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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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¿Será mi atún radioactivo? El bulo sobre FAO 61

Un nuevo bulo planea por las cabezas de los consumidores en forma de correo electrónico que advierte de modo alarmante, como suele ser típico de estos bulos u “hoax”, que algunas latas de atún en conserva, aquellas procedentes de capturas realizadas en las zonas pesqueras deominadas FAO 61 y FAO 71, están envasadas con agua contaminada procedente de Fukushima. El texto del correo es tal que así (copio-pego) y se acompaña de la siguiente imagen:

 El atún más barato, si tiene impreso en la lata “FAO 61” ó “FAO 71” proviene del Mar del Japón y se ha envasado con agua contaminada de Fukushima.

Muchos productores envasan el atún en localidades no sospechosas, con etiquetas italianas o europeas para no dar a entender que el pescado proviene de Japón.

Controlar siempre el número FAO.

Ejemplo de hoax o bulo en Internet

Ejemplo de hoax o bulo en Internet

Para evitar comprar este tipo de conservas de atún este correo electrónico con todas las características de ser un hoax, propone fijarse en la información de la conserva en la que se detalla la zona de pesca en la que se realizó la captura.

Como digo, esto me parece un bulo en toda regla y te explico mis razones

– Como suele suceder esta información solo circula de correo electrónico a correo electrónico. Es decir, no hay ni una sola fuente contrastada que avale la información contenida.

– El correo empieza citando o dando a entender que la información parte de un organismo oficial, en este caso el de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional para Iberoamérica, perteneciente al Ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación… ¿no te resulta extraño que estas cuestiones de seguridad alimentaria y salud pública las lleve el Ministerio de Asuntos Exteriores? A mí sí.

Recurre al uso de letras mayúsculas para, supongo, dar importancia al escrito. Algo también muy habitual en estos casos.

Pide la recirculación del correo en cuestión para que alcance a más gente.

Incoherencia 1: ¿solo el atún pescado en las zonas señaladas estará contaminado, qué pasa con el resto de especies marinas extractivas, no estarán igualmente contaminados?

Incoherencia 2: habla de forma muy poco precisa al hacer descansar la contaminación en el agua con la que se conserva el atún ¿el atún se conserva con agua? Bueno, puede que el envasado “al natural”, pero ni tan siquiera en estos casos se hace con agua de mar (de ningún lado).

Incoherencia 3: las latas de conserva no incluyen la zona de origen del producto en conserva, y menos con las siglas FAO, tal y como sugiere este bulo.

Incoherencia 4: solo afecta al parecer al pescado atún procedente de Japón… ¿qué pasa, acaso la flota pesquera de Japón es la única que faena en esas aguas? La respuesta como sabes es que no.

Incoherencia 5: no da espacio a la duda, afirma de modo categórico que por provenir de las zonas de pesca FAO  61 y FAO 71 el atún va a estar contaminado, algo que no tiene porqué ser cierto teniendo en cuenta que la superficie de ambas zonas es superior a la de Rusia.

Incoherecia 6: afirma que esto sucede así con “el atún más barato” … ¿y que pasa si el atún es del más caro y también tuviera impresas las zonas mencionadas (que va a ser que no), acaso el ser de la misma zona pero más caro le libra de la contaminación? Va a ser que no

Incoherencia 7: como siempre en estos casos los planteamientos son claramente conspiranoicos sin dar pie ni reconocer las posibles intervenciunes de los estados a la hora de implantar controles y demás herramientas para garantizar la seguridad de la cadena alimentaria.

Y por último, ya que se molestan en difundir estos bulos… ¿Qué les costaría poner una foto mejor… o más fotos en vez de siempre la misma?

Para terminar decirte que este bulo tiene todos los ingredientes para hacernos picar, empezando por lo “lógica” de la posibilidad del riesgo enunciado, yo soy el primero en reconocerlo. Pero afortunadamente también cuenta con todos esos otros ingredientes que lo desenmascaran como un bulo u hoax… y es que no le falta ni uno.

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La obesidad infantil se dispara en Fukushima

Las cifras de obesidad infantil en la zona de Fukushima son las más altas de todo Japón. A pesar de ser esta una circunstancia que se ha venido observado desde bastantes años atrás, los datos actuales son especialmente preocupantes porque estos valores se han incrementado de forma alarmante tras la catástrofe ocasionada por el terremoto y el tsunami en marzo de 2011.

La publicación el pasado 25 de diciembre de un estudio preliminar realizado por el gobierno japonés apunta como causa posible para el aumento de la obesidad el descenso en la actividad física de los más pequeños ocasionada por el temor de la población a una posible sobre exposición a la radiación. Aunque tradicionalmente la zona noreste de Japón, donde está Fukushima, ha liderado la obesidad infantil, hasta ahora esta circunstancia se solía poner en relación con los duros inviernos de esta región que en principio favorecerían el no salir demasiado de casa o la no realización de actividad física en el exterior. Pero en el último año y medio estas cifras casi se han duplicado. Así, el aumento de peso se ha hecho más patente entre los niños más pequeños. Por ejemplo, en el caso de los niños de seis años, la obesidad ha alcanzado el 11,4%, cuando en 2010 (último año del que se tenían datos) estaba en el 6,3%. Se puede encontrar otro ejemplo en el caso de las niñas de 8 años en las que la incidencia de la obesidad ha duplicado llegando en la actualidad al 14,6%. En cualquier caso, los niños de la prefectura de Fukushima entre 5 y 9 años, así como los de 14 y 17, lideran  los rankings de obesidad en Japón.

Con la radiación como bestia negra, tanto las escuelas infantiles como los padres de los más pequeños han limitado la cantidad de tiempo que estos pasan al aire libre y eso termina por influir en su peso. Inmediatamente después de la catástrofe 449 escuelas públicas de la zona de Fukushima establecieron límites en el tiempo que se permitía a los alumnos estar en el exterior. A pesar de que en septiembre pasado las restricciones seguían en vigor para 71 escuelas los hábitos de la población han cambiado de forma notable. De esta forma son bastantes los niños y adolescentes que aun viviendo ahora en áreas donde los niveles de radiación están por debajo de los límites de seguridad establecidos por el gobierno japonés, pasan en la actualidad más tiempo en casa después de la escuela, durante los fines de semana y en los días festivos que antes de la catástrofe.

A pesar de que las restricciones en cuanto al tiempo que se puede de permanecer en el exterior no es todavía más que una hipótesis para explicar el crecimiento de la obesidad infantil en esta región, la mayor parte de los expertos terminan por apuntar este motivo como el más probable. Sin embargo, no son pocos los que piensan que ha sido la radiación en sí misma la que ha hecho engordar a la población infantil, más en concreto por su efecto sobre la glándula tiroides. Me parece que la polémica está servida.

Creo que sería buen momento para pedirle a Hotei, deidad zen de la alegría y la felicidad, el tutor de los niños, y patrono de camareros (en la foto de esta entrada) que intercediera por estos niños… y ya de paso, que diera un poco de ejemplo.

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Foto 1: jacobian