El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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El ejercicio profesional de la nutrición en España: distintas posturas

Dieta_Stuart MilesAlgunos dietistas-nutricionistas (muchos creo yo) estamos relativamente molestos con el desprecio que se hace de nuestra preparación universitaria por parte de las autoridades sanitarias. Y ya sabes aquello que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Somos un profesional sanitario recogido en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) y, sin embargo, no se ofrecen las garantías mínimas para nuestra inclusión en la cartera de servicios de la sanidad pública. Bueno, ni mínimas ni de ningún otro tipo.

Nuestra desesperación, muy en esencia, parte de dos grandes temas: el querer y no dársenos la oportunidad de trabajar codo con codo, de igual a igual con otros profesionales sanitarios (cada uno en su ámbito y según su categoría) en pos de un mejor y más eficaz tratamiento para los ciudadanos; y que otros profesionales (o no profesionales) sin la suficiente formación en esta área se dediquen impunemente a hacer aquello para lo que el dietista-nutricionista está específica y ampliamente cualificado.

El caso, ya de por sí frustrante, se agrava cuando los dietistas-nutricionistas (en adelante d-n) nos damos cuenta que otras personas con otro distinto perfil académico pero con un amplio abanico de posibilidades profesionales al finalizar sus estudios, tanto en el sector privado como público, se enrabietan cuando los d-n manifestamos nuestra disconformidad con la situación arriba expresada.

Ahora no me refiero a farmacéuticos, ni a médicos, ni a biólogos (que también sería mi caso) ni a enfermeros, sino más bien a determinadas personas que además tienen alguno de los títulos mencionados. Lo digo para que algunos tomen nota. Los d-n no estamos en contra de esos colectivos, más al contrario, somos conscientes que sin muchos de los profesionales de las especialidades mencionadas, nuestra figura académica y de profesional sanitario jamás habría existido. Sería injusto empezar a mencionar con nombre y apellido a profesionales de estas áreas que así lo hacen, ya que me terminaría dejando en el tintero a muchos de ellos que no tengo el gusto de conocer. Como digo son bastantes los profesionales de la farmacia, la medicina, la enfermería, etc. que nos apoyan. Es más, la mayor parte de d-n formados hemos estudiado de libros que han escrito ellos. No se puede negar ni su valía, ni su apoyo.

Pero muchos otros no nos apoyan. Y, en sentido contrario, patalean, protestan, movilizan e indignan cuando se enteran que los d-n demandamos el reconocimiento que nos merecemos todos. Todos, los unos y los otros. Ni más ni menos. Sé que suena raro pero he de decir que me indigna que ellos se indignen cuando nosotros nos indignamos. Tiene narices.

Ahora sí, más en concreto me refiero a un reciente documento, una circular del Real e Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Sevilla fechado en mayo de 2013 y de libre acceso en el que se llama poco menos que a la rebelión a este colectivo con el fin de reivindicar la capacitación profesional del farmacéutico en materia nutricional.

Carta farmacéuticos

No, no pretendemos el monopolio. Al reconocimiento que creo nos merecemos todos apelé en esta entrada usando el argumento que yo creía podría ser más contundente para ponernos cada uno en su sitio, es decir, el número de créditos, la profundidad y la extensión de las materias que en el ámbito universitario se le concede a la nutrición en las distintas carreras o grados. Pero se ve que no les ha debido de valer o que no lo ven tan claro como yo, y otros como yo, así lo vemos. Afortunadamente me queda el Tribunal Supremo para seguir dando argumentos.

En el año 2008 cuando se estaban creando y aprobando las respectivas órdenes CIN que regularían los nuevos Grados de Farmacia y Enfermería en las universidades españolas, es decir el tipo y extensión de competencias profesionales que se debían y deben alcanzar con el estudio de estos Grados, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN) y los entonces tres Colegios Profesionales y Oficiales de d-n que había entonces en España (ninguno ni Real ni Ilustre todo hay que reconocerlo) decidieron poner un recurso ante el Supremo diciendo que las competencias profesionales atribuidas a estos futuros egresados (de farmacia y enfermería) chocarían con aquellas que ya recogía la orden CIN de los graduados en Nutrición Humana y Dietética, es decir, con la de los d-n. ¿Y sabes qué paso?

Pasó que el Tribunal Supremo desestimó sendos recursos. Si eres un farmacéutico afín a la incendiaria circular me imagino que estarás dando saltos de alegría y corriendo a por el champán. Espera un momento. Termina de leer la entrada no sea que te tuerzas un tobillo o que se te indigeste el brindis cuando te cuenten el final

Las razones por las cuales se desestimó el recurso fueron que a pesar de que todos estos profesionales (farmacéuticos, enfermeros y d-n) tenían competencias en materia de nutrición, ni por asomo se podían equiparar en su profundidad y extensión fruto de la dedicación curricular que de estas materias se hacían en cada uno de los grados. Bueno, la de los grados de farmacia y enfermería sí que se podían, más o menos, equiparar entre ambas, pero que en cualquier caso no tenían ni punto de comparación con las obtenidas en el Grado de Nutrición Humana y Dietética.

No hablo de oídas. Aquí tienes el enlace a la sentencia del Tribunal Supremo por la que se desestima el recurso que los d-n pusieron contra la ORDEN CIN/2137/2008. Leerse una sentencia de 22 folios es costoso pero déjame que entresaque, en especial para el Real e Ilustreun párrafo que resulta a mi modo de entender bastante esclarecedor. Después de enumerar la sentencia alguna de las múltiples competencias de los futuros d-n en base a su correspondiente Orden CIN/730/2009, y compararlas con las, apenas un par, que tiene en su Orden los futuros egresados en farmacia, la sentencia dice lo siguiente:

Tiempo de justicia_Stuart Miles

La comparación entre esas competencias [las de la titulación de d-n] y las referidas a la titulación de Farmacia, en materia de nutrición, antes transcritas, revelan que en esta última [farmacia] se requieren conocimientos generales, suficientes para prestar consejos terapéuticos en dietoterapia y nutricional y alimentario, mientras que para obtener el título de Dietista-Nutricionista se precisan conocimientos mucho más específicos y completos, no resultando comparables, pues, las funciones de una y de otra profesión titulada.

Así que después de esto poco más puedo decir, salvo que eso de poder hacer las mismas cosas nada de nada porque nuestra formación, la vuestra y la nuestra, no es comparable (sic). No estoy muy puesto en estas cosas de leyes, sentencias y demás, pero creo que lo que dice un TS crea jurisprudencia, ¿no?

Con la ORDEN CIN/2134/2008, referente al Grado de enfermería pasó tres cuartas partes de lo mismo, la AEDN puso un recurso contra ella ante el Tribunal Supremo y esté volvió a desestimarlo. Tienes el enlace de la sentencia desestimatoria aquí. Por cierto los argumentos aportados son idénticos: los conocimientos que los d-n tienen que alcanzar en materia de nutrición para obtener su Grado no son comparables con los de los futuros profesionales de la enfermería, siendo los de los primeros mucho más específicos y completos.

Ya por último, sólo me quedan un par de argumentos que son un poco del estilo de la navaja de Ockham, ya sabes, eso de que la explicación más sencilla suele ser la correcta y todo eso:

1º ¿Sabías que no son pocas las universidades españolas que ofrecen la doble titulación en Farmacia por un lado y en Nutrición Humana y Dietética por el otro en un mismo trayecto académico? ¿Sabías que no cuesta lo mismo, ni en dedicación ni en dinero, hacer solo farmacia que obtener la doble titulación? ¿no crees que sería de imbéciles (y perdón por la expresión, pero no se me ocurre otra) el que estas universidades se empeñaran en tener esta oferta si un farmacéutico pudiera hacer lo que un d-n por el mero hecho de ser farmacéutico? ¿no crees que sería un absurdo que hubiera gente que pudiendo ahorrarse un pico en la matrícula no lo hiciera con el fin de obtener las dos titulaciones? ¿sabías que antes de estudiar Nutrición Humana y Dietética un servidor se licenció en CC Biológicas? ¿no crees que tal y como parece proponer el Real e Ilustre… me hubiera sido mucho más sencillo y rentable echarle morro, ahorrarme dos años de estudios, y un pastón en matrícula que fue lo que me costó de mi bolsillo la carrera de NHyD en la Universidad de Navarra (recuerda que en su circular el Ilustre también habla de biólogos como prescriptores dietéticos)?

2º ¿Tan poco amor, devoción, cariño… e incluso vocación tienen otros profesionales sanitarios como para tener que “pillar” las competencias típicas de otros profesionales? Lo digo porque así, muy en resumen, la definición de las competencias del farmacéutico se sintetizan en un meridianamente claro párrafo de la LOPS de la siguiente manera:

Corresponde a los Licenciados en Farmacia las actividades dirigidas a la producción, conservación y dispensación de los medicamentos, así como la colaboración en los procesos analíticos, fármaco terapéuticos y de vigilancia de la salud pública.

Supongo que en la parte de “vigilancia de la salud pública” es donde el Real e Ilustre… quiere hacer recaer sus amplias funciones dietético-nutricionales. Y yo no lo veo. A mí me parece que si sumamos:

  • El texto anterior de la LOPS,
  • Las competencias de la Orden CIN/730/2009 en la que habla de poder dar consejo (y nada más) y
  • La sentencia del Tribunal Supremo antes comentada…,

Nos queda qué, a modo de ejemplo, una intervención ajustada a sus competencias podría ser la siguiente:

(Señor que entra en oficina de farmacia)

– Hola, ¿tiene aspirinas?

– Hola ¿qué tal? Sí, ¿cuántas quiere?

– Una caja, por favor. Por cierto, el otro día oí que el agua engorda si se bebe junto a las comidas y que es mejor no beber agua mientras se come, ¿es eso cierto?

–  No caballero, el agua tiene cero calorías antes, durante y después de lo que coma. Es posible que el beber mucho agua aumente la posibilidad de diluir los jugos gástricos con los que se hace la digestión y que así esta se haga más lenta en esas circunstancias, pero nada más. Hay otras cosas mucho más importantes en relación con la obesidad antes que ponerse a mirar si bebemos en las comidas o fuera de ellas.

– Ahhhh, gracias ¿Qué le debo?

– Son cuatro euros por las aspirinas.

– Muchas gracias, y en especial por la información, adiós.

– De nada caballero, que tenga un buen día.

Es decir, una conversación propia y ajustada al marco de una farmacia. Impensable en el marco de un taller mecánico o una peluquería (bueno, en realidad de impensable, tristemente nada)

Me despido, de verdad que sin acritud señores del Real e Ilustre… recordando que para bien o para mal el futuro de las “nuevas” profesiones, al menos en este país y en nuestro tiempo se ha forjado a golpe de sentencia. Cuando vengan las primeras denuncias, sus juicios y sus correspondientes sentencias veremos en qué queda la cosa. No hay gallardía ni desafío alguno en mis palabras, nada de eso. De verdad que no estoy nada seguro del tinte que podrán tener esas sentencias. A estas alturas y sabiendo el peso que tienen en este país algunas instituciones, muchas veces más que las razones, estoy preparado para lo peor.

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Nota 1: La profesión de farmacéutico (y cualquier otra) goza per se de todo mi respeto. Es más, cuento con magníficos amigos farmacéuticos y me apoyo en ellos, como ellos en mí, cuando queremos aclarar nuestras dudas sobre los temas «del otro». Todos los años desde hace cuatro doy clase a alumnos (a los que adoro) que cursan los grados de Farmacia y Enfermería en la  USJ y sé de primerísima mano cuánta nutrición y dietética tendrán en su haber al obtener su título. Y conste que me parto el alma para que en tan poco tiempo alcancen los mejores conocimientos. Me consta que antaño estos grados tenían más dedicación a estas cuestiones, pero a día de hoy no. Hablamos del ahora y no del ayer.

Nota 2: Si quieres referirte en redes sociales como twitter a la injusticia que supone esta situación para los dietistas-nutricionistas  puedes utilizar las siguientes etiquetas: #dn_sns_ya (Dietistas-Nutricionstas en el Sistema Nacional de Salud, Ya) y #LOPS72g (en referencia al artículo 7.2 de la LOPS que recoge las funciones típicas de los d-n)

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Fotos 1 y 2: Stuart Miles via FreeDigitalPhotos.net

 

El dietista-nutricionista un profesional multidisciplinarmente ignorado

Distista_NestléHoy, otra vez con el cuchillo entre los dientes, voy a volver a poner en valor una profesión, la mía, que es constante y sistemáticamente ignorada por muchos. Se ignora tanto por una buena parte de la población general como por otros profesionales sanitarios, en especial por no pocos ejercientes de la medicina, la enfermería y la farmacia entre otros; al tiempo que también es ninguneada por las autoridades sanitarias de este país. Quizá te interese antes echar un vistazo a otras entradas de similar corte:

Si visitas este blog con relativa frecuencia, supongo que te habrás dado cuenta que a lo largo de este mes de abril son ya varias las entradas publicadas que participan en el III Carnaval de Nutrición que se aloja en el blog del bueno de @ScientiaJMLN. Y es posible que te preguntes el porqué de tanta entrada para un Carnaval. Pues te diré que es porque el tema sugerido en esta edición es la “La muldisciplinariedad científica en el desarrollo de la Nutrición Humana” y, por tanto he tratado de dar alguna muestra de esa multidisciplinariedad.

Pero al mismo tiempo, jugando con este poco amable término, me he propuesto darle la vuelta y poner en evidencia el sinsentido que sufren, que sufrimos, muchos de los que hoy somos diplomados o graduados universitarios en Nutrición Humana y Dietética. Para ello me propongo poner de relieve cómo es el currículo formativo de estos profesionales sanitarios y compararlo con el de los otros. Todo ello con un fin, demostrar lo absurdo de que determinados profesionales sean los colectivos de referencia cuando de lidiar con cuestiones nutricionales se trata y, al hacerlo, se pase por encima del perfil profesional del dietista-nutricionista.

Veamos los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habilitan para el ejercicio de las profesiones de médico, farmacéutico y enfermero respectivamente se recogen en los siguientes textos:

Y ahora los requisitos respectivos para la verificación del título universitario oficial de dietista-nutricionista:

Ahí los tienes para consultarlos si quieres. Ya te adelanto que su lectura es de todo menos amable, pero yo te hago mi particular resumen. En las tres primeras profesiones sanitarias la cuestión nutricional es (así, en general) mencionada casi de forma anecdótica entre todos los requisitos, a diferencia de lo que ocurre en el caso de la normativa para ejercer la profesión de dietista-nutricionista. Sé que habrá quien discrepe. Bien, no le culpo. Pero lo que va a ser más difícilmente rebatible es el argumento de echarle un vistazo a los planes de estudio de los distintos grados que se imparten en las universidades españolas. En resumidas cuentas, una cosa es lo que ponga en las órdenes CIN o ECI sobre las distintas titulaciones y otra muy distinta es el tiempo y dedicación (números de créditos) que se dedican a las cuestiones nutricionales en la concreta impartición de las materias relacionadas.

College Student Studying in LibraryMe explico, la cuestión dietética, nutricional, dietoterápica, bromatológica, etc. se suele resumir en las carreras de medicina, farmacia y enfermería en no más, tirando por todo lo alto y en el mejor de los casos en unos escasos 9 créditos (es posible que haya sus excepciones, pero serán eso, excepciones) Eso cuando hay tantos, porque es habitual que estos no sean más de 6 y en no pocas ocasiones aun menos. Quieres saber cuál es por término medio el número de créditos dedicados a estas materias en el caso del grado en nutrición humana y dietética: más o menos 60 créditos. Y todo ello sin tener en cuenta que en las otras titulaciones no incluyen cuestiones referentes a la tecnología de los alimentos, la tecnología culinaria, la seguridad e higiene alimentaria, aspectos sociológicos, etc. que sí están en el plan de estudios del dietista-nutricionista y que no los he tenido en cuenta en este cómputo.

Pero resulta curioso que cuando alguien quiera “ponerse a dieta” o aclarar cualquier cuestión relacionada con su alimentación el profesional de referencia sea su médico, o que cuando haya que pedir consejo se acuda a su farmacéutico o que cuando se diseñan las dietas hospitalarias en la gran mayoría de centros sanitarios, clínicas y hospitales de este país las termine planificando un personal de enfermería (no perderse esta ilustrativa entrada – ¿Sabes quién te pauta la dieta en un hospital? ¡Todos menos yo!) en el blog Dime qué comes de @Dimequecomes. Curioso. Y lamentable.

Lamentable que habiendo un profesional que podría dar “sopas con honda” en estas cuestiones a otros profesionales sanitarios sean esos otros los que terminan realizando un trabajo para lo que no están formados de manera tan completa. Lamentable que la administración pública permita que sean estos otros profesionales los que se encarguen de estas labores en el sistema nacional de salud en lo que supone una vergüenza de despilfarro por no poner el profesional que ella misma, la administración, se encarga de formar año tras año en las distintas universidades públicas (y privadas) que ofrecen el grado en Nutrición Humana y Dietética en España. Lamentable cuando no pocos médicos en la función pública se dedican a dar la típica “dieta del cajón derecho”. Lamentable que cuando un/ ciudadano/a quiera adelgazar y perder peso con salud, además de la opción de la “dieta del cajón derecho” otra, sea acudir a una farmacia para que, lo más probable, le vendan alguna zarandaja de producto milagro. Y lamentable que la última de las opciones de ese ciudadano/a sea recurrir a una de esas franquicias (centros de opereta para la pérdida de peso), donde además de un dietista-nutricionista explotado le pueda atender un/a biólogo/a, un/a técnico/a de laboratorio o incluso un/a esteticién por decir algo (también explotados/as, por supuesto) y que ni tan siquiera tienen una formación mínima como los anteriores.

Otro elemento que resulta curioso es que mientras esas otras titulaciones defienden a ultranza sus competencias y se les llena la boca con la cuestión nutricional, al resto, a los dietistas-nutricionistas no se nos permite decir “ni mu” de farmacología, fisiología, endocrinología y es que… ¡oiga! que tenemos tanta formación (o más) en estas materias como ellos en nutrición y dietética. Curioso.

Indignante es que a día de hoy la administración pública siga manteniendo al margen a unos profesionales sanitarios, los dietistas-nutricionistas, a los que reconoce dentro de Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias y a los que, sin embargo, no ofrece un hueco dentro del sistema nacional de salud. En su lugar, farmacéuticos, médicos, enfermeras y técnicos en dietética (un colectivo que proviene de la formación profesional) ocupan su puesto, realizan su trabajo (como pueden) y se erigen como los profesionales de referencia.

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Que conste que no estoy hablando de supremacías de unos profesionales sobre otros, ni cosa por el estilo, no se trata de ninguna competición. Se trata, tal y como dice la LOPS (y mira que me fastidia el citarla cuando “nos ignora” de la forma que lo hace) de que la atención sanitaria integral suponga la cooperación multidisciplinaria y la integración de los procesos de los distintos profesionales sanitarios. Se trata de trabajar todos solidariamente tratando de dar un mejor servicio, más eficaz y más rentable. No se trata de otra cosa.

Pero como de momento no es así, considero que el dietista-nutricionista es un profesional sanitario multidisciplinar y colectivamente ninguneado. Algo que solo ocurre en este país de pandereta.

Antes de despedirme quiero agradecer a todos esos otros profesionales que perteneciendo a los grupos mencionados (enfermería, farmacia, medicina y tantos otros) defienden y reconocen el valor y la necesidad de la figura profesional del dietista-nutricionista, no son muchos, pero haberlos haylos; entre ellos, por ejemplo, el reconocido Dr. José María Ordovás (para más señas químico de formación).

JM Ordovás

Por último quiero mencionar que si estás interesado en demandar la inclusión del dietista-nutricionista en la sanidad pública, tal y como sucede en el resto de los países de nuestro entorno, en las redes sociales (más en concreto en Twitter) utilices el hagstag de #dn_sns_ya (Dietistas-nutricionistas en el Servicio Nacional de Salud Ya). Además puedes hacer llegar tus demandas a través de ese canal al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad a su dirección @sanidadgob.

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Esta entrada participa en la III Edición del Carnaval de la Nutrición, organizado por el blog Scientia

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Foto 1: Nestlé vía Flickr