El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Fruta y verdura de aquí y de ahora

Potenciar el consumo de frutas y verduras de producción nacional entre el público que no es consumidor habitual por una parte; y fomentar el apoyo directo del Departamento a los productores afectados por el estancamiento del consumo por la otra son los dos objetivos con los que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) lanzó la campaña “fruta y verdura de aquí y ahora” que cuenta con su versión de invierno y de verano.

Me congratula ver como de vez en cuando las campañas institucionales se alinean con el grueso del mensaje dietético de uno, aunque la intencionalidad sea distinta. Dicen que el fin justifica los medios… bueno, hasta cierto punto o dentro de unos límites y estos de hoy a mí me parecen aceptables. No obstante, no hubiera estado de más que la iniciativa del MAGRAMA hubiera tenido de cómplice al MSSSI (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad): “Oye Javier, que soy Fernando, del MAGRAMA. Que resulta que el sector hortofrutícola las está pasando canutas y vamos a hacer una campaña para aliviarlo. Qué os parecería arrimar el hombro y promocionar el consumo de frutas y verduras como elemento de prevención primaria; vamos, utilizar la salud como ariete o palanca en las decisiones de compra del consumidor medio… y así, además rentabilizamos el millón y cuarto largo de euros que vamos a poner para la campaña”.

La campaña, nacida ante el temor de las posibles consecuencias negativas para el sector del embargo ruso del año pasado y del aparente descenso en el consumo de frutas y verduras por parte de los españoles según datos del Panel de Consumo hace especial hincapié en los aspectos económicos que afectan al sector, pasa de puntillas por las cuestiones medioambientales (la importancia que tiene en este sentido el consumo “local”) e ignora por completo los contrastados beneficios que tendría para la ciudadanía el hacer promoción de estos grupos de alimentos por cuestiones de salud. Un tiro, en mi opinión, mal aprovechado.

Y no lo digo por decir. Según un informe de la OMS y la FAO se recomienda como objetivo poblacional la ingesta de un mínimo de 400 g diarios de frutas y verduras (excluidas las patatas y otros tubérculos feculentos) para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad… entre otros beneficios. Además, se aportan una serie de elocuentes datos:

  • Un consumo suficiente de frutas y verduras podría salvar hasta 1,7 millones de vidas cada año.
  • La ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los 10 factores principales de riesgo de mortalidad a escala mundial.
  • Se calcula que la ingesta insuficiente de frutas y verduras causa en todo el mundo aproximadamente un 19% de los cánceres gastrointestinales, un 31% de las cardiopatías isquémicas y un 11% de los accidentes vasculares cerebrales.

Fruta y verdura de aquí y ahora

Así pues, haz caso de la campaña del MAGRAMA y además de los motivos que esgrime, aumenta el consumo de este grupo de alimentos. Seguro que ayuda a la fortaleza económica de un sector al que le deseo lo mejor… pero sobre todo quien saldrá ganando será tu salud y la de los que más te importan.

Para poder llevar a la práctica este consejo de la mejor forma posible te sugiero que consultes este enlace para conocer las temporadas óptimas de las distintas frutas, verduras y hortalizas. Por cierto, la campaña tiene etiqueta y esas cosas  #AquíyAhora

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Si yo hiciera unas guías de alimentación saludable… (1): Frutas y verduras

piramide-senc

En poco tiempo, según parece, los españoles tendremos una “nueva” guía de alimentación saludable ya que la sociedad científica que en los últimos años se ha encargado de realizar las recomendaciones que luego el Ministerio de Sanidad se encarga de difundir de forma oficial, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), está trabajando en una nueva edición, tal y como te comenté en esta entrada.

Fiel al compromiso que asumí al final de aquel artículo he decidido hacer una mini serie de post con los conceptos, ideas, y recomendaciones que no debieran faltar o que a mi juicio debieran cambiar teniendo en cuenta la actual versión de dichas guías de alimentación saludable (Guía de la alimentación saludable, SENC 2004, cuya representación en forma de pirámide puedes ver a la derecha)

Sin pretender hacer una serie ordenada por su importancia de ideas o conceptos (aventuro que esta serie será una de las más largas abordadas en el blog) he decidido empezar por la que según mi criterio sí que debería ser la más importante: darle un mayor protagonismo y relevancia al consumo de alimentos vegetales frescos.

Así pues, bien se termine adoptando una pirámide (como tiene pinta) para usar una imagen rápida con la que representar lo más esencial de las recomendaciones, o bien se utilice otra herramienta (ya llegará el tiempo de hablar de estas cuestiones) opino que la presencia de los grupos de alimentos correspondiente a los vegetales frescos, es decir, las verduras, frutas y hortalizas debieran ganar un peldaño (actualmente en el segundo nivel) y pasar al primero. Así lo dije en el documental de Documentos TV, “La alimentación del futuro” (minuto 20:20)… una idea que, además, se puede contrastar en boca de la mayor parte de profesionales que intervinimos en aquel programa.

Las razones son obvias. Por un lado el consumo de cualquiera de estos grupos de alimentos es deficitario en el patrón de consumo de alimentos de los españoles y, por el otro, al así hacerlo solo se le reconocen beneficios (muchos) y ningún perjuicio. Que comemos demasiada poca cantidad de estos productos quedó reflejado en la Encuesta Nacional de Ingesta Dietética Española ENIDE 2011 (solo el 37,8 de los españoles consume fruta a diario y en cuanto a las hortalizas solo el 43% las consume cada día) y; al mismo tiempo, el Libro Blanco de la Nutrición FEN, 2013 también se hizo eco de este hecho.

Además de que comemos poco de aquello que tiene muchos beneficios asociados y ningún perjuicio conocido, la comunidad científica y las administraciones sanitarias más representativas a nivel internacional han reconocido en estos grupos de alimentos una prioridad para promocionar su consumo. Sin ir más lejos, la OMS tiene entre una de sus prioridades más destacadas a la hora de promocionar mejores hábitos alimentarios (y con ellos la salud en el mundo) el aumento en el consumo de frutas, verduras y hortalizas.

Las frutas y las verduras son componentes esenciales de una dieta saludable, y un consumo diario suficiente podría contribuir a la prevención de enfermedades importantes, como las cardiovasculares y algunos cánceres. En general, se calcula que cada año podrían salvarse 1,7 millones de vidas si se aumentara lo suficiente el consumo de frutas y verduras.

Un informe de la OMS y la FAO publicado recientemente recomienda como objetivo poblacional la ingesta de un mínimo de 400 g diarios de frutas y verduras (excluidas las patatas y otros tubérculos feculentos) para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad, así como para prevenir y mitigar varias carencias de micronutrientes, sobre todo en los países menos desarrollados.

[…]De acuerdo con los datos presentados en el Informe sobre la salud en el mundo 2002, la ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los 10 factores de riesgo principales que contribuyen a la mortalidad atribuible. Cada año podrían salvarse hasta 1,7 millones de vidas si hubiera un consumo mundial suficiente de frutas y verduras. La integración de las frutas y verduras en la dieta diaria podría ayudar a prevenir importantes enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres. El consumo de frutas y verduras variadas garantiza un consumo suficiente de la mayoría de los micronutrientes, de fibra dietética y de una serie de sustancias no nutrientes esenciales. Además, el aumento del consumo de frutas y verduras puede ayudar a desplazar los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares o sal.

[…] Se calcula que la ingesta insuficiente de frutas y verduras causa en todo el mundo aproximadamente un 19% de los cánceres gastrointestinales, un 31% de las cardiopatías isquémicas y un 11% de los accidentes vasculares cerebrales. Aproximadamente un 85% de la carga mundial de morbilidad atribuible al escaso consumo de frutas y verduras se debió a las enfermedades cardiovasculares, y un 15% al cáncer.

[…] Una revisión internacional de alto nivel sobre el consumo de frutas y verduras y el riesgo de cáncer coordinada por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) concluyó que el consumo de frutas y verduras puede reducir el riesgo de cáncer, y en particular de cánceres gastrointestinales. El CIIC calcula que la fracción prevenible de cánceres debidos a una ingesta insuficiente de frutas y verduras oscila en todo el mundo entre el 5% y el 12%, y entre el 20% y el 30% en el caso de los cánceres gastrointestinales.

Frutas y verdurasAl respecto de esta propuesta, hay que tener en cuenta que la mayor parte de las guías alimentarias de otros países, en especial la de los más desarrollados, ya han evolucionado en este sentido. Recordemos incluso que la famosa pirámide de la dieta mediterránea ya ha incluido a los vegetales frescos en el primer peldaño de esta herramienta (eso sí compartiendo espacio en este caso con los alimentos de origen cereal)

Por último, hay que tener presente que si se prioriza algo que antes estaba por detrás, hay que tener en cuenta que va a haber otro elemento que obligatoriamente se va a ver “perjudicado”… en este caso ese grupo de alimentos que perdería al menos un puesto en favor de los vegetales frescos (recordemos que estos están actualmente en el segundo) es el grupo de los alimentos elaborados a partir de cereales (arroz, pan, pasta, galletería…) y resulta que sobre ellos los españoles ya vamos bastantes cumpliditos según la misma encuesta ENIDE, 2011 antes mencionada. Como ves, dos ganancias en un solo movimiento… si se hiciera, claro.

Así pues, tal y como mencionaba en una de los primeros artículos de este blog, en la entrada Tres consejos en seis palabras: deberíamos de comer fundamentalmente vegetales. Por tanto, más alimentos vegetales frescos debería ser una consigna prioritaria.

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Imagen: Pirámide de la alimentación saludable SENC, 2004 y stockimages vía freedigitalphotos.net

Fruta-pasión. El florecimiento de fruterías y verdulerías

No sé si te habrás fijado, pero desde un tiempo a esta parte observo una especial proliferación de pequeños negocios (o no tan pequeños) que tienen a las frutas y hortalizas como objeto de ese negocio. Un poco si me permite la comparación como lo que ocurrió en su día con los videoclubs, los establecimientos de “todo a 100” (pesetas, claro) o las tiendas de chucherías y frutos secos a peso, que tuvieron su momento dorado.

Es algo que me gusta, ya sabes mi especial predilección por este tipo de productos como elementos indispensables que han de estar presentes de forma importante en nuestra alimentación cotidiana; recuerda el plato de la alimentación saludable de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Por tanto, creo que una mayor presencia en nuestro entorno de este tipo de comercios favorecerá la posibilidad de que los consumidores recurran a ellos.

Juan Revenga

Juan Revenga

Las formas de negocio son variadas, desde establecimientos minoristas a pie de calle como la foto de esta magnífica tienda que tengo a dos pasos de mi consulta, hasta las empresas que han diversificado su negocio haciendo llegar sus productos a los clientes a través de Internet, como esta de aquí.

Además, normalmente ponen el acento en el producto local y de temporada algo que, más allá de lo que ocurre habitualmente en las grandes superficies suele ofrecer unas mayores garantías en cuanto a calidad y, a veces, precio.

Hablando de precio, no puedo entender lo que me ocurrió el pasado mes de septiembre en el aeropuerto de Barajas en el que en uno de sus múltiples establecimientos para comer del tipo self-service o autoservicio había raciones de fruta (la de la foto) al increíble de precio de 4,40€ los 150g, es decir a más de 29€/kg… ¿pero están locos, qué se creen, que se trata de caviar? Lo pregunto indignado porque además la calidad de aquella macedonia de frutas dejaba bastante que desear (el melón «baboso», la piña con partes duras, etcétera)

Juan Revenga

Juan Revenga

Desde luego que esos precios no invitan nada a su elección… sobre todo cuando las raciones de todo tipo de aperitivos y dulces procesados estaban más baratos que la ración de fruta en cuestión. Desde aquí invito a los responsables de estos establecimientos o a las empresas de catering que les suministra el producto a que reflexionen sobre este particular.

Naranjas PalauOtro de los aspectos para reflexionar sobre estas cuestiones es lo de la fruta en los supermercados que en ocasiones aun estando de temporada, por ejemplo las naranjas en España en este momento, te encuentras con que las naranjas del súper vienen de Argentina, algo que me parece inconcebible (tal y como ocurrió el año pasado en el súper de debajo de mi casa durante casi toda la temporada invernal)

Como ya he dicho en alguna otra ocasión, afortunadamente, suelo tener la posibilidad de acceder a otros puntos de venta para hacer la compra de este tipo de alimentos. Normalmente es en el mercado y rara vez en el supermercado. También estoy valorando la posibilidad de hacer algunas compras por Internet, directamente a los productores ya que, en algunas ocasiones, cuando he recibido algunas muestras de productos como es el caso de Hermeneus Naranjas Palau he de decir que la calidad era soberbia, para disfrute propio y el de mis hijas… suculentos cítricos donde los haya.

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Verdura de verdad (síntesis)

Zanahorias manoComentaba el otro día que el consumo de verduras y hortalizas entre los más pequeños es uno de los eternos caballos de batalla cuando estos se sientan a la mesa. Nada nuevo y que además no sea vox populi.

En estas circunstancias, distintas empresas alimentarias han sabido apreciar una oportunidad de negocio a partir de este marco y aportar soluciones con las más variadas estrategias. Una de ellas la vimos en este post. En resumen, se trata de considerar los elementos de la discordia, las hortalizas, y sacarlas de su contexto disfrazándolas con una serie de características propias de otro grupo de alimentos, las chuches. Otra de esas soluciones es, al contrario, coger las chuches tal cual y ponerles sabor a hortalizas, tal y como vimos ayer.

No voy a volver a comentar esta última posibilidad, errónea y mala como la peor… Es decir, la que toma lo peor de ambos grupos de alimentos. Por lo tanto no le veo ninguna ventaja a esta propuesta se mire como se mire, salvo la de ser una propuesta bizarra y curiosa donde las haya. Centrémonos pues en la primera.

¿Cuáles son las razones por las que los niños no comen verduras y hortalizas como a los mayores nos gustaría que las comieran; tienen acaso los niños la culpa? Yo lo dudo. Los niños no se ponen de acuerdo para chinchar a sus padres, no hay un contubernio infantil orquestado para dar mal en este terreno. Sea por las razones que sean los niños no tienen la culpa de no preferir verduras y hortalizas frente a otros alimentos cuando los otros se presentan juntos o como alternativa.

Y aquí quería yo llegar, supongamos que en el momento de la merienda, ofrecemos a un grupo de chavales dos posibilidades una, digámosle tradicional y poco saludable, consistente en galletitas con perlitas de chocolate (o bien una serie de gominotas y caramelos “con zumo de frutas”, ¿te acuerdas?) y, la otra, a base de las ya conocidas Power Pupis (hortalizas precortadas con sugerentes formas y presentadas en llamativos envases) ¿Qué opción crees que preferirán la mayoría de ellos? Yo lo tengo claro, ellos también y seguro que tú también.

Pues de eso se trata, no tanto de las elecciones que los niños puedan hacer en un momento determinado frente a un variado catálogo de opciones, sino más bien qué es lo que tú como padre, madre o cuidador vas a poner a su alcance diariamente. Como dice mi querido compañero Eduard Baladía: “Un niño no come lo que no tiene en casa o lo que tú no pongas a su alcance”

Se trata de eso y se trata de la publicidad. Veamos… ¿has visto algún anuncio en televisión de las referidas Power Pupis? Yo no. ¿Te has fijado en el número de “visualizaciones” que tiene el spot de esta gama de productos en el canal youtube? Ya te lo digo yo, no llega a 600 (muy pocas) y eso teniendo en cuenta que el vídeo está colgado allá por el mes de mayo.

¿Crees que esta inversión en publicidad de los Power Pupis es en modo alguno rival para los anuncios de snacks dulces y salados, las barritas de chocolate, las galletitas, los zumos comerciales, los huevitos de chocolate con sorpresa, los preparados lácteos…? No sé si te has parado alguna vez delante de la televisión cuando en canales como Boing, DisneyChannel y demás similares ponen anuncios… Es increíble el bombardeo incesante, el chorreo de “alimentos” que tienen a los más pequeños como público objetivo. Y sí, la mayor parte de ellos tienen un mini faldón con letra microscópica en el que se recuerda la importancia de seguir unos hábitos saludables tanto en lo que respecta a la alimentación como a la actividad física (Código PAOS). Algo que podrá quedar muy bonito pero que sirve para muy poco. Así, está claro que Power Pupis jamás podrá presentarse como una opción competitiva.

Y por último, se trata de lo que nosotros como padres hacemos como cuidadores. ¿Comemos nosotros delante de ellos una suficiente variedad de este grupo de alimentos? ¿los preparamos de modo atractivo y apetecible? ¿tenemos suficientes recursos culinarios para presentarlos en recetas variadas y apetitosas? ¿los involucramos en los procesos de compra, cocina, etc y los comemos junto a ellos? ¿somos de los que elegimos un menú infantil para nuestros hijos cuando salimos fuera de casa? ¿no nos habremos vuelto quizá demasiado comodones y, entonces, por evitar la negativa, el diálogo… terminamos proscribiendo nosotros mismos los verduras y hortalizas en el menú de nuestros hijos? Y para acabar, más preguntas retóricas ¿creemos que este tipo de soluciones más o menos puntuales son al menos una parte de la solución para esos niños que no comen hortalizas en una mesa? Me temo que no y me aventuro a decir que quienes más terminen utilizando el producto Power Pupis o similar sean aquellas familias que en principio menos lo necesitarían.

Más allá del producto en sí y sus posibles utilidades a la hora de transportarlo y demás, creo que sería conveniente que en nuestras casas se usaran alternativas más saludables, apetecibles y sabrosas tanto en el momento de las comidas, como en el caso de meriendas y almuerzos y aperitivos… ¿te acuerdas del pinzimonio? ¿le has dado alguna vez a tus hijos una zanahoria cruda y limpia, con su penacho para que vaya “picoteando”; han probado ellos por ejemplo los rábanos…?

Probablemente si en nuestras casas presentamos las verduras como algo normal, de diversas y apetecibles maneras, quizá las alternativas de picotear hortalizas precortadas y envasadas no serían tan necesarias. No es una cuestión de certezas matemáticas, pero sí de probabilidades. El reto no consite en que nuestros hijos coman hortalizas sea como sea y si para ello hay que «disfrazarlas» de chuches, pues se disfrazan. No, el reto consiste en que este grupo de alimentos sea asumido como algo normal, no como un castigo… y las chuches un premio. Déjemos las chuches donde están, usándolas como se merecen (en poca cantidad y no muy frecuentemente) y procuremos que en general nuestros hijos disfruten de unos hábitos alimentarios saludables.

A pesar de los dicho, de veras que me gustaría que Power Pupis terminara siendo un éxito comercial. Si así fuera significaría que a lo mejor algo está cambiando entre los consumidores. Pero de entrada lo tienen difícil, además de su escasa publicidad, no es nada fácil de encontrar. Al menos en las dos cadenas de distribución que frecuentamos en casa este producto no se comercializa. Una pena.

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Imagen: Clare Bloomfield vía freedigitalphotos.net

Chuches de verdad con sabor a verdura de mentira (antítesis)

[Nota: Se recomienda leer la entrada anterior, Chuches de mentira con sabor a verdura de verdad (tesis)]

Hace cierto tiempo que ya no me inquietan muchas de las cosas que no comprendo. Son así, alguien se ha empeñado en ello y sus razones tendrá. Y no pregunto. No lo hago porque dudo mucho que ante esas cuestiones a las que me refiero alguien pudiera dar una respuesta razonada o válida.

Uno de esos casos a los que me refiero son las chuches con sabor a verdura… con supuesto sabor a verdura se entiende. Se trata de aunar en un solo producto todo lo malo de las chuches, en este caso el prácticamente nulo valor nutricional de unos caramelos duros (a base de azúcares a tutiplén) con el elemento menos atractivo que se suele atribuir a las verduras, su sabor.

El fabricante, Archie McPhee, especializado en cosas raras como habrás comprobado si has seguido el enlace en anterior, comercializa estas golosinas con sabor a verduras en unas bonitas cajas metálicas que contienen tres variedades de golosinas: con sabor a maíz, judías verdes y zanahoria. En su publicidad se afirma que estos caramelos resuelven el viejo problema de tener que comerse primero las verduras para llegar a comer el postre (que se entiende es dulce). No les falta humor a la hora de reconocer que resulta especialmente divertido ver la expresión de un niño cuando los prueba, ya que su cara se transforma en una rara mezcla de horror y placer al mismo tiempo.

Si se es vegetariano, afirman en su página, estos caramelos resultan el aliado perfecto para enmendar la plana a todos aquellos que te sugieran que te comas un caramelo de panceta. Caramelos de panceta o de tocino que también comercializa este fabricante en otra sugerente lata. Así como una especie de petas-zetas de bacon, unas gominolas con forma de bacon pero con sabor a fresa (no preguntes), pasta de dientes con sabor a bacon (como ves tienen una amplia gama de productos dedicados al bacon), chicles de wasabi, y tantas otras cosas…

En mi opinión una graciosa majadería que dudo mucho que tenga éxito en cualquiera de las dos comunidades observadas, la vegetariana y la infantil.

A mí las verduras me gustan, y bastante, pero me sorpredería mucho que el sabor de estos caramelos se asemejara al de las verduras de verdad. En cualquier caso ¿a qué fin?

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Nota: Una vez más esta entrada se la debo a una compañera-twittera (@Innventio) que me puso sobre la pista de la existencia de este… engendro.

 

Chuches de mentira con sabor a verdura de verdad (tesis)

El consumo de frutas y más en especial de verduras y hortalizas entre los más pequeños es observado con no poca preocupación por las madres y los padres de estos. Son frecuentes la ansiedad e inquietudes de los cuidadores al respecto del bajo consumo que los más pequeños hacen de estos grupos de alimentos. Los niños argumentan, y luego los padres repiten haciendo buena la proposición, que estos alimentos son sosos, saben mal (en comparación con otros más de su gusto), huelen mal, son aburridos y, en definitiva, que no gustan. No gustan. Punto. Los niños y adolescentes prefieren alimentos de sabor más intenso, que se puedan comer con la mano, productos más de conveniencia, más divertidos, etcétera.

Y como no gustan no se consumen. Lo cual causa gran preocupación entre los progenitores porque, todo el mundo lo sabe: verduras y hortalizas son alimentos sanísimos. Lo dicen todos los expertos, las más elementales guías sobre alimentación saludable, etcétera. Y yo creo que, más o menos, así es.

Así, un patrón de consumo de alimentos que deja a un lado estos grupos o que, más sencillamente, no los incluye según las más repetidas recomendaciones, termina por convertirse en un patrón de alimentación desequilibrado y poco sano. Muchas veces proclive o tendente a la obesidad con alimentos menos recomendados, más fáciles y cargados de calorías vacías.

Por estas razones, supongo, nació Power Pupis, un producto que trata de acercar los vegetales a los niños. ¿Y cómo lo hace? Pues se presentan en un formato hasta el momento desconocido. Una descontextualización de las verduras, sacándolas del plato y del guiso-al-uso y que las presenta a modo de chucherías, como un snack de conveniencia, algo divertido. Además utiliza uno de los reclamos más frecuentes entre “el otro mundo” de alimentos, el de las chuches. Power Pupis tira de la imagen de superhéroes y superpoderes para vender sus propiedades. Se trata de verduras y hortalizas frescas precortadas con personajes sugerentes para la imaginación de los más pequeños. Así, Zanahorio, Naboki, Remolachina y Calabacita, nos venden a los padres (para que a su vez se lo vendamos a nuestros hijos) los beneficios en el consumo de este grupo de alimentos.

¿Son los Power Pupis una buena propuesta? ¿Es este un método válido para que nuestros hijos alcancen un patrón de alimentación adecuado?

Con sinceridad, sin considerar que esté mal y loando los fines de esta iniciativa, lo dudo. Antes de dar mis razones y aportar mis consejos (algo que sucederá el próximo jueves) habrá que conocer la antítesis en la entrada de mañana. Una entrada que a diferencia de la de hoy se titulará Chuches de verdad con sabor a verdura de mentira. Y tras ella, la síntesis, verduras de verdad con sabor a chuches de verdad.

No te los pierdas.

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Nota: no te cortes y deja en los comentarios qué te parecen los Power Pupis, ¿los has probado? ¿son fáciles de encontrar?

Pinzimonio: una sabrosa y saludable opción de picoteo o aperitivo

Pinzimonio_Benedetto Dell'AricciaAlguna vez he comentado que una buena parte de las causas de nuestro malos hábitos es el ambiente obesogénico en el que vivimos. Hay muchos, muchísimos, elementos implicados en esta cuestión del ambiente obesogénico. La vida que llevamos muy facilitada desde el punto de vista  de la actividad física, una superabundancia alimentaria, un aumento de las “soluciones” para comer a base de alimentos procesados, un decreciente saber hacer culinario, una oferta casi ilimitada de picoteos (dulces o salados) más o menos poco adecuados en especial cuando estos se repiten con demasiada frecuencia, etcétera. Como tantas veces he dicho no hay soluciones milagrosas sino posibles cambios de hábitos hacia aquellos más saludables; retomar buenas costumbres y desterrar las malas.

Una de esas posibles herramientas podría ser la inclusión de mejores alternativas a los típicos aperitivos caseros a base de snacks salados, fritos y demás. Y hoy os acerco una que nos viene desde Italia. Se llama Pinzimonio y consiste servir verduras y hortalizas cortadas normalmente en bastoncitos con los que poder untar en una salsa vinagreta preparada a tal efecto.

Como siempre no se trata ni de que te aburras con opciones hipersaludables ni de que aburras a los posibles invitados que en un momento dado recibas en tu casa. Considéralo una alternativa, una opción más que, o bien sola o bien junto a otros aperitivos, pueda estar presente en tu mesa en un momento dado.

¿Cómo se hace el pinzimonio?

Es sumamente sencillo, has de escoger las hortalizas frescas que tú prefieras y cortarlas en tiras o bastoncitos. Entre las más típicas que suele incluir este aperitivo de origen italiano están el apio, la zanahoria, el hinojo, el pepino, el pimiento rojo, los rábanos (estos no suele hacer falta cortarlos), endivias, cebolleta… y todas las demás que tu quieras considerar. Lo más frecuente consiste en disponer los bastones de las hortalizas en vasos o recipientes altos y estrechos formando una especie de ramillete.

Para la vinagreta puedes utilizar los ingredientes que más te plazcan, para mí los básicos serían un buen aceite de oliva virgen extra con sabor acentuado (por ejemplo de aceitunas arbequinas) un buen vinagre de jerez añejado de los que tenemos fantásticos en España y una pizca de sal. A partir de ahí, tú mismo, puedes incorporar distintos tipos de pimienta, mostazas, un picadito de cebolla, alcaparras, zumo de limón u otros ingredientes. Es importante batir de forma vigorosa la vinagreta sabiendo que con el paso del tiempo lo más probable es que se separen sus fases y haya que volver a batir. Lo cierto es que creo que la receta tradicional de este palto no incorpora vinagre y se untan las hortalizas en el propio aceite especiado o no. Normalmente yo soy más de vinagretas, aunque depende de los días. Tú mismo.

Al final se trata de hacer una especie de aperitivo del tipo “dip” (untar) pero con unos ingredientes más alejados de la cultura americana (nachos, nuggets, snacks con salsas picantes, mayonesas, etc.) y más próxima a nuestras tradiciones o en este caso a las tradiciones vecinas.

Poco se puede innovar en un plato tan sencillo y básico, pero por probar que no quede y depende de tus gustos que la vinagreta la puedas cambiar o combinar con otras salsas como por ejemplo salsas de yogur de tipo griego como el tzatziki, salsas orientales a base de soja o de influencia árabe como un sabroso hummus.

A untar y a disfrutar. #slurpslurp

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Foto: Benedetto Dell’Ariccia