El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Nuevo libro: Big Brother de Lionel Shriver (narrativa para aprender a base de bien)

– Si realmente quieres impresionar a Travis, o conseguir caerle mal, y supongo que eso es lo mejor, entonces pierde todo ese peso.

– Joder, cualquiera puede hacer dieta.

– No, cualquiera no. Es lo único que la mayoría no puede hacer.

(Fragmento de la obra)

Big Brother (410x640)Entre los libros que han caído este verano figura de forma destacada Big Brother de la escritora norteamericana Lionel Shriver. Puedo decir con bastantes pocas dudas que es el libro más interesante desde el punto de vista profesional que he leído en años. Algo sorprendente cuando se tiene en cuenta que no es una obra destinada específicamente a tratar cuestiones técnicas de dietética y nutrición. Más al contrario, se trata de una mordaz novela con la que su autora aborda muchas de las cuestiones ponderales desde la perspectiva que tiene la sociedad general. En principio desde el ligero sobrepeso que tiene la actriz principal de la novela, pasando por la obesidad mórbida de su hermano y algunos de los trastornos de la conducta alimentaria, Shriver deja caer entre las líneas de la novela unas más que importantes reflexiones y lo hace al mismo tiempo con una sencillez pasmosa.

El misterio de sus clarividentes apreciaciones sobre las cuestiones dietéticas y la profundidad de las mismas radican al parecer en el leitmotiv que impulsó a su autora a escribir: en realidad contiene una experiencia autobiográfica, una confesión, en relación al fallecimiento de su hermano mayor, que murió víctima de un ataque al corazón tras padecer una obesidad severa (¿Te suena?).

Pero además de todo ello, esta obra se mete de lleno también en las complicadas relaciones familiares, la culpa, las tensiones diarias del tira y afloja entre la familia de uno (la propia) y la del otro (la política).

El argumento, en esencia, tal y como reza la contraportada, relata la historia en primera persona de una mujer (Pamela Halfdanarson) y su familia en el marco de una prototípica vida feliz. Vive en un unifamiliar con los dos hijastros de su marido, un fundamentalista de la vida sana, hasta el punto de poder catalogar a éste como un “nazi de la nutrición”. La “visita” de Edison, el hermano de Pamela que ha engordado de forma inaudita en los últimos años, en el idílico panorama familiar hará poner los pies en el suelo a cada uno de los protagonistas. Con este escenario, en el que se enfrentan bajo el mismo techo el perfeccionismo del marido con la zafiedad del hermano, los conflictos están servidos, hasta el punto que el marido termina por lanzar un ultimátum: o él o yo. Y ella decide marcharse a vivir con su hermano, al menos temporalmente, con el fin de reconducirlo y ayudarle a combatir una obesidad delirante que amenaza ya no solo su salud más inmediata sino también su vida.

No te cuento más… solo que el libro tiene en realidad dos finales uno malo… y el otro peor. Esa es la realidad o al menos lo que a mí me pareció. Sin embargo, y a pesar de los finales, esta obra deja un poso de conocimiento, unas perspectivas, sumamente interesantes para la reflexión. Tal es así que en lo que respecta a mi ejemplar creo que he gastado un bloc entero de post-it para señalar los pasajes más interesantes.

Por último, una nota negativa; pequeña, pero negativa. Puede que sea una apreciación aislada pero a mí la traducción no me ha gustado demasiado. Contiene oraciones de muy difícil comprensión, otras directamente erróneas en su construcción y se usa con frecuencia un vocabulario que no es el “nuestro” (nadie dice “palitos” chinos, y sí “palillos” chinos).

Así pues, ya seas un profesional de las cuestiones dietéticas con una dedicación centrada en la clínica, o simplemente tengas una cierta intención de perder unos cuantos kilos (o más), hacer una dieta o someterte a una operación de cirugía bariátrica, te recomiendo con la mejor y mayor de las intenciones que leas Big Brother. No creo que te defraude.

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Nota: Quiero agradecer a un magnífico amigo y profesional, Miguel Justribó (@migueljustribo) el haberme recomendado este libro.

Nota 2: En el momento de escribir estas líneas y con la intención de enlazar a la página de la editorial (Anagrama) me es imposible hacerlo ya que mi navegador me informa de que ésa página contiene software malicioso. Así pues baste decir de viva voz que la editorial es la antedicha, Anagrama, SA. ISBN: 978-84-339-7895-0; 397 páginas

Imágen: Juan Revenga (@juan_revenga)

Diabetes y estilos de vida

El pasado jueves se conmemoró el Día Mundial de la Diabetes y con esta entrada pretendo resarcir en la medida de lo posible la imposibilidad de sumarme en tan señalada fecha a las demandas del colectivo y sus reivindicaciones. Vayan mis disculpas por adelantado.

Tal y como nos ha hecho saber FEDE (la Federación de Diabéticos Españoles) en España hay cerca de 5 millones de diabéticos y, lo que es peor, 2 millones de esos 5 aun están sin diagnosticar. Es decir, los afectados no están haciendo nada por poner freno a esa situación con el consiguiente riesgo de sufrir las muy probables complicaciones. En el mundo, la OMS aporta la cifra de 346 millones de personas con diabetes, la mayor parte de ellas en el denominado mundo desarrollado.

De modo breve es necesario conocer que existen dos tipos diabetes: por un lado la de tipo 1 que se caracteriza por una insuficiente producción de una hormona, la insulina, y que requiere siempre la administración diaria de esta hormona; y por el otro lado la de tipo 2 que en resumen se debe a una utilización ineficaz de la insulina. Aunque en ambos casos existen condicionantes genéticos, en el caso de la de tipo 1 estos condicionantes genéticos son determinantes en el inicio de la enfermedad, frente a la del tipo 2 en la que los estilos de vida tienen un papel determinante. Para que te hagas una idea de la diferente incidencia de una y de otra y de porqué la mayor parte de las diabetes diagnosticadas están en el “primer mundo”, de todas ellas, el 90% pertenecen a la de tipo 2.

Coincidente con este Día Mundial este medio tuvo la feliz idea de fomentar un encuentro digital con Ángel Cabrera, actual presidente de FEDE, que fructificó en un montón de interesantes preguntas y respuestas de las que sin lugar a dudas me interesaría destacar algunas de ellas en el marco de este blog. Por ejemplo

Pregunta #6: Mi madre tiene diabetes de tipo 2. ¿Qué alimentos están «prohibidos» y cuales debe comer en menor medida? Gracias.
Respuesta: Prohibidos, ninguno. Las personas con diabetes deben de tener una alimentación saludable y variada.

Pregunta #8: Me acabo de enterar que la carne también produce diabetes pensé que solo era el azúcar, es muy fuerte, ¿Por qué? ¿Cuántas veces por semana hay que tomarla para evitar que eso pase?
Respuesta:No está demostrado que la carne ni el azúcar produzcan diabetes, por lo tanto, sigamos comiendo adecuadamente.

Pregunta #20: ¿No cree que debería haber nutricionistas en el sistema público de sanidad? Es frecuente que pacientes con diabetes se vean pobremente aconsejados o que cuando tienen otra enfermedad además de la diabetes reciban indicaciones contradictorias de los distintos especialistas. ¿Su asociación apoya las reivindicaciones del colegio de dietistas-nutricionistas?
Respuesta: Uno de los tres pilares básicos de la diabetes es la alimentación. Por ello, estoy con usted en que en el sistema sanitario público debería de haber nutricionistas que formasen a los pacientes en algo tan importante como es la alimentación. Por lo tanto, sí apoyamos las reivindicaciones de este colectivo.

Pregunta #25: ¿Por qué el ejercicio es tan importante para combatir la diabetes? Y supongo que para prevenirlo también… ¿Qué tipo de ejercicio se puede hacer? ¿Quién puede aconsejarnos?
Respuesta: Este es otro de los déficits del sistema sanitario público. El ejercicio, como la alimentación, es tan importante como el tratamiento farmacológico. Por eso, es muy aconsejable que todas las personas, con diabetes o no, hagan ejercicio con regularidad. En cuanto al tipo de ejercicio deberá de adaptarse a la capacidad física de las personas y a los gustos personales. Efectivamente, el ejercicio físico también ayuda a evitar o a retrasar la aparición de la diabetes.

Importantes preguntas y respuestas, sin duda.

Además en este blog se han publicado anteriormente otras entradas con el tema de la diabetes como centro. Igual te interesa consultarlas:

Monederos, tarjetas de crédito y diabetes

Alimentos especiales y tratamiento dietético del diabético

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Si tu pizza te la trae a casa un drone, eso, no es comida

El término “drone” es un anglicismo que se ha colado a la chita callando, como casi siempre, en nuestras conversaciones para hacer referencia a un vehículo aéreo no tripulado. No sé si a ti te sucederá, pero la mayor parte de las imágenes que me vienen a la cabeza cuando los drones salen a colación son de conflicto, guerra, bombas, cámaras espía, misiles y demás. Sin embargo, no tiene porqué ser así, este tipo de vehículos pueden realizar muchas otras “misiones” menos agresivas a priori.

Algo así es lo que han debido de pensar los creativos de Domino’s Pizza quienes parece que están valorando seriamente lo de sustituir al eterno moto-pizzero por este tipo de artefactos en una versión más amable que la que habitualmente tenemos de ellos.

Aquí tienes un ejemplo de cómo podría implementarse este adelanto bautizado inicialmente como el DomiCopter.

En cuanto al comentario nutricional de esta novedad, creo que ya te lo imaginas. Que nos traigan la comida en moto o en drone hasta la puerta de casa, ya sea esta pizza, hamburguesa, comida china, mejicana, tortilla de patatas… o la que sea, se trata de la misma comida de siempre, con sus características comunes, normalmente poco estupendas. Es frecuente que en estos casos se trate de preparaciones altamente procesadas con unas propiedades poco recomendables: exceso de sal, grasas, grasas saturadas y/o trans, escasez de fibra, una relativamente alta densidad energética… vamos lo que ya te he contado en otras ocasiones.

Michael Pollan, de quién ya te he hablado en otro post, explica que para “comer comida” de verdad, de la buena, de la saludable, de la que debiera caracterizar tu estilo dietético, conviene evitar este tipo de opciones alimentarias o al menos conseguir que no sean una constante en nuestras vidas. De hecho una de sus frases más célebres pasa por decir no conviene comer comida que se diga igual en todos los idiomas del mundo (piensa en tus marcas de bebidas y snaks preferidas… o en las más odiadas) o que si lo que te vas a comer te lo sirven a través de la ventanilla de un coche, eso, no es comida. A todo esto añado yo que si te la hacen llegar a tu casa en drone (o moto) tampoco. Por lo menos como norma o de forma habitual.

Actualización: A través de Twitter Javier Salas (@javisalas) me acaba de hacer saber que al parecer este sistema de estilo drone-food-delivery ya está funcionando a pleno rendimiento en otros sitios, por ejemplo para encargar «tacos«, eso sí, la propuesta que me adjunta y que os hago llegar en este enlace es sólo para la bahía de San Francisco y se desconoce si de verdad funciona o no.

¿Qué haces tú por tu colesterol?

Estatinas_United States Government WorkSeamos sinceros: hay una conveniencia maravillosa en eso de tomarse una pastilla. Así, hacer descansar “la solución” en ellas es por lo normal mucho más fácil a priori que mejorar nuestra alimentación, hacer ejercicio o enfrascarnos en la ¿eterna? lucha contra el peso. Además, para la clase médica, con frecuencia, la solución farmacológica es también una “solución” más rápida y hasta cierto punto confiable para tratar una enfermedad, que el dedicarle un tiempo bastante valioso al tema de los estilos de vida, con el añadido de la incertidumbre de no saber hasta que punto el paciente le hará o no caso. En este sentido, la pastilla es también más cómoda.

Vivimos demasiado acostumbrados a solucionar nuestros problemas a base de pastillas y/o medicamentos sin tomar muchas veces en consideración (nosotros o nuestro profesional sanitario de confianza) que la modificación de nuestros hábitos de vida son, en no pocas ocasiones, tan o más importantes (con menos efectos secundarios, contraindicaciones, etc.) que la ayuda farmacológica. Creo que nos hemos acostumbrado demasiado fácil a recurrir a los fármacos como solución a nuestros problemas de salud. Que no se me malinterprete, los medicamentos son útiles, lo que digo es que en ocasiones quizá hagamos descansar demasiadas expectativas en algo que, a lo mejor, tiene una solución más racional, efectiva y económica.

Según la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, son diversas las enfermedades y dolencias que podrían verse muy beneficiadas por el hecho de incluir un cambio en los hábitos de vida. Cambio que puede ser observado como una herramienta terapéutica aislada o en combinación con la ayuda farmacológica. Una de ellas es el tema del colesterol.

Comer de forma saludable para reducir el colesterol malo y ejercicio para aumentar el bueno

Muestra de sangre

Normalmente los niveles de colesterol malo (LDL-col) puede disminuir en un 5% o más, al reducir de forma significativa la presencia de alimentos altos en grasa saturada en la alimentación diaria (cárnicos, lácteos ricos en grasa o enteros, etc.). Además, el alcanzar una ingesta adecuada de fibra soluble a partir de los alimentos (cereales integrales, legumbres, frutos secos y frutas) ayuda también a disminuir sus valores. Un estilo de alimentación que incluya un verdadero “dream team” de alimentos reductores de LDL-col (aquellos con esteroles vegetales, portadores de proteína vegetal y con fibra soluble) ha logrado igualar los efectos de algunos fármacos anti-LDL.

Con respecto al colesterol bueno (HDL-col), el ejercicio es probablemente la mejor manera de aumentar sus niveles. Las personas inactivas que comienzan a hacer ejercicio con regularidad han visto aumentar sus niveles de HDL hasta en un 20%. El exceso de peso, el tabaquismo y las dietas ricas en carbohidratos de fácil absorción (azúcares) no ayudan nada, más al contrario, para hacer aumentar el colesterol bueno.

Así pues, ¿A qué esperas para involucrarte en la mejora de tus estilos de vida?


Nota: Esta entrada es una opinión personal basada en la apreciación de la Harvard Medical School sobre “estado emocional y salud”, y no sustituye la consulta con un profesional de la salud. Está confeccionada sólo a título informativo y con la intención de motivar la reflexión.

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Foto 1: United States Government Work

Foto 2: widakso