El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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Quiero ser dietista en seis meses (y por correo)

Nutrición calavera

No sé si te acordarás de esta entrada: ¿Ejercer de médico con un curso online de 6 meses? Te recomiendo que la leas antes de dedicarte a esta.

En aquel post quise poner de relieve lo ridículo, peligroso, y quién sabe si ilícito, de aquello que consiste en vender y promocionar una formación que habilite para el ejercicio de una profesión regulada por una titulación oficial… pero sin recibir una formación, ni por supuesto una titulación, oficial. Me referí a eso que hacen algunas academias de formación a distancia de ofrecer ser dietista por correo y en seis meses para podértelo montar por tu cuenta y así aconsejar a personas y colectividades sanas y enfermas desde el punto de vista dietoterápico a la hora de intervenir en su alimentación.

También te conté que en lo que a mi parecer representa el colmo de los despropósitos había un curso en concreto (este de aquí, hoy en día) que vendía contenidos avalados, sin ambages, por una de las sociedades científicas que forman parte de la ya conocida Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética (FESNAD). En concreto quien avalaba contenidos y diploma en su día era la SEDCA, la misma Sociedad que cede el uso de su imagen para utilizarlo en diversos productos de bollería industrial… pero esa es otra historia (o quizá no).

Como habrás podido contrastar en la entrada que te he recomendado leer al principio, pregunté públicamente a los representantes de la SEDCA cómo eran capaces de avalar un curso que decía y sigue diciendo que le permitirá acceder a una profesión en menos de 6 meses y dedicando solo 1 hora al día… y que recibirá el diploma… que le abrirá las puertas del mundo laboral. Por resumir mucho el tema digamos que desde la SEDCA se me contestó que en su relación con IPS (centro que imparte los cursos por correo) la cuestión de la publicidad del curso se había escapado a su control y que habían decidido a principios de verano de 2012 requerir a IPS el cese en el uso de su nombre y logo (y que si IPS hiciera caso omiso tomarían las medidas oportunas).

Pues bien, aquí estamos tres años después, a principios de verano de 2015… ¿y que tenemos? Lo mejor que puedo hacer en este momento es pasarle el turno a una buena compañera mía para que te lo cuente ya que para eso he hecho esta entrada. Se trata de Mª José Ibáñez (@mjoseiba) presidenta del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Euskadi. Esta amiga decidió contrastar hasta qué punto la SEDCA se “desvinculó” del curso de IPS… y para ello solicitó a IPS acceso al curso, tuvo los materiales un mes de prueba, los contrastó, los devolvió y luego se dedicó a alimentar un blog en el que nos va contando lo que halló dentro para averiguar hasta que punto la SEDCA se había desvinculado de algún modo de este curso que desde mi punto de vista alimenta el intrusismo más salvaje posible, y cainita, entre la población general desesperada por encontrar trabajo. El blog se llama “quieroserdietistaenseismeses” y lleva de momento cinco entradas. Y sí, es cierto, a día de hoy la SEDCA no aparece mencionada en la publicidad del curso pero… ¿avalará… no avalará el curso en cuestión… cuánto seguirá implicada en el mismo?

Mejor que te lo cuente la propia Mª José Ibáñez. Te sugiero empezar por el principio para conocer la historia de forma pormenorizada y que busques las actualizaciones los lunes de cada semana ya que la historia no ha acabado ni mucho menos.

A partir de aquí lo mejor es que cada uno saque sus conclusiones al respecto de la SEDCA… yo las saqué hace ya tiempo, y cada día que veo ciertos anuncios de bollería industrial en la tele las reafirmo.

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Imagen: artur84 vía freedigitalphotos.net

Exagerada promoción salutífera del consumo de bebidas alcohólicas (mi paso por #PintOfScienceSpain)

imageEl otro día tuve el privilegio de ser invitado para dar una charla en el marco de las primeras jornadas de Pint of Science celebradas en España. Para quién no lo conozca Pint of Science tiene como objetivo ofrecer charlas interesantes, divertidas, importantes, sobre las últimas investigaciones científicas, en un formato accesible al público. ¡Y todo ello en un bar! Se pretende de esta forma ofrecer una plataforma que permita a la gente discutir la investigación con las personas que la llevan a cabo. Se trata de una organización sin fines de lucro, dirigida por voluntarios, y que fue creada por una comunidad de investigadores de postgrado y postdoctorales en 2012. El festival se celebra anualmente durante tres días simultáneamente en bares de todo el mundo.

Bueno, el caso es que cuando me la ofrecieron no se me ocurrió mejor idea que hablar sobre los supuestos beneficios del consumo de bebidas alcohólicas sobre la salud, en especial cuando el mensaje complaciente sobre este tipo de productos se dirigen a la población general, así, en plan a lo bruto.

Lo cierto es que meterme en una cervecería de regio abolengo para dar caña (je, je je) a un auditorio cuajado de consumidores de esta bebida no parece lo más sensato… pero me di cuenta después de que tras enunciar mi propuesta, esta fuera inmediatamente aceptada… ya no podía echarme atrás (quién dijo miedo).

Al preparar la charla en el plano más divulgativo posible, pero sin olvidar ni mucho menos la ciencia que había detrás, tuve la feliz idea de ilustrar en cuatro diapositivas (dos para la cerveza y dos para el vino) algunos de los titulares a los que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación a la hora de hablar maravillas del consumo de estas dos bebidas. Pues bien, a pesar de que en otras diapositivas había chistes explícitos con el fin de arrancar al menos una sonrisa… fueron éstas, que no eran chistes, las que terminaron por hacer encanarse a los asistentes. Aquí te las dejo para que juzgues tú mismo si este compendio de titulares reales como la vida misma son o no motivo de risa en especial cuando se tiene la perspectiva de verlos juntitos.

De la cerveza se ha dicho y se está diciendo:

 Cerveza 1

Cerveza 2

Y del vino se ha dicho y se está diciendo:

Vino 1Vino 2Bueno, no sé cómo lo verás tú, pero en mi opinión creo que hace días que nos hemos pasado cuatro pueblos con esto de recomendar beber cualquier bebida alcohólica y usar para ello la salud como ariete. ¿Sabes porqué? Pues por que el consumo de bebidas alcohólicas sea en la medida que sea, tiene más perjuicios que beneficios. Así, de modo gráfico puse esta diapositiva para ilustrarlo.

Riesgo vs beneficioAhora bien, si queremos ponernos serios también podemos… por ejemplo usando esta bonita gráfica que resume el estudio que hace unos pocos años se publicó en The Lancet en el que se analizaban la magnitud de los daños ocasionados por distintas drogas en Reino Unido ya estén legalizadas o no… te sugiero que mires a la izquierda.

 Lancet

Así pues, recomendar poblacionalmente cualquier ingesta, aunque sea moderada, de bebidas alcohólicas representa en suma un importante incremento del riesgo sobre elementos que tienen un notable impacto en la Salud Pública.

En resumen

¿Pueden (o deben) las bebidas alcohólicas estar presentes en una dieta saludable? Lamentablemente con lo que hoy sabemos, la ciencia no tiene las respuestas claras, contundentes y dicotómicas (sí o no) que nos gustaría. Existen infinidad de riesgos conocidos ligados al consumo de bebidas alcohólicas. Al mismo tiempo el consumo moderado de algunas de estas bebidas se ha asociado con mejores indicadores de salud… sin embargo, la evidencia al respecto no es ni coherente ni concluyente. Con estas premisas ¿no resulta un tanto temerario hacer la presión que se hace en su consumo a partir de la salud? A mí me parece que sí.

Aquí te dejo la diapositiva final en la que después de una hora de charla y no pocas risas de complicidad con el auditorio, resumí mí intervención.

 Resumen

Mi agradecimiento más sincero a los organizadores de Pint Of Science Spain (muy en especial a Fernando Gomollón @gomobel, JuanJosé Sáez @jjsaenzde y José Luis Cebollada) por querer contar conmigo en la primera edición de este evento en España, y por supuesto, a los asistentes que de tan buen grado aceptaron (y agradecieron) mis puntos de vista… lo pasamos francamente bien.

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Si quieres profundizar más sobre la relación del consumo de bebidas alcohólicas en la salud quizá te interese consultar:

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Imagen: @juan_revenga

Aspartamo, transgénicos, bisfenol A y gluten: la industria hace su agosto con la mala ciencia

De entrada estos cuatro elementos tienen en común que todos han sido objeto de al menos un post en este blog (ver enlace 1, enlace 2, enlace 3 y enlace 4 a modo de ejemplo, aunque hay más) y que han sido tratados porque son temas de candente actualidad… Pero más allá de esta circunstancial anécdota tienen bastante más en común.

El caso es que, como veremos más adelante, la mala ciencia, la pseudociencia, o la falta de evidencia al respecto de un determinado tema son utilizadas en no pocas ocasiones como motor de cambio o de “mejora” por parte de la industria alimentaria, la cual modifica su línea empresarial utilizando como “primer motor causal” las modas populares o las tendencias a pie de calle. Para los fines que en este caso se persiguen poco importa lo que la ciencia diga, lo importante es lo que piensen los consumidores que a fin de cuentas comprarán y consumirán (o dejarán de hacerlo) en base a sus creencias… ya sean atinadas o no. Tenemos muchas muestras de ello; pero en este post pretendo aportar solo el ejemplo de cuatro casos que, tal y como he puesto de manifiesto, son especialmente sangrantes en el mundo de la conspiración alimentaria: se trata del aspartamo, de los transgénicos, del bisfenol A y del gluten. Vamos allá.

El aspartamo

AspartamoEl tema del uso del aspartamo y de PepsiCo es quizá el ejemplo más actual y representativo de lo que quiero decir. Me refiero a PepsiCo, porque esta refrescante compañía ha anunciado que a partir de agosto algunos de sus productos más representativos que utilizan el aspartamo como edulcorante acalórico cambiarán su formulación en Estados Unidos dejando de usar este edulcorante y lo sustituirán por otro que no tenga (aunque injustificada) tan mala prensa entre la población general. Y a la empresa no le duelen prendas a la hora de reconocerlo. Según esta compañía, la primera causa de la caída de las ventas de uno de sus buques insignia, la Pepsi Diet, que descendió más de un 5% el año pasado, es su contenido en aspartamo que es percibido por parte de los consumidores como un riesgo para la salud. Da igual que PepsiCo sepa que el uso del aspartamo es seguro… el consumidor es el que consume (valga la redundancia), el que por tanto aumenta sus beneficios… y si este, el consumidor, le asocia un perjuicio potencial a su consumo da igual lo que diga la ciencia al respecto, PepsiCo prescinde de él y ya está… todos más contentos: el consumidor que adquiere un refresco más saludable que no tiene el diabólico aspartamo (nótese la fina ironía) y ellos, la empresa, haciendo (más) caja. Que la evidencia al respecto de la seguridad del aspartamo sea otra pasa a un segundo plano o, directamente, se manda a tomar… viento. La pela es la pela.

Los transgénicos

TRansgénico

Otro de los ejemplos más característicos de lo que quiero decir lo tenemos en la cadena de comida rápida con aura beatífica Chipotle, de la que a estas alturas ya me estoy arrepintiendo del post que le dediqué. El tema es que, tal y como puedes comprobar en el primer enlace de este apartado, esta cadena de “restaurantes” ha decidido prescindir de cualquier ingrediente transgénico en su oferta en base a tres argumentos: 1º que teóricamente (dicen) aun no se conocen los efectos a largo plazo sobre los consumidores y el medio ambiente de los productos transgénicos; 2º que el cultivo de transgénicos podría dañar el medio ambiente y; 3º que Chipotle debería ser un lugar en el que los consumidores pudieran consumir alimentos libres de productos transgénicos. Resulta curioso el observar que su tercer argumento en realidad no sea argumento alguno sino la reiteración de la decisión adoptada, es decir, prescindir de los alimentos de origen transgénico.

En cualquier caso, en mi opinión resulta lamentable el pretender usar unos argumentos que en realidad están más que contrastados, mientras se genera la duda, el temor, de que no lo están. Llegados a este punto creo que puede resultar especialmente interesante consultar este post al respecto de las 7 argumentaciones propagandísticas de quienes están en contra de los productos transgénicos.

El bisfenol A

Bisphenol_AEl tercero de los ejemplos alude a la decisión de algunas empresas, e incluso países, de prohibir el uso controlado del bisfenol A en los envases en contacto con los alimentos. Así, diversas empresas han optado en prescindir de este elemento y usar su ausencia como argumento de venta de sus productos a pesar de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) acaba de emitir un informe relativo a la ausencia de riesgo con respecto a la actual exposición a esta sustancia, tal y como te conté en esta entrada.

Lo más curioso de este caso es que los más partidarios de las teorías conspirativas argumentan como punto a favor de la eliminación del bisfenol A que países como Francia o Canadá ya han prohibido su uso lo que, al usar estos argumentos, en esencia, no hace más que poner en evidencia la falacia populista, es decir, la que utiliza como argumento “lo que hacen muchos” para dar por buena una determinada acción… y eso, perdónenme que se lo diga, no es precisamente ciencia. Y es que, si algo tiene la ciencia, es que es muy poco democrática: la razón no se obtiene por mayoría.

El gluten

Para terminar con los ejemplos, acabo con una de las tendencias populares más en alza a día de hoy y que ha desembocado en una estrategia comercial concreta por parte de numerosas empresas a la hora de saber aprovechar el miedo indocumentado de una buena parte de la población. Es decir, en este caso, tal y como sucede en los anteriores, se trata de explotar un jugoso filón mercantilista que, sin ciencia… o al menos sin la suficiente ciencia que respalde ese miedo, termine en un interesante beneficio para la empresa que sepa aprovechar el desustanciado tirón. Así lo puse de manifiesto en varios post anteriores cuando me referí a los pretendidos beneficios universales de la dieta exenta de gluten (aquí, aquí y aquí).

La dieta exenta de gluten (más allá de que alguien sea celiaco o posea la denominada y aun poco clara sensibilidad al gluten no celiaca) causa furor, y tal y como ponen de relieve numerosos estudios prospectivos, constituye una destacada tendencia desde hace años con el fin (muy poco claro a la luz de la evidencia) de obtener algún beneficio sobre la salud.

Así, resulta francamente destacable que a pesar de que cada vez más gente busca productos “libres de gluten” con el fin de mejorar no importa qué condición de salud, la ciencia no encuentra justificación para esos pretendidos beneficios. Sin embargo, la realidad no importa cuando se contrasta el mercado y se observa cómo, cada vez con mayor frecuencia, se realizan alegaciones buenrollistas al respecto de la ausencia de gluten en no importa qué alimento. A este respecto merece muy mucho la pena echar un vistazo al artículo de revisión ¿Es el gluten el gran agente etiopatogénico de enfermedad en el siglo XXI? en el que se contrasta lo que te digo: un mercado que crece como la espuma fruto de la demanda popular a pesar de que la ciencia no atribuye, ni de lejos, lo que el consumidor pretende encontrar en una dieta exenta de gluten:

Revisada la literatura se intuye un posible efecto positivo de ciertos grupos de pacientes diagnosticados con enfermedades neuronales, y sin antecedentes de celiaquía o sensibilidad [al gluten no celiaca que] podrían beneficiarse de la dieta exenta de gluten. Esta posible evidencia, sugiere la necesidad de futuras líneas de investigación que podrían dar resultados muy esperanzadores. Para [el resto de] la gran mayoría de enfermedades aún es pronto, aunque consideramos que es necesario realizar estos estudios, ya que la gran inmensidad de resultados, poco consistentes y de poca evidencia científica que hemos observado en bases de datos no científicas, está ocasionando que la población general esté orientándose hacia la elección de productos sin gluten, como un patrón de dieta más saludable, sin que nosotros hayamos podido encontrar esta asociación en la presente revisión.

Sea como fuere, creo que estos cuatro ejemplos ponen de relieve con claridad meridiana cómo la opinión popular influida por una mala interpretación de la ciencia (o directamente, por la pseudociencia) condiciona las iniciativas de la industria alimentaria cuando al parecer lo más importante para esta lo constituye el balance de cuentas. Una pena, ya que de esta forma lo único que se consigue es entrar en un peligroso ciclo de retroalimentación positiva no limitado.

Con todo esto no quiero decir que corras a abrazar ahora refrescos con aspartamo, alimentos transgénicos, envases con bisfenol A o productos sin gluten… no. Más que nada porque una alimentación más o menos correcta y segura no tiene ninguna necesidad de estos elementos. Pero lo que sí quiero decir es que nuestras decisiones alimentarias no deberían tampoco estar basadas en la pseudociencia o en datos parciales de la ciencia… por muy habituales que sean.

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Imagen: Yikrazuul y Calvero vía Wikimedia Commons; Mister GC vía freedigitalphotos.net

¿Pero cómo voy a anunciar eso si ni tan siquiera sé a lo que sabe?

El Sargento York

Aquellos que se prodigan por aquí con cierta frecuencia ya conocerán de mi inclinación al cine clásico y de cómo de esta afinidad suelo sacar algunas lecciones, lecturas, reflexiones…

Para esta ocasión desempolvo un clásico donde los haya que imagino no sonará a la gran mayoría, se trata de “El Sargento York” (1941), una peli basada en hechos reales cuyo cartel no puede ser mejor: dirigida por el genial Howard Hawks, protagonizada por el inconmensurable Gary Cooper y sin hacer de menos a otros importantes secundarios de la época como  Joan Leslie, que le da la réplica femenina al prota o clásicos secundarios de la época como Walter Brennan (qué grande).

En una breve sinopsis, esta película relata los avatares de Alvin C. York (Gary Cooper), un joven campesino especialmente humilde que en los años de la 1ª Guerra Mundial se alista en el ejército norteamericano y que, una vez en Europa, la lía parda deshaciéndose de un montón de enemigos (los alemanes) salvando de una muerte segura a sus compañeros de armas. El caso es que esta hazaña le vale un montón de condecoraciones y de reconocimientos por parte de las autoridades. Así, al volver a su país y ser recibido con los más altos honores, le hospedan para su sorpresa en un extremadamente lujoso hotel y entonces “un señor con chistera”, que hace de lazarillo en ese ambiente tan abigarrado y desconocido para el bueno de Alvin, le pone al corriente del afortunado giro que ha dado su vida… si él quiere, claro, estableciéndose el siguiente diálogo:

– [Señor de chistera]: Usted es un hombre muy famoso y a juzgar por el recibimiento que le han hecho, no cabe duda que el pueblo se da cuenta. Por ejemplo, hay compañías que quieren rodar unas películas, Ziegfeld que participe en su nuevo espectáculo, y aquí hay una oferta para que actúe en el teatro, un fabricante de productos alimenticios quiere que anuncie su nuevo producto…

– [El Sargento York] ¿Y yo qué voy a hacer?

– Bastará que pronuncie unas palabras parecidas a estas… cuanto me gusta para desayunar…

– (le interrumpe) pero si ni tan siquiera sé a qué diablos sabe…

– (le interrumpe) baaaah, eso es lo de menos amigo mío… resumiendo, totalice estos efectos y se encontrará con la bonita suma de un cuarto de un millón de dólares.

– ¿Qué me van a dar tanto dinero?

– Es una simple propuesta comercial.

– Imagine lo que podría hacer con ese dinero… lo primero comprarme una parcela de tierra en el valle y…

– No pierda la oportunidad.

– ¿Y todo eso me lo dan por lo que hice en el frente?

– Pues… eeeh…

– ¿Sí o no?

– Así es.

– ¿Qué… qué haría usted señor Hull?

– Usted es quien debe decidir.

– Sí, es lógico.

– Piénselo bien y ya me dará la contestación

– No hace falta Sr. Hull, lo tengo bien pensado; yo no me siento orgulloso de lo que hice en Francia… muchos hicieron lo mismo y no han vuelto, yo opino humildemente que estas cosas ni se compran ni se venden, y por lo tanto debo renunciar, dígalo así por mí, por favor. Yo me vuelvo a casa.

– Lo haré con muchísimo gusto, Alvin.

– Muchísimas gracias señor Hull.

Bueno, ¿y qué tiene esto que ver con un blog de nutrición? Pues mucho, ya que a día de hoy una buena parte de productos alimenticios (y no alimenticios) son promocionados por personajes famosos dotando a ese producto de una excelencia que no es tal… al menos por el hecho de ser ficticiamente utilizado por el famoso de turno.

Uno de mis primeros recuerdos es por ejemplo el de Isabel Preysler y el famoso “Ferrero Rocher”, por no hablar del de las analgésicas y milagrosas pinzas antidolor Lasvi promocionadas en aquel entonces por el desaparecido Jesús Puente (vale, estas pinzas no se comían)… pero como bien sabes hay muchos otros ejemplos. Entre ellos merecen una mención aparte los de Danone y sus natillas anunciadas por el deportista famoso de turno, Márquez, Ronaldinho, Messi y Villa… por citar solo unos pocos entre los más recientes ya que Danone en este sentido no ha perdido comba desde hace años. O los de Danone, otra vez, y su Danacol (Vicente del Bosque -¿te doy mi palabra?-, Carlos Sobera) y también su Activia (Shakira, Malú, Arguiñano…)

Si necesario es señalar productos multifamosos, quizá más irritante desde mi punto de vista es el contrastar la existencia de famosos multiproducto entre los que la reina indiscutible es Martina Klein la que ha encontrado al parecer un filón en Nestlé… ¿o era al revés? El caso es que los mismos que se preguntan al respecto de la inmortalidad de Jordi Hurtado a día de hoy también se cuestionan la posibilidad de que esta mujer tenga varios clones por ahí rodando anuncios… porque la vida de una persona no puede dar para tanto.

En cualquier caso, y en relación a lo más actual una de las cosas que más me desespera es ver cómo personas a las que verdaderamente admiro en su profesión, por ejemplo Jordi Cruz, se prestan, en marea alta, a ofrecer su imagen para convencernos de lo idóneo de los productos que en ese momento promociona. Y es que puedo llegar a entender que este (o cualquier otro señor) se preste para promocionar productos o servicios relacionados con su desempeño profesional. En este caso y por ejemplo cava, concentrados de caldo, “panes” especiales, tortitas dietéticas… y así un larguísimo etcétera. Lo que no me termina de cuadrar (lo otro tampoco, que conste, pero bueno) es lo de anunciar otras cosas que nada tienen que ver con él, como por ejemplo la vergonzosa publi de Pharmaton complex. Que me parece así porque ningún multivitamínico tiene las propiedades que la marca le atribuye y porque, supongo, el bueno de Jordi Cruz jamás se habrá tomado antes del anuncio en cuestión un multivitamínico de estos… igual que el bueno de Alvin York, el Sargento, que se preguntaba, bendito él, pero como voy a anunciar eso si ni tan siquiera sé a lo que sabe.

¡Ay! Gary Cooper que estas en los cielos.

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Carbón activado en los zumitos detox (la penúltima pijochorrada)

Carbon activado tonteríalulitonix

Por favor, que alguien me diga que de verdad no hay nadie por ahí detrás partiéndose la caja (la recaudadora) con esto de la moda detox, los zumos ultra-depurativos, el carbón y tal… Tiene que haberlo.

No sé si te has enterado, supongo que sí, si en especial tienes las neuronas abducidas por aquello del rollete new age-alternativo (en realidad, que lo sepas, new age y alternativo redundan en el mismo concepto) pero por si acaso te lo cuento: a la moda esta de los licuados más verdes que la rana de los smacks de kellogg’s ha llegado el ingrediente místico-científico-guay que le faltaba: el carbón activado. Ahora, con el carbón activado, los zumos de marras saben igual de mal que antes, realizan la misma acción detox que antes, ninguna, pero con un color mucho más… como diría yo… de chipirón. Eso es, tan oscuro como Darth Vader dándose un baño de espuma con jabón de La Toja en un pozo de petróleo por la noche. Todo sea por la salud alternativa. No queda tan chic como antes, eso es cierto, el verde aquel era espectacular, pero es que en este momento cuando lo chic se pasa de rosca, lo chic es lo no-chic. No sé si me entiendes. Tampoco te culpo.

Esto se parece cada día más al desayuno de unos supuestos picapiedra alternativos, ya me lo estoy imaginando. El cabeza de familia, Pedro, con su desayuno tradicional desintoxicante, a base de arcilla, el niño, Pebbles, algún licuado verde como de saurópsido, es decir como de dinosaurio, pero vegetal-tradicional, con bien de apio, perejil, acelgas, espinacas y cúrcuma; y ella, Vilma, lo mismo pero enriquecida la detoxificante bobada con carbón activado. Lo creas o no esta parece ser la última moda al respecto de la tontería de turno. Todo sea por la limpieza de intestinos y purezas de colon (el aloe vera y el limón parecen a su lado rudimentarias reliquias de la prehistoria purgativa. Totalmente demodé)

Cómo no, el actual origen mercantilístico del uso del carbón activado como estupidez depuradora ha venido de la mano de la de siempre: Gwyneth Paltrow. Es más, yo no tomaría otra cosa que aquella que hubiera puesto de moda esta especie de veleta buenrollista con el cerebro en paradero desconocido. Así lo dicen aquí, y si lo dicen es que será verdad. Para hacer el mejor zumo limpiador (léase detox) estos son los Tips (los tips quedan muy chic) de la receta:

  • Vegetables cold pressed (vegetales prensados en frío): Con este método de extracción los ingredientes, nutrientes y antioxidantes no se oxidan ni degradan y por tanto se mantienen más intactos.
  • Organic (ecológico): Por razones obvias las frutas y verduras deben estar libres de pesticidas [es decir, también por razones obvias, para comerte todo el estiércol con el que se abonan]
  • Raw & unpasteurized (crudo y sin pasteurizar): Utilizar verduras crudas que no se han calentado maximiza los nutrientes
  • Never High Pressure Pascalization (Nunca recurras a verduritas sometidas a procesos de Pascalización mediante altas presiones): Algunos fabricantes desaprensivos de la industria alimentaria guayona, pero malotes en su ser más íntimo, recurren a la Pascalización mediante altas presiones con el fin malicioso de alargar la vida útil de los zumos de las verduritas ecológicas, lo que les permite distribuirlos con seguridad en distintos puntos de venta y realizar envíos de sus productos a las tiendas de comestibles. No siempre será posible, pero por el bien de tus enzimas antioxidantes que vas a detoxificar es mejor elegir eco-licuaditos sin Pascalizar [Va en serio que me sentiría muy defraudado si no hubiera por ahí ningún vendedor de mandangas orgánicas partiéndose de risa)

La realidad (activada)

El carbón activado en realidad es una sustancia de uso sanitario ante situaciones reales de intoxicación. Es decir, algo que afortunadamente no se da en el día a día: si no te has comido una ración de setas ponzoñosas (u otras cosas venenosas por vía oral) nadie necesita ningún zumo detox y mucho menos que esté aderezado con el ¿de verdad? atrayente carbón activado.

Este elemento que en definitivas cuentas no es absorbible por la mucosa intestinal, se usa en situaciones críticas y puntuales para reducir la absorción de determinados fármacos, si es el caso, o de algunas sustancias tóxicas o venenos que se hayan podido ingerir accidentalmente o de forma voluntaria y con el fin de impedir en lo posible su absorción. Además, es interesante saber que aunque la eficacia del carbón activado no está bien documentada para todos los medicamentos y venenos, este se ha convertido en un elemento protagonista en la mayor parte de los protocolos de (verdadera) intoxicación. Es decir, la administración de dosis importantes de carbón activado tiene la finalidad médica de “arrastrar” aquella sustancia nociva que por la causa que fuera está presente en el tracto gastrointestinal, siendo su uso hospitalario.

Al mismo tiempo, la amplia capacidad adsorbente (ahora con «d») del carbón activado le hace ser también un elemento indispensable en determinadas máscaras de gas, filtros de agua… y en plantillas para que no te canten los pinreles.

En realidad, y volviendo a la cuestión alternativa, la cantidad que se añade de carbón activado a los zumos de la discordia es prácticamente anecdótica en relación a su uso racional en el ámbito hospitalario. Es decir, lo único que se consigue es dotar a la tontería licuada de un glamour inversamente proporcional a su efecto real. Lo más gracioso del tema es que en base a su poder adsorbente, este ingrediente también es capaz (y no poco) de robar, quelar, secuestrar, adsorber algunos nutrientes como por ejemplo las vitaminas del grupo B (tiamina, niacina, piridoxina, biotina) y el ácido ascórbico (vitamina C) con lo que su uso, además, implica un licuadito limpiador menos nutritivo que si no se usara el carbón de marras, o sea, menos vitamínico.

En resumen, el carbón activo no “limpia” ni detoxifica nada que no se encuentre en el tracto digestivo de quien lo ingiere, salvo, eso sí, unos cuantos, no pocos euros de la cartera. Porque la bobada esta es de todo menos eficaz para lo que se propone y barata.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

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Nota: esta entrada ha tomado como inspiración este post del blog Science-based Medicine

Imagen: Instagram/LuliTonix

Productos y dietas milagro: mucha legislación, (casi) cero control

Método LevUna de las preguntas que más a menudo me realizan es si está permitido (casi) todo lo que vemos en la publicidad y promoción de productos y dietas milagro; y mi respuesta es que ese casi todo al que se refiere mi interlocutor está en la mayor parte de los casos textualmente prohibido por la legislación española o europea que nos afecta. Sin embargo…

Sin embargo, esta contestación suele crear cierta incredulidad en quien la recibe y argumenta, no sin cierta lógica, que si está prohibido, es decir, que si es ilegal, como es que hay tanta basura entre las alegaciones, las promesas y las garantías del peso que se va a perder con la dieta o el producto en cuestión.

Yo que no soy jurista y por lo tanto no soy experto en la interpretación de las leyes, solo encuentro una explicación, y es porque no hay control. Hay mucha legislación, pero (casi) nadie hace nada por hacerla cumplir. Vamos con un ejemplo.

Supongamos algo muy fácil de suponer: que estuviera prohibido conducir un automóvil sin ponerse el correspondiente cinturón de seguridad. Suponiendo, ahora sí, que todos fuéramos unos inconscientes y que su uso solo dependiera de lo que dijera la norma y no de que estuviéramos perfectamente convencidos de su utilidad (yo me pongo el cinturón no para evitar la multa, sino para evitar males mayores en caso de accidente) su uso o no dependería exclusivamente del temor de que a alguien le cazaran sin el cinturón puesto. Pues bien, en estos casos si se supiera que no hay efectivos de la Guardia Civil para hacer cumplir esta norma, o si los hubiera cada rara vez que cazaran a alguien sin el cinturón le pararan para echarle una regañina y decirle que tiene que ponérselo… nadie se lo pondría. Es lo que pasa cuando hay legislación pero no hay (casi) nadie velando por hacerla cumplir.

Pues esto mismo es lo que pasa con las alegaciones referentes a los productos y dietas milagro. Nuestra legislación prohíbe con poco género de dudas:

  • Sugerir propiedades específicas adelgazantes o contra la obesidad,
  • Proporcionar seguridades de alivio o curación cierta,
  • Hacer referencia a su uso en centros sanitarios o a su distribución a través de oficinas de farmacia,
  • Aportar testimonios de profesionales sanitarios, de personas famosas o conocidas por el público o de pacientes reales o supuestos, como medio de inducción al consumo,
  • Pretender sustituir el régimen de alimentación o nutrición comunes,
  • Atribuir a los productos alimenticios, destinados a regímenes dietéticos o especiales, propiedades preventivas, curativas u otras distintas de las reconocidas a tales productos conforme a su normativa especial,
  • Sugerir o indicar que su uso o consumo potencian el rendimiento físico, psíquico, deportivo o sexual
  • Utilizar el término «natural» como característica vinculada a pretendidos efectos preventivos o terapéuticos.

Por si te parece poco (lo que está prohibido) nuestra legislación relativa a los productos alimenticios destinados a ser utilizados en dietas de bajo valor energético para reducción de peso prohíbe de forma directa:

la inclusión en el etiquetado, la publicidad y la presentación de los productos cubiertos por las mismas de cualquier referencia al ritmo o a la magnitud de la pérdida de peso a que puede llevar su consumo, así como a la disminución de la sensación de hambre o al aumento de la sensación de la saciedad.

Son muchas las marcas, sistemas, “laboratorios”, franquicias, productos, suplementos y sustitutos dietéticos que se ponen la legislación por montera. ¿Por qué? Pues por que no hay control… y si los pillan, palmadita en los hombros y a no ser malote… un que no te vea yo otra vez… y punto.

Y no lo hacen a escondidas precisamente… desde mi punto de vista, la publicidad ilícita, se realiza a partir de canales de difusión masiva, en grandes medios de comunicación, sin cuya participación esto no tendría tanto sentido. Algo que además está también prohibido según se recoge también en nuestra legislación:

Las agencias de publicidad, periódicos, revistas, emisoras de radio y televisión y cualquier otro medio de comunicación no admitirán publicidad que contravenga lo dispuesto en este Real Decreto.

Pues bien, sin ir más lejos y conste que es uno entre decenas de ejemplos posibles, la foto que ilustra este post de “Método Lev, comer para adelgazar” (¡adiós 7 kilos en 30 días!) está sacada de un número de hace pocas semanas de la conocida revista HOLA.

Pero hay más, mucho más, por ejemplo Naturhouse, que sin ambages y como tantas otras franquicias de su misma clase, ofrece testimonios así como “soluciones” para perder unos kilos de forma exprés. Todo ello por no hablar del “mercado” en Internet… que además de escandaloso es cosa aparte.

En el caso de los escasos “pillados” las sanciones acciones contra ellos son de risa. Como te decía, palmadita en los hombros y a seguir, que son dos días. Esto es lo que se contrasta, por ejemplo en el caso del “denunciado” Té chino del Dr. Ming o con la alcachofa de Laón y tantos otros.

Incluso, cuando el ilícito es especialmente grave (al menos a mi juicio) la solución es la misma, regañina suave, retirada del producto o publicidad y hasta otro día. Tal es el caso del complemento alimenticio “VIGORAXIA cápsulas” que sin ningún género de dudas publicita(¿ba?) ese aumento de la potencia sexual tan deseado por muchos. Y resulta que no lo sancionan, ni lo retiran por la publicidad a todas luces ilícita, sino por contener y no declarar una sustancia farmacológica, tal y como señala la Agencia Española del Medicamento. Te recuerdo que la presencia de fármacos no declarados en determinados complementos alimenticios no es infrecuente. Sin embargo, aquí tienes muestra de cómo se está prohibiendo su comercialización y promoción.

¿La solución? No tengo ni idea de cual es la solución a estas cuestiones ni si esta ha de pasar por sacar los colores a nuestras autoridades.

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Imagen: @juan_revenga

Leer determinados blogs puede salvarte la vida (y leer otros ponerla en peligro)

Pocas bromas, o mejor ninguna, con la noticia de un luctuoso acontecimiento fruto de una irracional y poco recomendable, pero frecuente, carrera en pos del adelgazamiento exprés. Del rápido, del milagroso, del cómodo… del peligroso. Me refiero en concreto a eso de comprar pastillas que prometen perder peso, eliminar la grasa y todas esas cosas que molan mucho… sobre el papel o mejor dicho sobre la pantalla del ordenador.

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Este es el relato, el homenaje si se prefiere, ya que así fue publicado en la página web de la policía local, de una madre que hace apenas una semana vio morir a su hija de 21 años que había comprado e ingerido unas pastillas adelgazantes:

Un homenaje a Eloise Aimee Parry, escrito por su madre Fiona Parry:

La mañana del domingo amaneció clara y fresca. Ya a la hora de comer se levantó bastante viento, las fuertes ráfagas parecían anunciar una próxima tormenta. Sin embargo, el cielo era de un azul brillante, casi sin nubes, lleno de promesas.

En aquel momento no sabía que ‘Ella’ [diminutivo de Eloise] había comprado unas pastillas adelgazantes en Internet. Estas pastillas contenían una sustancia conocida como DNP (2,4-dinitrofenol) que no es apta para el consumo humano debido a su toxicidad. Había tomado una cantidad de “pastillas adelgazantes” por encima de las que el envase recomendaba tomar y no tenía modo alguno de saber lo peligrosas que podían llegara ser. ¿Cuántos de nosotros hemos pensado “Si una pastilla funciona… tomar una o dos más no le puede hacer daño a nadie”?

Cuando comenzó a sentirse mal fue por su propio pie al hospital donde la ingresaron inmediatamente en urgencias. Mi hija relató sin miedo y perfectamente lúcida las pastillas que había tomado. En aquel momento todavía parecía encontrarse más o menos bien. Pero estas sensaciones cambiaron de forma súbita cuando se conoció el informe de toxicología poniendo de manifiesto la verdadera gravedad de la situación. El producto se había dispersado por todos los sistemas, no había antídoto, y menos aun sabiendo que mi hija se había tomado ocho comprimidos, siendo que dos ya constituían una dosis letal.

A medida que el estado de salud de Eloise se deterioraba, el personal de urgencias hacía todo lo posible para estabilizarla. Conforme la sustancia se diseminaba por su organismo el metabolismo de ‘Ella’ se disparaba; y aunque en el hospital se hacía todo lo posible por frenarlo… era una lucha en vano contra un enemigo que cada vez se hacía más fuerte. Mi hija se estaba literalmente “quemando” desde el interior. Cuando dejó de respirar, le aplicaron respiración asistida y siguieron luchando por salvarla. Pero cuando su corazón se detuvo no pudieron reanimarla ya. Mi hija reventó. Tomó tanto DNP que las consecuencias fueron inevitables. En esas condiciones el personal sanitario jamás tuvo la menor posibilidad de salvarla. Mi hija se carbonizó y reventó.

En el exterior, el viento había parado y llovía mansamente.

Alrededor de las 15:00 del domingo 12 de abril de 2015, mi hija, Eloise Aimee, murió de una sobredosis.    

Nunca tuvo la intención de quitarse la vida. Nunca supo realmente lo peligrosas que eran las pastillas que tomaba. La mayor parte de nosotros no creemos posible que una pastilla adelgazante pueda matar.

El DNP no es una pastilla milagrosa para adelgazar. El DNP es un tóxico letal. Es similar a TNT en su estructura. El TNT es un explosivo. El DNP hace que el metabolismo se dispare hasta hacerlo explotar hasta el punto de jugarnos la vida.

Esta sobrecogedora historia podría haber tenido otro final… o directamente no haberse producida jamás si esta pobre chica hubiera tenido la suerte (o el interés) de formarse una opinión contrastada al respecto de los peligros que tenía el hacer lo que finalmente hizo.

La cuestión de la información

2,4-Dinitrophenol

2,4-Dinitrophenol (o DNP, el «quemagrasas» de mierda)

Entre muchas de las características con las que se puede definir nuestro tiempo, se podría decir con poco género de dudas que vivimos en la era de la información. Pero esta particularidad, virtuosa en ciertas ocasiones, se torna defecto y peligro cuando el volumen de la información es de tal magnitud que impide o dificulta el trillado de la misma. Tenemos mucho acceso a mucha información… pero tanto a la buena como a la mala y en ciertas ocasiones se hace difícil el poder discernir la una de la otra. Máxime cuando en el caso de la mala información suele haber intereses solapados (o no tan solapados, los crematísticos suelen ser los más habituales) de forma que esta, la información inconveniente, en realidad se nos presenta especialmente atractiva y resplandeciente… más incluso que aquella que es válida.

Traigo todo esto a colación porque un reciente estudio ha puesto de relieve el importante y beneficioso papel que pueden desempeñar algunos blogs. Me refiero a las ventajas que tendría el seguir fuentes de información más o menos contrastada y por lo tanto más o menos válida, a la hora de acercarse o mantener uno estilo de alimentación saludable. Así, el estudio Exploring Women’s Beliefs and Perceptions About Healthy Eating Blogs: A Qualitative Study (Averiguando las creencias y percepciones de las mujeres sobre los blogs de alimentación saludable: un estudio cualitativo) puso de relieve, entre otras muchas que:

Esta muestra de 33 mujeres valoró de forma positiva la credibilidad de aquellos blogs de alimentación saludable conducidos por dietistas-nutricionistas colegiados, así como la posibilidad de contacto con estos profesionales y que este tipo de medios posibilitan. Este tipo de blogs podrían proporcionar un interesante punto de partida con apoyo empírico, para el diseño de intervenciones dirigidas a la prevención de las enfermedades crónicas relacionadas con los estilos de alimentación.

El estudio en sí tiene muchas lagunas: la muestra es muy pequeña, además de unas determinadas características socioeconómicas y no otras, el análisis se hace a partir de tan solo 4 blogs, etcétera. Pero desde luego me parece un interesante punto de partida para poner de relieve la labor que pueden estar realizando muchos de los blogs escritos por personas con criterio cualificado.

Estoy convencido que si en el caso de Eloise Aimee Parry hubiera habido una mayor presencia de blogs confiables en su idioma que advirtieran de lo peligroso de su conducta, la probabilidad de acabar como acabó hubiera sido mucho menor. Una pena en cualquier caso y que en mi situación invita a apretar los dientes y a estar más convencido aun más si cabe de mí trabajo.

Si te ha gustado este post quizá te interese consultar:

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Nota: MI agradecimiento por las aportaciones para realizar este pos a Miguel Lurueña (@gominolasdpetro) y a Eduard Baladía (@EBaladia y @EvidNutrition)

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Imagen: Eloise Aimee Parry, foto tomada de la página web West Mericia Police con fines educativos y Wikimedia Commons

La dieta del grupo sanguíneo: tan útil como la del color de ojos

Jeringa

Como ya he dicho a menudo, las diferentes dietas milagro que en la actualidad gozan de una mayor o menor presencia en la población general distan mucho de ser novedosas. Algunas, las más clásicas, conviven sin apenas variaciones desde tiempo casi inmemorial entre nosotros. Entre estas, las más típicas serían por ejemplo, la dieta de la alcachofa, la de la sopa de col (con amplio seguimiento en el mundo anglosajón), la del sirope (de arce)… y, por supuesto, la del grupo sanguíneo. Cierto es que estas dietas “clásicas” alternan periodos de esplendor con otros de aletargamiento, pero a fin de cuentas siempre están ahí para poder echar mano de ellas cuando la absurda necesidad por encontrar una solución mágica, rápida… pero también ineficaz, aprieta. Otras, menos clásicas en su apariencia, no suelen consistir en otra cosa más que en un lavado de cara de otras dietas anteriormente olvidadas a las que se le cambia el nombre, se le pone una imagen diferente y se las recicla… uno de los ejemplos más típicos de este caso sería la dieta Dukan… una dieta hiperproteica como cualquier otra anterior pero con el sello de calidad de un médico francés. Es decir, más de lo ya conocido (y olvidado en cierta medida) pero con otro nombre y merchandaising para que parezca algo nuevo.

Bueno, a pesar del rutilante éxito del ya casi extinto método Dukan (quién lo hubiera dicho hace un par de años, ¿eh?) el post de hoy está dedicado a una de las clásicas, una de esas que apenas sufren modificaciones a lo largo del devenir de los años. Me refiero a la dieta del grupo sanguíneo.

¿En qué consiste la dieta del grupo sanguíneo?

Este sistema dietético es aquel que postula que nuestra salud se va a ver influida de forma importante en virtud de nuestro patrón alimenticio (algo con lo que no cabe sino estar de acuerdo) pero que a su vez habrá de ser diferente en base al grupo sanguíneo de cada persona. Es decir, la dieta del grupo sanguíneo postula que con el fin de obtener un máximo beneficio sobre la salud, incluido el adelgazar, cada persona debería comer de forma diferente en base a los diferentes grupos sanguíneos básicos A, B, AB y 0. No tengo la menor intención de entrar a definir que es lo que deberían comer y evitar las personas en función de su grupo sanguíneo, para eso ya están las páginas que defienden su utilidad… Quién mejor que el hijo del fundador de esta propuesta dietética (y principal impulsor actual de la misma) para que nos explique en qué consiste la dieta ideal de las personas con el grupo A, con el grupo B, con el grupo AB… y con el 0. Así pues, hablando como es el caso de una “dieta generacional” en el sentido de que es el hijo el que defiende las propuestas originales del padre, creo preciso hacer un poco de historia.

La historia de la dieta del grupo sanguíneo

SangrePara conocer el germen de este planteamiento es preciso retrotraerse hasta principios del siglo XX cuando Karl Landsteiner descubrió y tipificó los grupos sanguíneos que hoy conocemos como A y B, y su distinta expresión fenotípica en virtud de los 4 serotipos que todo el mundo conoce: A, B, AB y 0.

A partir de este conocimiento con importantes implicaciones en el terreno de las transfusiones un tal James D’Adamo (el padre) se inventó allá por la década de los años ’50 una película que, carente de todo rigor científico, tenía cierta lógica interna a la luz de la ciencia de aquellos años. En resumen, el argumento de esa película viene a decir que la existencia de los distintos grupos sanguíneos no serían otra cosa que el fruto de la evolución y que surgieron como respuesta al distinto entorno alimentario en el que vivieron nuestros antepasados. Así, según el inventor (que gran adjetivo) de esta teoría el grupo 0 se consideraría el fenotipo “ancestral” o primigenio, grupo a partir del cual evolucionaron el resto (algo bastante cuestionable de entrada ya que todo apunta a que realmente fue el grupo A ese serotipo “ancestral”). En este caso pues el grupo 0 sería el cazador-luchador y le correspondería comer cosas que se hacían bajo este perfil (y evitar el resto), el grupo A sería el recolector-agricultor (ídem que anterior), el grupo B el ganadero (ídem que anteriores) y el grupo AB, el más evolucionado, sería una mezcla de los dos anteriores y podría beneficiarse, más o menos, de una dieta mixta.

La verdad sobre la dieta del grupo sanguíneo

A pesar de lo bonita de esta historieta y de lo coherente que pudiera resultar a primera vista y en aquellos años, se trata de una patraña como la copa de un pino a la luz de evidencia más actual.

Aunque jamás de los jamases sus defensores (primero el padre y luego el hijo, Peter) han podido demostrar fehacientemente su eficacia (lo que le va bien a las personas de un grupo sanguíneo le va mal a otro y viceversa) este método ha gozado de tiempo en tiempo de cierta relevancia entre la población general, nunca entre la comunidad sanitaria. Precisamente por su elevado impacto popular se han publicado algunos artículos que dejan más que clara su escasa validez. El primero de ellos una revisión sistemática de todo aquello que pudiera aportar cierta luz sobre el tema: Blood type diets lack supporting evidence: a systematic review (Ausencia de pruebas que apoyen la evidencia del grupo sanguíneo) que deja poco margen para la duda ya en su título… y concluye que:

En la actualidad no existe ninguna evidencia que otorgue validez a los supuestos beneficios sobre la salud de las dietas basadas en el grupo sanguíneo. Para validar sus afirmaciones, se requerirían estudios que compararan los resultados de salud entre aquellos participantes que siguieran una dieta en base a su grupo sanguíneo concreto (grupo de intervención) y aquellos otros participantes que continuaran con una dieta estándar (grupo control) con el mismo grupo sanguíneo.

Y claro… a pesar de lo que ha llovido desde los años ’50 y como esto no se ha hecho… no hay pruebas de que funcione.

Otro de los artículos, más reciente, de 2014: ABO genotype, ‘blood-type’ diet and cardiometabolic risk factors (Los genotipos A, B y 0; las dietas en base al grupo sanguíneo y los factores de riesgo cardiometabólico) concluye que:

Seguir determinadas propuestas dietéticas según el patrón de las conocidas como dietas del grupo sanguíneo está asociado con algunos beneficios sobre los factores de riesgo cardiometabólico. Sin embargo, estas asociaciones son independientes del genotipo A, B, AB o 0 de los individuos. Por tanto, estos hallazgos no apoyan la hipótesis de las dietas basadas en los grupos sanguíneos.

Alerta fraude

¿Qué quiere decir esto? Pues muy sencillo, que alguna de las cuatro propuestas típicas que se incluyen dentro del planteamiento dietético “del grupo sanguíneo” parece ser beneficioso para la salud cardiovascular, pero que el efecto de dicha dieta, es independientemente beneficioso del grupo sanguíneo del individuo. Es decir, imaginemos que alguien propone tres dietas diferentes en virtud del color de ojos: marrones, verdes o azules. La primera dieta podría estar caracterizada (por decir algo) por la riqueza de dulces, bollería y refrescos; la segunda por la presencia de grasas trans, sal y la ausencia de fibra… y la tercera, para los de ojos azules, por verduras, frutas y hortalizas. Lo que nos está queriendo decir este estudio es que, efectivamente, hay una dieta dentro del planteamiento “come en virtud del color de tus ojos” que es más beneficiosa que el resto (la dieta para ojos azules) pero que esta es beneficiosa con independencia del color de ojos.

¿Y cuál es la dieta que según la teoría de “come según tu grupo sanguíneo” es más beneficiosa… pero para todo el mundo? Pues sin lugar a dudas aquella que supuestamente está indicada, solo, para personas con grupo sanguíneo A. Es decir, la que enfatiza un amplio consumo frutas y verduras, al tiempo que un bajo consumo de productos cárnicos. Algo que no tendría que extrañar a nadie ya que este patrón es similar al que recomiendan todas las instituciones sanitarias serias con el fin de reducir el riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

La puntilla adelgazante

Además de lo dicho, suficientemente contundente y de rabiosa actualidad, en 2007 el Ministerio de Sanidad Español realizó una revisión de las dietas milagro más frecuentes en nuestro entorno en la que la dieta del grupo sanguíneo era una de las incluidas. Así, en un trabajo firmado por la Organización Médica Colegial, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética se afirma de esta dieta que:

No existe una relación comprobada desde el punto de vista científico entre el tipo de sangre y la utilización de tejido graso. La prohibición de alimentos hace que la dieta esté asociada con sensaciones de hambre y sufrimiento, e induce a la pérdida de masa libre de grasa, en vez de masa grasa.

Por su parte el portal de Internet MedLine (un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU) incluye esta estrategia adelgazante dentro de las consideradas dietas milagro o de moda.

A pesar de lo dicho, todo apunta a que los libros que promueven esta solemne tontería a partir de diversos autores, además del original, seguirán siendo un éxito editorial. Es lo que tienen los clásicos… que mucha gente es fiel a ellos .

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Nota: agradezco a Luis Jiménez (@centinel5051) y a Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) sus aportaciones para la realización de este post

Imágenes: gameanna, dream designs, Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Tiramos comida a punta de pala… de retroexcavadora

Señores, esto es una vergüenza. Una puta vergüenza. Somos unos pijos, elitistas, desalmados, insolidarios, despreocupados, irracionales, crueles y… encima quejicas. Yo el primero.

El tema no por conocido deja de ser grave… más al contrario, precisamente por lo mucho que lo sabemos desde hace tiempo, es más y más grave a cada día que pasa.

Carne podrida

Trabajaba el otro día de noche delante del ordenador con la televisión encendida, como tantas otras veces, con la pantalla tonta de locuaz acompañante cuando empezó el programa de Comando Actualidad sobre el desperdicio de la comida. Habitualmente soy capaz de mantener un ojo y las manos sobre el teclado, mientras con el otro ojo sigo, más o menos, algunos programas. El otro día fue imposible, lo que estaba viendo me dejó absorto. Y creo que no es para menos.

A todo lo largo y ancho de eso que se llama casi de forma burlona cadena alimentaria se produce un desperdicio y expolio de recursos que no tiene nombre… y nosotros, nuestros dirigentes (nacionales, europeos, supranacionales…) tenemos la culpa. Mientras otras personas, me importa un carajo que estén en países más o menos lejanos, se mueren de hambre y sufren importantes carencias nutricionales. Y aquí, no solo tiramos la comida sino que cuando lo hacemos, además, impedimos que esas personas tengan acceso a esa comida despreciada. Solomillos, pulpo, langostinos, lomos, rodaballos… son enviados desde las grandes superficies de distribución para la fabricación de pienso para mascotas una vez que su fecha de caducidad ha superado el segundo menos uno. O tirar al mar capturas que, por la regulación que sea, no puede llegar a puerto y ser vendida y, entonces, se arroja por la borda, muerta, en alta mar. O aquello de las raciones pantagruélicas en la restauración… raciones desmesuradas que, con independencia del comensal, se sirven con uniforme y absurda indiferencia… somos ricos o qué… más vale que sobre que no que falte. Por no hablar de nuestra responsabilidad más destacada a la hora de comprar alimentos como si no hubiera mañana, haciendo acopio de víveres por encima de nuestras posibilidades de consumo y como si el holocausto nuclear estuviera a la vuelta de la esquina.

Como digo una vergüenza que no sé muy bien qué solución tiene. Fácil desde luego no será. Desde luego me parece que ese arreglo ha de abarcar distintas esferas. De entrada nosotros mismos, como individuos particulares, hemos de adquirir más criterio a la hora de comprar y de gestionar nuestros recursos, pedir lo justo en los restaurantes (aunque luego sean los responsables los que lo terminen tirando). Al mismo tiempo sería preciso que nuestros dirigentes, esos políticos de corbata o coleta, tanto da, se pongan en serio para poner freno a este silencioso crimen contra la humanidad. En realidad, esos países donde los niños mueren de hambre no están tan lejos geográficamente hablando. El punto más alejado de la Tierra de otro dado cualquiera está tan solo a unos 20.000 km más o menos; y eso, hoy en día, no es una distancia insalvable. El problema es que la lejanía entre donde está la comida y donde esta falta no es geográfica, es conceptual y moral… y esa distancia sí que me parece que, también a día de hoy, es más difícil de recortar.

Si no lo has hecho, te sugiero que veas el programa en cuestión. La comida no se tira, de Comando Actualidad… dura una hora.

Además, es posible que te interese consultar:

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Imagen: Mister GC vía freedigitalphotos.net

Aloe vera y limón para limpiar el colon y adelgazar en personas de cerebro deshabitado

WC-MomiaMi buen amigo y vecino Alfred López (@yelqtls) me hace llegar a través de Facebook su inquietud al respecto, una vez más, de otra típica propuesta buenrrollista y desustanciada para perder peso y “limpiar el colon”. Su desasosiego, no me extraña, parte de contrastar el éxito viral de este escrito, en el que se propone algo que para los que llevamos más de dos telediarios en el ajo, no es precisamente novedoso. Se trata de seguir supuestos tratamientos quemagrasa, adelgazantes y purificantes a partir de consumir zumo de limón y Aloe vera… auténticos clásicos, tanto lo del limón y como lo del Aloe, en el mundillo alternativo de la charlatanería nutricional.

Parece mentira que a día de hoy el texto en cuestión se haya compartido a través de Facebook más de 110.000 veces (y subiendo) y tenga más de 700 comentarios, la mayoría haciendo palmas a la propuesta. Un caso con el que es difícil no establecer algunas conexiones con el asunto del raspamanzanas. Ni que decir tiene que su contenido está cuajado de propuestas sin la más mínima justificación, que suenan bonito, que nos gustarían que fuesen verdad… pero que no tienen ni pies ni cabeza. Aquí lo tienes íntegro para que lo puedas contrastar:

Limpieza del colon y pérdida de peso con tan solo 1 vaso de Aloe Vera y Limón al día

El aloe vera y el limón tienen propiedades depurativas naturales que ayudan al organismo a eliminar los residuos y toxinas. También los dos son excelentes “quemagrasas”.

Al ingerir limón y aloe vera se metabolizan mejor los ácidos grasos, provocando que el tejido adiposo se elimine de forma natural. El aloe vera también regula y estabiliza los niveles de la glucosa en la sangre.  El aloe vera es un laxante natural que favorece la movilidad intestinal y una limpieza profunda del colon, lo que provoca una mejor digestión de los alimentos, la eliminación de las toxinas y con ello se consigue un mejor equilibrio en el organismo. Se debe tener pendiente que limpiar el colon es una de las formas principales con las que las personas pueden perder peso de forma natural.

Las formas básicas de ir adelgazando gracias al aloe vera, es consumir esta planta a través de jugos y licuados que nos permitan beneficiarnos de sus virtudes y propiedades depurativas y quemagrasas.

Se extrae el zumo de 1 limón, 1 cucharada de Gel de Aloe Vera y se vierten en 1 vaso de agua. Para extraer el gel del aloe se abre la hoja con un cuchillo y se retira el gel con una cuchara. Luego se llevan todos los ingredientes al fuego y se va moviendo hasta que todo quede bien mezclado y que el Aloe se licue. Para endulzar se añade 1 cucharada de miel y se bebe tibio. ¡LISTO! ¡Muy sencillo y rápido de preparar!

Este jugo se deberá consumir solo por 10 días consecutivos, cada mañana en ayunas. Después de tomarlo no se debe ingerir nada hasta luego de 1 hora. De esta forma se consigue que el organismo elimine las toxinas y se depure, y que se inicie el día de la mejor manera posible con un cuerpo purificado y con los intestinos limpios. Además de ser muy potente este jugo es muy agradable al paladar.

Sobre la “limpieza de colon”

La estrategia de la “limpieza de colon”, más allá de tener sus aplicaciones legítimas en el mundo sanitario, es una propuesta que causa furor dentro de determinadas corrientes alternativas. Ni que decir tiene que vaciar (por aquello de “limpiar”) el colon de una persona le hará perder peso, que no adelgazar, al igual que vaciar (por aquello de “limpiar”) por ejemplo sus cuencas oculares o su cráneo… si puntualmente se eliminan las heces de su hábitat natural, el colon, es evidente que se pesará menos que con ellas… lo mismo que si se quitan los ojos o el encéfalo de sus lugares anatómicos propios. Pero esto y adelgazar, como es fácilmente comprensible, no tiene nada que ver.

Como decía, la “limpieza de colon” tiene una aplicación práctica reconocida en el mundo de la sanidad y consiste, en esencia y por resumir, en la preparación de un paciente para pruebas diagnósticas e intervenciones en la que es preciso “limpiar” el campo de intervención para tener una mejor visibilidad. Me refiero principalmente a colonoscopia, endoscopia, hemorroideictomía… En estos casos, además de seguir una dieta total (no ingerir nada) durante un cierto tiempo, al paciente se le suele aplicar un enema para, precisamente, “limpiar” la zona que posteriormente va a ser observada o intervenida.

Más allá de esta fundada utilidad y de sus protocolos, hay quien en el entorno alternativo propone hacerse una de estas limpiezas con enemas de composición diversa. Una de las más habituales es la conocida como “sal epsom” (con “m” y sin tener nada que ver con las impresoras, en realidad, sulfato de magnesio). El caso es que esta sal, en este mundillo, puede ser utilizada bien por vía oral como anal (para enemas) con distintos propósitos… y también con algunos resultados… fatales derivados de su utilización.

Pero este no es el caso de la propuesta de hoy, la supuesta limpieza y adelgazamiento se hace por vía oral y los protagonistas son el Aloe vera y el limón.

El Aloe vera, su efectividad y toxicidad

Aloe Vera

A pesar de lo mucho que en el entorno de la charlatanería se hace defensa del Aloe vera y sus supuestos beneficios depurativos y sanadores, la ciencia no solo no ha encontrado nada serio al respecto sino que ha manifestado que de lo que habitualmente se dice de él en este sentido es una tontería mayúscula.

Así, la Autoridad Europea Alimentaria de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido su opinión científica al respecto de la consulta sobre varias de sus propiedades. En este enlace puedes encontrar su posicionamiento sobre sus capacidades detoxificantes, depurativas, coadyuvante en la “limpieza” o “purificación”, eliminación de metales pesados, mantenimiento de la función intestinal, etcétera. Su conclusión: nada de nada; no hay una relación contrastada de causa y efecto entre su consumo y las citadas propiedades.

Pero es que más allá de sus presuntos y falaces beneficios, el consumo de extractos de Aloe vera no está libre de peligrosos riesgos… y estos sí que están contrastados, tal y como se puede comprobar en este enlace.

En resumen: deja las cacas donde están, estas no tienen nada que ver con el adelgazamiento ni con la eliminación de grasas… y donde están, están bien siempre que no coincida alguna patología asociada. Es lamentable que los mensajes en sentido contrario tengan el impacto que tienen entre la población general… está claro que el tema de las cacas no mola, así por deporte, pero su lugar es el que es y el hecho de «eliminarlas» ya está metabólicamente previsto más allá de absurdeces purificadoras.

Y sobre el limón, qué decir… el único “limón” con propiedades antigrasa lo encontramos en el Fairy con el mismo aroma… y punto. Bajar a la altura de estos señores para rebatir sus planteamientos cítrico-fito-eco-molones, me parece más absurdo aún que sus planteamientos.

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Imagen: Marco Torresinmarkuso vía freedigitalphotos.net