El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Quién es quién entre los desórdenes de la conducta alimentaria

Sin el ánimo de hacer una descripción detallada al respecto de lo que se conoce como desórdenes o trastornos de la conducta alimentaria, creo que vendría bien hacer un repaso a la importante cantidad de términos que suelen estar implicados en estas situaciones. De todas formas, antes de empezar, es preciso aclarar que no todos los que en este post se van a citar tienen el mismo grado de reconocimiento y aceptación por parte de la comunidad sanitaria. Si bien unos cuantos son asumidos como verdaderos trastornos y por tanto tienen una clínica bien definida que sirve para su diagnóstico; otros términos no gozan de ese estatus y, bien o mal, es la población general y algunos profesionales sanitarios los que con más frecuencia alude a ellos.

De cada uno se podría hacer un tratado al respecto de las causas, factores desencadenantes y facilitadores, tratamiento, etcétera. Sin embargo, mi intención con este post consiste únicamente en mencionarlos y definirlos brevemente para que cada uno tenga claro qué es qué cuando se oye hablar de ellos. Vamos a ello:

Anorexia (anorexia nervosa)

anorexia

No creo que haga demasiada falta definirla, pero por si acaso, la anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que consiste en la reducción deliberada de la ingesta de alimentos con motivos puramente estéticos fruto de una distorsión de la imagen propia. Sus complicaciones pueden ser muy severas, asociadas a la desnutrición, hasta el punto de poner en riesgo la vida del paciente. La anorexia se diagnostica según la Sociedad Americana de Psiquiatría de acuerdo a los siguientes criterios:

  • Peso inferior al 15% del correspondiente a la edad y la altura, así como la no ganancia de peso durante el desarrollo/crecimiento,
  • Marcado temor a aumentar de peso a pesar de la insuficiencia ponderal persistente,
  • Alteración en la percepción de la propia figura,
  • En mujeres, falta de tres períodos consecutivos, sin otro motivo que lo explique; y en el caso de los varones trastornos de la función sexual.

Una variante poco académica de la anorexia como tal es la conocida como anorexia atlética, un trastorno frecuente en deportistas de disciplinas cuyos practicantes, normalmente, son de bajo peso (gimnasia rítmica, patinadores… por ejemplo)

Bulimia (bulimia nervosa)

Se trata de un trastorno alimentario caracterizado por la ingesta compulsiva de alimentos coincidente al mismo tiempo con conductas “purgativas” tales como vómitos auto inducidos, uso de laxantes, o ejercicios extenuantes. A diferencia de la alimentación compulsiva como tal, y que veremos más adelante, la bulimia no necesariamente implica obesidad del paciente. Es más, una persona con bulimia puede incluso aparentar delgadez extrema. Los criterios diagnósticos para la bulimia según la según la Sociedad Americana de Psiquiatría son:

  • Episodios reiterados de atracones caracterizados por la elevada ingesta de alimentos en un corto espacio de tiempo,
  • Sensación de falta de control sobre la ingesta del alimento (sensación de no poder dejar de comer),
  • Uso recurrente de conductas compensatorias anormales para prevenir el aumento de peso, tales como vómitos auto inducidos, abuso de laxantes, diuréticos, enemas, ejercicio físico intenso, etcétera,
  • Autopercepción influida principalmente por la figura y el peso.

 Trastorno alimentario compulsivo o Binge eating

Un tema que ya se abordó en un post anterior. Con este término se entra en un terreno complicado ya que algunos autores consideran este trastorno alimentario compulsivo como una variante de la bulimia. Otros se empeñan en diferenciarlo de aquella y argumentan que en el caso de pacientes con bulimia sus comidas son por lo general más abundantes, más desequilibradas e incluso que la cantidad de las calorías consumidas son menores… todo ello con respecto al patrón típico de personas con trastorno alimentario compulsivo. En mi opinión, la principal diferencia, de haber alguna, radica en la presencia de conductas compensatorias posteriores y en la obsesiva preocupación por la propia imagen, circunstancias que no tienen por qué coincidir en los casos de binge eating y sí en los de bulimia.

Trastorno del comedor nocturno

Este trastorno con nombre de súpervillano de la Marvel es, en mi opinión, una variante del anterior pero con algunas características propias: Implica hiperfagia por la noche asociado a un estado de ánimo depresivo que se agudiza precisamente en ese momento de la jornada, es decir, por la noche . Habitualmente implica falta de apetito por las mañanas y excesos nocturnos hasta completar más del 50% de las calorías ingesta diaria de calorías más tarde de las 19:00 y además suele estar asociado a cierto insomnio.

Trastorno del sueño relacionado con la alimentación

Puede parecer lo mismo que el caso anterior, pero no. En esta ocasión se trata de un trastorno del sueño (parasomnia) y consiste en la presencia recurrente de episodios de ingestas (de mayor o menor volumen) tras haberse despertado en mitad de la noche de un sueño ya conciliado y, esto es importante, habitualmente con amnesia. Es decir, que el paciente suele no acordarse de lo acontecido. Otra circunstancia característica es que las personas en esta situación pueden incluso ingerir artículos que no son comestibles con el consiguiente riesgo, inmediato, para su salud.

Trastorno alimentario-emocional

Este sería el caso de aquellas personas que comen como reacción ante distintas circunstancias o estados de ánimo, normalmente estrés o aburrimiento. La comida, piensan, les ayuda a aliviar la tensión acumulada o a mejorar su estado anímico. El aburrimiento es un estado emocional frente al que la cantidad de alimento consumida es claramente mayor que frente a otros estados de ánimo. Además, en estos casos suelen abundar alimentos claramente negativos, tales como dulces, bebidas alcohólicas, aperitivos salados, “refrescos”… es decir y en general, comida basura.

Pregorexia (pregorexia nervosa)

Se trata de un término relativamente novedoso y aberrante que se dio a conocer allá por 2005 descrito como aquel comportamiento de algunas mujeres embarazadas que se preocupan por controlar de forma enfermiza su peso tratando de no ganar ni un solo kilo. Son frecuentes las dietas extremadamente bajas en calorías y la actividad física intensa. En cualquier caso siempre “soluciones” destinadas a prevenir el aumento de peso. Ni que decir tiene los riesgos asociados de esta práctica tanto para la salud de la madre como para la del feto. Podría ser clasificado como la anorexia, pero parece que hay ciertas diferencias: a pesar de que los motivos pueden ser los mismos (mantener la figura delgada) según algunos autores, los orígenes psicológicos son diferentes.

Vigorexia

O el trastorno de Adonis. Se trata de un trastorno que genera comportamientos obsesivos al respecto de obtener una figura ideal, arquetípica, pero no a partir de la delgadez, como sería el caso de la anorexia, sino a través de la masa muscular. Fue descrita por vez primera por Pope et al., 1997 y sus rasgos más destacados son:

  • Insatisfacción inicial con la apariencia física,
  • Entrenamiento físico intensivo,
  • Dieta rigurosa y estricta así como el control del peso corporal,
  • Inclusión en no pocas ocasiones de sustancias anabolizantes anabólicos,
  • Cierta dificultad o alejamiento en las relaciones interpersonales.

Ortorexia

Otro de los trastornos no tipificados en la literatura médica y que ya se trató con más profundidad en otro artículo anterior. Se trata de un trastorno caracterizado por una excesiva preocupación por la salud a través de la alimentación con la aceptación en la mayor parte de los casos de conceptos erróneos o distorsionados sobre nutrición. Desde un punto de vista etimológico consiste en el “apetito lo correcto” o comer lo correcto. Este tipo de pacientes pueden excluir alimentos de su dieta por considerarlos poco “puros” (ante la posibilidad de haber estado expuestos a herbicidas, pesticidas o sustancias artificiales) y suelen preocuparse de forma excesiva por las técnicas culinarias, por los materiales utilizados en la cocina, etcétera. Esta obsesión les lleva a una pérdida de las relaciones sociales y afectivas, en resumen a una insatisfacción que, a su vez, favorece que se vuelquen aún más en esa preocupación obsesiva por la comida. Originalmente, los pacientes pretenden mejorar su salud, tratar una enfermedad o perder peso… pero al final el asunto alimentario se les va de las manos, convirtiendo la dieta en el eje de sus vidas.

Sea como fuere te recomiendo que si te has visto reflejado en alguno de estos perfiles o conoces a alguien que “encaja” en ellos en mayor o menos medida, que te pongas en manos, lo primero, de un profesional médico especializado en estas cuestiones. Si bien el dietista-nutricionista puede formar parte del equipo multidisplinar en el tratamiento de estos pacientes, sin lugar a dudas los profesionales de referencia son el personal médico y los psicólogos. En cualquier caso, siempre profesionales especializado en estas materias.

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Imagen: vía Wikimedia Commons

El atracón con nombre y apellido: Trastorno alimentario compulsivo o “binge eating”

Binge eating_Katie AndersonAlgunos trastornos de la conducta alimentaria son bien conocidos por la población general, me refiero a la anorexia nerviosa y a la bulimia nerviosa. Sin embargo, en este campo existen otros trastornos que no son tan conocidos y/o que al mismo tiempo no tienen diagnóstico sencillo. En todos los casos se trata de enfermedades psiquiátricas caracterizadas por una alteración persistente de los hábitos de alimentación o de las conductas del control del peso que se suelen acompañar de una alteración importante de la salud física y psicológica.

En este terreno, uno de esos trastornos menos conocidos es el conocido como trastorno alimentario compulsivo (TAC) o en inglés “binge eating desorder”. En esencia, los pacientes aquejados de él se caracterizan por realizar atracones similares a los observados en los casos de bulimia nerviosa pero sin que posteriormente se ejerzan conductas compensatorias desproporcionadas tras dichos atracones.

Si te estás preguntando si tú sufres de un trastorno alimentario compulsivo, has de saber que uno de los criterios diagnósticos es que estos atracones se repitan con una frecuencia de al menos una vez a la semana durante un periodo de 3 meses. Otra de las características es que a pesar de no ejercer maniobras compensatorias como en el caso de la bulimia el paciente con TAC suele presentar un sentimiento de culpa, disgusto e incluso depresión tras los atracones. Al mismo tiempo y a pesar de esos sentimientos se suelen sentir impotentes a la hora de evitar que se repitan. En resumen, el trastorno alimentario compulsivo se caracteriza por la presencia de atracones sin mayor control asociados a tres o más de estas circunstancias:

  • Comer más rápido de lo normal. Llegado este punto considero que el definir “más rápido de lo normal” no sería ninguna tontería. Está claro que la rapidez extrema será fácilmente identificable, pero ¿dónde esta el límite?
  • Comer hasta sentir malestar causado por la plenitud.
  • Comer grandes cantidades de alimentos cuando no hay una sensación física de hambre.
  • Comer solo o a escondidas debido al sentimiento de vergüenza originado por el volumen de comida que uno come.
  • Sentirse disgustado con uno mismo, muy deprimido o extremadamente culpable después del atracón.

Cierto es que yo no tengo una visión objetiva de la población en relación con estos temas ya que, al final, por mi desempeño profesional tengo más contacto con un determinado sector de la población. Sin embargo, me da la sensación que el trastorno alimentario compulsivo está más presente de lo que nos imaginamos. Sin ir más lejos los pacientes con TAC suelen presentar sobrepeso,  llegando a estimarse que hay una prevalencia del TAC entre el 15 y el 50% de las personas que participan en programas de control del peso. Si tenemos en cuenta que cerca del 53% de la población española tiene sobrepeso u obesidad y que gran parte de ella suele embarcarse en estrategias conducentes a la pérdida de peso, es bastante probable que existan más personas con TAC que las que a bote pronto pudiera sospecharse.

Binge eating nocturno_    xJason.Rogersx

Una “variante” no poco infrecuente dentro de este trastorno la constituyen las personas que además sufren del conocido como síndrome de alimentación nocturna, cuando los atracones o parte de ellos se realizan después de haber cenado y antes del desayuno, normalmente de madrugada. Es posible que este síndrome dependa en cierta medida del interés del paciente por comer solo o a escondidas, al tiempo que no es infrecuente que este tipo de pacientes presente también algún tipo de trastorno del sueño.

En cuanto al abordaje del tratamiento es complejo como suele ocurrir en el caso de todos los trastornos de la conducta alimentaria. Según la American Psychiatric Association el tratamiento del TAC ha de ser siempre individualizado teniendo en cuenta las circunstancias concretas de cada paciente. Si estas en duda sobre si sufres de TAC o crees que un familiar o amigo cercano lo puede padecer, ponte en contacto con tu médico de cabecera; él sabrá derivarte hacia un mejor consejo a la hora de enfrentarse con el trastorno. De todas formas existen tres grandes campos de intervención, muchas veces complementarios. Por un lado el del tratamiento psicoterapéutico (individual o en grupo); una segunda área sería el asesoramiento nutricional y dietético y, además estaría la posibilidad de usar medicación.

En lo que respecta al área que más afecta a los dietistas-nutricionistas la opinión de la Academy of Nutrition and Dietetics norteamericana es clara y la puedes ver en este enlace Nutrition Intervention in the Treatment of Eating Disorders, que a modo de resumen afirma que:

El asesoramiento nutricional por parte de un dietista-nutricionista acreditado, es un componente esencial en el equipo de tratamiento de los pacientes con anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y otros trastornos de la alimentación tanto durante su evaluación como en el tratamiento a través de la continuidad en los cuidados del paciente.

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Esta entrada participa en la III Edición del Carnaval de la Nutrición, organizado por el blog Scientia

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Foto 1: Katie Anderson

Foto 2: xJason.Rogersx