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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Día Mundial de la Alimentación 2014: “Agricultura familiar: Alimentar al mundo, cuidar el planeta”

Día Mundial de la Alñimentación 2014

Bajo el lema Agricultura familiar: Alimentar al mundo, cuidar el planeta se señala por parte de la FAO (la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) el Día Mundial de la Alimentación 2014. Este planteamiento se justifica desde la propia FAO de la siguiente manera:

La agricultura familiar está vinculada de manera indisociable a la seguridad alimentaria nacional y mundial. Tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, la agricultura familiar es la forma agrícola predominante en el sector de producción de alimentos. Los agricultores familiares administran con esmero sus tierras para sostener niveles notablemente altos de productividad a pesar de tener menos acceso a recursos productivos como insumos y menos apoyo (la mayoría de los estudios muestran una relación inversa entre el tamaño de la tierra y la productividad).

La agricultura familiar preserva los alimentos tradicionales al tiempo que contribuye a una dieta equilibrada y a salvaguardar la biodiversidad agrícola del mundo y al uso sostenible de los recursos naturales. Los agricultores familiares son los custodios de un conocimiento muy bien adaptado a la ecología local y a la capacidad de la tierra. A través de los conocimientos locales, sostienen la productividad en tierras a menudo marginales, a través de técnicas de manejo de la tierra complejas e innovadoras. Como resultado del profundo conocimiento que tienen de su tierra y de su capacidad de gestionar de forma sostenible los diversos paisajes, los agricultores familiares son capaces de mejorar muchos servicios ecosistémicos.

La agricultura familiar representa una oportunidad para impulsar las economías locales, especialmente cuando se combina con políticas específicas destinadas a la protección social y el bienestar de las comunidades. Los agricultores familiares tienen sólidos vínculos económicos con el sector rural, contribuyen en gran medida al empleo, especialmente en los países en desarrollo, donde la agricultura todavía emplea la mayor parte de la mano de obra. Además, los ingresos adicionales generados por la agricultura familiar se gastan en vivienda, educación, ropa, etc. en la economía local no agrícola.

¿Cómo fortalecer la agricultura familiar?

Para aprovechar todo el potencial de los agricultores familiares para erradicar el hambre y garantizar la seguridad alimentaria, se necesita un entorno normativo favorable. Esto incluye un mayor reconocimiento de sus múltiples contribuciones, y por tanto admitirlo y reflejarlo en los diálogos y las políticas nacionales. Entre los primeros pasos fundamentales para los países está articular sus definiciones nacionales de agricultura familiar y recopilar datos sobre el sector agrícola, reconociendo y organizando las contribuciones de los agricultores de forma sistemática. A nivel nacional, hay una serie de factores que son clave para un exitoso desarrollo de la agricultura familiar, por ejemplo, entre otros, las condiciones agroecológicas y las características territoriales, el acceso a los mercados, el acceso a la tierra y a los recursos naturales, a la tecnología y los servicios de extensión; acceso a la financiación, condiciones demográficas, económicas y socioculturales y la disponibilidad de educación especializada. Se necesitan intervenciones selectivas en materia de políticas agrícolas, ambientales y sociales en apoyo de los agricultores familiares con el fin de lograr cambios tangibles y mejoras sostenibles.

Con este fenomenal desiderata no exenta de (buenas) razones a pesar de las innumerables dificultades que todos conocemos que harán caer en cierta medida tan buenos propósitos, las Naciones Unidas declararon 2014 Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) y con la FAO, en colaboración con los gobiernos, organismos internacionales de desarrollo, organizaciones de agricultores y otras organizaciones pertinentes del sistema de las Naciones Unidas y ONGs, se pretende facilitar la implementación de los siguientes objetivos a lo largo de este año:

  1. Apoyar el desarrollo de políticas agrícolas, ambientales y sociales propicias para la agricultura familiar sostenible.
  2. Aumentar el conocimiento, comunicación y sensibilización del público.
  3. Lograr una mejor comprensión de las necesidades, potencial y limitaciones de la agricultura familiar, y garantizar la asistencia técnica.
  4. Crear sinergias para la sostenibilidad.

Así pues, bien terciado ya 2014 no estaría mal, si acaso en 2015, conocer en qué medida se han alcanzado los citados objetivos. Lo digo porque más allá de los Días Mundiales, los Años Internacionales, los lemas ad hoc y demás, a mí me da la sensación que todo esto no es, tristemente, más que papel mojado o cuando menos muy húmedo.

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Imagen: http://www.fao.org/world-food-day/about/es/

¿Compartir la comida es solo cosa de niños?

La resaca del Día Mundial de la Alimentación me dejó algunos peces varados en forma de video en la playa de mi ordenador.

Ayer preguntaba en Twitter porqué si la mayor parte de las fuentes consultadas coinciden en asegurar que en todo el planeta se producen alimentos suficientes para alimentar (de sobra) a todos sus habitantes, sigue habiendo gente que se muere de hambre todos los días. Y no poca. Quizá el dato más estremecedor es el que nos dice que diariamente y de media mueren en torno a 10.000 niños de hambre. 10.000, todos los días; ayer Día Mundial de la Alimentación también, y hoy, y mañana… Las cifras bailan, unas veces se dice 11.000, otras 6.000 o 25.000… En cualquier caso siempre se trata de cifras escandalosas.

Uno de los videos como decía es elocuente, vale que las condiciones no son las mismas como pudieran ser en otras circunstancias, más crudas, pero en él se ve como comparten su merienda dos niños a los que se les ha dejado a solas por parejas ante una merienda sorpresa. La sorpresa de verdad viene cuando descubren que uno de ellos no tiene merienda y el otro sí… y la respuesta es clara, el que tiene toda la merienda la comparte con el que no tiene nada. Entrañable las imágenes de estos niños viéndoles compartir y significativa su reacción. Una reacción de la que debiéramos aprender.

Día Mundial de la Alimentación 2013: sostenibilidad para una mayor seguridad alimentaria

Día mundial alimentación 2013

Los “Sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición” son el tema central del Día Mundial de la Alimentación en 2013 que se conmemora hoy 16 de octubre promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Esta organización concentra las celebraciones de esta jornada con el fin de ayudar y sensibilizar a la población mundial en la comprensión de los problemas y las soluciones en la lucha contra el hambre (una vez más). En sus propias palabras:

Hoy en día cerca de 870 millones de personas en el mundo sufren desnutrición crónica. Los modelos insostenibles de desarrollo están degradando el ambiente natural, amenazando a los ecosistemas y la biodiversidad que serán necesarios para nuestro abastecimiento futuro de alimentos.

Un sistema alimentario está formado por el entorno, las personas, las instituciones y los procesos mediante los cuales se producen, elaboran y llevan hasta el consumidor los productos agrícolas.

Todos los aspectos del sistema alimentario influyen en la disponibilidad y accesibilidad final de alimentos variados y nutritivos y, por lo tanto, en la capacidad de los consumidores de elegir dietas saludables. Además, las políticas y las intervenciones relacionadas con los sistemas alimentarios rara vez se diseñan con la nutrición como objetivo principal.

Para hacer frente a la malnutrición son precisas medidas integradas e intervenciones complementarias en la agricultura y el sistema alimentario, en la ordenación de los recursos naturales, en la sanidad pública y la educación, así como en ámbitos de políticas más amplios.

¿Cómo tiene que ser un sistema alimentario sostenible? ¿Es posible llegar hasta él desde la situación actual? ¿Qué debe cambiar para que avancemos en esa dirección? El Día Mundial de la Alimentación de 2013 es una oportunidad para plantearse estas y otras preguntas, y ayudar a crear el futuro que queremos.

Estoy seguro que una buena parte de la población asocia la “seguridad alimentaria” a cuestiones vinculadas a las toxinfecciones alimentarias, a las contaminaciones con parásitos, microbios, pesticidas, etcétera. Sin embargo, la definición de “Seguridad alimentaria”, sin dejar de lado estas cuestiones cotidianas para nosotros, es mucho más amplia. Para la FAO, el concepto de “seguridad alimentaria” se da cuando

… todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable

Tal y como se puede comprobar y a pesar de contar en nuestro entorno con una fuente de alimentos higiénicamente segura, tanto aquí como allende los mares, gozamos en líneas generales de muy poca “seguridad alimentaria” cuando este concepto se asume de forma mucho más integradora.

Queda mucho por hacer.

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Nota: Puedes acceder al documento editado por la FAO en español con motivo de este día en este enlace

Comer medusas para hacer frente a sus plagas

MedusasMe consta que todavía hay quien anda con el estómago revuelto recordando la invitación del FAO para que introduzcamos los insectos como un recurso alimenticio más. Pues bien, apenas una semana más tarde de aquel poco suculento informe la FAO nos sorprende con otro en el que se aborda la preocupación de esta institución, creo que con bastante razón, por la proliferación de medusas en nuestros mares, en especial el Mediterráneo. Y en él, de forma más anecdótica que otra cosa, se nos sugiere que si tenemos tantas medusas, igual una solución es comérselas.

Antes de continuar he de decir que me ha llamado poderosamente la atención la lectura un tanto sensacionalista que del informe en cuestión han hecho algunos medios de comunicación en nuestro entorno (aquí tienes algunos ejemplos: [1], [2], [3]). En realidad este informe sobre las medusas y el de los insectos no tienen nada que ver. Si bien el de los insectos, sí que está volcado en proponer este recurso como una fuente alimentaria o incluso de negocio; en el caso del de las medusas no. En realidad este reciente informe aborda el problema del masivo florecimiento de este tipo de organismos en nuestros mares. Como todo el mundo sabe, el aumento de la población de medusas en los últimos años ha sido muy importante y es precisamente este sobrecrecimiento el que ha originado algunos problemas en relación con la obtención de otros alimentos de entre los recursos marinos. El verdadero problema, para que nos entendamos y la razón por la que la FAO toma cartas en el asunto es que tanta medusa interfiere en el ciclo vital de numerosas especies de interés alimentario. Así, una superpoblación de medusas afecta tanto en la obtención de pesca salvaje como en la explotación de empresas de acuicultura, e incluso puede perjudicar gravemente la actividad industrial cuando las medusas atascan la maquinaria de aquellas empresas que utilizan el agua de mar como refrigerante.

FAO medusas

Analizar los problemas que tiene el exceso de medusas en nuestros mares y más en concreto su efecto sobre la obtención de otros recursos marinos, es precisamente y no otro el fin de este informe. Es más, en sus 67 páginas apenas dedica seis líneas para referirse a las medusas como un recurso alimentario. Y lo hace en dos ocasiones; en la primera para decir que en otras culturas como la china o japonesa las medusas forman parte de su recursos gastronómicos de forma habitual (es decir que se pueden comer) y; la segunda para sugerir que si en nuestro medio tenemos tantas, quizá una forma de ayudar a hacer frente a las plagas de medusas sería comérselas. Pero a diferencia de lo sucedido con el informe de los insectos en este no hay un análisis pormenorizado de su valor nutricional, ni de sus posibilidades culinarias, etcétera. Es más, el informe presta más atención a su utilización como recurso en la investigación de nuevos fármacos, por ejemplo, que a sus posibilidades culinarias. Pero ya que estamos…

¿Cuál es el valor nutricional de las medusas?

No es especialmente fácil el encontrar una tabla de composición de alimentos que teniendo una cierta credibilidad incluya los datos de la medusa como alimento. No obstante las tablas de nutrientes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos recogen los valores nutricionales de la medusa desecada (supongo que parcialmente) y salada (importante tener en cuenta este dato). Por 100 gramos de este producto, medusa desecada y salada encontramos:

  • 36 kcal
  • 5,5 gramos de proteína
  • 1,4 gramos de lípidos (grasas) de los cuales:
    • 0,273 g son ácidos grasos saturados
    • 0,202 g son monoinsaturados y,
    • 0,475 g son poliinsaturados
  • 5 mg Colesterol
  • 0,0 gramos de hidratos de carbono y fibra

Sobre su contenido en vitaminas y minerales es francamente escaso. De los minerales cabría si acaso destacar cierto aporte de hierro (2,3mg) y no voy a incidir en el tema del sodio ya que se tratándose estos valores de un producto salado es de esperar que su cantidad sea alta, en concreto 9.690mg de sodio (que es una cantidad bastante elevada).

En resumen, poco de casi todo por no decir de todo.

Mi opinión sobre el consumo de medusas como recurso alimentario

Está más que claro que las medusas no son un plato típico por estas regiones, así que veo difícil tal y como expuse en su día en la entrada de los insectos que esta propuesta termine cuajando. Que algo sea bueno para comer no tiene por qué determinar que se termine comiendo.

Además, para poner las cosas más difíciles, hay que contar con que la UE prohíbe su comercialización en fresco.

Pez payaso anémonaSin embargo, y en sentido contrario al de los insectos, a mí no me costaría nada comer medusas, bien preparaditas eso sí. Al menos en nuestro entorno sí que se comen otros animales que están muy emparentados en la escala filogenética con las medusas, me refiero a las anémonas. Para que me entiendas, las anémonas son esa especie de algas (en realidad no lo son, porque son animales) en torno a las cuales los peces-payaso suelen establecer su hábitat (ver Buscando a Nemo de Disney)

Las anémonas como recurso alimentario se denominan “ortiguillas”. Yo las he probado y es algo así como comerse una ola de mar, maravillosas. Son de intenso sabor marino, agradable y equilibrado. Para mí, antes que las ostras, representan una de las formas más netas del “sabor a mar” sabores marinos, salados, yodados y similares. Una de las formas más típicas de consumo de las “ortiguillas” es en fritura a modo de aperitivo. Puedes ver algunas de las propuestas gastronómicas de las “ortiguillas” en este enlace. Toda una delicatesen.

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Foto 1: papaija2008  y boulemonademoon vía freedigitalphotos

Camarero: ¡en mis moscas hay restos de sopa!

FAO insectosMenudo revuelo se ha montado a resultas del reciente informe de la FAO en el que se hace una apología del uso de los insectos como recurso alimentario y sus inherentes cuestiones económicas y de seguridad alimentaria.

Antes de arremangarme y dar mi opinión déjame decir que no veo porqué tanta polémica a día de hoy. Tenemos al parecer poca memoria y hacemos otra vez una noticia de algo, de una postura, que es de sobras conocida por parte de la FAO y que de tiempo en tiempo no duda en hacer patente. Es posible que tú no te acuerdes pero esta insectívora posibilidad ya fue propuesta-defendida en anteriores ocasiones hace años. Aquí tienes por ejemplo una muestra de la propuesta que hizo esta misma institución en 2004. Más tarde, en 2008 el tema de la entomofagia volvió a estar en boca de la opinión pública a raíz de esta nota en la “sala de prensa” de la FAO. Por eso hoy, cuando escribo estas líneas, lo primero que he respondido a quién me ha hecho saber de la noticia de que la FAO promueve el consumo de insectos, ha sido un “¿otra vez?”. Sin embargo, todo hay que reconocerlo, es ahora cuando la FAO se ha marcado un extenso, detallado, y a mi juicio, razonado informe en el cual basar su posicionamiento.

Son cerca de 150 interesantes páginas (bibliografía a parte) que aborda la cuestión de los insectos desde distintas perspectivas: Las relaciones entre los insectos y los seres humanos; la entomofagia desde una perspectiva histórica y sus relaciones culturales y religiosas; las oportunidades del entorno para la cría de insectos con fines alimentarios en humanos y animales; su valor nutricional tanto para los seres humanos como para la alimentación del ganado; aspectos relacionados con su seguridad alimentaria y conservación; las cuestiones económicas: desarrollo empresarial, mercados y su comercialización y; los marcos legislativos actuales en relación con su consideración como “alimento”.

Mi opinión sobre el consumo de insectos como recurso alimentario

Gusanos

Acabar por determinar que algo sea bueno o no para comer no puede basarse solo en elementos meramente fisiológicos o biológicos. Este  tipo de decisiones debería contar con las tradiciones y hábitos alimentarios de cada civilización y su cultura. Al menos mientras haya alternativa. A lo largo y ancho del planeta hay poblaciones que detestan hasta el punto de llegar a la nausea alimentos que para otras personas son perfectamente válidos, con lo cual, no es una mera cuestión fisiológica. Tal y como menciona Rachel Herz en su libro “Eso es asqueroso” a pesar de que la sensación de asco es una de las emociones más básicas [y genuinas, apunto yo] es la única reacción de este tipo que no es innata sino que es aprendida, y pocas cosas nos provocan más asco que el ver alimentarse a otras personas con algo que no es afín a nuestros hábitos alimentarios.

Ante este tipo de poco-rebatible-argumento (estamos hablando de reacciones más viscerales que racionales) de poco o nada sirve el usar las frías estadísticas relativas al número de habitantes en el planeta que a día de hoy consume insectos de forma habitual (cerca de 2.000 millones de personas). O bien, el conocer los espectaculares datos nutricionales inherentes a la mayor parte de insectos. Sobre su valor nutricional, y a modo de resumen, déjame que mencione algunos de los datos que aporta la propia FAO:

Como fuente alimentaria, los insectos son altamente nutritivos: algunos tienen tantas proteínas como la carne y el pescado. Desecados, los insectos tienen a menudo el doble de proteínas que la carne y el pescado crudos, aunque no suelen tener más proteínas que la carne y pescado desecados […]

Cada 100 gramos de orugas secas contiene cerca de 53 g. de proteínas, un 15 g. de grasas y alrededor de 17 g. de carbohidratos. Su valor energético ronda las 430 kcal/100 gramos. Los insectos además tienen una mayor proporción de proteínas y grasas que la carne de bovino y el pescado, y un elevado nivel de energía.

Según la especie de que se trate, las orugas contienen abundantes minerales, por ejemplo: potasio, calcio, magnesio, zinc, fósforo y hierro, además de diversas vitaminas. […] 100 g. de insectos proporcionan más del 100% de las necesidades diarias de los respectivos minerales y vitaminas.

Debido a su elevado valor nutricional, en algunas regiones se utiliza la harina de orugas en la alimentación infantil para combatir la malnutrición.

A título profesional elogio la acción de la FAO a la hora de hacernos llegar esta información, al tiempo que apunta algunos de los trayectos que se podrían seguir para introducir legalmente los insectos dentro de la cadena alimentaria de los países occidentales, no olvidemos que en la actualidad y en nuestro entorno existe un vacío legal que impide su comercialización (recuerda esta noticia sobre la prohibición de su venta en el mercado de la Boquería)

En cuanto a mi opinión personal comparto al 100% la que me brindó ayer en clase Lidia, una alumna del Grado en Farmacia de la USJ que dijo que en cierta medida y en esta ocasión el posicionamiento de la FAO se le antoja un poco pretencioso ya que parece que está afirmando que si hay hambre en el mundo es porque se quiere ya que ahí están los insectos a nuestra disposición.

Mercado de insectosComo ya he mencionado el tema de comer o dejar de comer algo, sea lo que sea, incluidos los insectos va más allá de las meras cuestiones biológicas o incluso de la necesidad. No sería impensable que al menos sobre el papel alguien en nuestro entorno pensara en morirse de hambre antes que comer esa clase de alimento, los insectos, que nos muerden, transmiten enfermedades, chupan la sangre se cuelan de forma furtiva en nuestras casas, armarios, cocinas, etc.

Yo no digo que un día no pruebe estos bichos, me gustaría hacerlo sin tener que verme en el trance de comerlos para sobrevivir. Pero lo que sí tengo claro es que mientras en mi entorno no exista un sistema de cría basado en principios científicos que garantice unos mínimos estándares sanitarios tardaré bastante en probarlos. Y aun cuando los haya, no dudes que me costará. Porque sí, porque la sensación de asco que me trasmiten fruto de una respuesta visceral es superior al análisis racional que de la situación pueda hacer.

Nota: Si te interesa este tema no dejes de leer algunas de las maravillosas obras del antrpólogo Marvin Harris tales como Vacas, cerdos, guerras y brujas: los enigmas de la cultura o Bueno para comer (precisamente en la edición española de Alianza Editorial, en su portada sale un niño precioso poniéndose hasta las trancas de saltamontes)

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Foto 1: Andy Sadler Vía Wikimedia Commons

Foto 2: Takoradee Vía Wikimedia Commons