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"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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La dieta macrobiótica: una perspectiva sobre su origen, postulados, riesgos y beneficios

Yin_Yang

Tocaba ya el comentar en el blog el tema de la famosa dieta macrobiótica. Lo cierto es que sin comerlo ni beberlo la semana pasada recibí tres consultas al respecto de este peculiar planteamiento dietético y, por si esta no fuera poca casualidad, un compañero me hizo llegar un video con muy poca gracia en el que se ve a los participantes de la actual edición de Masterchef en un taller de cocina macrobiótica… No sé que tendrá que ver el culo con las témporas, pero sea como fuere tanta carambola macrobiótica ha facilitado sin duda alguna este post. Voy a tratar de ser lo más aséptico posible en la descripción del asunto y de esta forma, inicialmente, acudir en la mayor parte de los casos a las fuentes que están a favor de este sistema y que por lo tanto lo promueven. Posteriormente daré mi opinión y las razones en las que la fundamento.

Origen de la Macrobiótica

Hay pocas dudas a la hora de hacer descansar el nacimiento de la cuestión macrobiótica tal y como hoy la conocemos (más o menos) en una persona concreta: George Ohsawa (1893-1966), un japonés que estableció una característica forma de comer en base al equilibrio entre el Yin y el Yang, dos conceptos de la filosofía taoísta que expresan la eterna dualidad de todo lo existente en el universo y que son al mismo tiempo fuerzas opuestas pero complementarias.

Desde una perspectiva más práctica según el análisis que realizó en 2011 el Ministerio de Sanidad sobre el estado de las terapias alternativas, la dieta macrobiótica se definió como “una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang. Se basa en la búsqueda del equilibrio físico y emocional a través de la nutrición”.

También en sentido formal la base de datos de encabezados de terminología médica define la dieta macrobiótica como: “Una forma de interpretar la nutrición fundamentada en el consumo de granos de cereales integrales, legumbres, verduras cocidas y en el principio chino Yin-Yang. Aboga por una dieta consistente en alimentos ecológicos y cultivados en proximidad a su lugar de consumo, verduras de temporada, ricas en carbohidratos complejos, a la par que menos grasas, azúcares y alimentos procesados ​​químicamente”.

En cualquier caso, los expertos en macrobiótica hacen sus interpretaciones. De este modo se expresa literalmente el propio centro (La Biotika) donde se llevó a cabo el taller de cocina macrobiótica para los participantes de Masterchef al respecto de esta filosofía de vida/alimentación:

La macrobiótica es el estudio y aplicación del Orden del Universo en la alimentación y en nuestra vida cotidiana.

Está basada en la observación y aplicación de este Orden, teniendo en cuenta la energía de los alimentos [Nota: por energía en este contexto no se entienden ni calorías ni julios… ni nada que se parezca formalmente hablando al concepto de “energía”], no de sus propiedades ya que estos al mezclarse con nuestros jugos digestivos se transforman.

El organismo utiliza la energía de los alimentos ingeridos para construir nuestras sustancias. Para mantener nuestra salud o restablecerla es necesario comer alimentos vivos como los cereales, que son alimentos con memoria y con luz. También se utilizan verduras de raíz (son las que tienen más energía) verduras de hoja de temporada y del lugar, legumbres, fruta del tiempo, excepto la naranja, que nos produce mucha acidez y está manipulada genéticamente, pescado, carne blanca, sal marina, miso, tamari y gomasio. Se evitan los alimentos extremos como la carne roja, los quesos, la charcutería, los huevos, las frutas tropicales, la miel, el azúcar, la leche, el café, las bebidas industriales y todo lo que no proceda directamente de la tierra o que haya pasado por la industria, incluida la industria dietética.

Para saber si un alimento es más Yin o más Yang hay que observar su origen, apariencia, composición, mecanismo [¿?] y finalidad. Conociendo y observando este Orden, nos convertimos en nuestros propios médicos, nos hacemos libres y no dependemos del juicio de los demás.

[…]

Para saber que nuestros riñones funcionan adecuadamente hay que observar si hacemos pipí tres a cuatro veces cada 24h y para saber que el estado de nuestro intestino es el adecuado, nuestras deposiciones tiene que ser sin olor (si hay olor hay fermentación), enteras (si se deshacen hay exceso de acidez) y que floten (si se hunden hay exceso de proteínas). Observando y aplicando este Orden, nos hacemos libres y felices [¿?].

(Ahí queda eso)

Los niveles de la dieta macrobiótica

Bien. Más allá de las interpretaciones más o menos personales de quien en España dicen ser expertos en esta filosofía, el grueso de aquellos que estudian y practican un estilo de vida macrobiótico (o “vida prologada” según su etimología ‘Macro’ = grande o largo; y ‘Bio’ = vida) reconocen que la forma de alimentación macrobiótica está jerarquizada en 10 niveles que van desde el -3 al 7, sin pasar por el cero. No he sido capaz de averiguar el porqué de esta curiosa forma de numerar diez niveles. Lo normal, digo yo, hubiera sino numerarlos del 1 al 10 (me pregunto por qué no los numeraron del -4 al 6 o del 592 al 601… solo por decir dos de entre las infinitas posibilidades)

El caso es que partiendo del nivel -3, el de iniciación, y con el objetivo de llegar al séptimo nivel 7 de máxima excelencia, el macrobiótico practicante va a tener que ir adaptando la composición de su dieta en base a las siguientes proporciones de alimentos:

Imagen1

Datos adaptados de Macrobiotic Guide

Tal y como se puede contrastar, la dieta macrobiótica además de basar sus postulados en las características Yin o Yang de los distintos alimentos (atribuciones que realiza sin guardar lógica alguna) es un patrón que tiende claramente al vegetarianismo para acabar siendo una dieta cerealista especialmente restrictiva. Así, las cinco primeras dietas (desde -3 a +2) incluyen alimentos de origen animal pero en una proporción claramente decreciente. A partir de ese punto (en las dietas +3 a +7) se prescinde de los alimentos de procedencia animal, serían por tanto veganas con cantidades crecientes de cereales. De hecho, el último peldaño dietético está compuesto exclusivamente por cereales en grano que además ni tan siquiera pueden cocinarse (si triturarse, pero tampoco demasiado).

Riesgos macrobióticos

Una buena parte de la población que conoce algo del tema macrobiótico suele asociar a este planteamiento oriental una imagen más o menos saludable sin conocer que en realidad, una vez en la autopista macrobiótica, su trayectoria conduce hacia un estilo dietético francamente restrictivo y deficitario en numerosos micronutrientes además de en proteínas, tal y como se puede contrastar con facilidad. Así, los riesgos de llevar una dieta macrobiótica a sus últimos niveles podría aumentar el riesgo con bastante probabilidad de ser deficitarias en proteínas, hierro, calcio, vitaminas A, D, C y B12; y por lo tanto aumentar el riesgo de anemia, escorbuto e hipocalcemia, entre otros. Tal es así que desde el punto de vista epidemiológico la dieta macrobiótica ya cuenta con víctimas mortales. Fallecimientos atribuibles en la mayor parte de los casos a llevar hasta sus últimas consecuencias sus postulados. Pero hay más.

Las múltiples alegaciones y propiedades que hacen descansar en la dieta macrobiótica quienes la promueven (como por ejemplo afirmar en ocasiones con no poca vehemencia que sirve para curar el cáncer) hace al mismo tiempo que aumenten las probabilidades de que determinadas personas abandonen tratamientos verdaderamente efectivos en favor de esta dieta… con su consiguiente riesgo.

Beneficios macrobióticos… y mi opinión

Veamos, prescindir del azúcar o de los alimentos que la incorporan en cantidades importantes como la miel; prescindir al mismo tiempo de alimentos procesados; no pasarse con los alimentos proteicos, en especial con las carnes rojas… hacer un uso más o menos importante de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas); priorizar el consumo de alimentos de temporada y cercanía… son mensajes con los que me he mostrado muy alineado tanto en mi vida profesional como a lo largo de muchos de los artículos de este blog. Son consejos que muchos de mis compañeros dietistas-nutricionistas darían con el fin de seguir un patrón de alimentación saludable. Sin embargo, hay víctimas colaterales (desde el punto de vista alimentario) que no tienen ni pies ni cabeza: ¿por qué se evitan las naranjas, las frutas tropicales, los huevos, etcétera?

Porque son más o menos Yang… o porque son más o menos yin… o vaya usted a saber, se me contestará. Es decir, los criterios sobre los que se construye este patrón dietético no tienen ni pies ni cabeza, no se han demostrado jamás y dudo mucho que se demuestren nunca… Déjame que te ponga un ejemplo práctico de las razones a través de las cuales se promociona este el estilo dietético. El siguiente fragmento está entresacado de uno de los libros que en la actualidad mejor acogida está teniendo en esto de la alimentación de estilo Zen (de clara inspiración macrobiótica), esta obra se llama “Revitalízate” y su autor el médico (sí, con carrera de medicina) es Jorge Pérez-Calvo:

El cereal yin (con alta carga electromagnética atrae la energía celeste yang) y al mismo tiempo su calidad yang con respecto a la tierra hace que también atraiga a la energía terrestre hacia arriba. La energía celeste por vocación llegará hasta la tierra. Así se consigue un completo flujo del chi (energía) por todo el cuerpo. Se universaliza más el pensamiento y asume una visión más holística de la realidad.

Con la carne de polaridad yang, se repele y atrae menos energía celeste. Se focaliza más la mente y se siente más atracción por lo terrestre, lo material y lo concreto. Promueve una mentalidad más materialista y menos empática con el entorno.

Es decir, poesía Zen en estado puro sin lógica alguna. En mi caso particular, si me lo hubieran vendido como que hay una tipificación de los alimentos entre aquellos que favorecen el aumento del nivel de midiclorianos y otros alimento que los disminuyen… con el fin de acercarte más al conocimiento de La Fuerza de La Guerra de las Galaxias (nada que ver con Newtons, kilopondios ni Dinas), ciertamente que un servidor hubiera quedado más complacido.

Imagen2

Ahora en serio; las recomendaciones dietéticas que se postulan desde la macrobiótica pueden ser más o menos recomendables en sus primeras etapas, pero desde luego no por sus extravagantes explicaciones que pertenecen más al terreno de lo esotérico que de la ciencia. Además, en los niveles más avanzados la dieta macrobiótica supone en mi opinión un riesgo para la salud por sus claras carencias nutricionales. Todo ello sin olvidar el riesgo que supone que a alguien con una enfermedad importante se le llene la cabeza de pájaros y termine abandonando un tratamiento efectivo y basado en la evidencia. Y es que, puestos a asumir la existencia de extrañas energías en los alimentos para construir un determinado planteamiento dietético… ¿qué nos impedirá creer en fantasías e ideaciones netamente más peligrosas? ¿cuándo una «locura» pasa de ser solo divertida a ser peligrosa??

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Imagen: digitalart vía freedigitalphotos.net y Alec Guiness caracterizado de Obi-Wan «Ben» Kenobi de http://es.starwars.wikia.com/wiki/Obi-Wan_Kenobi

24/11: Día del Dietista-Nutricionista

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Dentro de las conocidas efemérides del tipo “día mundial de… o día nacional de…” para poner de relieve distintas causas, hoy se conmemora por primera vez en España (y en el mundo) el “Día del Dietista-Nutricionista”. El nacimiento de esta propuesta surge a iniciativa de la International Confederation of Dietetic Associations (ICDA) una entidad que tal y como su nombre indica agrupa a diversas asociaciones o colectivos que a su vez agrupan a los colectivos profesionales de dietistas, nutricionistas y dietistas-nutricionistas. En España los encargados de organizar y promocionar esta jornada recae en manos del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas (CGDN) y en la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN).

Antes de continuar con el Día en sí, creo que es preciso aclarar el no poco lío que hay con respecto a la correcta nomenclatura de este profesional en diversos países. En España, que nos toca más cerca, se denomina “dietista-nutricionista”, y no de otra forma, al profesional universitario que según recoge la Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias (LOPS 44/2003)

Desarrolla actividades orientadas a la alimentación de la persona o de grupos de personas, adecuadas a las necesidades fisiológicas y, en su caso, patológicas de las mismas, y de acuerdo con los principios de prevención y salud pública.

Sin embargo, este profesional en otros países se denomina “dietista” o “nutricionista” a secas. Una circunstancia relativamente curiosa ya que, por ejemplo en el Reino Unido, los dietitians (dietistas) son reconocidos como profesionales sanitarios y, sin embargo, los nutritionists (nutricionistas) son asumidos como una especie de advenedizos en este terreno sin mayor respaldo académico y con ideas y propuestas muchas veces descontextualizadas y más que cuestionables, tal y como reconoce Ben Goldacre en su muy recomendable libro Mala Ciencia.

Volviendo al tema… El Día Mundial del Dietista-Nutricionista surge de la necesidad de promover esta profesión a lo largo y ancho de todo el mundo. Entre los principales objetivos de la ICDA y dentro de su plan estratégico está incluida la creación de una jornada mundial donde el dietista-nutricionista sea el principal protagonista. Y España es el país en el que se ha decidido realizar su proyecto piloto. Si bien la ICDA ha establecido que a partir de 2015 hará coincidir esta jornada con el Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre) en España se ha considerado, con bastante acierto en mi opinión, que dado el impacto que tiene en el panorama mundial el Día de la Alimentación, el hacerlos coincidir empañaría o dejaría en un notable segundo plano las reivindicaciones propias del día del dietista-nutricionista.

Sea como fuere los objetivos de esta jornada son: Promocionar la profesión del dietista-nutricionista en la población; divulgar sus habilidades entre los ciudadanos y las administraciones gubernamentales; promover su reconocimiento como un profesional cercano y capaz de ayudarle en su alimentación diaria y contribuir a la nutrición comunitaria y salud pública a través de mensajes relacionados con la educación alimentaria de la población.

En este sentido y en relación con el último de los objetivos en este primer día del Dietista-Nutricionista se ha elegido un tema candente para acercarnos a la población, cáncer y nutrición, sin mitos, con el que poner de relieve tanto el importante papel que podría desempeñar este profesional en este tipo de patología, así como hacer destacar a día de hoy su ausencia (y lo que te rondaré morena) en la sanidad pública. España es el único país de nuestro entorno en el que esto sucede.

Para ello, además de los carteles, materiales informativos y demás, se ha puesto en marcha una campaña en la que de forma altruista distintos dietistas-nutricionistas ofrecerán sus servicios de forma gratuita y durante tres meses a través de una primera consulta para aquellos enfermos de cáncer que quieran acceder a este profesional. Así, los pacientes de cáncer que así lo deseen pueden solicitar esa consulta con el Dietista-Nutricionista más próximo a su lugar de residencia y que se haya sumado a esta iniciativa en este enlace.

Por último, puedes informarte de los eventos programados para este día siguiendo este enlace; también puedes descargar y consultar el materia específicamente diseñado siguiendo este otro; o más en general conocer todos los aspectos de este día y del profesional protagonista en este enlace.

Con sinceridad no puedo decir otra cosa más que me gusta mucho esta campaña ya que ya va siendo hora que se considere como se merece y se le de el protagonismos que le corresponde a este colectivo profesional del que formo parte. De todas formas si hay algo que me gusta de veras es el eslogan: 100% dietistas-nutricionistas.

Por cierto, si quieres seguir o mencionar este evento en las redes sociales, se ha propuesto el siguiente hashtag #DíaDN.

A propósito del lema de este día (Nutrición y Cáncer, sin mitos) igual te interesa consultar: Cáncer, alimentación y actividad física: recomendaciones

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El horno microondas (1): su seguridad al usarlo con alimentos

MicroondasMe resulta llamativo el contrastar como algunos ciudadanos con una formación académica más que notable siguen teniendo un miedo (ellos dicen “respeto”) irracional al uso del horno microondas en el ámbito de una cocina. Como digo no son pocas las personas que tienen este tipo de temor infundado sobre el microondas y, me da igual si me pilla, pero he citar que entre esas personas que así me lo han comentado recientemente figura un amigo médico: “antes muerto que dejar que en mi casa entre un microondas y nos provoque un cáncer a toda la familia”… tal cual, me decía el otro día. Antes de responder directamente al titular, veamos cómo funcionan estos aparatos y porqué terminan calentando la comida.

El funcionamiento de un horno microondas

Antes de llegar a los hornos domésticos, es preciso saber que las microondas como tal son ondas de radio de alta frecuencia no ionizante. Las microondas han tenido y aun conservan una utilidad clásica en la difusión de señales de televisión, funcionamiento de los radares así como en las telecomunicaciones, en especial las señales de telefonía móvil. Además, las microondas también se emplean en diversas áreas de la industria para procesar materiales, en medicina para el tratamiento por diatermia y en las cocinas para la preparación o calentamiento de alimentos.

En relación con los alimentos y la posibilidad de calentarlos a partir de la incidencia sobre ellos de las microondas habrá que observar el contenido en agua en estado líquido en esos aliemntos. Muy en resumen, las microondas “agitan” o hacen vibrar las moléculas de agua contenidas en los alimentos, de forma que “chocan” y rozan entre ellas. Cuando digo vibrar… igual no te haces idea de hasta que punto las moléculas de agua “vibran” (que funcionan para la ocasión como dipolos, es decir, tienen una parte claramente cargada de forma negativa y otra positiva) cambiando de orientación unas 2,4 mil millones de veces en un segundo. La fricción generada entre todas las moléculas de agua (similar a la producida cuando nos frotamos las manos) es la que a la larga genera parte de la energía aportada en forma de calor y termina, por conducción, calentando el resto de zonas del alimento o del recipiente que lo contiene.

A continuación puedes ver un muy ilustrativo vídeo al respecto (contiene subtítulos en castellano; si al principio no los ves puedes activarlos en el menú “opciones” del youtube). Por cierto, el caso práctico con el que ilustra la longitud de onda de su micoondas calentando queso rallado para la ocasión solo “funciona” sin que gire el plato de la base.

En síntesis, las moléculas de agua vibran y giran cuando las microondas «inciden» sobre ellas y la fricción entre las moléculas agua al moverse provoca el calentamiento que se transmite al resto de componentes del alimento por conducción (conducción, como en un horno tradicional o en las placas de tu cocina).

¿Es seguro el horno microondas?

En palabras de la propia Organización Mundial de la Salud:

Los alimentos cocinados en un horno microondas son tan seguros y tienen el mismo valor nutritivo, como los alimentos cocinados en un horno convencional. La principal diferencia entre estos dos métodos de cocina es que la energía del microondas penetra más profundamente dentro del alimento y reduce el tiempo en el que el calor es conducido a todo el alimento, reduciéndose de esta forma el tiempo total de cocción.

Es más, la propia OMS aclara de forma explícita que:

Con el fin de desterrar algunos falsos mitos al respecto del uso del horno microondas es importante darse cuenta que el alimento cocinado en un horno microondas no se convierte en “radioactivo”. Ni ninguna energía de microondas permanece en la cavidad o en el alimento después de que el horno microondas se haya apagado. En este sentido, las microondas actúan como luz; cuando el interruptor de la luz se apaga, la luz no permanece.

Así que ni radiactivo, ni cancerígeno, ni venenoso… más que nada por la propia definición de microondas: radiación de alta frecuencia no ionizante.

Mañana continuaremos con el tema del microondas y hablaremos en el segundo capítulo del peligro real que hay en su uso cuando se calienta agua (solo agua) en determinadas circunstancias. Peligro de quemaduras por salpicadura… nada misterioso por otra parte.

Actualización 1/10/2014: Ayer en Twitter @El_Reflejo me hizo llegar este interesante post publicado en el blog “Desayuno con fotones” al respecto también de los mitos sobre el uso del horno microondas.

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Imagen: Praisaeng vía freedigitalphotos.net

Barbacoas y cáncer: ¿cuánto hay de cierto?

Barbacoa

El verano es uno de los momentos del año en el que más barbacoas y alimentos preparados a la brasa se suelen hacer. No obstante sobre esta particular forma de preparar los alimentos descansa una metafórica espada de Damocles al respecto del riesgo que tiene su consumo en relación con el aumento del cáncer. Los elementos que principalmente se encuentran detrás de esta posible relación tienen nombre y apellidos y se llaman: aminas heterocíclicas e hidrocarburos aromáticos policíclicos.

¿Qué son las aminas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos?

Se trata de dos familias de compuestos químicos que se forman con especial facilidad cuando se exponen las proteínas de no importa qué alimento, aunque lo más probable es la de aquellos típicamente proteicos (carnes y pescados de cualquier tipo) a altas temperaturas, en especial por tanto cuando se cocina a la plancha, a la brasa o directamente sobre la llama. Su formación depende por tanto de la forma de cocinar, del tipo de alimento que en cada momento empleamos, del tiempo y de la temperatura alcanzadas.

¿Por qué se dice que son cancerígenos?

En esencia porque en modelos animales su consumo se ha asociado a diversos efectos adversos para la salud, en concreto promoviendo daños en el material genético y por consiguiente aumentando el riesgo de desarrollar un cáncer. Tal es así que la mayor parte de colectivos sanitarios recomiendan disminuir en lo posible su exposición. No obstante, también parece más o menos claro que hay una cierta susceptibilidad interpersonal en la forma que estas sustancias pueden afectarnos que depende de diversas variantes genéticas (vuelta otra vez a la nutrigenética y nutrigenómica).

Sin embargo, a partir de los estudios poblacionales no se ha terminado por establecer una conexión definitiva entre la exposición a aminas heterocíclicas y a hidrocarburos aromáticos policíclicos presentes en los alimentos cocinados a la brasa y el cáncer en los seres humanos. De todas formas, otros estudios más detallados en los que se ha previsto la participación de diversos elementos confusores que pudieran alterar los resultados finales han encontrado que un consumo elevado de carnes asadas, fritas o a la barbacoa estaba asociado a un mayor riesgo de padecer distintos tipo de cáncer, más en concreto de colon, páncreas y próstata.

¿Cómo se puede prevenir la presencia de estas sustancias en los alimentos?

Según este interesante artículo reducir la formación de este tipo de sustancias se podría lograr:

  • Evitando exponer la carne directamente a la llama, la brasa o a una superficie caliente de metal, además de reduciendo el tiempo de los alimentos en esas circunstancias.
  • Dando vueltas a los alimentos de forma continua sobre la fuente de calor, en contraposición a dejar el alimento sobre dicha fuente de calor sin voltearla con frecuencia.
  • Eliminando antes de comer aquellas partes del alimento carbonizadas y ennegrecidas.
  • Adobando la carne con marinadas ricas en elementos antioxidantes tales como hierbas aromáticas, especias y algunas bebidas fermentadas (vino y cerveza de forma típica). Algunas investigaciones apuntan a que este tipo de recursos culinarios reducirían la formación de estas sustancias.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Imagen: tiverylucky vía freedigitalphotos.net

Consumo de alcohol, cáncer y salud cardiovascular según la OMS (de nuevo)

Comentaba en la entrada de ayer la publicación de un nuevo informe del Organización Mundial de la Salud al respecto del consumo de bebidas alcohólicas y su impacto sobre la salud.

Es probable que si no has tenido el tiempo o la ocasión de echarle un ojo al informe completo te interese conocer qué hay de nuevo al respecto de algunos de los temas más candentes que afectan a la salud cuando del consumo de este tipo de bebidas se trata. En concreto lo que se refiere al impacto del alcohol, su origen, cantidad, forma de consumirlo y demás al respecto del cáncer y la enfermedad cardiovascular. Así pues…

Opinión de la OMS (2014) sobre alcohol y cáncer

En la página 12 del informe en cuestión se puede leer textulamente:

Se ha identificado el consumo de alcohol como cancerígeno en los siguientes tipos de cáncer: oral, nasofaringe, faringe, orofaringe, laringe, esófago, colon, recto, hígado y mama en mujeres. Además, es probable que cause cáncer de páncreas. A mayor consumo, más aumenta el riesgo de todos estos tipos de cáncer, teniendo en cuenta que incluso un consumo tan bajo como el de una bebida o menos al día implica el aumento significativo de algunos tipos de cáncer, como por ejemplo el cáncer de mama en las mujeres.

Opinión de la OMS (2014) sobre alcohol y enfermedad cardiovascular

La relación entre el consumo de alcohol y las enfermedades cardiovasculares es compleja. El efecto cardioprotector beneficioso de niveles bajos de consumo de bebidas alcohólicas para la enfermedad isquémica coronaria y el ictus isquémico desaparecen en el momento que hay ocasiones en las que se produce un consumo elevado. Por otra parte, y con independencia de la pauta de consumo [moderada vs elevada] el consumo de alcohol implica efectos perjudiciales sobre la hipertensión, la fibrilación auricular y el accidente cerebrovascular hemorrágico.

Todo ello sin mencionar otras enfermedades (neuropsiquíatricas, gastrointestinales, infecciosas…) para las cuales el consumo de alcohol (en relación o no con el patrón de consumo) implica un aumento importante del riesgo… y por no hablar de otras circunstancias que propicia su consumo en relación con la posibilidad de causar lesiones voluntarias (suicidio, violencia…) o involuntarias (accidentes de tráfico, laborales, etc).

Así pues, en mi opinión, el mensaje ha de ser claro:

A la hora de encontrar razones para argumentar el consumo de bebidas alcohólicas, deja la salud a un lado. Desde una perspectiva integral, y por este motivo, no se puede justificar.

Quizá te interese consultar:

El efecto del alcohol sobre la salud. La opinión de la OMS

¿Sabes si eres alcohólico?

Bebidas alcohólicas y salud: ¿Buena o mala relación?

¿Quién dice que la cerveza es buena para la salud?

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Nota: En otros blogs también se da cuenta de esta postura (incómoda para algunos) que refiere que en lo que respecta a la salud, no hay cantidad de alcohol, por pequeña que sea esta, que sea más beneficiosa que no beber alcohol. Si quieres puedes echarle un vistazo a este post de Julio Basulto ( ) en el blog Comer o no comer

Telómeros, restricción calórica y ratones… tras el elixir de la vida ¿eterna?

Telomere

Boquiabierto y emocionado me quedé el pasado lunes en la Universidad de Valencia cuando asistí a una magnífica e impecable conferencia de Dña. María Blasco, bióloga molecular de altura, actual directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y que está en la élite de su especialidad al respecto de las investigaciones en materia de cáncer, longevidad, enfermedades degenerativas, etcétera.

Antes de continuar he de advertir que la entrada de hoy poco tiene que ver con las cuestiones nutricionales en sí mismas (algo sí), pero es que, ya se sabe, la cabra tira al monte y mi biológica formación me impide pasar por alto esta interesante información y quiero compartirla con vosotros.

Telómeros y esperanza de vida

Para hablar de estas cuestiones hay que trasladarse al mundo de los cromosomas (esos pequeños corpúsculos celulares que agrupan en los genes toda nuestra información genética). Pues bien, los telómeros, serían unas secuencias repetitivas de ADN dispuestas en los extremos de esos cromosomas a modo de casquillo. Los telómeros ofrecen varias singularidades, entre ellas, dos de las más llamativas son: que ese material de ADN que los constituye no es codificante, es decir, no forma parte de los genes y por lo tanto no es portador de “información genética”; y la otra, que los telómeros se van acortando de forma progresiva con cada división celular. De esta forma parece bastante claro que los telómeros son como una especie de mecha encendida que se consume a medida que se producen divisiones celulares y que su acortamiento, asociado de modo indefectible con el envejecimiento, determina la muerte celular y, entre otras posibles patologías, el cáncer. Por resumir, en un mismo individuo este verá acortarse el tamaño de los telómeros de sus cromosomas a medida que gana años. O dicho al revés, el tamaño de los telómeros parece determinar la esperanza de vida, así como el debut de las principales enfermedades crónicas a una determinada edad.

Telomerasa en ratones

Pues lo más asombroso de este asunto viene al conocer uno de los interesantes estudios de la Dra. María Blasco: Telomerase gene therapy in adult and old mice delays aging and increases longevity without increasing cancer (La terapia génica con telomerasa incrementa la longevidad sin incrementar el cáncer en ratones adultos y viejos) que por encima se explica ya muy bien en le título. En este estudio se consiguió aumentar la vida media de ratones viejos y adultos a base de tratarlos con telomerasa, y todo ello sin incrementar el riesgo de cáncer. ¿Y qué es la telomerasa? Te estarás preguntando. Pues “sencillamente” se trata de una enzima que permite el alargamiento de los telómeros. Para entender un poco mejor las implicaciones de este estudio y sus limitaciones y posibilidades te invito a que veas (en inglés) este breve vídeo explicando el estudio. Tal y como hizo resaltar la propia María Blasco en su conferencia, estamos ante un buen indicio de un conocimiento que podría abrir la puerta a futuras investigaciones sobre la esperanza de vida, el cáncer y otras enfermedades crónicas en el caso de los seres humanos.

 ¿Y qué tiene que ver esto con la alimentación?

GeneBueno, la primera cuestión que vino a mi cabeza durante la conferencia fue lo mucho que nos queda por saber… y no digamos controlar. Resulta que a día de hoy la mayor parte de las cuestiones de dominio general relacionando estas enfermedades con nuestro bagaje genético es precisamente la información genética como tal dentro de nuestros genes. Genes que tienen tal o cual expresión y efecto (nutrigenética) y que se expresan (o no) en base a determinados condicionantes ambientales, entre ellos la alimentación (nutrigenómica) y además, en base a esto plantear determinados análisis genéticos… de dudosa fiabilidad. Y ahora, va y resulta que al parecer, gran parte de la solución de este genético puzzle, está fuera de esos genes.

Y la segunda, una importante pista al respecto del efecto de la restricción calórica que tantas veces se ha puesto de manifiesto al plantear que en cierta medida esa restricción calórica podría alargar la esperanza de vida de un ser vivo o, al menos, estirarla dentro de unos márgenes. Con este contexto puesto de relieve en diversos modelos animales, el equipo de la propia Dra. María Blasco ha puesto de manifiesto que la restricción calórica, de nuevo en ratones, se ha correlacionado con una disminución en la “erosión” de los telómeros de estos ratones. En este estudio, Telomerase reverse transcriptase synergizes with calorie restriction to increase health span and extend mouse longevity (Efecto sinérgico de la restricción calórica y la telomerasa transcriptasa inversa a la hora de incrementar la salud y la longevidad en ratones) se puso de manifiesto un aumento de la expresión de las mencionadas telomerasas en el marco de la restricción calórica, traduciéndose todo ello en una mayor longevidad y salud en esa vida de los ratones… ¡Sorprendente!

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Nota: Tuve el placer de disfrutar de esta conferencia cuando la Asociación de Estudiantes de Nutrición Humana y Dietética de Valencia (ADINU Valencia) me invitó, junto a otros compañeros, a ofrecer una charla a los próximos graduados de esta titulación y futuros compañeros dietistas-nutricionistas en el marco de su X #CongresoAniversario. Ni que decir tiene que esta invitación supuso una gran satisfacción. Fue todo un placer compartir una jornada con todos estos compañeros, desvirtualizarme con muchos de ellos a los que solo “conocía” a partir de las redes sociales, reencontrarme con tantos otros, etcétera. Es imposible mencionar a todos así que, desde aquí, solo puedo agradecer a todos ellos y de forma genérica el calor con el que fui recibido y los buenos momentos vividos.

ADINU Valencia

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Este post participa en la XXX Edición del Carnaval de Biología que acoge Activa tu Neurona

XXX Carnaval de biología

 

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Imágenes: SamuliliNational Institutes of Health vía Wikimedia Commons

Ganoderma lucidum o reishi, língzhī… ¿la seta anti cáncer?

Eric Steinert (Wikimedia Commons)

Eric Steinert (Wikimedia Commons)

Con el nombre científico de Ganoderma lucidum se conoce un hongo saprófito de gran tamaño sobre el que se hacen descansar innumerables beneficios para la salud basados en la milenaria medicina china y oriental. Así, esta seta se conoce con distintos nombres en función del país que se trate: en chino recibe el nombre de língzhī, en japones reishi y en coreano yeongji.

Este post responde a la duda de una seguidora en twitter que me preguntaba mi opinión al respecto de este artículo y de las múltiples alegaciones salutíferas que al parecer se desprenderían de su uso.

Lo cierto es que el uso del hongo en cuestión es de los que más trayectoria tiene en los planteamientos de la medicina tradicional china. Además de ello no son pocos los estudios científicos publicados al respecto de su, teóricamente, probada efectividad en la curación y tratamiento del cáncer además de en las dolencias circulatorias, cuestiones inmunitarias, etcétera. Sin embargo…

Lo que dice el consenso sobre el uso del G. lucidum en el cáncer 

El tema del cáncer, como bien sabes, es un motivo de creciente preocupación en nuestro entorno, en especial porque supone una causa de mortalidad importante. Además de las perspectivas una vez diagnosticado, los pacientes tienen que hacer frente a los efectos secundarios de los tratamientos habituales: la radio y la quimioterapia. En estas circunstancias no pocas personas vuelven su mirada hacia tratamientos basados en la medicina complementaria y alternativa. En principio, este sería el caso de lo que ocurre con el G. lucidum cuyos extractos se suelen utilizar dentro de la medicina tradicional china como un suplemento para fortalecer el sistema inmunológico. Sin embargo, la evidencia clínica de su eficacia es escasa y se necesita de más estudios para proporcionar una información convincente de sus posibles beneficios más allá de la tradición.

La Librería Cochrane publicó en 2012 una revisión de los datos relativos a la utilidad de G. lucidum en el tratamiento del cáncer concluyendo que no se encontraron pruebas de la utilidad de este hongo en el tratamiento de primera línea de esta dolencia. En este documento, se afirma que a día de hoy no hay mayores evidencias que demuestren que el uso de G. lucidum suponga una mayor supervivencia a largo plazo en los pacientes diagnosticados de cáncer. No obstante, teniendo en cuenta su potencial para mejorar la respuesta tumoral y la estimulación de la inmunidad de los pacientes G. lucidum podría ser administrado como un tratamiento complementario junto al convencional. Al mismo tiempo, se detectaron escasos efectos adversos de poca importancia (insomnio, nauseas…) en su uso.

Para finalizar, esta revisión sostiene que en el futuro se debería mejorar la calidad metodológica y la investigación clínica de los próximos estudios en este terreno. En especial, porque las principales limitaciones de esta revisión radican, en primer lugar, en que la mayoría de los estudios contaban con una muestra pequeña y ofrecian dudas  sobre su calidad metodológica. En segundo lugar, porque todos los participantes de los distintos ensayos fueron reclutados entre la población china. Por todo ello, en resumen, facilita que la solidez y la aplicabilidad de estos resultados no sean todo lo deseables que deberían para terminar por sacar una conclusión más contundente.

Por su parte la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha dado respuesta a tres consultas referentes al potencial efecto beneficioso de los extractos de G. lucidum en el bienestar general, en el control del colesterol y en el fortalecimiento del sistema inmune. En todos los casos la respuesta de la EFSA fue la misma: con los datos disponibles no se puede establecer una relación de causa y efecto entre el uso de G. lucidum y las alegaciones anteriormente sugeridas.

Así pues, esto es lo que hay. De momento. Porque si parece que en este terreno podría haber una, al menos, interesante línea de investigación. No sé si decir prometedora, pero desde luego sí interesante, tal y como apunta la American Cancer Society, por lo menos en relación al cáncer de próstata.

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Nota: Quiero agradecer encarecidamente a María José Alonso (‏@mjalonso001) la documentación aportada en forma de enlaces, entre la que es preciso también citar este monográfico sobre las cualidades farmacológicas de los principales principios activos de G. lucidum o al menos de los más estudiados. Y por su puesto a Mercedes López Sánch(@mercedesls66) que alentó el debate sobre este tema y dio pie en una conversación de tuittera a una especie de trabaja cooperativo sin organizarnos previamente (@RaquelBlascoR, @SusanaGregorioM, @gbagaria75, @dietaporter…)

El consumo de carne procesada parece relacionado con el aumento de la mortalidad

Carne picada_psgreen01Apenas dos o tres post atrás hablaba que no hace falta promocionar entre la población general el consumo de carne roja, y menos aun el de la procesada.

Afortunadamente la actualidad investigadora sale al encuentro de los argumentos que uno usa y, antes de que se enfríe el tema, aporta nuevos datos que apoyan tales tesis.

La muy reciente publicación la semana pasada de un artículo sobre el consumo de carne y mortalidad en la población europea ha llegado en el mejor momento para los intereses de mi línea argumental.

En el mencionado estudio se han se observado los hábitos de alimentación de casi 450.000 personas adultas (con edades comprendidas entre los 35 y 69 años) en 10 países europeos durante dos décadas. Más en concreto, en este estudio se persiguió el objetivo de examinar la asociación entre el consumo de carne roja, carne procesada y aves de corral; con el riesgo de muerte prematura, todo ello dentro de la Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC) en la que participa España.

¿Quieres saber cuáles fueron algunos de los resultados? De modo telegráfico:

1. En la población en estudio un alto consumo de carne procesada se relacionó de forma moderada con una mayor mortalidad por cualquier causa.

2. Más en concreto, el consumo de carne procesada se asoció con un mayor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

3. Tanto los varones como las mujeres que consumían más carne roja o más carne procesada tuvieron, en general, un menor consumo de frutas y verduras, frente a aquellos otros que consumían menos cantidad de carnes y derivados.

4. Entre los varones de este grupo (grandes consumidores de carne) el nivel de formación académica no era tan alto como en aquellos otros que consumían menos carne. Además, también dentro de este grupo había una mayor concentración de fumadores y el consumo de alcohol fue mayor.

5. Sin embargo, cuando en ambos sexos se considera el grupo caracterizado por ser los que más carne de ave consumen, en especial pollo, se observó un mayor consumo de frutas y verduras.

También es preciso reconocer que, en contraste con otros estudios realizados sobre estas mismas cuestiones pero entre la población norteamericana, este estudio no encontró una mayor asociación entre el consumo de carne roja (fresca) y un aumento de la mortalidad total.

El estudio también se hace eso de los posibles confusores, entre los que destaca, sin dudas, el posible efecto del hábito tabáquico. Recordemos que se trata de un estudio observacional, con una muestra importante sí, pero con las limitaciones propias de su diseño.

Por último quiero trasladarte la conclusión principal del estudio que me parece bastante elocuente y muy en la línea de este otro post:

Los resultados de este estudio sugieren que tanto los hombres como las mujeres con un alto consumo de carnes procesadas se enfrentan a un mayor riesgo de muerte prematura, más en concreto debido a las enfermedades cardiovasculares y también al cáncer. Así, la reducción del consumo de carne de este tipo a menos de 20 gramos al día podría evitar más del 3% de estas muertes. Ya que el consumo de carne procesada es un factor de riesgo ciertamente modificable, las distintas actividades que tengan como objetivo la promoción de salud deberían incluir recomendaciones específicas conducentes a la reducción del consumo de carne procesada.

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Foto: psgreen01

Cáncer, alimentación y actividad física: recomendaciones

Hoy 4 de febrero se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer y este blog no va a mostrarse indiferente. Son frecuentes las preguntas de los ciudadanos relativas a la implicación de los estilos de vida en el riesgo de padecer las distintas formas de esta enfermedad, así como la implicación de los hábitos mencionados en el pronóstico de los pacientes ya diagnosticados.

En este sentido la World Cancer Research Found y el American Institute for Cancer Research tienen publicado un documento bastante esclarecedor sobre las evidencias el respecto de la implicación de las cuestiones relativas a la alimentación, el estatus ponderal y la actividad física con el cáncer.

Antes de comenzar con las recomendaciones, me parece muy interesante que le eches un vistazo a esta matriz en la que se presentan las conclusiones sobre la solidez de las pruebas científicas que vinculan desde el punto de vista causal los alimentos, la nutrición y la actividad física con el riesgo de cáncer en las localizaciones consideradas, y con el aumento de peso, el sobrepeso y la obesidad (puedes pinchar sobre la imagen para hacerla más grande y verla en el documento original en la página 370 del documento pdf que se te abrirá)

Summary of ‘convincing’ and ‘probable’ judgements

Bien, y ahora las recomendaciones concretas sobre las personas y basadas en la evidencia para la prevención del cáncer que, además, en la mayor parte de los casos son extensibles a los pacientes ya diagnosticados.

Recomendación 1: sobre el peso corporal

  • Procure asegurar que el peso corporal durante la niñez y la adolescencia se proyecte hacia el límite inferior del intervalo de variación del IMC a los 21 años.
  • Mantenga el peso corporal dentro de los márgenes normales de variación a partir de los 21 años.
  • Evite los aumentos de peso y el aumento de la circunferencia de la cintura durante toda la vida adulta.

Recomendación 2 : sobre la actividad física

  • Realice una actividad física de intensidad moderada, equivalente a una caminata enérgica durante al menos 30 minutos diarios.
  • A medida que el estado físico mejora, procure realizar 60 minutos diarios o más de actividad física de intensidad moderada, o bien 30 minutos diarios o más de actividad física intensa.
  • Limite los hábitos sedentarios tales como mirar televisión.

Recomendación 3: sobre alimentos y bebidas que promueven el aumento de peso

  • Consuma pocos alimentos de alta densidad energética.
  • Evite el consumo de bebidas azucaradas.
  • Consuma poca “comida rápida”, o evítela del todo.

Recomendación 4: sobre los alimentos vegetales

  • Consuma por lo menos cinco porciones diarias (como mínimo 400 g) de una variedad de hortalizas no feculentas y frutas.
  • Consuma cereales (granos) y leguminosas (legumbres) relativamente sin elaborar con cada comida.
  • Limite el consumo de alimentos ricos en almidón refinado.
  • Las personas que consumen raíces y tuberosas feculentas como alimentos básicos también deben asegurarse una ingesta suficiente de hortalizas no feculentas, frutas y leguminosas (legumbres).

Recomendación 5: sobre los alimentos de origen animal

  • Las personas que se alimentan regularmente con carnes rojas deben consumir menos de 500 g por semana, con una mínima proporción (o ninguna) de carnes procesadas

Recomendación 6: sobre la bebidas alcohólicas

Recomendación 7: sobre la preparación, elaboración y conservación

  • Evite los alimentos conservados en salazón o salmuera, y los que tienen mucha sal; prepare las conservas sin recurrir al procedimiento de salarlos.
  • Limite el consumo de alimentos elaborados con sal añadida para asegurar una ingesta menor a 6 g (2,4 g de sodio) al día.
  • No consuma cereales (granos) ni leguminosas (legumbres) contaminados por hongos.

Recomendación 8: sobre los suplementos alimentarios

  • Para prevenir el cáncer no se recomiendan los suplementos alimentarios. (Nota: en la justificación de esta recomendación se hace constar que: “Las pruebas científicas demuestran que dosis altas de suplementos nutrientes pueden proteger contra el cáncer, pero también pueden causarlo. Los estudios que muestran tales efectos no guardan relación con el uso extendido entre la población general, en la que el equilibrio entre los riesgos y los beneficios no puede predecirse en forma confiable. Una recomendación general de consumir suplementos para la prevención del cáncer podría tener efectos adversos inesperados. Es preferible aumentar el consumo de nutrientes importantes incorporando a la dieta habitual alimentos que los contengan)

Recomendación especial 1: sobre la lactancia materna

Recomendación especial 2: sobre los pacientes ya diagnosticados

  • Todos los sobrevivientes de cáncer deben recibir atención nutricional de un profesional competente.
  • Si pueden, a menos que hayan recibido indicaciones en contrario, procurarán seguir las recomendaciones dadas sobre alimentación, peso saludable y actividad física (Nota: Es decir las mismas hasta aquí vertidas para su prevención)

El documento de donde se han sacado estas recomendaciones es, en mi opinión, muy completo y puedes disponer de él al completo en este enlace. Si estás verdaderamente interesado te aconsejo que lo estudies con detenimiento. En él se encuentran detalladas todas las evidencias que han llevado a aportar estas recomendaciones y su justificación.

Después de ver este super resumen de este documento, sesudo donde los halla, mira a ver cuánta diferencia hay con esta entrada de hace un año en “Tres consejos en seis palabras”. Pues eso.

Por último, recuerda que las causas de los distintos tipos de cáncer son diversas, y la alimentación y la actividad son solo dos de ellas.

Bebidas alcohólicas y salud: ¿Buena o mala relación?

El tema de la salud «a taves de» o «con» las bebidas alcohólicas es una cuestión controvertida, es decir, distintos sectores de la comunidad científica sostienen posturas contrapuestas. Por un lado, están los que opinan que las bebidas alcohólicas fermentadas (más típicamente vino y cerveza, aunque se pueden incluir algunas más) aportan considerables beneficios en base a su efecto fundamentalmente sobre la salud cardiovascular, y por el otro aquellos que, sin negar este posible efecto beneficioso, observan todos los efectos de este tipo de bebidas, incluidos los potencialmente negativos, es decir, los riesgos, y concluyen que en ningún momento compensa el hacer promoción de la salud a partir del consumo de bebidas alcohólicas. Es decir, en estos casos se sostiene que los posibles beneficios no compensan en magnitud los posibles riesgos y por tanto no se debe fomentar en ningún caso su consumo utilizando la salud como ariete. Para que no queden dudas, yo pertenezco a este último grupo.

Dentro del primer grupo, los que promueven o alientan su consumo, al menos hay un consenso a la hora de establecer la frecuencia y cantidad de la ingesta alcohólica y normalmente se suele hablar que los posibles beneficios derivan de un consumo moderado, sea lo que la expresión “moderado” quiera decir, ya que en esto no hay tanto consenso. Al mismo tiempo también en este colectivo suele ser asumido que los beneficios se obtienen con las bebidas fermentadas de «baja graduación» y no así con los destilados, aguardientes y demás de mayor grado alcohólico.

Bien, como ya me he retratado y supongo que me darán hasta en el carnet de identidad dentro de los comentarios de esta entrada, quiero decir que esta no va a ser ni mucho menos la única entrada al respecto de esta cuestión y ya que soy un claro defensor de la NO promoción de la salud a partir del consumo de bebidas alcohólicas, sean las que sean y en la cantidad que sea, hoy voy a abrir mi línea argumental. A ver si hay suerte y encuentro entre los comentarios alguien que piensa como yo, porque haberlos haylos.

 

Dicho esto y para abrir boca , hoy quiero traer a colación un reciente artículo publicado en la revista Annals of Oncology consistente en un meta-análisis (esa clase de estudios que reportan una evidencia científica más sólida) titulado: “Light alcohol drinking and cancer: a meta-analysis” (Consumo de alcohol en pequeñas cantidades y cáncer: Meta-análisis) y que pueden consultar al completo en este enlace. No voy a entrar en más detalles que aquellos que se refieren a las conclusiones después de haber analizado en este trabajo 222 estudios que abarcan una población de más de 92.000 sujetos denominados “light drinkers” o bebedores de alcohol “escasos”. Pues bien, la conclusión es clara:

El consumo de alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades, aumenta el riesgo de padecer  cáncer de la cavidad oral, faringe, esófago y mama

A lo mejor va siendo hora de que incluso los que defienden el consumo de alcohol por cuestiones de salud en cantidades moderadas se replanteen su posicionamiento.

Por cierto, en el apartado de “conflicto de intereses” los autores manifiestan que no tienen conflictos de esta clase en relación con el tema abordado. Algo que no sé si muchos de los autores de los trabajos en los que las bebidas alcohólicas salen bien paradas pueden decir.

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Foto: Brandon Koger