El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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La noche que Pierre Dukan se coló en mis sueños (verídico)

Tenedores

Las cuestiones oníricas resultan insondables para mí y la del otro día (más bien una noche de mediados de agosto) me dejó un tanto desconcertado, divertido sí porque fue un sueño agradable, pero también un poco mosqueado. Te cuento, soñé con Dukan.

Algo que se me antoja raro ya que por un lado la figura de este gurú dietético parece (al menos de momento) estar cayendo en una especie de espiral del olvido (ley de vida y por tanto previsto en cierta medida) y que por otro hace varios días, por no decir meses, que este señor no aparece en mi realidad consciente.

Sea como fuere si te gusta esto de interpretar los sueños ajenos te cuento mi alucinante experiencia y ya si queréis vosotros jugáis a darle sentido en plan Freud o Cuarto Milenio.

El panorama inicial era bastante surrealista, muy de la manera que se representan los sueños de los protagonistas de los comics de Tintín… cosas de los sueños. El caso es que en el sueño alguien, no sé muy bien quién, me invitaba a su boda en Valencia. Creo tener una vaga idea de que era un joven dietista-nutricionista al que ni tan siquiera conocía personalmente. Bueno, el caso es que me planto allí, en el banquete de boda que se celebraba en un hotel de mucho postín y me encuentro al bueno de Dukan, sonriente, amable, cercano. Todo el mundo iba de punta en blanco, como de boda, claro, pero más… solo faltaba una alfombra roja, muchos dietistas-nutricionistas de ambos géneros, muy jóvenes y a la vez muy glamurosos… solo conocía a unos pocos. Una rareza más de esta ensoñación consistía en que a pesar de que la boda era en Valencia (ciudad que apenas conozco) las calles de la ciudad eran de Pamplona (“mi ciudad” hasta hace unos años). Entre otras rarezas también me llamó la atención el menú (me extrañó al despertar, claro, porque en el sueño me pareció de lo más normal) en especial por su sencillez si la comparábamos con el resto de la parafernalia nupcial, cargada de boato y en plan jet-set: Macarrones con chorizo gratinados al horno y solomillo a la plancha con patatas que, sinceramente, estaba muy rico. Los postres no aparecieron en el sueño, supongo que en esta línea gastronómica habría sido un polo de limón. Para los más suspicaces he de deciros que no sé, no se mostró en el sueño, si Dukan probó los macarrones o las patatas del solomillo… conocer este detalle habría tenido su morbo, lo reconozco.

Bueno, al lío… el caso es que tras la comida la marea de invitados, ya digo que había muchos, me empujó a sentarme en uno de los amplios sofás del espectacular hotel… sofá al que pausado y con una sonrisa en la cara se acercó un cordial Pierre Dukan. Era un Dukan algo estropeado-pero-no por la edad, una edad que en apariencia él había tratado de disimular como hace ese tipo de gente que tiene mucha pasta, con botox, liftings y demás historias similares y entonces, sentándose, me habló en un correcto español.

– Hola Juan, ¿qué tal estás?

– Bien, aquí, pasando el rato.

– Oye, ¿menudo pelotazo, eh? [en clara referencia al éxito de ventas de su método, ya pasado pero aun cercano en el tiempo]

– Joer… y tú que lo digas, fue la leche, no había visto nunca antes algo así.

– Pues ahora tengo una duda, dijo Dukan, no sé si seguir o retirarme y dedicarme a “vivir la vida”, a vivir de las rentas que son muchas. Si sigo, he de sacar algo nuevo, aunque me da pereza y al así hacerlo se puede malinterpretar por personas como tú… aun le sacaríais más punta. El caso es que “mi método”, comercialmente hablando, ya no da más de sí, la novedad ha pasado y la gente ya no se lo cree.

– Pierre, con todo el cariño, le dije (he de confesar que en este punto del sueño no me reconocí) déjalo ya… tienes más pasta de la que jamás podrás llegar a gastar y además creo que ya es tiempo de que te dediques a disfrutar de los éxitos de tu trabajo. Y no, no me mal interpretes, no es que con tu retirada vayamos a vivir mejor los dietistas-nutricionistas, más al contrario, con tus absurdas pero lucrativas proposiciones al final nos das trabajo aunque sea criticando y poniendo tus métodos «en su sitio». Porque eso es lo único que se merecen… como tú además bien sabes, ¿verdad?. No, sinceramente, creo que si yo estuviera en tu lugar ahora me dedicaría como bien has dicho a “vivir la vida”.

Sin decir nada inmediatamente me dedicó una amplia sonrisa de complicidad. Se levantó (curiosamente también se levantó con él una señora que sin haber reparado en ella antes y sin abierto la boca era la interprete que siempre le acompañaba) y me dijo en francés, à bientôt mon cher ami y se marchó mientras su figura se difuminaba a medida que se alejaba hacia el contraluz del amplio ventanal del hotel… un poco en plan “autopista hacia el cielo” (reconócelo, eso cuando te despiertas y tomas conciencia, acojona)

Y ahí me desperté… divertido, he de reconocerlo, pero al mismo tiempo un tanto inquieto por su contundente à bientôt… ¿volverá Pierre Dukan a la carga en serio con un nuevo o mejorado sistema?… y lo que es aún más intranquilizador, ¿volverá a colarse en mis sueños?

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Actualización 1/09/2014: Gracias a Luis Jiménez (@centinel5051) he conocido que casi coincidente en fecha con este sueño apareció publicada la primera referencia a Dukan y su método en PubMed. Se trata de un caso clínico que pone de relieve los síntomas y consecuencias de una paciente aquejada de importantes vómitos y náuseas tras dos días de empezar con el método Dukan y entrar en un estado de cetoacidosis. Aunque tal y como resalta el artículo es un caso raro (por las consecuencias, no por alcanzar la cetoacidosis) y el nivel de evidencia que se le puede atribuir a este tipo de artículos es francamente limitado, supongo que a Pierre Dukan le hubiera gustado entrar con mejor pie en la base de datos MEDLINE de citaciones y resúmenes de artículos de investigación biomédica ofrecidos por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

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Imagen: Suvro Datta vía freedigitalphotos.net

Nutrición-área 51: La dieta bulletproof (o dieta «indestructible»)

Bala manzana

No me digas que el nombrecito de la dieta de marras no es molón… la dieta a prueba de balas (bulletproof) o como yo me he tomado la libertad de adaptar: la dieta indestructible, que a fin de cuentas es un poco el mensaje que subyace cuando se utiliza esta expresión inglesa.

Adelanto también que me da un poco de pereza y malagana cuando, una vez más, toco estos temas de las dietas populares, de moda… o más llanamente, milagrosas. El caso es que esta en concreto apenas ha salido de su país de origen, Estados Unidos (pero me da la sensación que amenaza hacerlo) y al traerla hoy a portada sé que corro el riesgo de que, diga lo que diga, habrá a quién le sirva de punto de partida para “probar” la enésima bobada (cara)… y eso es lo que me da pereza y desespera; pero bueno, correremos el riesgo.

¿Cómo nace la dieta bulletproof?

Este planteamiento dietético surge de la imaginación y experiencia unipersonal de un tal Dave Asprey, inversor en tecnología, que afirma de sí mismo haber invertido más de 15 años y 300.000 dólares para “hackear” (burlar o piratear) su propia biología y de este modo conseguir: perder más de 45 kilos; aumentar su cociente intelectual en más de 20 puntos; rejuvenecer su edad biológica y; dormir de forma más eficiente y por lo tanto “perder menos tiempo” al hacerlo. Y todo ello gracias a su sistema dietético. Solo. Y digo solo porque además se jacta de conseguir todo ello, en especial lo de la pérdida de peso, sin la necesidad de hacer demasiado ejercicio (en realidad nada) y lucir un desarrollo muscular cuando menos “interesante”: no tiene desperdicio el tomar nota de las condiciones que, según su autor, han rodeado las circunstancias de la foto en el anterior enlace:

  • Durmiendo menos de 5 horas al día de media en los dos años previos;
  • Sin hacer en ese tiempo apenas ejercicio físico alguno salvo 4 sesiones de yoga y poco más; y
  • Comiendo una media de entre 4000 a 4500 kcal al día.

Según el autor se trata de “reconectar” la mente con su biología más corpórea y para enseñarte a hacerlo y que sepas comer con tal fin ha sacado a la venta su método en forma de libro y una panoplia importante de suplementos dietéticos y otras zarandajas entre las que se incluye una manta “de inducción” inductora (valga la redun-dun-dancia) del sueño para dormir de forma más efectiva (50$). Pero espera, aún hay más que diría superratón, entre sus sandeces propone el uso de unos “chistófanos” (que él comercializa, claro) para eliminar la “electropolución” de tus aparatos electrónicos y con ello aliviar ciertos síntomas tales como dolores de cabeza, problemas de concentración, pensamiento confuso, agitación, fatiga y estados depresivos (99$). Por si te vas de viaje también te ofrece la posibilidad de hacerte con un travel-kit a un poco módico precio, 49$. Y la cosa continua, no te creas: neuro-optimizadores a razón de 5.500$ de vellón que incluye el antivirus Norton 360 (… y por ese precio podría incluir hasta una Thermomix); una bombilla que facilita la secreción de melatonina (esto, mira, solo cuesta 15$); un “focalizador” cerebral por tan solo 600 pepinos… ¿que no sabes para qué sirve un “focalizador” cerebral? Pues es fácil: te lo colocas en donde procede, la cabeza, y te ayudará según Dave Asprey a tomar decisiones más lúcidas, a mejorar tu atención, a pensar con más claridad, a desarrollar tu memoria, a controlar tus emociones y cosas por el estilo (qué querías que hiciera… ¿milagros?). Y hay más, pero yo no tengo más ganas de seguir. Así que si estás interesado te invito a que visites su shop-web cuajada de cachivaches y suplementos varios.

¿En qué consiste la dieta bulletproof?

Si has llegado hasta aquí, reconócelo, las cuestiones dietéticas te traen al pairo, lo que tienes es ganas de echar unas risas más. El planteamiento dietético como tal es de traca… En esencia hay quien lo ha equiparado a una dieta tipo “paleo”… pero su creador va más allá y dice que su planteamiento, partiendo de ese inicio, es “aún mejor”: “Es más efectivo que los planteamientos paleodietéticos clásicos” apostilla… toma geroma…, del fuego a las brasas… o de Guatemala a Guatapeor… y con un par.

Con sinceridad, no me da la gana de comentar las sandeces dietéticas que este señor propone y que carecen de un nulo reconocimiento por parte de la comunidad científica y sobre las que no hay ni un ápice de literatura científica que corrobore sus postulados. Fiel a mi tradición crítica y para un mejor entendimiento, resulta más sencillo desacreditar un determinado planteamiento dietético fijándote en los “detalles” antes que en el meollo… digamos que se trata de seguir una estrategia más visual que conceptual: ¿Te imaginas al Barça o al Madrid saltando al terreno de juego con chancletas en una final de la Champions? Si eso suceriera, sabes bien que no son ni el Barça ni el Madrid, así que para qué demonios nos vamos a quedar para analizar “su juego”. No obstante, si quieres, tienes un resumen de las elecciones alimentarias que este sujeto invita a hacer para seguir su método aquí te dejo un enlace en el que se hace un ultra resumen de sus planteamientos. Como bien salta a la vista, aunque “su pirámide” tiene un pase (no me parece ni mucho menos lo peor) su forma de llevarla a la práctica contiene detalles en mi opinión absurdos… empezando por la glorificación de los productos ecológicos (y la criminalización de los transgénicos) y acabando por la promoción de un consumo desorbitado de “grasas buenas”… algo que podría estar alineado con otra matraca dietético-comercial que conocemos desde hace cerca de 20 años como es la dieta de la zona.

¿Cómo se va a dar a conocer probablemente?

Es probable que su asalto al viejo continente (ya se está produciendo en cierta medida) se propicie a partir de una de sus “armas” más aventadas: el café bulletproof o lo que es lo mismo un preparado a base de café ecológico, mantequilla idem y aceite de coco ídem (tranqui, Dave te lo proporciona todo en su tienda on-line libres de toxinas) con el que desayunar y abordar la fatigosa mañana que uno tiene por delante todos los días sin que las tentaciones, el hambre o el picoteo hagan mella en la voluntad de sus consumidores, además de proporcionar una energía asombrosa (si además te lo tomas en un vaso de precipitados como él hace en el vídeo en vez de en la típica taza el efecto se debe de multiplicar por 10)

En resumen

Pocas veces y con tanto descaro se promociona un sistema o método dietético (aunque incluye muchos otros elementos) con tanta parafernalia como para poderlo considerar un arquetipo de aquello que se conoce como dieta milagro. Su claro y único objetivo: hacer caja a base de decir y vender gili-memeces aprovechándose para ello de la crédula desesperación de algunas personas. Caer en sus redes supone dos claras consecuencias, seguro un menoscabo importante en la economía del incauto y muy probablemente un menoscabo en su salud. No me extrañaría que en la próxima edición ilustrada del DRAE la entrada “cantamañanas” trajera una foto de Dave Asprey.

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Imagen:  vectorolie vía freedigitalphotos.net

El cementerio de los alimentos fracasados

IdeaNo me digas que no tú no juegas a las apuestas cuando eres conocedor del lanzamiento de un novedoso producto alimenticio… un “esto no puede durar mucho” o por el contrario “qué buena idea, seguro que triunfa”. Luego la realidad pone a las apuestas de cada uno en su sitio y unas veces ganas y otras no… tus gustos no tienen por qué coincidir con los de la mayoría y por ende con el balance de cuentas de los fabricantes.

El caso es que continuamente estamos expuestos a nuevos productos, bien en su diseño, en la forma de comerse, en su aspecto o bien en su verdadera naturaleza, pero lo cierto es que, por lo que sea, solo unos pocos terminan quedándose entre nosotros. Hasta el punto de estimarse que anualmente cerca del 90% de los nuevos productos fracasan a largo plazo (incluyendo los que son comestibles y no).

Mi habitual interés por este tipo de curiosidades volvió a hacerse patente el otro día cuando supe de una nueva “creación gastronómica” por parte de Telepizza… se trata de su “Pizzalada” una quimera alimenticia, en su más estricta acepción, cruce de dos conceptos francamente previsibles a tenor de su nombre: pizza + ensalada. Este es su video promocional.


¿Sorprendido? No, estás solo, cuentas con mi apoyo; y para que veas que no somos los únicos en cuestionarse la viabilidad de este tipo de productos, no han faltado los análisis por parte de los consumidores, entre ellos te sugiero que te quedes con este vía @TipodelaBrocha. Con sinceridad no sé dónde puede estar su “plus”: en las cuestiones organolépticas lo dudo (¿ensalada caliente?), ¿acaso en una masa de pizza reblandecida?… si hubiera de decidirme, creo imaginar que el fin comercial de este producto pudiera estar del lado del llamado efecto halo que puede aportar la palabra “ensalada” (saludable) junto al de este tipo de pizzas.

Bien, pero no hemos llegado hasta aquí para hablar de las ¿excentricidades? de una compañía en concreto sino de las de casi todas ellas, desde la más grande a la más pequeña ya que hasta el mejor escribano echa un borrón. A veces pienso que cuanto “mejor escribano” más borrones ya que a fin de cuentas también tienen más posibilidades y posibles (las dos cosas) para lanzar nuevos productos. Sea como fuere, con el fin de hacer un análisis del mercado y de ofrecer un catálogo del “qué no hacer” a la hora de sacar un nuevo producto y aprender de los errores del pasado hay un señor en Estados Unidos, Robert McMath, que ha abierto una especie de supermercado-museo-funeraria en el que se dan cita una buena parte de todos esos productos fracasados. Puedes verlo en un fragmento de este documental:


En él se puede contrastar la efímera vida de “polos” a base de huevos revueltos (para desayunar cómodamente en el coche camino del trabajo), el fracaso de la “nueva coca-cola” de 1985, algunas novedosas (y fracasadas inicialmente) líneas de mercado de fabricantes como Nestlé, etcétera.

Lástima que este museo se encuentre en Estados Unidos, en concreto en Michigan, ya que a buen seguro que de estar más cerca no me costaba reunir a una cuadrilla para hacerle una visita. En cualquier caso, el promotor de esta original idea tiene un libro What were they thinking? (¿En que estarían pensando?) en el que McMath saca a colación algunas lecciones de márquetin tomadas de los errores cometidos.

Y ya que estamos ¿nos cuentas de qué alimento te acuerdas tú, que un día viste y que ya no puede encontrarse en los lineales de un supermercado o en una franquicia?

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Imagen: iosphere vía freedigitalphotos.net

McDonalds Australia dando el cante… jondo: oé, oé, oé

Parece un trabajo de alumnos de primaria; algo así como “elabora una campaña para McDonald’s con alimentos típicos de otros países”. Pero no, se trata de una realidad Mcdoliana, aunque el resultado parezca realizado por niños y niñas en tan tierna edad.

El caso es que los publicitarios australianos de la multinacional de la comida… rápida (vamos a dejarlo en “rápida”) acaban de cubrirse de gloria y merecen, así a bote pronto, dos soberanos suspensos: el primero, está claro, en hábitos alimentarios internacionales; y el otro, tiene pinta, que en geografía. ¿Y qué es lo que han hecho?

En resumen, lanzar un nuevo producto para sus clientes que, en teoría, pone en alza lo más típico de la “gastronomía” española a colación de la inminente Copa del Mundo de fútbol a celebrar en Brasil. Bueno, mejor que contártelo le echas tú mismo un vistazo.

Pues sí, una especie de “bocadillo español” consistente en dos salchichas ahumadas “de chorizo” rodeadas de unos huevos revueltos y todo ello empaquetado en una oblea (no sé si de trigo o maíz) es decir, de la típica “tortilla” mejicanatipical spanish, sí… qué demonios: estúpidamente típico de McDonalds. Solo le voy a sacar punta a los contenidos y no a su estética y puesta en escena, casposa donde las haya… además de falaz al mezclar topicazos absurdos de, parece que Méjico, y España.

Por lo que se ve, esta campaña de McDonalds Australia centrada en el Mundial de fútbol incluye otras grotescas y seguro que sabrosas creaciones a las que no se duda en atribuirles una nacionalidad específica.

Por mucho que esta multinacional se esfuerce en poner en alza la calidad de sus productos, una vez más vuelve quedar patente su savoir-faire en todo aquello que implica las cuestiones de alimentar con comida a personas humanas.

En fin, si es que aunque la mona se vista de seda…

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Nota: quiero agradecer los contenidos de esta entrada a, JuanjoVilar, un amable seguidor de Twitter, @juanjovilar

 

 

Nutrición-área 51: dentífrico para adelgazar… y no es broma (que exista)

cepillo de dientesSé que parece una broma pero, de nuevo, no lo es. Me tuve que frotar los ojos varias veces (que no los dientes) para contrastar lo que leía el otro día en una nota de prensa que me hicieron llegar. Comprobé el calendario: no era 28 de diciembre, tampoco 1 de abril (el particular día de los inocentes en otros países: April Fool’s Day o All Fools’ Day); me pellizqué, estaba despierto… es decir lo que leía tenía que ser real. Es decir, que había alguien que había puesto en el mercado una pasta de dientes que, además de dejarte los dientes como los chorros del oro… te ayudaba a adelgazar. De hecho, su principal argumento de venta, su slogan, es ese tal y como se puede contrastar en su página web:

 Dentifricio: ¡sonríe adelgazando!

Su propuesta para conseguir tal fin, su misterio, resulta que es algo tan elemental (no sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes) como dejar un regusto amargo en la boca y de esta forma evitar la propensión del usuario a seguir comiendo alimentos o bebidas ricas en azúcar… y de ahí el adelgazamiento. Claro, claro, claro. Puedes comprobarlo por ti mismo:

Se trata de un innovador producto multifuncional útil a preservar los dientes sanos y blancos y a mantener las encías en perfecto estado. Se caracteriza por una innovadora mezcla de aromas que confiere al producto un regusto amargo. Como es sabido en literatura científica, las sustancias dulces provocan una sensación agradable, en cambio el sabor amargo desfavorece la propensión al consumo de alimentos y/o bebidas ricos en azúcares.

Y como siempre un personaje ilustrado avalando el producto: su creador, en este caso un médico aportando el aval como ideólogo a semejante prodigio, el Dr. Giovanni Macrí, figura de renombre internacional, conocido en su casa a la hora de… cepillarse los dientes.

Por mi parte no se puede decir que no haya hecho los deberes, nada más tener la nota de prensa en la bandeja de entrada de mi correo, me puse en contacto con Servicios de comunicación, prensa y relaciones públicas del producto y, amablemente me puse a su disposición para recibir toda aquella información científica relevante que justificara semejantes alegaciones. La mujer de relaciones públicas del producto, solícita como pocas, me dijo que en unas pocas horas tendría esa información en mi correo. Nos despedimos cordialmente. Pasaron esas horas… también algunos días y, tras una semana volví a contactar con ella. Entonces me explicó que todos los artículos científicos referentes a este tema estaban publicados en italiano. Le contesté que no había problema, que además de contar con “google traductor” tenía una amiga cercana italiana y que me los hiciera llegar, estaría encantado de echarles un ojo. Me confesó entonces que en realidad solo había uno y que en breve me lo haría llegar. Pues bien, ha pasado otra semana de nuestra última conversación y el artículo sigue sin aparecer por mi correo. Mmmmmmm, a ver si como «artículo científico» estos señores y señoras se creen que debe servir esto.

En fin, no me voy a alargar ya demasiado. Una vez más, este producto pone de manifiesto el lamentable utilitarismo que se hace de la cuestión del sobrepeso y la obesidad. Como lamentable me parece también el mutismo del que hacen gala nuestras autoridades sanitarias ante estas cuestiones. Unas cuestiones con las que a algunos no les tiembla el pulso a la hora de promocionar en sus blogs con las más hilarantes explicaciones:

Lo bueno es que es 100% natural. Sus activos son aceites esenciales actúan por aromaterapia por vía bucal o sublingual. Al final, va ser algo parecido a las Flores de Bach pero en pasta de dientes.

Por último, ya me despido, dos propuestas. La primera, si crees que este tipo de propuestas te pueden ayudar a perder peso y ya te has comprado el spray de culo de mofeta, te sugiero que no te gastes más dinero en el dentifricio en cuestión y que te cepilles los dientes con él. La segunda, conocido el nombre de la agencia comercial que distribuye el producto con exclusividad en España y Portugal, que no es otro que el de SAY SMILE SL, sugiero que se lo cambien por otro más acorde con los productos que comercializan, por ejemplo SAY ROLF SL. Solo se trataría por mi parte de una irónica sugerencia, si no fuera por maldita la gracia que hacen en el fondo estas cosas.

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Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

Toda la verdad sobre la cocaína con (o sin) gluten

La industria alimentaria y más en concreto su publicidad ha sido en no pocas ocasiones objetivo de críticas en este blog, pero se ha de ser consciente que son los propios consumidores los que tienen cierta dosis de la culpa en los “goles” que encajan. Y para muestra… qué mejor que los problemas que para algunos genera una rayita de coca.

 

Solo hay que tener en cuenta la consulta que una potencial consumidora (no de alimentos precisamente) hace en un medio digital (el glorioso “yahoo respuestas”) al respecto de si la coca (farlopa, vamos) lleva o no gluten. El tema ha sido muy comentado la semana pasada (trending topic o algo así lo llaman) y diversos medios con no poca guasa se han hecho eco del tema. La pregunta es de tal calado, que después de un tiempo publicada sin mayor trascendencia y cuando ha empezado «popularizarse», es cuando yahoo ha decidido retirarla (y por tanto también las respuestas habidas) en base a sus “normas de la comunidad”.

El caso es que esta aprendiza de drogadicta celiaca se hacía llamar Sofía y al parecer debía estar muy, pero que muy sensibilizada con su condición de intolerante al gluten. Casi todo son hipótesis, pero de lo que no cabe duda es del cacao que tiene en su cabeza y de lo poco que conoce la enfermedad que suponemos padece. Y claro preocupada como está porque sus amistades se ponen hasta las cejas de benzoilmetilecgonina (perico, vamos) a la salida de las discotecas y se lo pasen chupi, ella pregunta si esta sustancia lleva o no gluten… no sea, apostilla ella misma, que el hecho de esnifarla pudiera hacerle algún daño, o que su consumo le comporte algún perjuicio sobre su, al parecer, delicada circunstancia celiaca… en sus propias palabras, que le dañe su salud (sic)

Sé que esto no es más que una mera anécdota, o quiero pensar que así es. Pero en cierta medida pone de relieve lo susceptibles que pueden llegar a ser algunos consumidores al respecto de las cuestiones ¿técnicas? de los alimentos y su publicidad (sin ir muy lejos, mira este tipo de torticeras estrategias al respecto de la lactosa). Vale que el tema de la nieve no es una cuestión alimentaria, pero asombra como algunas personas pueden sufrir de este tipo de cortocircuitos (o ser de circuito corto, que no es lo mismo) y hacerse la picha un lío.

Pero al final, la coca ¿tiene o no tiene gluten?

Lo más «gracioso» es que tras hacerse famosa esta pregunta, no son pocos los que redundan en la duda en diversas redes sociales… lo que no hace sino poner de relieve, otra vez, el nivelón de algunos consumidores. Algo así como jajajajaja… juas, juas y demás, pero que alguien me diga si al final la coca tiene o no gluten.

A ver, me resulta ridículo tener que contestar esta duda, similar a la de estar preocupado por el color con el que, supongamos, están pintadas las 200 balas con las que un terrorista chiflado está a punto de taladrarte la cabeza, ya que tu cromoterapeuta te ha dicho que eres alérgico al blanco roto y al rosa palo (todo esto sea dicho, me imagino que lo sabes, con el mayor de mis respetos hacia la enfermedad celiaca). Es decir, me da igual que tenga o no gluten y que seas celiaco/a en el momento que te propones consumir este tipo de sustancias

En cualquier caso, te diré que la cocaína pura no tiene el famoso gluten. Ahora bien, nadie consume cocaína pura sino que lo hace con coca «cortada» es decir «rebajada» con otras sustancias. Y como ya sabrás, esa cocaína susceptible de meterse por las narices no procede de laboratorios registrados y demás, sino que una cantidad importante de mierdas, sin control, puede incorporarse en su comercialización trapicheo y de las que no tengo ni repajolera idea de cuáles pueden ser… pero lo más gracioso es que el consumidor final tampoco. Vete si no a pedirle el prospecto a tu camello. Así pues, nadie sabe si la coca que vaya a esnifar Sofía o quien sea, tiene gluten, ácidos grasos trans o lactosa (bueno, lactosa, es muy probable que sí ya que la leche en polvo es una de las sustancias con la que se suele «cortar» habitualmente). Lo que nos lleva al principio, y que es… qué más dará alma de cántaro. Qué más dará.

Sacando punta a la cuestión te recomiendo que no te pierdas este post de El Mundo Today quien ya en 2009 ironizaba sobre la cuestión con una de sus geniales entradas. Quién sabe si el lío de Sofía no estuvo en cierta medida provocado por esta “noticia”.

 

Nutrición-área 51: La dieta del hombre lobo

nixxphotography vía freedigitalphotos.net

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Ya sabéis que a estas páginas suelen llegar muchas dietas milagro que, normalmente no suelo incluirlas en la bizarra “Nutrición-área 51”, pero esta es ya el colmo.

Como puedes observar en esta ocasión se trata de la dieta del hombre lobo, aunque tal y como suele suceder en estos casos no es otra cosa más que un método del tiempo de nuestras abuelas (o casi) con un lavado de cara. Es decir, esto de la dieta del hombre lobo no es otra cosa que la conocida “de toda de la vida” como dieta de la luna.

Este hecho no vuelve sino a poner de relieve que en el mundillo este de las dietas milagro no es más que una cuestión cíclica o si se prefiere, de modas, o de quita y pon. Veamos, cuando sea que suceda una dieta digamos que “nace”; es entonces se pone de moda (es la novedad); llega a su apogeo; es normal que tenga algunas variantes o digamos que «se reproduce» (algo que molestan mucho al gurú de turno que inventó la original); decaen y finalmente “mueren”. Como ves, algo muy parecido al resto de seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y mueren.

Pero en este caso, si hubiera que comparar las dietas con los seres vivos de verdad, estas serían sin lugar a dudas como las setas o los hongos. Ya que realmente no “mueren”, bueno en realidad las setas sí, pero antes de hacerlo dejan cuajado el suelo de una serie de esporas (una forma de vida latente que esperará unas condiciones adecuadas) para germinar y dar lugar de nuevo a una esplendorosa seta.

Sobre las dietas desconozco cuál demonios es el sistema que tienen para reproducirse (esporas creo que no es, aunque a veces lo parezca por su importante proliferación) pero lo que si que está claro es que una vez una dieta ha caído en el olvido, al poco tiempo, cuando otro gurú opina que las condiciones son las favorables vuelve a resurgir tan lustrosa o más que la dieta original. A diferencia de las setas, las dietas despistan más, se les cambia el nombre y entonces no son reconocibles de inmediato y parecen, solo lo parecen, nuevas. Ha pasado con las dietas más conocidas, las disociadas, las del grupo sanguíneo, la de Montignac, la del pomelo, la del tomate… y por supuesto la Dukan que, para la mayor parte de la opinión popular se presentan como dietas novedosas cuando de eso nada de nada.

Pues bueno, a lo que iba aquí tienes la enésima absurdez dietética titulada como digo la dieta del hombre lobo, antes, la dieta de la luna y punto. Se ha de reconocer que el nuevo nombre la dota de más empaque, puede incluso hacer inclinar la imaginación de los incautos usuarios que se va a ganar en fortaleza, en fiereza… quien sabe, según el mensaje subliminal de su nuevo nombre. Pero la tontería es la misma. ¿Y cuál es la tontería?

Pues no deja mucho a la imaginación, muy en resumen comer o ayunar en virtud de las fases de la luna (vamos, que como todo el mundo sabe, es lo que hacen los hombres lobo de pro). En sus descojonantes desconcertantes postulados afirma que:

Las diferentes fases de la luna afectan  al “ritmo corporal interno” siguiendo la misma pauta que los mares y los océanos. Según sus defensores, uno de los factores que más influye en la pérdida de peso es la capacidad de nuestro organismo de absorber agua y esto está ligado a la fuerza de atracción que ejerce la luna sobre los líquidos, y en mayor medida cuando la luna cambia de fase. Es decir, que los líquidos del cuerpo tienden a seguir los ritmos de las mareas, y que son provocadas por la influencia de la luna. Además, supuestamente la importancia de esta dieta es que los kilos reducidos no se vuelven a recuperar por la influencia de la fuerza gravitacional que ejerce la luna sobre los líquidos del cuerpo humano… [mejor lo dejo aquí, que no merece la pena ni gastar teclado].

Te preguntarás porque la he sacado hoy a colación. El motivo no es otro, como puedes suponer que el saber que está pegando fuerte al menos en el mundo anglosajón, no muy lejos de nuestras fronteras, y ya sabes eso de las barbas, el vecino, el recortar y el remojar. Sé que a los asiduos lectores de este blog no les hace ninguna falta que yo ponga como hoja de parra a este postulado dietético, pero es posible que algún desustanciado que busque información por internet se tope con este post y tenga un momento de lucidez y la mande a tomar por… esto, digo, que se olvide ella.

En la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición hay desde hace mucho tiempo un apartado con dietas milagro (muy poco actualizado, todo hay que decirlo)  y esta es la parte que le dedican a la dieta de la luna… hoy dieta del hombre lobo (aunque no lo digan).

Supongo que Boris Vian, se estará revolviendo en su tumba… de risa.

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Nota: Quiero agradecer a un lector generoso (Joan es lo único que sé de él por su correo) la oportunidad de saber del resurgir de esta tontería y ponerme al día.

Tabletas, smarphones y demás… un puñado de vídeos entretenidos

La entrada de hoy es de esas light, sin mayor interés que aquel que pueda esperarse de, simplemente, pasar un buen rato. Es posible que la galerna de las fiestas navideñas haya dejado varados en la playa de tus posesiones más tecnológicas uno de esos llamados teléfonos inteligentes, una tableta, o quien sabe, si incluso un ordenador.

Así pues, para pasar la festiva resaca, disfrutar un rato sin mayor malicia y contrastar las posibilidades de tus nuevos gadgets, hoy te propongo un manojo de vídeos más o menos simpáticos con los que pasar este señalado día de relax previo a la vorágine del día a día. Todo ello, ya lo sabes, con contenidos relacionados, más o menos, con aquello del comer y del beber. Vamos allá.

¿Sabes cómo comen los animales?

Esta colección de vídeos ha sido una de las revelaciones del canal youtube. How animals eat their food? es la creación de un grupo de bromistas, Mister Epic Man, que de tiempo en tiempo cuelgan algún contenido gracioso. Esta saga que hoy os traigo no deja de ser una colección de gags en los que sus protagonistas representan con un humor del absurdo… pues eso, como los animales dan cuenta de su comida. Oficialmente el canal ofrece dos versiones sobre este tema, aunque el éxito de la cuestión animal ha dado lugar a una larga secuela de vídeos más o menos apócrifos.

Bebe Evian, vive joven

Más entrañable y bastante más efectista es esta saga de vídeos publicitarios de la marca de agua embotellada Evian. Sabes que las cuestiones publicitarias son una cuestión recurrente en este blog, muchas veces más para cuestionar algunas de estas acciones que para otra cosa. En esta ocasión te traigo un par de vídeos que, más allá de las connotaciones saludables que tenga el beber agua embotellada de una u otra marca, sinceramente, me parece una genial campaña de publicitaria. Habría que ver hasta que punto ese mensaje que queda suspendido en el aire (Evian, live young) se adecúa actual marco de las declaraciones saludables en los alimentos. Pero como digo, hoy no es cuestión de dar mal, sino de disfrutar de tu reciente posesión tecnológica.

Son dos vídeos y, con sinceridad, no sé cuál de ellos fue antes; creo haberlos ordenado cronológicamente, pero al ser una publi que no ha sido conocida en nuestras fronteras, no te sabría decir. Vamos allá, sube el volumen de tu chistofano y, si tienes cascos, dales candela.

Que tengas unos felices Reyes y que todos tus buenos propósitos los hagas realidad.

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El mayor plato del mundo

Jeff Kubina vía Wikimedia Commons

Jeff Kubina vía Wikimedia Commons

Última entrada del año 2013, ligerita en su lectura pero “pesada” en su contenido. Quizá seas de esos que tira la casa por la ventana cuando de celebrar en torno de una mesa se trata, ya sabes que no estoy muy de acuerdo con este tipo de planteamientos. No obstante, para aquellos que insisten en esa poco recomendable línea quiero poner en su conocimiento hasta dónde puede llegar el exceso y lo difícil que lo tienen si quieren superarlo.

Ya he comentado en alguna ocasión la extraña fascinación que me producen los conocidos como libros Guinness de los Récords. Bueno, más en especial las ediciones antiguas cuando no contenían tanto puritanismo como en las actuales ediciones. Me refiero más en especial al plasmar en sus páginas récords de “glotonería”, hoy ya proscritos por su peligrosidad.

Bueno, para todos aquellos que quieran saber dónde está el listón de “el mayor plato del mundo” leo que en la edición de 1981 del conocido almanaque se dice que el mayor plato comestible del mundo corresponde al de:

Camello asado relleno con un cordero también asado que ha sido previamente relleno de pollos cocidos, rellenos a su vez con pescado que se rellenan antes con huevos cocidos.

Creo que los amantes de las dietas hiperpoteicas podrían hacer de este plato la estrella de su recetario. Siguiendo con las bromas y puestos a hacer animaladas creo que se podrían rellenar previamente dos o tres elefantes con uno de estos camellos y luego ponerlos dentro de una ballena azulun perfecto mar y montaña donde los haya. En fin.

Así pues, si aun estás a tiempo de querer dar la campanada en la cena de esta noche ya estás corriendo a preguntar a tu carnicero a ver cómo anda de camellos.

Próspero y feliz 2014

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Nota: Aunque la receta de camello relleno se recoge en diversos recetarios, la propia Wikipedia advierte en este enlace de las sospechas de que esta receta no sea más que una broma o una exageración más o menos irreal.

La conquista del estilo de alimentación americano

samandale vía freedigitalphotos.net

samandale vía freedigitalphotos.net

Antes de empezar déjame que aclare que con este título EEUU se come todo el marrón, pero es lo que hay. Si bien no sé en qué medida tienen “la culpa”, lo que sí está claro es que tienen mucha; como digo, puede ser que toda.

Sé que el público lector de este blog tiene un rango de edad muy variopinto pero yo, o sea su autor, ya tiene una cierta edad y por lo tanto una cierta perspectiva sobre cómo han cambiado las cosas de un tiempo a esta parte.

Empezaré confesándome. En mi más tierna infancia y adolescencia abrazaba y perseguía de todo aquello que tuviera una especie de aura del tipo american way of life. Lo americano triunfaba, y a mí y a tantos otros este tema nos tenía francamente abstraídos. Y que mejor forma de demostrarlo que vivir como ellos y por supuesto comer como ellos. Por ejemplo, a principios de los ’80, cuando un servidor contaba cerca de 12 años, pisé un Burger King por primera vez, fue todo un hito, una experienciaque que aun guardo fresca en mi memoria. Fue en Benidorm, estábamos de vacaciones y no quiero ni pensar la tabarra que les debí dar a mis padres hasta que conseguí que me llevaran. Verse allí molaba, era guay, cool.

Otro ejemplo, la Cocacola, siempre en botella de vidrio y de litro. Era todo un icono que se abría en ocasiones especiales y se bebía como un elixir de felicidad, ya sabes, la chispa de la vida, y al mundo entero quiero dar un mensaje de paz y todo eso… Encargar o comer pizza era toda una declaración de estilo… de estilo americano. Ya ves; pero era ése estilo al que muchos de mi generación aspirábamos.

Hoy todo ese estilo ya se ha popularizado tanto que no tiene mayor sentido eso de jugar a hacer lo que hacían (y en no poca medida siguen haciendo) los americanos. Hacemos «lo normal» y eso quiere decir, hacer lo mismo que ellos: nos hemos americanizado. O si lo prefieres nos han Cocacolonizado tal y como decía en esta entrada que te sugiero no dejes de leer.

Un americano a roma

En mi descargo puedo argumentar que nuestras aspiraciones eran el resultado de una intensa campaña publicitaria general que, con indudable éxito, nos vendía ese modus vivendi tan deseable al menos en apariencia. Y tengo ejemplos, ya que si bien lo que hasta aquí he relatado es fruto de mis particulares vivencias, en el vídeo de abajo tienes una muestra de lo que te quiero decir pero en la Italia de 1954. En la película Un americano a Roma dirigida e interpretada por Alberto Sordi (traducida como “Un americano… de Roma”) se relata en tono de humor la vida de Nando Moriconi, un joven romano obsesionado con todo aquello que oliera a americano. En esta peli merece la pena destacar la escena en la que Nando se enfrenta al momento de la comida y repudia todo aquello que le liga a sus raíces italianas (Maccheroni, maccheroni, questa è robba da carrettieri) y prefiere (al menos al principio) los alimentos típicos americanos. Te dejo con el vídeo y a continuación la traducción, más o menos, del monólogo.

¡Macarrones!… macarrones, esto es un alimento para vagos, yo no como macarrones, yo soy americano soy… ¡vino tinto! yo no bebo vino tinto… sabéis que soy americano y los americanos no beben vino tinto ni tampoco comen macarrones… los americanos comen mermelada, mermelada… ¡es una cuestión de ser americano! Yogurt, mostaza… es por estas cosas que los americanos les ganaron a los apaches, ellos luchan contra los indios… los americanos no beben vino tinto ¡beben leche! Por eso no se emborrachan, ¿habéis visto alguna vez un americano borracho? Yo no he visto nunca un americano borracho… ¡los americanos son fuertes! Joder, por eso no se puede luchar contra los americanos! Los americanos comen mermelada, mermelada… macarrones… mecagüen la mar. Yo os desprecio macarrones… Vosotros que me miras con esa cara intrépida que parece la de un gusano… macarrones… esto es asunto de americanos, ¿lo veis? Yogurt, mermelada, mostaza… ¡la mostaza! Cómo sino sin la mostaza… un poco de leche, ¡estas son las cosas que comen los americanos! ¿lo veis?: cosas sanas, con sustancia… macarrones…
¡Qué guarrada!… los americanos… ¡oh, los macarrones! me habéis provocado y ahora os voy a destruir… os voy a comer. Esto se lo damos al gato (leche), esto se lo damos al ratón (yogurt) y con esto matamos los chinches (mostarda) y yo bebo leche [y le arrea un lingotazo al vino tinto]. Soy americano ¡oh… gusanos yo os como!

Si bien mis inclinaciones infanto-adolescentes eran las que te he contado, hoy reniego (tal y como lo termina por hacer Nando al final de la escena). No diré que no bebo Cocacola nunca, ni que jamás piso una franquicia  de hamburgueserías, porque mentiría. Pero desde hace mucho tiempo, a diferencia de hace unos cuantos años, procuro hacerlo lo menos posible. El caso es que otra de las cosas que han cambiado, y aquí quería llegar yo hoy, es que si bien hace años había que casi que buscar y forzar este tipo de hábitos alimentarios hoy lo que resulta verdaderamente difícil es sortearlos. No creo que en este instante estés donde estés, estés a menos de 10 minutos de cualquier cadena de hamburgueserías, que no puedas pedir una pizza por teléfono o que no puedas adquirir una lata de refresco en la típica máquina de vending en menos de 5 minutos. ¿Quieres ver a lo que me refiero con un ejemplo de publicidad?. Pues mira este vídeo


Tal y como comentaba en esta entrada nos alejamos con pasos de gigante de nuestro, más o menos original y tradicional estilo de vida mediterráneo. Con el agravante de que como seguimos estando en España seguimos creyendo que ese estilo sigue siendo mediterráneo. Pero va a ser que no: tomarse una pizza prefabricada en Ibiza en la orilla del mar está más cerca del estilo americano que del mediterráneo, y más si repites a menudo ese mismo tipo de conductas (estés donde estés) y la acompañas de un refresco.

Así pues, si cara al año que viene (y al que viene, y al que viene, al que viene…) quieres hacer algo para mejorar tu alimentación trata de hacer las cosas mejor, de comprar las materias primas que luego vayas a comer, de cocinar, de disfrutar de la mesa y de incluir muchos más alimentos vegetales frescos y de temporada (verduras, legumbres, hortalizas, frutas, cereales integrales, frutos secos…) al tiempo que aparcas aquellos otros alimentos más procesados o listos para comer.