El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Bye bye love…

Señoras, señores… hasta aquí hemos llegado. Se acabó. Este vuestro servidor al que habéis dejado colarse en vuestros ordenadores, en vuestras tablets y en vuestros smartphones a través de esta casa, 20minutos, casi a diario desde hace más de tres años y medio, cambia de aires.

Han sido 847 post publicados (con este 848) a lo largo de 1.348 días; es decir, un post cada día y medio o cada 38 horas. Que se dice pronto. Eso es mucho tute. Por lo menos para quién ni tan siquiera hizo prácticas de estas cosas y se arrojó un buen día a los leones. Os diré que en lo que a dedicación se refiere, prefiero hacer las comidas y las cenas de todo un día que hacer “el post del día”, desde luego en tiempo os aseguro que saldría más rentable (y eso que el hacer una cosa no me ha eximido de la contraria y viceversa. Aunque eso sí, el tema de la minuta doméstica lo he compartido con mi santa). Dejo a los lectores valorar la calidad media de las entradas pero sea la que buenamente os parezca, he de decir con el corazón en la mano que no me ha resultado tan fácil como “abrir el grifo” y dejar caer el artículo (además de escoger los recursos gráficos, maquetarlo, colgarlo, programarlo, atender los comentarios etcétera). Por cierto, el número de comentarios publicados en esas 847 entradas ha rozado los 11.000

ByeEs importante decir que, en cualquier caso, no he sido yo el que ha tomado esta decisión sino que ha sido el propio medio. El caso es que 20minutos cambió de manos a principios de este verano, siendo adquirido por el Grupo Heraldo, un grupo de edición de prensa líder en Aragón (tienes más información en este enlace). Sea como fuere esta refundación del medio ha cursado con bastantes cambios conducentes hacia un nuevo proyecto editorial; y tal y como parece, un servidor, al igual que otros compañeros y vecinos de blog, no tenemos hueco de momento en esos planes de futuro. Por las razones que sea.

Haciendo un breve balance personal, esta oportunidad de la que he disfrutado se salda con un enorme beneficio para mi persona: he aprendido ese tipo de cosas que no se enseñan en las universidades bien sea con el roce de los compañeros de 20minutos o bien con esa constancia y esa labor investigadora, casi detectivesca, que he necesitado para muchos de los artículos. Algo a lo que antes no estaba acostumbrado.

Es absolutamente imprescindible en estas circunstancias mostrar y verbalizar mi agradecimiento a todas aquellas personas que tanto me han ayudado de forma directa. Verdaderamente resulta imposible dotar a una palabra tan simple como “gracias” de la magnitud que me gustaría trasladar. En cualquier caso allá voy: Arsenio, Miguel, Fernando,Virginia, Jaime, José Antonio… os debo una, muchas gracias por todo, de veras.

En esta relación de compañeros me he dejado aposta a Melisa… Para ti, de verdad te lo digo, no hay palabras con las que expresar tu profesionalidad y amabilidad personal.

Por último me quedas tú, querido lector y lectora, que sea por al razón que sea has entrado durante estos años a leer lo que me apetecía contarte, que lo has considerado interesante, o no y me lo has hecho saber con educación, que te ha entretenido, o te ha ayudado, o te ha descubierto algo en algún sentido… verdaderamente esto sin vosotros no hubiera sido posible. Me habéis aportado ideas en twitter, en Facebook, en los comentarios o de viva voz cuando hemos tenido la suerte de ponernos cara y ojos; me habéis alentado, corregido y reprimido… y yo gracias a eso soy mejor, o al menos esa sensación tengo. En mi correo y en el timeline de mis redes sociales, pero más en mi corazón, guardo mensajes de apoyo y agradecimiento absolutamente insuperables. Gracias de todo corazón.

Decía antes que me iba con pena, y es cierto, pero por aquello de que no hay mal que por bien no venga, no vayas a creer que el camino de “El nutricionista de la General” acaba aquí. No, ni mucho menos. Ahora seguirá con el mismo rumbo que un día decidió emprender, con sus defectos, pero también con sus virtudes… y ahora por su cuenta. Ahora, cuando “El nutricionista de la General” quiera nombrar con todas las letras una conocida marca de refrescos conocida por vender agua con gas azucarada (o edulcorada) de color marrón, podrá hacerlo con toda la tranquilidad del mundo… o al menos asumiendo los riesgos que él solo quiera asumir. Seguiré con las secciones más o menos consolidadas, destriparé la publi más insolente de alimentos, pondré en su sitio a las decenas de tonto-suplementos alimenticios del mercado y, en definitiva, trataré de informar de la mejor forma posible de todas aquellas noticias y avances relativas al mundo de la nutrición, todo ello sin olvidar el buen rollo inherente al acto alimentario… y divulgativo.

Para ello, estoy trabajando en una página web que alojará el blog “El nutricionista de la General” amén de otros contenidos. Además y como de costumbre, podrás encontrarme en twitter (@juan_revenga), Facebook (https://www.facebook.com/juan.revenga.9)… y como no en NAUKAS. Aunque tengo la confianza de que a buen seguro coincidiremos en más sitios.

Lo dicho, espero que te haya sido de provecho este banquete y que ahora te toca digerir… rápido, que en breve vuelvo con más platos.

¡Salud!

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Imagen: Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Árbol de decisiones para distinguir rápidamente “comida” de lo que no lo es

Cráneo_carro de la compra

No es infrecuente que cuando conducimos un carro de la compra busquemos alimentos y productos “complicados”, con alegaciones o mensajes especialmente técnicos, que en materia de nutrición nos “solucionen” la vida o anestesien nuestra conciencia tras hacer elecciones más o menos inconvenientes. Sin embargo, como bien sabes, yo soy más de hacer las cosas mucho más sencillas, y es que considero que con lo que hoy sabemos de estas cuestiones, el mensaje que ha de prevalecer es el sencillo, frente al complicado.

Por este motivo he confeccionado este esquema para facilitar las cosas en el momento de hacer la compra. En realidad, aunque parece muy enrevesado, no tiene nada de complicado. Es más, creo que se podría resumir estupendamente con aquella elocuente sentencia que invita a que comamos «comida» o, más bien, solo de aquellos alimentos que nuestras abuelas identificarían fácilmente como comida.

Es preciso aclarar que este esquema no es infalible y si se le buscan las cosquillas, se le encuentran sin demasiada dificultad, ahora bien, creo que en esencia este es el mapa que yo recomendaría usar a todo el mundo usar a la hora de decidir qué comprar para comer. Esta característica, aderezada con un toque de humor, es su esencia.

Árbol de decisión para la compra

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Imagen: thaikrit vía freedigitalphotos.net

El omega 3 y tus genes pueden ser amigos… si eres esquimal

EsquimalesTrataré de ser breve para quienes no conocen el trasfondo de la historia. En la década de los años 70, en plena paranoia anti grasa (principalmente por su relación con la enfermedad cardiovascular) un grupo de investigadores daneses contrastaron que una población concreta, los inuit, un pueblo de esquimales de las regiones Árticas, mantenían una salud cardiovascular más que aceptable a pesar de que su dieta consistía casi en su totalidad en alimentos de origen animal (cetáceos, focas y peces principalmente) además de la práctica ausencia de alimentos de origen vegetal. Ni que decir tiene que su consumo de grasa era especialmente alto y que esta tenía un origen animal. En principio nada halagüeño para el pronóstico que en aquella época les hubiera hecho cualquier cardiólogo. Sin embargo y como decía, sorpresivamente su sistema cardiovascular gozaba de buena salud. Esta historia es bastante más larga y tiene interesantes recovecos pero por aquello de abreviar, digamos que las características de aquellas grasas que consumían, en principio tan malas, se revelaron en el marco de los estudios que te contaba en protectoras por su riqueza en los hoy ya mundialmente conocidos como ácidos grasos polinsaturados del tipo omega 3.

Así y desde entonces, y aunque hubo que vencer ciertas inercias, este tipo de ácidos grasos especialmente presentes en la grasa de animales acuáticos se han presentado como una especie de bálsamo de fierabrás para infinidad de situaciones patológicas, muy en especial para todo el abanico de enfermedades cardiovasculares.

No obstante y a día de hoy, los supuestos efectos beneficiosos que habíamos depositado jubilosamente en este tipo de grasas se han venido desvaneciendo poco a poco a golpe de estudio. Así, en 2015, la evidencia que respalda la utilidad de esta clase de suplementos es muy limitada (y no soy más contundente por aquello del beneficio de la duda)… algo que de momento no se ha reflejado en las ventas de esos gili-suplementos que aún están en plena efervescencia.

Digo que lo que se ha disipado como la niebla de verano ha sido la utilidad de los suplementos de aceite de pescado ricos en omega 3. Te lo contaba en esta entrada la semana pasada. Pero, este verano, además también hemos asistido a la debacle de los omega 3 cuando se ha contrastado que su suplementación no es eficaz a la hora de proteger del deterioro de la función cognitiva en personas de edad avanzada, aspecto que era como la última boya para poder defender lo indefendible al respecto de la utilidad de estos suplementos . Es decir, la suplementación con omega 3 ha sido, por decirlo sin rodeos, un auténtico bluf (otros dirían caca-de-la-vaca, pero eso me parece ir demasiado lejos).

Entonces, ¿y los esquimales?

¿Qué era lo que protegía a los esquimales de enfermar llevando aquella dieta tan poco ortodoxa en relación a la occidental? Pues sencillamente, esos omega 3 ya que para ellos sí que tienen efecto. ¿Pero por qué a ellos sí y a nosotros no? Esta es la pregunta del millón, y un reciente estudio parece que ha dado con la clave y supongo que a estas alturas del cuento ya te estarás imaginando la respuesta. La clave es, de nuevo, el genoma. Otra vez los factores nutrigenéticos saltan a la palestra y se convierten en protagonistas (ojo, que no he dicho nutrigenómicos, aunque en el terreno de las intuiciones personales déjame decirte que yo apostaría a que también están implicados). Si quieres tener una idea básica de las diferencias entre estos dos términos, te sugiero que visites esta entrada.

En este estudio recientemente publicado, Greenlandic Inuit show genetic signatures of diet and climate adaptation (Los Inuit de Groenlandia presentan particularidades genéticas relacionadas con la alimentación y la adaptación al clima) se puso de manifiesto que la población Inuit ha desarrollado adaptaciones genéticas únicas para la metabolización de los omega 3 y otros ácidos grasos. Al mismo tiempo, esas variantes genéticas tendrían mostrarían alteraciones fenotípicas (visibles, patentes) en la morfología corporal de este pueblo, favoreciendo una talla y un peso medios relativamente bajos.

En pocas palabras, un ejemplo más de cómo una misma dieta puede tener diferentes efectos en diferentes personas en virtud de su genoma. Una vez más se vuelve a poner de manifiesto la importancia que tendrá en el futuro (insisto, en el futuro) la posible personalización dietética basada en variantes genéticas particulares.

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Nota: Mi agradecimiento a un buen compañero de mis años más mozos en la universidad David de Lorenzo, un biólogo especialista en nutrigenómica, al que te recomiendo que sigas en este enlace @daviddelorenzo.

Además, si quieres profundizar más en esta cuestión, te sugiero que eches un vistazo a este fantástico post de Francisco R. Villatoro (@emulenews) compañero en Naukas

Imagen:  National Geographic Magazine, Volume 31 vía Wikimedia commons

¿Es seria la alergia al apio?

apioSí, y que nadie tenga la menor duda al respecto. De hecho, el apio es una de las causas más frecuentes entre las alergias alimentarias con una especial incidencia en ciertos países europeos. Por ejemplo, se estima que en Suiza y Francia entre el 30 y el 40% de los pacientes que padecen algún tipo de alergia alimentaria son alérgicos al apio, y que cerca del 30% de aquellas reacciones anafilácticas más severas son debidas a este alimento o a sus alérgenos. Los síntomas de la alergia al apio comprenden reacciones orofaríngeas locales y en algunos casos manifestaciones más graves que tal y como ya he mencionado incluyen la anafilaxis sistémica potencialmente mortal.

Como puedes contrastar me refiero a la alergia de verdad… no a esa visceral aversión que padecen algunos, no poca gente, a la hora de llevarse cualquier cosa verde a la boca.

Que el apio pueda producir alergias, o mejor dicho, contenga alérgenos, se puede contrastar consultando la legislación al respecto de las sustancias o productos que los fabricantes o envasadores de alimentos están obligados a incluir en la información facilitada al consumidor (el ya conocido RE 1160/2011). De esta forma, en el anexo II encontramos al “apio y productos derivados” ocupando el noveno lugar de esa lista de elementos susceptibles de causar alergias o intolerancias y que por tanto es obligado declarar su inclusión en el etiquetado cuando proceda.

Apio ketchup

El caso es que además de poderse aplicar uno directamente sobre el apio fresco al añadirlo a una exquisita ensalada ensalada Waldorf o al zumo de tomate preparado, el apio además puede llegara tu boca como ingrediente en una importante cantidad de productos alimenticios que la industria pone a nuestra disposición. Se utilizan en para aromatizar diversas salsas, carnes procesadas, platos preparados, condimentos, caldos, algunas bebidas alcohólicas y no alcohólicas, productos horneados, goma de mascar, algunas grasas y aceites, caramelos blandos, sopas, gelatinas, etcétera.

En la imagen de la derecha queda reflejado como se distribuyen los sobrecitos de una famosa marca de kétchup en una conocida cadena de hamburgueserías. Si te fijas (y he de reconocer que fue algo que me llamó poderosamente la atención) solo se incluyen dos datos sobre este alimento, su fecha de consumo preferente y que contiene apio. Esto es así (sin lista de ingredientes ni información nutricional, entre otras cosas) porque según la normativa anteriormente mencionada, cuando el envase cuya mayor superficie sea inferior a 10 cm2, como es el caso, solo es obligatorio mostrar:

La denominación del alimento; todo ingrediente o coadyuvante tecnológico que figure en el anexo II o derive de una sustancia o producto que figure en dicho anexo que cause alergias o intolerancias […] (de ahí la mención expresa al apio); la cantidad neta del alimento y su fecha de duración mínima o fecha de caducidad.

Aunque así visto la información en el sobrecito de kétchup parece que el apio fuese algo parecido al cianuro… pero no.

¿Alergia? Pero de qué demonios me estás contando!

¿Alergia? Pero qué demonios me estás contando!

Alergia… ¿al apio?

Pues sí. Aunque por estas latitudes no es muy frecuente, a diferencia de otras regiones como en Centroeuropa en dónde es más frecuente encontrarse con ciudadanos susceptibles al apio, este tipo de alergia es relativamente habitual y es preciso prestarle la misma atención que a las alergias ocasionadas por otros alimentos. Pero antes de continuar retrocedamos para aportar un poco de información general al respecto de las alergias alimentarias.

Se considera “alergia alimentaria”:

Al conjunto de reacciones adversas a alimentos, debidas a su ingestión, contacto o inhalación, de patogenia inmunitaria comprobada. Solo se produce en algunos individuos y puede ocurrir después de la toma de muy pequeñas cantidades del alimento y no se relaciona con ningún efecto fisiológico o fisiopatológico propios del mismo

Tal y como ya se ha hecho constar infinidad de veces en este blog, el término “alergia alimentaria” se ha venido utilizando mal y de forma abusiva, para referirse incorrectamente a cualquier reacción adversa a un alimento o aditivo alimentario. No es el propósito de este post el entrar en demasiados detalles sobre el tema genérico de las alergias, pero es necesario decir que no es el alimento en su conjunto el que provoca la alergia en el sujeto predispuesto sino que esas reacciones alérgicas son desencadenadas por elementos concretos presentes en alimento, en cualquier caso todos ellos responden a una misma naturaleza química, son proteínas o de glicoproteínas. Son estos elementos particulares y no otros los que en el alimento se denominan alérgenos y que son los verdaderos causantes de la alergia.

¿Cuáles son los alérgenos del apio?

Son diversos los alimentos que dentro del grupo de las frutas y verduras pueden presentar alérgenos susceptibles de ocasionar una respuesta inmunitaria exagerada en personas predispuestas (es decir, de manifestar alergia)… pero entre las hortalizas, el apio (Apium graveolens) tiene un interés particular dada la facilidad con la que puede llegar a provocar estas reacciones. En realidad sus alérgenos son similares a los contenidos en el polen de abedul… por lo que es probable que este tipo de personas presenten alergia a ambos elementos (así como a la artemisa, zanahoria, cilantro, perejil y eneldo entre otros) alimentos con los que además se puede presentar reactividad cruzada. En líneas generales se pueden citar seis alérgenos característicos en el apio, numerados de forma correlativa del 1 al 6 como Api g1, Api g2, Api g3… etcétera. Tienes información más concreta sobre la naturaleza de estos alérgenos en este documento de la EFSA sobre alergias (página 159)

Interesante esto que cuenta el nutricionista, no crees?

Interesante esto que cuenta el nutricionista, no crees?… Sip

¿Qué hacer si se tiene o se sospecha tener alergia al apio?

Tal y como decía son varias las respuestas alérgicas que puede presentar una persona predispuesta cuando tiene algún tipo de reacción a esta familia de alérgenos, ya tengan origen alimentario o no. En concreto y sobre el apio, además de evitar el contacto y consumo de apio fresco, la persona afectada deberá de leer las etiquetas de todos los productos alimenticios buscando la información sobre alérgenos. Si por la razón que fuera no estuviera presente en el momento de compra o adquisición del alimento (por que el alimento se vende a granel, el envase es especialmente pequeño…) el interesado tiene el derecho a que se le facilite este tipo de información que en cualquier caso habrá de estar a disposición de los consumidores.

Entre la información que se puede encontrar en internet sobre este tema (bastante dispar) hay quien sostiene que cocinar el apio disminuye o incluso hace desaparecer su potencial alergénico, lo cual es un error. Si bien es cierto que en determinadas circunstancias y para determinadas personas esto puedo funcionar en cierta medida, el principio de precaución invita a desestimar esta recomendación ya que hay estudios que han contrastado que incluso a bajas dosis se pueden provocar respuestas de alérgica local (con 0,7g de apio) y sistémicas (1,6g de apio) ya sea con el apio crudo o cocinado. Sin que además se descarte que algunas personas puedan reaccionar a dosis aun menores.

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Nota: Mi agradecimiento otra vez (esto empieza a ser una costumbre… bonita) a Miguel Lureña (No dejes de visitar su muy recomendable blog: Gominolas de petróleo) y sus reflexiones que me han ayudado a confeccionar este post.

Imagen: Tiia Monto vía Wikimedia Commons y giphy.com

La mala alimentación está detrás de los principales problemas de salud y fallecimientos

Se puede decir más alto pero no más claro:

Una dieta que consista en tener un bajo aporte de fruta, verdura, alimentos integrales y fibra… y que al mismo tiempo sea generosa con las carnes rojas, la sal y el azúcar (y los alimentos que la incluyen como ingrediente) es en la actualidad un elemento modificable y perteneciente a los llamados estilos de vida que se ha revelado, de nuevo, como crucial a la hora de establecer el riesgo de muerte prematura.

Esta es una de las múltiples conclusiones que se pueden extraer del estudio recientemente publicado en The Lancet titulado Global, regional, and national comparative risk assessment of 79 behavioural, environmental and occupational, and metabolic risks or clusters of risks in 188 countries, 1990–2013: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2013 (en resumen: el coste mundial de la enfermedad) y que tienes a tu disposición para consultarlo entero en el anterior enlace. Te lo digo porque como viene siendo habitual con The Lancet, se agradece sobremanera la cantidad y calidad de información incluida en sus publicaciones.

Esqueleto manzana

Esta publicación resume un estudio en el que se examinó la esperanza de vida en 188 países (entre 1990 y 2013) en base a 79 factores de riesgo. Y, como te decía Los factores de riesgo dietéticos, incluyendo el bajo consumo de frutas, verduras, cereales integrales, nueces y semillas tienen uno de los mayores impactos en las causas de muerte temprana antes de alcanzar las expectativas.

Junto con la dieta como elemento modificable más importante en nuestras vidas, hay que ser consciente que más de la mitad de todas las muertes que se producen mundialmente en un año son atribuibles a esos factores en los que tenemos margen de maniobra: comer una cosa u otra, beber alcohol o no, fumar o no, etcétera. Pero repito, la lectura ha de ser clara: son las dietas mal planificadas el elemento aislado que más problemas ocasionan en nuestra salud.

El informe observa algunas diferencias importantes al respecto de las causas de muerte en virtud del país del mundo que se considere. No obstante, el consumos de alcohol, el sobrepeso, el consumo de tabaco, la contaminación del aire, la potabilidad del agua y la alimentación se rifan en general los primeros puestos a la hora de ostentar el dudoso privilegio de ser la principal causa de fallecimiento en virtud de la zona geográfica observada.

En lo que respecta a España, los principales factores de riesgo ordenados de 1 a 10 son:

A modo de anécdota creo interesante hacer destacar que España es el único país de su entorno europeo en el que el exceso de peso ocupa este ignominioso primer lugar… una situación que si se repite sin embargo en países de Sudamérica y de Oriente próximo.

Bien, ya lo sabes, comer mal nos pone enfermos y nos termina matando, y tener exceso de peso también… amén de otros factores que como puedes ver son modificables y que está en tu mano el optimizarlos. Ahora depende de ti el ponerte manos a la obra para tratar de mejorar.

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Nota: Mi agradecimiento, de nuevo, a Hector Lousa (@HectorLousa ) por hacerme llegar este importante artículo

Imagen: artur84 vía freedigitalphotos.net

Etiquetado de alimentos: lo obligatorio, lo voluntario y las novedades (en infografías)

Manzana información nutricionalRonda por ahí una frase lapidaria que asevera que la información es poder. De ahí, supongo, que el 90% de los consumidores lea las etiquetas de los alimentos en el momento de la compra: un 65% afirma leerlas siempre y un 25% dependiendo del producto. Estos son los datos que se desprenden de un estudio llevado elaborado en el mes de marzo por Consumolab.

Nos gusta, digo yo, tener el poder… al menos de decidir si compramos o no un determinado alimento en virtud de la información que su fabricante nos hace llegar en su etiqueta.

Por esta razón y por el peligro que en cierta medida subyace de que nos den gato por liebre, la administración pública (en este caso principalmente la europea) se esfuerza para que esa información sea coherente, accesible y dé respuesta a las necesidades del consumidor. La última gran reforma referente al etiquetado de los alimentos entró en vigor el pasado mes de diciembre de la mano del  Reglamento Europeo 1169/2011 Sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, y te lo conté en esta entrada.

Lo cierto es que con el reglamento nuevo o sin él pocas cosas parece que han cambiado a ojos del consumidor medio tal y como pone de relieve el estudio mencionado que afirma que, al menos para el mes de marzo de este año, tan solo el 39% de los encuestados manifestó haber notado cambios en el etiquetado tras la entrada en vigor del RE 1169/2011… Espera, espera… Houston tenemos un problema:

¿No leía el etiquetado el 90% de los consumidores? Pues según esta confrontación de datos, cerca de un 51% de los consumidores que leen las etiquetas… las leen, pero por lo que se ve se enteran de bastante poco.

Para qué nos vamos a engañar, encontrar la información sensible que a cada uno le resulte relevante, poderla leer sin dificultad e interpretarla de la forma adecuada no es fácil y para buena parte de la población, desentrañar la información del etiquetado supone un auténtico galimatías… de hecho lo contrasto cada año con mis alumnos cuando, aun después de la correspondiente clase, no son pocos los que se siguen sin aclarar, sin encontrar la información o sin hacer una lectura ajustada tras la utilización de varias etiquetas comunes que podemos encontrar en cualquier supermercado. ¿Será que no nos enteramos de lo que está claro o que la norma sigue sin facilitar un etiquetado claro? Ahí lo dejo.

No obstante eso no quita para que nuestras autoridades sanitarias, en este caso a partir de la AECOSAN, se esfuercen para hacer llegar al consumidor las claves de un adecuado etiquetado, bien para que puedan acceder a él conociéndolo, bien para que ante cualquier irregularidad puedan tomar las medidas que estimen oportunas. En este sentido desde hace unos pocos días la AECOSAN ha puesto a disposición de los ciudadanos una web en la que explica qué puede y que no puede esperar el consumidor del etiquetado… siempre y cuando estemos ante un producto que en este sentido cumpla la actual legislación.

Así, bajo el título genérico de ‘El etiquetado cuenta mucho’ se despliegan una serie de contenidos que ponen en alza el valor de la nueva legislación e instruye al consumidor sobre la misma:

Y a mí, en líneas generales me parece fenomenal. Ahora bien, puestos a hacer esta página informativa, me hubiera gustado encontrar un apartado en el que con toda la racionalidad del mundo se afrontaran nuevos retos, dudas a resolver en el futuro, asuntos pendientes, etcétera que tiene la actual legislación sobre etiquetado. Ojo que no estoy hablando de que se critique lo hasta ahora hecho, pero sí que en un ejercicio de honestidad bien entendida se aportara la perspectiva de nuestras autoridades al respecto de temas candentes en la materia. Uno de los más importantes, desde mi punto de vista es por ejemplo el tema de las grasas trans. Y es que mientras medio mundo civilizado está enfrascado en una guerra abierta para su prohibición (ojo, que no digo declaración de su presencia en el alimento) aquí y de momento, no existe obligación alguna de mencionarlas en el etiquetado.

Por último, otro de los aspectos que necesita un repasito, es el tema del control. Me refiero a que me parece muy bien que haya un cuerpo legal que apueste por unas determinadas obligaciones… pero hay que hacerlas cumplir. Y es que en el terreno del etiquetado se siguen viendo muchos disparates e incongruencias (antes y después de la entrada en vigor del mencionad RE 1169/2011). De poco sirve tener tanta ley si no se hace cumplir o si las sanciones no son ejemplarizantes. Parece que en esta tarea de denuncia sobre los desmanes en el etiquetado las que llevan el grueso de esta pesada tarea son las asociaciones de consumidores.

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Imagen: Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Incluir nutrientes “clave” es percibido como más saludable que comer comida

Lo reconozco, el nutricionismo es uno de mis caballos de batalla. Esta corriente puede también denominarse como nutriente-centrismo, expresión que deja más a las claras la ideología subyacente. Lo comenté de forma más o menos pormenorizada hace ya casi 3 años en este post y lejos de atenuarse va a más. Hablé de nuevo sobre el tema pasado un tiempo cuando el padre del término nutricionismo, Gyorgy Scrinis, publicó un libro en el que abordaba de forma monográfica sus implicaciones. Y como digo, cada día observo más consumidores víctimas de la fiebre ocasionada por esta ideología. Fíjate cómo deben de estar las cosas que aunque lentamente, ya se empiezan a realizar estudios al respecto. El último, bastante reciente, pone de relieve que la población atribuye a los nutrientes aislados (y no tanto a la comida que los pudiera contener) un factor protector frente a las enfermedades crónicas.

Naranja y vitamina C

Antes de continuar, y para todos aquellos que no estén al corriente creo necesario aportar una mínima descripción de lo que se entiende por nutricionismo. En realidad es algo muy fácil de comprender, se trataría de hace descansar en los nutrientes aislados virtudes generales sobre la salud independientemente de la matriz alimentaria (o suplementaria) en la que estén incluidos. Su práctica se pondría de relieve en aquellas personas que, por ejemplo, deciden tomar un suplemento de ácido fólico en vez de incluir en su minuta diaria suficientes alimentos de origen vegetal que a buen seguro incluirán esta vitamina. O bien, cuando se consume una bebida láctea enriquecida con omega tres en vez de consumir con la adecuada frecuencia pescado en la dieta. Si cada día el nutricionismo está más de moda… o si condiciona la conducta de los consumidores, queda bastante de manifiesto cuando nos damos un paseo por los pasillos de un supermercado, o cuando vemos los anuncios de productos alimenticios y de suplementos en la televisión. Lo cierto es que es que hay una oferta infinita de este tipo de productos enriquecidos en lo que sea. Y si esa oferta que es infinita viene produciéndose desde al menos una década larga, es porque la demanda, tristemente, también es infinita.

Así lo ha puesto de relieve como te decía un reciente estudio: Nutrient-centrism and perceived risk of chronic disease (El nutriente-centrismo y la percepción de riesgo de padecer enfermedades crónicas). En él, 114 estudiantes de psicología han sido objeto de estudio y se contrastó que para ellos la descripción de una dieta en términos de nutrientes (mencionar los nutrientes que contenía una dieta dada) era percibido como un elemento más beneficioso para la reducción del riesgo de sufrir determinadas enfermedades (diabetes, patologías cardiacas, etcétera) que cuando la misma dieta se describía mencionando los alimentos “naturales” que la componían. Creo que está bastante claro, pero voy a poner un ejemplo.

De igual forma que decir que nuestras cañerías están llenas de monóxido de dihidrógeno puede tener connotaciones negativas para muchas personas (a pesar de que es lo mismo que decir que nuestras cañerías están llenas de agua); en este estudio se puso de relieve que para esta muestra el decir que alguien sigue una dieta alta en magnesio tiene más virtudes protectoras que si le dices que lo que tiene es una dieta alta en espinacas… Es decir, nutricionismo galopante.

Lo cual, además de ser un error, supone un importante peligro ya que desde hace bastantes años la industria alimentaria nos está bombardeando con alegaciones presuntamente saludables (mencionando dichos nutrientes) en productos con un perfil nutricional francamente nefasto. De esta forma, no pocos consumidores prefieren (por que lo perciben como mejor) las salutíferas alegaciones que pueda incluir la publicidad de unas salchichas de frankfurt “ricas en proteínas y fósforo”, que el anodino aspecto de un huevo pasado por agua… que, no es por nada y desde el más estricto punto de vista nutricional, le da bastantes vueltas a las mencionadas salchichas.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Nota: Una vez más, agradezco a Marc Casañas (@Firefly_fan) sus aportaciones para este artículo.

Imagen: Maggie Smith vía freedigitalphotos.net

Imposible reconocer los antepasados de lo que comemos

La verdad es que el título que hoy me hubiera gustado poner no me cabía: “Tú no has evolucionado ni la mitad de la mitad de lo que lo han hecho los alimentos en los últimos milenios”… así que he optado por una versión más accesible.

En cualquier caso reconozco que me gotea el colmillo cuando cae en mis manos este tipo de información tan gráfica y contundente. Me refiero a cuando hay argumentos así de sencillos para poner de relieve que la historia esa de comer alimentos eco, bio o naturales… o productos “como nos los ofrece la naturaleza» y demás bla, bla… y ecobla se cae por su propio peso.

Aquí tenemos una serie de infografías de James Kennedy, un profesor de química en Australia, que ponen de relieve cómo eran antiguamente, hace cerca de 10.000 años los alimentos que hoy tan alegremente comemos y nos parecen tan naturales, tan originales y tan inmutables.

La realidad es que muchísimo antes de cualquier idea transgenética el aspecto de nuestras frutas y verduras ha cambiado de forma espectacular desde la aparición de la agricultura. Con ella, los responsables de la producción, los agricultores, han ido generación tras generación (de vegetales) seleccionando artificialmente (uso el adverbio aunque no debiera hacer falta) los cultivos y las cosechas para buscar los rasgos más deseables en cada caso, de forma típica los del tamaño, el color y el sabor.

Como 10.000 años son muchos para ir detallando los cambios acontecidos, este profesor ha ideado un súper resumen gráfico de esos cambios que han sufrido algunos vegetales.

Por ejemplo, la sandía: creo que seríamos incapaces de reconocer esta fruta como tal si nos presentaran las sandías-abuelas de hace 9.000 años… antes tenían ¡un diámetro medio de 5 cm y no pesaban más de 80 gramos! (ahora lo normal es que ronden los 2 a 8 kg)… ¿Y cómo se han producido los cambios de las sandías salvajes a lo que actualmente conocemos como sandías? Pues como decía antes, por selección artificial. Pero no son estos los únicos cambios… su composición, el número de variedades, etcétera son otras variables que han sufrido cambios espectaculares.

(James Kennedy)

(James Kennedy)

Otro ejemplo son los melocotones de hace 6.000 años a los que nos costaría esfuerzo reconocer ahora si nos los presentaran. Estos son ahora ¡16 veces más grandes que entonces! más jugosos… y cuentan con infinidad de variedades más (3 en la antigüedad frente a las 67, más o menos, actuales)

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(James Kennedy)

Y así podríamos seguir con las zanahorias, el maíz, los tomates, la patata, las acelgas, la lechuga… es decir con absolutamente todos los alimentos de origen vegetal. Y no solo vegetal, también animal, ya que los pollos, los cerdos, los corderos, las terneras… definitivamente, todo lo que hemos considerado como alimento lo hemos modificado artificialmente por selección a nuestra antojo y conveniencia, como para que ahora me diga nadie que una manzana o un pollo es “natural” en base a su producción ecológica. Pues no.

Puedes consultar más infografías del mismo autor en este enlace.

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Nota: Mi agradecimiento a Ivan Zaera (@tricutumdurum) por hacerme llegar los contenidos para este post

Me voy a Bilbao al #Naukas15… ¿me prestas tus hijos? Es gratis

En apenas el plazo de una semana voy a tener el privilegio de estrenarme en las conocidas y reconocidas jornadas de divulgación científica Naukas 2015.

NAUKAS-BILBAO-2015

Para quien aun no la conozca (raro si visitas con asiduidad este blog o el de mi vecino Alfred Lopez) Naukas es el nombre que recibe una plataforma de divulgación con tres ejes fundamentales: ciencia, escepticismo y humor. No creo que sea preciso explicar mucho más ya que para muestra aquí está la espectacular web.

Bueno el caso es que desde hace 5 años y acogidas en el Paraninfo de la Universidad del País Vasco se vienen celebrando en Bilbao las mencionadas jornadas Naukas de divulgación científica.

Creo no equivocarme si digo que desde el año pasado además del programa, vamos a llamarlo central, se organiza otro programa con actividades y sesiones dirigidas a los más pequeños, que reciben el nombre de Naukas Kids. Pues bien, mi estreno en las jornadas se va a concretar con ellos… así que, tal y como te decía en el título te estaré infinitamente agradecido si me “prestas” tus hijos durante media hora en la mañana del sábado 12 (en concreto de 11:30 a 12:00) para que participen en una actividad dirigida titulada “El secreto de la pirámide”. En ella trataré de reflexionar con los más pequeños al respecto de algunas herramientas que se utilizan en los colegios para tratar las cuestiones relativas a la nutrición y de qué forma y manera se debería mejorar ese mensaje desde mi punto de vista.

En esencia se trata de cuestionar el mensaje obsoleto de la conocida como pirámide de la alimentación saludable y valorar la utilidad de nuevas herramientas que de un tiempo a esta parte dejan un mensaje mucho más claro sobre estas cuestiones, me refiero fundamentalmente al plato de la alimentación saludable.

La mayor parte de los contenidos que se adaptarán para el público infantil están contenidos en los artículos que puedes encontrar al final de este post. Por si fuera este poco aliciente… te adelanto que mis hijas ya están apuntadas…

Las jornadas Naukas 2015 tienen el aliciente para mí, y seguro que para muchos de vosotros de servir como escusa para saludar a un montón de amigos y compañeros, entre ellos como te decía a Alfred López (“Ya está el listo que todo lo sabe”), pero también estarán Aitor Sánchez (“Mi dieta cojea”), José Manuel López Nicolás (“Scientia”), José Miguel Mulet (“Tomates con genes”), Luis JiménezLo que dice la ciencia para adelgazar«) entre otros muchos, por no hablar de todas aquellas personas que tendré la ocasión de desvirtualizar (tú mismo si te apuntas).

Aquí te dejo enlaces para que amplíes la información: Programa general #Naukas15 (en el que encontrarás todas los datos referidos a la sede, horarios…) y programa #NaukasKids15 y además he aquí una serie de

Consejos útiles para asistir al evento naukas 2015 (aportados por la propia organización):

  • La entrada es LIBRE y GRATUITA hasta completar el aforo (aproximadamente 500 plazas). Os aconsejamos llegar con antelación porque como vimos en anteriores ediciones, la sala se llena.
  • Pondremos a disposición del público una amplia oferta de libros de divulgación escritos principalmente por los colaboradores de Naukas, así que podéis aprovechar para que os los dediquen.
  • También venderemos nuestras míticas camisetas, con el aliciente de que este año y como conmemoración del quinto aniversario del evento tendrán un nuevo diseño.
  • Si vienes con críos, no te lo puedes perder… Este año habrá 9 sesiones de Naukas Kids.
  • Durante los descansos estrenaremos varios videos de divulgación en primicia.
  • El sábado a las 17:00 se realizará un EVENTO SORPRESA que anunciaremos durante el evento, pero os recomendamos que no os lo perdáis.
  • Aunque no hemos encontrado patrocinador para los Premios Tesla, nos hemos rascado nuestro propio bolsillo y os podemos confirmar que habrá IV edición de los Premios Tesla.
  • El evento será retransmitido en streaming y será posible seguirlo tanto desde la web de EiTB como desde la propia web de  Naukas.com.

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Diga coláge-no (o la tontería de los suplementos de este tipo)

Colágeno

Hace unos pocos días hablábamos de la absurda moda enriquecedora en base al uso de suplementos de magnesio en forma de comprimidos, pastillas, soluciones, geles… es decir, más allá de su consideración como mineral esencial dentro de los alimentos de forma natural. Entonces ya te contaba que de forma bastante habitual esta tontuna (no necesitamos magnesio más allá del que nos provee una dieta equilibrada, ni tampoco por tomar de más encontraremos mayor beneficio) se acompaña de otra pauta enriquecedora, me refiero al colágeno. Resumiendo la introducción: existe una corriente actual que invita a suplementar la dieta con magnesio y con colágeno para así obtener algunos beneficios sobre la salud.

La cuestión que trataré de aclarar en este post consiste en poner de relieve hasta qué punto este enriquecimiento con colágeno puede resultar interesante.

Colágeno, me suena, ¿pero qué es?

En aras de la concreción y de la accesibilidad de la información, por colágeno en general se entiende una amplia familia de proteínas de origen animal que se organizan formando fibras (fibras de colágeno). Todos los animales tienen la capacidad de elaborar su propio colágeno (con no pocas variantes) y lo hacen a partir de diversas células, pero son los fibroblastos (la unidad celular característica del tejido conjuntivo) las células que de forma típica realizan esta función.

El colágeno es una proteína extremadamente abundante y que se encuentra en mayor cantidad en la piel y en los huesos. Es más, el colágeno representa aproximadamente el 25% de todo el monto de proteínas de un individuo. Forma parte principal de los tendones, está presente como te decía en el hueso, y en la piel contribuye de forma importante a mantener su estructura, aspecto… Llegándonos a cuestiones alimentarias uno de los criterios típicos con los que por lo común se ordenan las distintas categorías de carne es en base a su presencia de colágeno. A más colágeno, más fibras y carnes de inferior categoría. Y al contrario, carnes con apenas fibras (menos colágeno) y por tanto carnes de categoría “primera” o “extra” (¿acaso creías que el precio del solomillo era tres veces superior al de la melosa porque sí?).

Colágeno y cocina

Siguiendo con las distintas categorías de carne, estas se destinan a usos culinarios bien distintos. Además de por la presencia de grasa (que influirá también en la categoría de la pieza) la mencionada cantidad de colágeno terminará por definir el tipo de receta al que se destinará una carne u otra. El colágeno se puede desnaturalizar pero para eso necesita temperaturas suaves cercanas a la ebullición, aplicadas en un medio acuoso y durante un tiempo relativamente prolongado… por ejemplo el típico rancho de ternera a la jardinera o una sabrosa cazuelita de bacalao al pil-pil. ¿Sabes porqué “se te pegan los labios” después de probar un magnífico guisote de estos? Por el colágeno desnaturalizado… tras la cocción tú puedes masticar la carne con suavidad (sin que parezca un chicle) siempre y cuando esté bien hecho, y además estará jugosa… y la pegajosidad de la que hablo depende del colágeno que antes estaba junto a las fibras musculares, y que tras cocinarla se ha “fundido”.

Por el contrario, a ese mismo tipo de carne elaborada en plan a la plancha o al horno (temperaturas altas, corto espacio de tiempo y sin medio acuoso) no habrá forma de hincarle el diente ya que el colágeno seguirá ahí tan campante para desesperación de tus dientes.

Colágeno, bioquímica y digestión

Desde un punto de vista más íntimo, molecular, el colágeno, como todas las proteínas, está compuesto por una concatenación sucesiva de aminoácidos. Aunque son diversos los eslabones o aminoácidos que la componen, destaca muy en especial la presencia de dos de ellos, la glicina y la prolina. Ninguno de los cuales tiene la calidad de esencial, lo que quiere decir que si hicieran falta para cualquier uso (por ejemplo formar más colágeno) estos podrían formarse sin dificultad y sin tener que recurrir a su incorporación en la dieta como sí ocurre con otros aminoácidos (los esenciales, claro).

Sea como fuere cuando nosotros ingerimos colágeno suficientemente desnaturalizado con los alimentos (de otra forma sería imposible el poderlo digerir… y además facilitará el ardor de estómago) nuestras proteasas (tijeras enzimáticas presentes en los jugos digestivos) cortarán en trocitos más pequeños esos pequeños fragmentos de colágeno hasta obtener prácticamente los aminoácidos aislados, los cuales se absorberán y se destinarán a distintos usos metabólicos allá donde se necesiten. Lo mismo ocurrirá con los suplementos de colágeno. Se disgregarán en sus aminoácidos constituyentes y su destino será el de… vaya a usted saber. Me explico.

Deshacer una casa en sus ladrillos constituyentes (digestión del colágeno en aminoácidos) y pretender que luego cada uno de esos ladrillos (aminoácidos absorbidos) se destine a construir la misma casa de la que formaban parte (formar colágeno de nuevo) es tan ridículo como lanzar desde la luna las piezas de un coche… y pretender que aterricen montaditas en la Tierra. Ni los ladrillos de una casa, ni las piezas de un coche, ni los aminoácidos del colágeno tienen memoria.

Además ten en cuenta dos características propias de las “piezas” del colágeno (los aminoácidos):

  • La primera es que son piezas comunes, vulgares si lo prefieres, no esenciales en plan técnico… puedes hacer acopio de dichas piezas a partir de otras proteínas presentes en los alimentos. Se puede ser vegano (y por tanto no hacer acopio de colágeno con los alimentos ya que este solo tiene origen animal)… ¡y tener una salud colagénica perfecta!
  • La segunda, vuelvo a repetir, es que los principales aminoácidos que constituyen el colágeno no son esenciales. Es decir, se pueden obtener por génesis endógena si hicieran falta.

 

PÍLDORAS SUPLEMENTOS

Suplementos de colágeno y evidencia

Los fabricantes de mandangas diversas pueden diseñar las webs más chulas del mundo, los envases más futuristas y usar a personajes de relumbrón para promocionar los beneficios que tiene el uso de colágeno (ya sea usado de forma tópica o ingerido) bien sea a la hora de disimular los signos de la edad o mejorar cualquier condición fisiológica… pero lo cierto es que cuando nos ponemos serios, ni las cremitas ni los suplementos han podido demostrar mayor beneficio. Y da igual cuál sea la condición observada: el dolor articular, la recuperación del dolor post ejercicio, la osteoartritis, la artritis reumatoide o los procesos autoinmunes. No hay evidencia de nada. De nada. Y es que tal y como se ha explicado, tanto por la naturaleza del propio colágeno, como por su proceso como alimento (o suplemento) es imposible… los aminoácidos no tienen memoria.

Tal es así que en el plano más legal, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no ha dado luz verde a ninguna solicitud que permita hacer alegación de salud en los suplementos que incorporen colágeno. Ninguna (puedes contrastarlo aquí y aquí). La razón: no hay pruebas.

Coláge-no y consejos sí

Los suplementos de colágeno son ultra caros, y más cuando se tiene en cuenta que se obtienen de una materia prima especialmente barata (no dejes de leer ese post del amigo «gominolas de petroleo«) así pues para mantener tu salud en lo que respecta a tu colágeno te sugiero lo siguiente:

  • Antes de precipitarte a reponer el colágeno perdido, asegúrate de minimizar la pérdida del que todavía conservas. Las prioridades en este sentido serían sin lugar a dudas usar una adecuada protección solar, evitar una exposición prolongada al sol y evitar el tabaquismo.
  • En el plano dietético, incorporar una adecuada cantidad de proteínas en nuestra dieta (eso es bastante fácil ya que vamos bastante bien cumpliditos de ellas) a partir de fuentes proteicas saludables: legumbres, huevos, semillas, frutos secos, carnes y pescados con todos los parabienes expuestos en esta entrada, mantenerse hidratado, al tiempo que se sigue una pauta dietética con una presencia importante de alimentos de origen vegetal fresco.

Gelatina Royal

  • Déjate de chorradas, pero si aun y todo eres de los que no se resiste a seguir una conducta «intervencionista», te sugiero que abandones los suplementos al uso (carísimos) y te pases a algo tan mundano y de toda la vida como es la gelatina. Y es que al fin y al cabo la gelatina es en esencia colágeno puro hidratado (mira lo que pone en el diccionario). Los envases de gelatina no son tan chulos como los de las farmacias o herboristerías, ahora bien, tu bolsillo te lo agradecerá: aquí tienes un ejemplo de un suplemento de colágeno al uso que después de haber hecho las correspondientes reglas de tres, se puede concretar diciendo que su colágeno se comercializa al precio de, no te lo pierdas, 233 € por kilogramo de colágeno. Sin embargo, este otro colágeno, en forma de gelatina, se vende a 81,5 € el kilo. Para mí sigue siendo un disparate tratándose del producto que se trata (insisto en que yo sigo siendo más de garbanzos, de pil-pil y de ese tipo de cosas con tan poco glam) ahora bien, al menos el caso de la gelatina es un disparate tres veces menor… o casi. Así que tu mismo con tu bolsillo.

Ya por último, no me resisto a volver a comentar lo que ya he dicho en tantas y tantas ocasiones: que una mala pauta dietética jamás terminará arreglada con el uso de ninguna estrategia suplementadora por magnífica que esta sea. Además ahora tengo más pruebas para así defenderlo… pero eso será en el próximo post.

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Nota: Mi agradecimiento más sincero a Fernando Díez ‏@Hondoncity y Solo F1 sin Circo ‏@Solof1sincirco dos buenos contertulios con los que compartir reflexiones en Twitter.

Imagen: E rulez vía wikimedia commons y fantasista vía freedigitalphotos.net