niña espejo

Imagínate el cuadro. Pepa, es una niña que padece de eso que se llama acoso escolar, la discriminan por su imagen ya que Pepa es una niña grande… come bien, sano, está desde que sabe andar apuntada a dos actividades extraescolares deportivas… pero es grande. Te lo prometo, ella es así y la mar de guapa, maja y sana que está. Pero en el cole, algunos angelitos y angelitas, sus propios compañeros y compañeras de clase o de las vecinas, le dicen de todo menos cosas bonitas. No tengo la intención de reproducirlo aquí, pero te lo puedes imaginar; niños y niñas de 6 y 7 años en plan carretero, con una lengua más sucia que los baños de una estación de autobuses… Digo lo que voy a decir, por que yo no soy el padre de la criatura, pero vamos, que me toca ser a mí el implicado y Herodes parecería a mi lado un santo varón con lo que me imagino haciendo a los compañeros y compañeras de mi hija (y primero a sus padres).

La teoría

Con frecuencia, y pienso que también con bastante razón, dirigimos el dedo acusador hacia “nuestra sociedad” cuando nos machaca con ciertos estereotipos corporales que en realidad son imposibles e inalcanzables para el 99,8 por ciento de los mortales. En la mayor parte de los casos culpabilizamos a los medios de comunicación, más frecuentemente a la publicidad, el cine y a la televisión… y creo que no falta razón, pero quizá sí un poco de perspectiva.

Esta más o menos bien eso de ver la paja (seguro no tan “paja”) en el ojo ajeno, pero no está tan bien eso de no ser capaces de ver la viga en el propio. Desde luego, por mucha presión que sufran nuestros hijos del mundo de la publicidad y demás, que la sufren, no cabe la menor duda que lo que vean en casa puede ayudar a modular y matizar ese mensaje cuando no a dirigirlo en una u otra dirección.

En este sentido la Academia Norteamericana de Nutrición y Dietética (Eat Right, Academy of Nutrition and Dietetics) habitual referente en el terreno de la alimentación, a través de sus sección dirigida a los niños nos hace llegar un mansaje imprescindible al respecto de la responsabilidad que nosotros como padres y cuidadores tenemos en la imagen corporal que nuestros hijos puedan desarrollar de sí mismos. Lo puedes consultar íntegro en este enlace.

En resumidas cuentas el artículo pone de manifiesto que en todos los niños, con independencia de su figura o peso, pueden aparecer percepciones distorsionadas y conductas insanas al respecto de su imagen. Se hace destacar que la distorsión de la imagen corporal puede comenzar en edades tan tempranas como la de prescolar; de forma que tanto los padres como otros adultos que convivan con los más pequeños van a ser los modelos y los referentes en los que estos a buen seguro van a fijarse para establecer esa autopercepción de la imagen propia.

Los niños y jóvenes con una adecuada imagen de sí mismos suelen sentirse más seguros al tiempo que más confiados en sus capacidades para tener éxito;  en teoría no se suelen obsesionan por el tema de contar calorías ni con el peso. En sentido contrario, los niños con una imagen corporal negativa suelen experimentar mayor ansiedad y aislamiento, además de tener un mayor de riesgo de padecer tanto sobrepeso como los conocidos como trastornos de la conducta alimentaria.

Niña come sandía gtres

Con el fin de ayudar a los padres y madres para que sus hijos tengan una adecuada percepción de su imagen la mencionada Academia de Nutrición y Dietética ofrece cinco importantes claves para correr los menos riesgos posibles:

1. Repasar, como padres, la forma de referirnos a nuestro propio cuerpo y al de los demás

En especial cuando se hace en público o delante de los más pequeños. La forma en la que tú te refieres a tu propia imagen o a la de terceras personas ejercerá a buen seguro una poderosa influencia sobre cómo luego tus hijos percibirán su propio cuerpo. Si por ejemplo te refieres de forma especialmente negativa al aspecto de tus muslos, a tú última y desagradable dieta o a tu último entrenamiento especialmente extenuante, tus hijos van a absorber esa información como una forma “natural” de expresarse y van a identificar de forma equivocada temas por los que van a desarrollar una excesiva preocupación. En estas circunstancias es más probable que ellos comiencen a preocuparse por el tamaño de sus muslos, lleguen a la conclusión de que han de ponerse a dieta o de que deben torturarse con prácticas deportivas especialmente agotadoras.

2. Hablar de salud y restar importancia al peso

Es imprescindible un cambio de paradigma, un cambio de enfoque, en el que la salud sea la protagonista… y no el peso. Es de crucial importancia dejar de mostrar una especial obsesión por el peso y estar todo el rato haciendo referencias a los quilos que se pesan… y que si la báscula para arriba y la báscula para abajo. En su lugar se recomienda centrar el foco de atención en la salud, la tuya y la de ellos. Al menos delante de los más pequeños no des más demasiada al valor del peso. Habla de alimentos, de comidas equilibradas, adecuadas, nutritivas y sabrosas… de hábitos adecuados e inadecuados.

3. Adaptar la actividad física a sus gustos y posibilidades

Hay niños que parecen hechos para el deporte, otros son más sedentarios, unos son más de deportes de equipo, de fuerza, de resistencia, de coordinación… y otros todo lo contrario. Lo importante es que los niños disfruten mientras se mantienen un estilo de vida activo. NO importa especialmente qué hagan, pero sí que hagan algo… desde kárate a baloncesto, pasando por danza, bádminton, tenis, atletismo o senderismo… Adapta su actividad a sus gustos y posibilidades, y sobre todo que se diviertan.

4. Especial atención al acoso entre compañeros

Te lo contaba al principio. Las alusiones despectivas al peso realizadas entre los pares puede marcar de forma importante a los niños que son objeto de dicho abuso o agresiones verbales. Nosotros como adultos debemos mostrarnos intransigentes a la menor muestra de este tipo de comportamientos y, de forma preventiva hablar del tema con ellos. Desde luego, ante la menor sospecha de que tu hijo está sufriendo algún tipo de abusos en este sentido mi recomendación es que hables directamente con los responsables del colegio… y sin perder un segundo

5. Desterrar el mito de eso que se llama “cuerpo perfecto”

Aunque te parezca que no tienen edad para abordar estas cuestiones, creo que en el mismo momento que se les pone delante de un televisor o se les pone un videojuego en las manos es el momento para hablar con ellos de estas cuestiones, adaptando el mensaje a sus posibilidades de comprensión y dejándoles expresarse para poder hablar de los falsos modelos y de las falsas perfecciones.

Reconozco que tengo una especial sensibilidad con estas cuestiones. Por un lado en mi profesión hay muchas asociaciones con estos temas (demasiadas), tengo dos hijas muy niñas (aunque cada vez menos) y al mismo tiempo las circunstancias cercanas nos han golpeado, aquí en Zaragoza, con una especial crueldad tal y como te contaba hace pocas semanas al respecto del triste desenlace de dos casos de anorexia.

Por favor, con estos temas sé muy cuidadoso, y por supuesto tolerancia cero.

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Imagen: Stuart Miles vía freedigitalphotos.net y GTRES

Madres dietéticamente ineptas (por ser suave) y víctimas de la publi

Ineptas, incapaces, inútiles… e incluso negativas, perniciosas, dañinas. Me refiero a ese tipo de madres que el otro día ponía de relieve una comentarista (“Una”) en esta entrada a colación de la educación nutricional que transmitimos a nuestros hijos a propósito del Día Nacional de la Nutrición 2014. Te lo copio-pego para que veas la simpleza y juzgues por ti mismo/a

Hace un par de semanas una amiguita de mi hija (7 años) me decía, mientras se estaba comiendo una manzana para merendar, “es que mi madre me ha puesto a dieta porque tenemos una comunión”.

Ayer se metió entre pecho y espalda para merendar un bocata y un croasan.

A mi entender, con el bocata, era suficiente. Pero lo que más me impactó es… ¿cómo puede decirle su madre que la pone a dieta para que quepa en la ropa porque tenían una comunión y nada más pasar, otra vez a comer guarradas?

Es de locos y de poco sentido común…

Mi madre me ha puesto a dieta porque tenemos una comunión”… Ya ves con 7 años. ¿Pero qué clase de madre es esa? ¿Qué valores le está transmitiendo a la niña en cuestión… es más, incluso a las amigas de su hija…? Por favor, un poquito de respeto… de seriedad… de responsabilidad… de sentido común, tal y como decía “Una”.

Luego no me extraña que pase lo que pasa, y conste que no hace falta ser madre para debutar con estas estupideces, probablemente esa niña, antes de ser madre y si la estupidez generacional no ha calado en ella (Dios no lo quiera) se ponga a hacer de las suyas por su cuenta… a dar ejemplo. Y además contará con todo el tonto-arsenal que aquellas empresas con pocos escrúpulos pongan a su disposición para invitarle, empujarle y animarle a seguir haciendo estupideces dietéticas. Empresas que se publicitan en medios acríticos con estas circunstancias.

Quieres ejemplos. Allá van dos (solo dos, por no aburrir más que nada)

Bikini PompadourAquí tienes la gloriosa publicidad de temporada (bikini) que se ha marcado Pompadour.

Un coctel de infusiones sin pies ni cabeza en cuanto a sus pretenciosas e inútiles alegaciones: eliminar toxinas –ya ves– eliminar líquidos y mantener la línea. ¿Esto que no hace lo que dice que hace no debería ser catalogado de fraude? Desde mi punto de vista contraviene, tanto la legislación correspondiente al alimento como la de publicidad. Pero bueno, nada nuevo bajo el sol o que no conozcamos. La cosa en este caso tiene algo más de miga (y aprovecho para relacionarlo con el tema que nos ocupa) La foto de la izquierda está tomada de la publi que este fin de semana pasado podíamos encontrar entre las páginas de un suplemento, pero no cualquiera, es “Mujer hoy”, un suplemento que se define como “Revista especializada en el público femenino”… Menuda especialización. En lo que se refiere a su publicidad podría mostrar un poco más de delicadeza en vez de apretar los imaginarios, anacrónicos y sexistas golletes de la discriminación sexual en base a los estereotipos de la imagen femenina y demás. Y no, no es una excepción, no hace mucho pudimos ver esta otra publicidad en el mismo suplemento, esta vez a cargo de Lipograsil -ya ves, otra vez- En esta ocasión, además, con un tinte sexista muy feo.

Dieta lipograsil

No sé, me parece que una revista verdaderamente preocupada de las mujeres debería criticar estas cuestiones, su contenido y como son tratadas, antes que dar pábulo a: 1) Productos milagro y; 2) el machismo más retrógrado (disfrazado de feminismo) en relación a hacer, aun más si cabe, a las mujeres esclavas de su imagen (y con chorradas).

Con la forma de permitir este tipo de publicidades, con lo presentes que están y con la presión que hacen, no me extraña que cuando llegue el momento esas niñas de 7 años, ya creciditas, reaccionen como estas mujeres en este otro anuncio, esta vez a cargo de Bimanan… ignominioso.

Pero soy yo que tengo la mente muy sucia o a juzgar por lo que se ve en este anuncio estas mujeres… ¿están o no como… muy bien? ¿Acaso necesitan adelgazar? ¿No sería más recomendable que hicieran lo contrario? En fin.

Señores de las empresas en cuestión, señores publicitarios, señores de los medios (prensa, tv, etc.) y madres dietéticamente ineptas… algún día alguien, quien corresponda, les llamará al orden. Espero que sea temprano. Lo que están haciendo por la salud (física y mental) de la población, femenina en este caso, no tiene nombre. Yo os repudio.

Firmado: el padre de dos niñas de 5 y 9 años.

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Portadas y titulares en revistas de salud: vergonzosos monotemas

Hay revistas de coches, de motos, de decoración, de bicis, de bricolaje, de moda, de trenes, “del corazón”, de aviones, de cocina, de modelismo, de barcos… y también, claro está, hay revistas de salud.

De entre las últimas, la más leída en España es ‘Saber vivir’, una revista vinculada al menos en sus orígenes el programa homónimo de La 1 (hoy no lo sé). La revista es la número uno en su sector (salud) y, toma buena nota, la número tres de todas aquellas con tirada mensual (sean de la temática que sean) lo que puedes comprobar en este enlace (página 43).

Saber vivir‘Saber vivir’, repito, es una publicación cuya temática es la salud en general. Siendo así, ¿te has preguntado alguna vez cuáles serán sus titulares? Yo sí, y por increíble que lo parezca, siempre, siempre, siempre el tema del titular principal, el de mayores caracteres es el mismo o parecido: la “dieta”, la figura, el adelgazamiento, la silueta, el peso… Es francamente difícil encontrar una portada, un titular, el principal además, en el que no se cumpla esta “norma”.

Puedes comprobarlo de la siguiente manera, vas a google y en la barra de búsqueda pones estas palabras: “saber vivir” revista portada y pinchas en imágenes, y obtendrás un resultado similar a este. Te redacto el tema principal de las portadas que yo veo (con su protagonista entre paréntesis):

Con el plan de saber vivir delgada y más sana (Rosa López).

Tú también puedes adelgazar. Gana fuerza de voluntad (Elena Furiase).

Delgada y más sana con la dieta de Saber vivir (Rosa López, otra vez)

La dieta que sí protege tus células. Nuevo plan anti cáncer (Belén Rueda)

La dieta de Saber vivir te lo demuestra. Comer bien adelgaza (Reina Sofía)

La dieta que se adapta a ti. Adelgazar es fácil (si sabes cómo) (Marta Torné) [he de reconocer que el paréntesis ‘si sabes cómo’ me encanta]

Las claves definitivas para dejar de picar entre horas (Patricia Conde)

Adelgaza y reduce volumen (Fabiola Martínez)

Dieta para evitar la ansiedad por comer (Lola Herrera, sí la de los actimeles prodigiosos)

Rosa nos enseña los alimentos y ejercicios que funcionan (Rosa López, y van tres)

Adelgaza cuidándote: la dieta baja en grasas (Ana Belén)

La mejor dieta para el verano con los alimentos más útiles para adelgazar (Julia Otero)

Sana y delgada, la auténtica dieta mediterránea (Chenoa)

Y así un bochornoso, eterno e inmovilista etcétera.

¿Por qué bochornoso? Porque parece mentira que desde el principio de los tiempos de esta revista todos los titulares sean un reclamo a la dieta, al peso, al adelgazamiento, a la figura, a la delgadez, al volumen, a la retención de líquidos a la ansiedad por comer, a la operación bikini, etc.  Algo debe de estar fallando cuando mes a mes y sin interrupción se ofrezcan en el interior de la revista… o bien las mismas claves o bien distintas.

También porque, esa es otra, los contenidos por ejemplo del número de la revista que promueve en su portada la “auténtica dieta mediterránea” (no podía faltar) ¿serán los mismos que los que promueve la dieta baja en grasa, la anti cáncer, la cronodieta, la depurativa… etc? No, no me parece de recibo que a aquellas personas verdaderamente preocupadas por recibir un mensaje coherente en materia de dietética se les vuelva literalmente locos con tanto mensaje, muchos de ellos por fuerza contradictorios.

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Pero hay más ejemplos de como utilizar de forma abusiva y sempiterna un mismo reclamo. Por ejemplo, tenemos a ‘Men’s health’ y el ofrecimiento casi constante a sus lectores de cómo obtener un abdomen musculado, sin barriga y marcando el conocido como six pack, en castellano, la tableta de chocolate o la tabla de lavar. Los titulares hablan por sí solos (y sus imágenes, claro): “adiós a la barriga, plan de ataque de la A a la Z” o “adiós barriga” (repetido tal cual infinidad de números), “barriga plana ya” o “barriga plana en 15 días”, “la década del six pack”, “pierde barriga en solo 8 semanas”, “el nuevo six pack, más rápido, más fácil”, “six pack, ¡ahora!”, “abdomen más fuerte”…

Esta repetición en los titulares pone de manifiesto que se trata más de una estrategia para aumentar las ventas a base de apelar a las principales debilidades de la plebe consumidora, que de un verdadero interés de ofrecer a la población una información válida. Yo al menos así lo veo. Un significativo signo de los valores de la sociedad general.

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Imagen: farconville vía freedigitalphotos.net

Suda el jamón pa que te pongas bombón

Me gusta casi toda la música. El “casi” no es gratuito, el ragetón (o como se escriba) queda excluido. Lo siento, mis principios son estos, y no tengo otros. No soy Groucho Marx.

En cualquier caso estoy dispuesto a hacer una excepción cuando este estilo de música es utilizado para un bien superior. Me explico.

Vivimos en una era de desmedida preocupación por la estética, no por la salud, por la estética. El llamado “culto al cuerpo” si lo prefieren. No hace falta ser “vigoréxico” para haberse visto seducido alguna vez por esta narcisista corriente. Lo malo, como todo habitualmente, es cuando se exceden ciertos límites. Y uno de ellos es el de la proliferación de clínicas de estética que sirven más para aplacar muchas de las conciencias ególatras de pudientes bolsillos, que para dulcificar duros gestos y/o graves taras físicas de nacimiento.

¿Somos más feos en España que en otros países? A mí me parece que no, más bien al contrario. Sin embargo, según diversas fuentes (como la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Estética) en 2009 España fue el país europeo con más operaciones de cirugía estética y el cuarto del mundo. Y la operación líder: la liposucción.

Vale que de otras partes del mundo vengan a España a operarse por la mejor relación calidad/precio de estas intervenciones (nuestros médicos, hay que reconocerlo, están muy bien preparados en este sentido) pero aun y todo creo que “nos operamos” mucho. Demasiado.

Opino que más nos valdría hacer caso de las recomendaciones en materia de salud antes que recurrir a la solución “fácil” de pasar por el quirófano para una intervención de este tipo. Eso, y aumentar un poco nuestra autoestima. Tal y como dicen en las pelis de Disney, y me da igual que me tachen de cursi: la belleza está en el interior. También Pablo Ruiz Picasso tuvo una frase que le va que ni pintada a la entrada de hoy: «Hace falta mucho tiempo para llegar a ser joven«, o algo así.

Suban el volumen y aunque no les guste el ragetón les invito a que se pongan a bailar. Por cierto, genial la imagen de la mortadela y lo de «yo no me quiero «emplasticar».

PD: No sean demasiado quisquillosos, ya sé que se trata de un anuncio; en concreto el de Nike en 2007 para el mercado latinoamericano. Lo que me interesa es el mensaje. Lo mismo se puede hacer con Adidas si lo prefieren, o con cualquier otra marca… o incluso en bolas.

Por cierto: gracias Miguelón 🙂

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Foto: madelineyoki

 

Manzanas, básculas y cintas métricas

¿Se puede hacer una comunicación relativa a la salud a través de la alimentación sin incluir como imagen de recurso…

una manzana (a poder ser verde),

una cinta métrica (a poder ser de costurero) o

una báscula (a poder ser de baño)?

Parece que no: Tómense la molestia, por favor, de comprobar las imágenes de recurso que se utilizan en libros (normalmente de dietas), publicidad (normalmente de productos o programas adelgazantes), pósters, televisión, etc. cuando el contenido del mensaje haga referencia a la alimentación, la salud y/o a la imagen. En prácticamente la totalidad de ellas aparecerá uno de los tres elementos anteriores, cuando no dos, o incluso las tres al mismo tiempo: La imagen de una manzana rodeada por una cinta métrica sobre una bascula es ya el epítome de la cuestión. Llamativo.

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Foto: @juan_revenga