El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

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No te preguntes si alguien sigue la dieta paleolítica… él te lo dirá

El concepto de paleo dieta en mi opinión parte de una hipótesis, plausible, pero en definitivas cuentas una hipótesis, que sostiene que buena parte de las enfermedades metabólicas actuales más prevalentes son fruto de una disonancia evolutiva entre lo que “estamos diseñados” para comer y lo que finalmente estamos comiendo. Todo ello se podría enunciar, muy en resumen, afirmando que la dieta occidental actual nos enferma porque se aleja en gran medida del patrón dietético que tenían nuestros antepasados recolectores-cazadores.

Hombre paleolítico

A pesar de que la fiebre paleodietética está ahora alcanzando unas cotas importantes, es preciso conocer que no es un planteamiento precisamente actual, pudiendo encontrar las primeras propuestas en este sentido hace más de 30 años.

Sin embargo no ha sido hasta ahora que podamos encontrar una definición más formal de dieta paleolítica acudiendo a la base de datos de términos médicos de la  Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos que acaba de actualizar su contenido incorporando el término dieta paleolítica, y que más o menos dice así:

Se trata de un plan nutricional basado en la presunción de la dieta que seguían los antepasados del ser humano en etapas pre agrícolas. Se compone principalmente de carne, huevos, nueces, raíces, frutas y verduras frescas; y excluye los cereales, las legumbres, los productos lácteos y los azúcares refinados.

Existen pocas dudas al respecto de que la dieta que sigue buena parte de la población del primer mundo es bastante mejorable, al tiempo que, en general, buena parte de las propuestas paleodietéticas son bastante más recomendables que esa dieta a la que me he referido como “bastante mejorable”. De hecho, reconozco que nuestro actual patrón de consumo de alimentos es excesivo en productos que son ricos hidratos de carbono refinados (principalmente en forma de azúcares añadidos) ácidos grasos trans y sodio… al tiempo que pobres en fibra, determinados ácidos grasos que sin ser obligatoriamente esenciales son especialmente beneficiosos para nuestra salud y otros micronutrientes. Pero al parecer, reconocer que la forma en la que comemos no es la más adecuada y que es preciso, por salud, incentivar otros modelos alimentarios no basta para convertirse y ser distinguido como un seguidor y promotor de la paleovida; ya que de otro modo a estas alturas yo sería un paleonutricionista… y va a ser que no.

Sombras en la paleo-dieta

El caso es que hay paleocosas que no me convencen en absoluto ya que hay bastantes zonas oscuras en sus planteamientos. La primera pega que le veo es que es prácticamente imposible encontrar un consenso al respecto de cuáles son sus preceptos ni tan siquiera entre sus más fervientes defensores. Mientras algunos especialistas aconsejan el consumo de ciertos alimentos y no de otros o de un cierto reparto de macronutrientes, otros autores discrepan y proponen planteamientos sensiblemente diferentes. Este matiz no debiera ser demasiado preocupante habida cuenta que esta misma pega la podemos encontrar en otros planteamientos dietéticos más convencionales y tradicionales como la dieta mediterránea. Dieta de la que tampoco es fácil encontrar unanimidad en sus planteamientos más básicos.

Para continuar con otra gran pega, para mí la mayor desde un punto de vista más definitorio, es que al llamar “dieta paleolítica” a este planteamiento hay que reconocer que el periodo paleolítico abarca la friolera de… ¡2,8 millones de años! ¿Acaso la especie humana siguió el mismo patrón dietético y de estilo de vida durante 2,8 millones de años como para poder etiquetar ahora esa dieta con la marca paleolítica? ¿Acaso siguieron las distintas tribus, clanes y estirpes los mismos patrones con independencia de su localización geográfica? Imaginemos las dietas de tribus de América y de Eurasia ¿no crees que habría diferencias significativas en su patrón alimentario?

El caso es que los antropólogos y los historiadores tienen bastantes problemas para identificar el patrón alimenticio de los asentamientos humanos con tantos años… pero lo que sí se tiene bastante claro es que comían lo que pillaban y desde luego el colesterol, la glucemia o el ácido úrico no iban a ser elementos que condicionaran su dieta. Es más muchos especialistas coinciden en reconocer que en determinadas zonas y épocas del paleolítico se comían legumbres y cereales.

Por último en el apartado de sombras, no podemos olvidar que al hilo de los planteamientos paleodietéticos se están haciendo fabulosas, al tiempo que descontextualizadas alegaciones de salud derivadas de su seguimiento tal y como refiere Edzard Ernst en su muy recomendable blog (estar más ágil y fuerte, tener más resistencia, ser menos vulnerable a los antojos, aumentar la libido, una mayor claridad mental, tener una piel y unos ojos más claros… entre otros muchos y pretendidos beneficios… entre los que no falta la pérdida de peso)

Luces en la paleo-dieta

Lo anteriormente expuesto no quiere decir que las propuestas dietéticas y de estilo de vida de quienes promueven comer “paleo” sean dañinas, ni mucho menos. Es más, estoy casi seguro que el seguimiento de aquellas directrices dietéticas amparadas bajo el paraguas “paleo” en contraposición al actual patrón dietético sea más beneficioso que perjudicial. Es cierto que hay estudios esperanzadores que ponen de relieve los beneficios de comer-vivir paleo… pero, todo hay que decirlo, las evidencias sólidas son bastante escasas habida cuenta de lo escaso que suelen ser las muestras en estos estudios. Además, esos buenos indicios se observan para enfermedades como la diabetes y no para fruslerías como el aumento de la libido o similares para lo que no hay nada… de nada.

En cualquier caso, sigo opinando que los beneficios encontrados se hallan detrás más del abandono de los descabellados estilos de consumo actuales (ricos y abundantes en alimentos procesados, refrescos, cereales refinados, etcétera) que del seguimiento de planteamientos paleo, en los que prescindir de la leche, los cereales o las legumbres, por definición) me parece más un suvenir sin sentido de este nuevo negocio, que un motor de los posibles beneficios hasta ahora hallados.

En resumen, mi opinión sobre movimiento “paleo” al menos en lo que a dieta se refiere, es que me parece una moda auspiciada por ciertos empresarios que, apoyados en determinados científicos, han querido explotar (una vez más) la ingenuidad de la población en materia de alimentación aprovechándose de un cuento muy, muy viejo y que además no sabemos realmente como fue pero que suena muy idílico.

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Nota: El blog bajará la persiana durante la segunda quincena de julio. Retomaremos el ritmo habitual a partir del 3 de agosto.

Como todo no va a ser pureza dietética y control calórico, aquí os dejo un video, solo para disfrutar, que me han hecho llegar dos personas a las que adoro, mis hijas Carolina y Adriana. En él se ve la interpretación (playback de un tema de Rita Pavone) de Luciano Rosso y de esa maravillosa niña-rara que dedican a un alimento especialmente rico en hidratos de carbono: ¡las papas!

¡Buen verano everybody!

Actualización 2015/07/14: Los contenidos originales de este post se han visto modificados ya que según se me ha hecho saber, algunos alimentos que se citaban como prohibidos en los planteamientos paleo (en concreto patata y tomate) no lo son tal. Mi especial agradecimiento y reconocimiento a Carlos Ríos (@nutri_rivers) por sus aportaciones y comprensión ante mis errores.

Además, os invito a que dejéis de leer bajo ningún concepto este artículo de de Oscar Picazo (@OscarPicazo) sobre Paleodieta.

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Imagen:  vectorolie vía freedigitalphotos.net

La dieta macrobiótica: una perspectiva sobre su origen, postulados, riesgos y beneficios

Yin_Yang

Tocaba ya el comentar en el blog el tema de la famosa dieta macrobiótica. Lo cierto es que sin comerlo ni beberlo la semana pasada recibí tres consultas al respecto de este peculiar planteamiento dietético y, por si esta no fuera poca casualidad, un compañero me hizo llegar un video con muy poca gracia en el que se ve a los participantes de la actual edición de Masterchef en un taller de cocina macrobiótica… No sé que tendrá que ver el culo con las témporas, pero sea como fuere tanta carambola macrobiótica ha facilitado sin duda alguna este post. Voy a tratar de ser lo más aséptico posible en la descripción del asunto y de esta forma, inicialmente, acudir en la mayor parte de los casos a las fuentes que están a favor de este sistema y que por lo tanto lo promueven. Posteriormente daré mi opinión y las razones en las que la fundamento.

Origen de la Macrobiótica

Hay pocas dudas a la hora de hacer descansar el nacimiento de la cuestión macrobiótica tal y como hoy la conocemos (más o menos) en una persona concreta: George Ohsawa (1893-1966), un japonés que estableció una característica forma de comer en base al equilibrio entre el Yin y el Yang, dos conceptos de la filosofía taoísta que expresan la eterna dualidad de todo lo existente en el universo y que son al mismo tiempo fuerzas opuestas pero complementarias.

Desde una perspectiva más práctica según el análisis que realizó en 2011 el Ministerio de Sanidad sobre el estado de las terapias alternativas, la dieta macrobiótica se definió como “una manera de comer basada en el principio de equilibrio del Yin y el Yang. Se basa en la búsqueda del equilibrio físico y emocional a través de la nutrición”.

También en sentido formal la base de datos de encabezados de terminología médica define la dieta macrobiótica como: “Una forma de interpretar la nutrición fundamentada en el consumo de granos de cereales integrales, legumbres, verduras cocidas y en el principio chino Yin-Yang. Aboga por una dieta consistente en alimentos ecológicos y cultivados en proximidad a su lugar de consumo, verduras de temporada, ricas en carbohidratos complejos, a la par que menos grasas, azúcares y alimentos procesados ​​químicamente”.

En cualquier caso, los expertos en macrobiótica hacen sus interpretaciones. De este modo se expresa literalmente el propio centro (La Biotika) donde se llevó a cabo el taller de cocina macrobiótica para los participantes de Masterchef al respecto de esta filosofía de vida/alimentación:

La macrobiótica es el estudio y aplicación del Orden del Universo en la alimentación y en nuestra vida cotidiana.

Está basada en la observación y aplicación de este Orden, teniendo en cuenta la energía de los alimentos [Nota: por energía en este contexto no se entienden ni calorías ni julios… ni nada que se parezca formalmente hablando al concepto de “energía”], no de sus propiedades ya que estos al mezclarse con nuestros jugos digestivos se transforman.

El organismo utiliza la energía de los alimentos ingeridos para construir nuestras sustancias. Para mantener nuestra salud o restablecerla es necesario comer alimentos vivos como los cereales, que son alimentos con memoria y con luz. También se utilizan verduras de raíz (son las que tienen más energía) verduras de hoja de temporada y del lugar, legumbres, fruta del tiempo, excepto la naranja, que nos produce mucha acidez y está manipulada genéticamente, pescado, carne blanca, sal marina, miso, tamari y gomasio. Se evitan los alimentos extremos como la carne roja, los quesos, la charcutería, los huevos, las frutas tropicales, la miel, el azúcar, la leche, el café, las bebidas industriales y todo lo que no proceda directamente de la tierra o que haya pasado por la industria, incluida la industria dietética.

Para saber si un alimento es más Yin o más Yang hay que observar su origen, apariencia, composición, mecanismo [¿?] y finalidad. Conociendo y observando este Orden, nos convertimos en nuestros propios médicos, nos hacemos libres y no dependemos del juicio de los demás.

[…]

Para saber que nuestros riñones funcionan adecuadamente hay que observar si hacemos pipí tres a cuatro veces cada 24h y para saber que el estado de nuestro intestino es el adecuado, nuestras deposiciones tiene que ser sin olor (si hay olor hay fermentación), enteras (si se deshacen hay exceso de acidez) y que floten (si se hunden hay exceso de proteínas). Observando y aplicando este Orden, nos hacemos libres y felices [¿?].

(Ahí queda eso)

Los niveles de la dieta macrobiótica

Bien. Más allá de las interpretaciones más o menos personales de quien en España dicen ser expertos en esta filosofía, el grueso de aquellos que estudian y practican un estilo de vida macrobiótico (o “vida prologada” según su etimología ‘Macro’ = grande o largo; y ‘Bio’ = vida) reconocen que la forma de alimentación macrobiótica está jerarquizada en 10 niveles que van desde el -3 al 7, sin pasar por el cero. No he sido capaz de averiguar el porqué de esta curiosa forma de numerar diez niveles. Lo normal, digo yo, hubiera sino numerarlos del 1 al 10 (me pregunto por qué no los numeraron del -4 al 6 o del 592 al 601… solo por decir dos de entre las infinitas posibilidades)

El caso es que partiendo del nivel -3, el de iniciación, y con el objetivo de llegar al séptimo nivel 7 de máxima excelencia, el macrobiótico practicante va a tener que ir adaptando la composición de su dieta en base a las siguientes proporciones de alimentos:

Imagen1

Datos adaptados de Macrobiotic Guide

Tal y como se puede contrastar, la dieta macrobiótica además de basar sus postulados en las características Yin o Yang de los distintos alimentos (atribuciones que realiza sin guardar lógica alguna) es un patrón que tiende claramente al vegetarianismo para acabar siendo una dieta cerealista especialmente restrictiva. Así, las cinco primeras dietas (desde -3 a +2) incluyen alimentos de origen animal pero en una proporción claramente decreciente. A partir de ese punto (en las dietas +3 a +7) se prescinde de los alimentos de procedencia animal, serían por tanto veganas con cantidades crecientes de cereales. De hecho, el último peldaño dietético está compuesto exclusivamente por cereales en grano que además ni tan siquiera pueden cocinarse (si triturarse, pero tampoco demasiado).

Riesgos macrobióticos

Una buena parte de la población que conoce algo del tema macrobiótico suele asociar a este planteamiento oriental una imagen más o menos saludable sin conocer que en realidad, una vez en la autopista macrobiótica, su trayectoria conduce hacia un estilo dietético francamente restrictivo y deficitario en numerosos micronutrientes además de en proteínas, tal y como se puede contrastar con facilidad. Así, los riesgos de llevar una dieta macrobiótica a sus últimos niveles podría aumentar el riesgo con bastante probabilidad de ser deficitarias en proteínas, hierro, calcio, vitaminas A, D, C y B12; y por lo tanto aumentar el riesgo de anemia, escorbuto e hipocalcemia, entre otros. Tal es así que desde el punto de vista epidemiológico la dieta macrobiótica ya cuenta con víctimas mortales. Fallecimientos atribuibles en la mayor parte de los casos a llevar hasta sus últimas consecuencias sus postulados. Pero hay más.

Las múltiples alegaciones y propiedades que hacen descansar en la dieta macrobiótica quienes la promueven (como por ejemplo afirmar en ocasiones con no poca vehemencia que sirve para curar el cáncer) hace al mismo tiempo que aumenten las probabilidades de que determinadas personas abandonen tratamientos verdaderamente efectivos en favor de esta dieta… con su consiguiente riesgo.

Beneficios macrobióticos… y mi opinión

Veamos, prescindir del azúcar o de los alimentos que la incorporan en cantidades importantes como la miel; prescindir al mismo tiempo de alimentos procesados; no pasarse con los alimentos proteicos, en especial con las carnes rojas… hacer un uso más o menos importante de alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas); priorizar el consumo de alimentos de temporada y cercanía… son mensajes con los que me he mostrado muy alineado tanto en mi vida profesional como a lo largo de muchos de los artículos de este blog. Son consejos que muchos de mis compañeros dietistas-nutricionistas darían con el fin de seguir un patrón de alimentación saludable. Sin embargo, hay víctimas colaterales (desde el punto de vista alimentario) que no tienen ni pies ni cabeza: ¿por qué se evitan las naranjas, las frutas tropicales, los huevos, etcétera?

Porque son más o menos Yang… o porque son más o menos yin… o vaya usted a saber, se me contestará. Es decir, los criterios sobre los que se construye este patrón dietético no tienen ni pies ni cabeza, no se han demostrado jamás y dudo mucho que se demuestren nunca… Déjame que te ponga un ejemplo práctico de las razones a través de las cuales se promociona este el estilo dietético. El siguiente fragmento está entresacado de uno de los libros que en la actualidad mejor acogida está teniendo en esto de la alimentación de estilo Zen (de clara inspiración macrobiótica), esta obra se llama “Revitalízate” y su autor el médico (sí, con carrera de medicina) es Jorge Pérez-Calvo:

El cereal yin (con alta carga electromagnética atrae la energía celeste yang) y al mismo tiempo su calidad yang con respecto a la tierra hace que también atraiga a la energía terrestre hacia arriba. La energía celeste por vocación llegará hasta la tierra. Así se consigue un completo flujo del chi (energía) por todo el cuerpo. Se universaliza más el pensamiento y asume una visión más holística de la realidad.

Con la carne de polaridad yang, se repele y atrae menos energía celeste. Se focaliza más la mente y se siente más atracción por lo terrestre, lo material y lo concreto. Promueve una mentalidad más materialista y menos empática con el entorno.

Es decir, poesía Zen en estado puro sin lógica alguna. En mi caso particular, si me lo hubieran vendido como que hay una tipificación de los alimentos entre aquellos que favorecen el aumento del nivel de midiclorianos y otros alimento que los disminuyen… con el fin de acercarte más al conocimiento de La Fuerza de La Guerra de las Galaxias (nada que ver con Newtons, kilopondios ni Dinas), ciertamente que un servidor hubiera quedado más complacido.

Imagen2

Ahora en serio; las recomendaciones dietéticas que se postulan desde la macrobiótica pueden ser más o menos recomendables en sus primeras etapas, pero desde luego no por sus extravagantes explicaciones que pertenecen más al terreno de lo esotérico que de la ciencia. Además, en los niveles más avanzados la dieta macrobiótica supone en mi opinión un riesgo para la salud por sus claras carencias nutricionales. Todo ello sin olvidar el riesgo que supone que a alguien con una enfermedad importante se le llene la cabeza de pájaros y termine abandonando un tratamiento efectivo y basado en la evidencia. Y es que, puestos a asumir la existencia de extrañas energías en los alimentos para construir un determinado planteamiento dietético… ¿qué nos impedirá creer en fantasías e ideaciones netamente más peligrosas? ¿cuándo una «locura» pasa de ser solo divertida a ser peligrosa??

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Imagen: digitalart vía freedigitalphotos.net y Alec Guiness caracterizado de Obi-Wan «Ben» Kenobi de http://es.starwars.wikia.com/wiki/Obi-Wan_Kenobi

El joyero adelgazante de la madre de Norman Bates

La impúdica desvergüenza con la que operan algunos a la hora de aprovecharse de la desesperación de otros para adelgazar no tiene magnitud conocida en este universo; digamos que es infinita aun a sabiendas de que seguro me quedo corto.

Después de aquella bobada de los anillos de silicona adelgazantes que te contaba hace dos años en este post (y que naturalmente por ahí siguen para quien quiera adquirirlos), recientemente he tenido conocimiento de la existencia de otros chistófanos milagrosos con los que por un módico precio, y con un estilo inconfundible (magufo donde los haya), se nos propone adelgazar de nuevo a base de simplezas similares.

En concreto se trata de unos pendientes y una pulsera diseñados a tal efecto… al efecto de engañar, timar, estafar, etc. con la cuestión adelgazante me refiero. Realmente comparten muchas similitudes con los anillos de los que te hablaba hace tiempo. La principal el uso de palabrería pseudocientífica y alusiones a algunas terapias alternativas (acupuntura, reflexología, puntos de energía, acupresión, bio-magnetismo, medicina china…) para convencerte que con estos elementos se facilita el adelgazamiento. Sin embargo, no sé si te has dado cuenta, pero hay una gran diferencia con los casos que hoy te acerco: los anillos en cuestión no tienen ni pizca de glam, son de silicona y se usan “ocultos” o en la intimidad (al menos así sugiere su apariencia), pero en sentido contrario, los pendientes y la pulsera están diseñados para fardar lucirlos (y al mismo tiempo adelgazar, claro). Sin ir más lejos la pulsera se anuncia como ¿con? Swarovski Elements… me pregunto si los responsables de Swarovski estarán al corriente del uso de su nombre. No creo que les haga ni pizca de gracia.

Pulsera adelgazante

Sea como fuere con esta estrategia lo de “para presumir hay que sufrir” pasa a la historia, ahora, se presume, se goza y se adelgaza al mismo tiempo… Ya me estoy imaginando el típico diálogo de dos madres cuando por ejemplo coincidan en la puerta del colegio a la hora de recoger a los niños:

– Uuuuuy que pendientes más monos llevas hija

– Pues sí, moníiiisimos, y ¿sabes lo mejor?

– ¿Qué?

– Que son adelgazantes…

– ¡Aaaaarg… no… qué fueeeerte! ya decía yo que te habías puesto muy magnífica en este último mes… de qué otra forma se explican tus actuales 62 kilos…

– Perdona… 58,5 kg si no te importa

– Ay hija, valeeeee, pues eso… que cómo se podían explicar tus 58,5 kg y esa estupenda figura cuando hace apenas unos pocos meses estabas en 128 kg.

– Pues sí hija, calla… pero cuidadín, que el otro día me metí en la cama con aquellos anillos de silicona adelgazantes de los que te hablé hace un par de años puestos en el dedo gordo de los pinreles. Además me coloqué dos juegos de pendientes también adelgazantes en las orejas y seis brazaletes liporemodeladores en cada brazo… ¡Pues no veas que susto!…

– Ay hija, no pares, ¿¡qué te pasó!?

– Pues que al poco rato como te decía de acostarme empecé a notar una fuerte conmoción en los chakras… como si se me desalinearan, es decir, como si algo me estuviera consumiendo desde dentro…

– ¡Qué fuerte!

– … Mi marido se asustó muchísimo al verme, dijo que se me estaba poniendo cara de higo seco, que me parecía a la madre Norman Bates…

– Esto, para. No tengo ni idea de quién es Norman Bates y menos de la cara que tiene su madre.

– Jopé chica que poco mundo tienes… pues la madre del prota de Psicosis

– Pichicosis… no caigo… una serie nueva, supongo…

– Madre mía… ¡No! Psicosis, ¡la peli de Hitchcock!

– ¿La peli.. de quién?

– A ver, déjalo… Te decía que mi Manolo me dijo, muy asustado, que se me estaba poniendo un aspecto muy desmejorado, como de una tía muy chunga y enjuta… ¿lo pillas?

– Buehhh… más o menos… pero cuenta, ¿qué pasó entonces?

– Yo estaba medio petrificada y gracias a Manolo que me empezó a quitar uno a uno toda la quincallería bio-magnética pude salir de aquel vórtice adelgazante de auto combustión energético-ayurvédica, reflexológica y acupresiva… fue horrible…

– ¿Qué?

– Nada, déjalo, que menos mal que me los quité, que si no ahora en vez de pesar 57 kg…

– Hace un momento me has dicho que pesabas 58,5…

– Ya, pero como bien te has fijado llevo los pendientes puestos y calculo que ahora estaré en unos 57 (no veas lo bien que funcionan) y eso… que si no me llega a quitar mi Manolo la ferralla pues seguro que ahora estaría en plan radiografía de alguna de anoréxica.

– Ya lo pareces…

– ¿Cómo dices?

– Nada, nada… estoooo que si ya tienes los lápices… los que se dejó el otro día mi hijo cuando fue a vuestra casa.

 

Psicosis

Mujer obesa que se quedó dormida con unos pendientes y tres pulseras adelgazantes puestas (recreación)

Por muy ridículo que resulte el pensar que alguien puede picar en estos fraudes de opereta resulta que no hay pocas personas, al menos en la versión que yo dispongo se me informa que al menos 833 personas han adquirido los pendientes famosos en menos de una semana de oferta (que por 9€ cada pareja se totaliza la bonita cifra de casi 7.500€)… lo que te decía por activa y por pasiva en mi libro Adelgázame, miénteme un negocio redondo para timar, exprimir y defraudar a los consumidores. Al final un engañabobos como otro cualquiera pero que, como decía aquel, la presencia de engañabobos en el mercado solo es posible ante la existencia de bobos… y de eso en esta sociedad por lo que se ve vamos servidos.

 

Pendientes adelgazantesCaptura

Una vez más y antes de despedirme me gustaría saber a qué juega nuestro Misterio Ministerio de Sanidad… si esto no es un fraude de libro que contraviene la ley de publicidad y la ley de productos y servicios con pretendida finalidad sanitaria que venga Dios y lo vea. Y no será porque los promotores de este tipo de fraudes se esfuercen en ocultarse precisamente.

Si te ha gustado esta entrada quizá te interese consultar:

Alerta magufo: adelgazantes anillos de silicona

Nutrición-área 51: “Ojo de halcón” para adelgazar

Nutrición-área 51: Tomar el sol por la mañana adelgaza (pero qué me estás contando)

Mujer consigue adelgazar porque la comida le huele a mierda y vende su sistema

Nutrición-área 51: dentífrico para adelgazar… y no es broma (que exista)

Nutrición-área 51: NIDORA®, cuando creías que ya lo habías visto todo

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Nota: Imprescindible agradecer las aportaciones para esta entrada de Juan Carlos Montero (@joancamt) y el resto de buena gente que aparece en la conversación de este twitt.

Imagen: giphy.com

La dieta del grupo sanguíneo: tan útil como la del color de ojos

Jeringa

Como ya he dicho a menudo, las diferentes dietas milagro que en la actualidad gozan de una mayor o menor presencia en la población general distan mucho de ser novedosas. Algunas, las más clásicas, conviven sin apenas variaciones desde tiempo casi inmemorial entre nosotros. Entre estas, las más típicas serían por ejemplo, la dieta de la alcachofa, la de la sopa de col (con amplio seguimiento en el mundo anglosajón), la del sirope (de arce)… y, por supuesto, la del grupo sanguíneo. Cierto es que estas dietas “clásicas” alternan periodos de esplendor con otros de aletargamiento, pero a fin de cuentas siempre están ahí para poder echar mano de ellas cuando la absurda necesidad por encontrar una solución mágica, rápida… pero también ineficaz, aprieta. Otras, menos clásicas en su apariencia, no suelen consistir en otra cosa más que en un lavado de cara de otras dietas anteriormente olvidadas a las que se le cambia el nombre, se le pone una imagen diferente y se las recicla… uno de los ejemplos más típicos de este caso sería la dieta Dukan… una dieta hiperproteica como cualquier otra anterior pero con el sello de calidad de un médico francés. Es decir, más de lo ya conocido (y olvidado en cierta medida) pero con otro nombre y merchandaising para que parezca algo nuevo.

Bueno, a pesar del rutilante éxito del ya casi extinto método Dukan (quién lo hubiera dicho hace un par de años, ¿eh?) el post de hoy está dedicado a una de las clásicas, una de esas que apenas sufren modificaciones a lo largo del devenir de los años. Me refiero a la dieta del grupo sanguíneo.

¿En qué consiste la dieta del grupo sanguíneo?

Este sistema dietético es aquel que postula que nuestra salud se va a ver influida de forma importante en virtud de nuestro patrón alimenticio (algo con lo que no cabe sino estar de acuerdo) pero que a su vez habrá de ser diferente en base al grupo sanguíneo de cada persona. Es decir, la dieta del grupo sanguíneo postula que con el fin de obtener un máximo beneficio sobre la salud, incluido el adelgazar, cada persona debería comer de forma diferente en base a los diferentes grupos sanguíneos básicos A, B, AB y 0. No tengo la menor intención de entrar a definir que es lo que deberían comer y evitar las personas en función de su grupo sanguíneo, para eso ya están las páginas que defienden su utilidad… Quién mejor que el hijo del fundador de esta propuesta dietética (y principal impulsor actual de la misma) para que nos explique en qué consiste la dieta ideal de las personas con el grupo A, con el grupo B, con el grupo AB… y con el 0. Así pues, hablando como es el caso de una “dieta generacional” en el sentido de que es el hijo el que defiende las propuestas originales del padre, creo preciso hacer un poco de historia.

La historia de la dieta del grupo sanguíneo

SangrePara conocer el germen de este planteamiento es preciso retrotraerse hasta principios del siglo XX cuando Karl Landsteiner descubrió y tipificó los grupos sanguíneos que hoy conocemos como A y B, y su distinta expresión fenotípica en virtud de los 4 serotipos que todo el mundo conoce: A, B, AB y 0.

A partir de este conocimiento con importantes implicaciones en el terreno de las transfusiones un tal James D’Adamo (el padre) se inventó allá por la década de los años ’50 una película que, carente de todo rigor científico, tenía cierta lógica interna a la luz de la ciencia de aquellos años. En resumen, el argumento de esa película viene a decir que la existencia de los distintos grupos sanguíneos no serían otra cosa que el fruto de la evolución y que surgieron como respuesta al distinto entorno alimentario en el que vivieron nuestros antepasados. Así, según el inventor (que gran adjetivo) de esta teoría el grupo 0 se consideraría el fenotipo “ancestral” o primigenio, grupo a partir del cual evolucionaron el resto (algo bastante cuestionable de entrada ya que todo apunta a que realmente fue el grupo A ese serotipo “ancestral”). En este caso pues el grupo 0 sería el cazador-luchador y le correspondería comer cosas que se hacían bajo este perfil (y evitar el resto), el grupo A sería el recolector-agricultor (ídem que anterior), el grupo B el ganadero (ídem que anteriores) y el grupo AB, el más evolucionado, sería una mezcla de los dos anteriores y podría beneficiarse, más o menos, de una dieta mixta.

La verdad sobre la dieta del grupo sanguíneo

A pesar de lo bonita de esta historieta y de lo coherente que pudiera resultar a primera vista y en aquellos años, se trata de una patraña como la copa de un pino a la luz de evidencia más actual.

Aunque jamás de los jamases sus defensores (primero el padre y luego el hijo, Peter) han podido demostrar fehacientemente su eficacia (lo que le va bien a las personas de un grupo sanguíneo le va mal a otro y viceversa) este método ha gozado de tiempo en tiempo de cierta relevancia entre la población general, nunca entre la comunidad sanitaria. Precisamente por su elevado impacto popular se han publicado algunos artículos que dejan más que clara su escasa validez. El primero de ellos una revisión sistemática de todo aquello que pudiera aportar cierta luz sobre el tema: Blood type diets lack supporting evidence: a systematic review (Ausencia de pruebas que apoyen la evidencia del grupo sanguíneo) que deja poco margen para la duda ya en su título… y concluye que:

En la actualidad no existe ninguna evidencia que otorgue validez a los supuestos beneficios sobre la salud de las dietas basadas en el grupo sanguíneo. Para validar sus afirmaciones, se requerirían estudios que compararan los resultados de salud entre aquellos participantes que siguieran una dieta en base a su grupo sanguíneo concreto (grupo de intervención) y aquellos otros participantes que continuaran con una dieta estándar (grupo control) con el mismo grupo sanguíneo.

Y claro… a pesar de lo que ha llovido desde los años ’50 y como esto no se ha hecho… no hay pruebas de que funcione.

Otro de los artículos, más reciente, de 2014: ABO genotype, ‘blood-type’ diet and cardiometabolic risk factors (Los genotipos A, B y 0; las dietas en base al grupo sanguíneo y los factores de riesgo cardiometabólico) concluye que:

Seguir determinadas propuestas dietéticas según el patrón de las conocidas como dietas del grupo sanguíneo está asociado con algunos beneficios sobre los factores de riesgo cardiometabólico. Sin embargo, estas asociaciones son independientes del genotipo A, B, AB o 0 de los individuos. Por tanto, estos hallazgos no apoyan la hipótesis de las dietas basadas en los grupos sanguíneos.

Alerta fraude

¿Qué quiere decir esto? Pues muy sencillo, que alguna de las cuatro propuestas típicas que se incluyen dentro del planteamiento dietético “del grupo sanguíneo” parece ser beneficioso para la salud cardiovascular, pero que el efecto de dicha dieta, es independientemente beneficioso del grupo sanguíneo del individuo. Es decir, imaginemos que alguien propone tres dietas diferentes en virtud del color de ojos: marrones, verdes o azules. La primera dieta podría estar caracterizada (por decir algo) por la riqueza de dulces, bollería y refrescos; la segunda por la presencia de grasas trans, sal y la ausencia de fibra… y la tercera, para los de ojos azules, por verduras, frutas y hortalizas. Lo que nos está queriendo decir este estudio es que, efectivamente, hay una dieta dentro del planteamiento “come en virtud del color de tus ojos” que es más beneficiosa que el resto (la dieta para ojos azules) pero que esta es beneficiosa con independencia del color de ojos.

¿Y cuál es la dieta que según la teoría de “come según tu grupo sanguíneo” es más beneficiosa… pero para todo el mundo? Pues sin lugar a dudas aquella que supuestamente está indicada, solo, para personas con grupo sanguíneo A. Es decir, la que enfatiza un amplio consumo frutas y verduras, al tiempo que un bajo consumo de productos cárnicos. Algo que no tendría que extrañar a nadie ya que este patrón es similar al que recomiendan todas las instituciones sanitarias serias con el fin de reducir el riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

La puntilla adelgazante

Además de lo dicho, suficientemente contundente y de rabiosa actualidad, en 2007 el Ministerio de Sanidad Español realizó una revisión de las dietas milagro más frecuentes en nuestro entorno en la que la dieta del grupo sanguíneo era una de las incluidas. Así, en un trabajo firmado por la Organización Médica Colegial, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética se afirma de esta dieta que:

No existe una relación comprobada desde el punto de vista científico entre el tipo de sangre y la utilización de tejido graso. La prohibición de alimentos hace que la dieta esté asociada con sensaciones de hambre y sufrimiento, e induce a la pérdida de masa libre de grasa, en vez de masa grasa.

Por su parte el portal de Internet MedLine (un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU) incluye esta estrategia adelgazante dentro de las consideradas dietas milagro o de moda.

A pesar de lo dicho, todo apunta a que los libros que promueven esta solemne tontería a partir de diversos autores, además del original, seguirán siendo un éxito editorial. Es lo que tienen los clásicos… que mucha gente es fiel a ellos .

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Nota: agradezco a Luis Jiménez (@centinel5051) y a Julio Basulto (@JulioBasulto_DN) sus aportaciones para la realización de este post

Imágenes: gameanna, dream designs, Stuart Miles vía freedigitalphotos.net

Aloe vera y limón para limpiar el colon y adelgazar en personas de cerebro deshabitado

WC-MomiaMi buen amigo y vecino Alfred López (@yelqtls) me hace llegar a través de Facebook su inquietud al respecto, una vez más, de otra típica propuesta buenrrollista y desustanciada para perder peso y “limpiar el colon”. Su desasosiego, no me extraña, parte de contrastar el éxito viral de este escrito, en el que se propone algo que para los que llevamos más de dos telediarios en el ajo, no es precisamente novedoso. Se trata de seguir supuestos tratamientos quemagrasa, adelgazantes y purificantes a partir de consumir zumo de limón y Aloe vera… auténticos clásicos, tanto lo del limón y como lo del Aloe, en el mundillo alternativo de la charlatanería nutricional.

Parece mentira que a día de hoy el texto en cuestión se haya compartido a través de Facebook más de 110.000 veces (y subiendo) y tenga más de 700 comentarios, la mayoría haciendo palmas a la propuesta. Un caso con el que es difícil no establecer algunas conexiones con el asunto del raspamanzanas. Ni que decir tiene que su contenido está cuajado de propuestas sin la más mínima justificación, que suenan bonito, que nos gustarían que fuesen verdad… pero que no tienen ni pies ni cabeza. Aquí lo tienes íntegro para que lo puedas contrastar:

Limpieza del colon y pérdida de peso con tan solo 1 vaso de Aloe Vera y Limón al día

El aloe vera y el limón tienen propiedades depurativas naturales que ayudan al organismo a eliminar los residuos y toxinas. También los dos son excelentes “quemagrasas”.

Al ingerir limón y aloe vera se metabolizan mejor los ácidos grasos, provocando que el tejido adiposo se elimine de forma natural. El aloe vera también regula y estabiliza los niveles de la glucosa en la sangre.  El aloe vera es un laxante natural que favorece la movilidad intestinal y una limpieza profunda del colon, lo que provoca una mejor digestión de los alimentos, la eliminación de las toxinas y con ello se consigue un mejor equilibrio en el organismo. Se debe tener pendiente que limpiar el colon es una de las formas principales con las que las personas pueden perder peso de forma natural.

Las formas básicas de ir adelgazando gracias al aloe vera, es consumir esta planta a través de jugos y licuados que nos permitan beneficiarnos de sus virtudes y propiedades depurativas y quemagrasas.

Se extrae el zumo de 1 limón, 1 cucharada de Gel de Aloe Vera y se vierten en 1 vaso de agua. Para extraer el gel del aloe se abre la hoja con un cuchillo y se retira el gel con una cuchara. Luego se llevan todos los ingredientes al fuego y se va moviendo hasta que todo quede bien mezclado y que el Aloe se licue. Para endulzar se añade 1 cucharada de miel y se bebe tibio. ¡LISTO! ¡Muy sencillo y rápido de preparar!

Este jugo se deberá consumir solo por 10 días consecutivos, cada mañana en ayunas. Después de tomarlo no se debe ingerir nada hasta luego de 1 hora. De esta forma se consigue que el organismo elimine las toxinas y se depure, y que se inicie el día de la mejor manera posible con un cuerpo purificado y con los intestinos limpios. Además de ser muy potente este jugo es muy agradable al paladar.

Sobre la “limpieza de colon”

La estrategia de la “limpieza de colon”, más allá de tener sus aplicaciones legítimas en el mundo sanitario, es una propuesta que causa furor dentro de determinadas corrientes alternativas. Ni que decir tiene que vaciar (por aquello de “limpiar”) el colon de una persona le hará perder peso, que no adelgazar, al igual que vaciar (por aquello de “limpiar”) por ejemplo sus cuencas oculares o su cráneo… si puntualmente se eliminan las heces de su hábitat natural, el colon, es evidente que se pesará menos que con ellas… lo mismo que si se quitan los ojos o el encéfalo de sus lugares anatómicos propios. Pero esto y adelgazar, como es fácilmente comprensible, no tiene nada que ver.

Como decía, la “limpieza de colon” tiene una aplicación práctica reconocida en el mundo de la sanidad y consiste, en esencia y por resumir, en la preparación de un paciente para pruebas diagnósticas e intervenciones en la que es preciso “limpiar” el campo de intervención para tener una mejor visibilidad. Me refiero principalmente a colonoscopia, endoscopia, hemorroideictomía… En estos casos, además de seguir una dieta total (no ingerir nada) durante un cierto tiempo, al paciente se le suele aplicar un enema para, precisamente, “limpiar” la zona que posteriormente va a ser observada o intervenida.

Más allá de esta fundada utilidad y de sus protocolos, hay quien en el entorno alternativo propone hacerse una de estas limpiezas con enemas de composición diversa. Una de las más habituales es la conocida como “sal epsom” (con “m” y sin tener nada que ver con las impresoras, en realidad, sulfato de magnesio). El caso es que esta sal, en este mundillo, puede ser utilizada bien por vía oral como anal (para enemas) con distintos propósitos… y también con algunos resultados… fatales derivados de su utilización.

Pero este no es el caso de la propuesta de hoy, la supuesta limpieza y adelgazamiento se hace por vía oral y los protagonistas son el Aloe vera y el limón.

El Aloe vera, su efectividad y toxicidad

Aloe Vera

A pesar de lo mucho que en el entorno de la charlatanería se hace defensa del Aloe vera y sus supuestos beneficios depurativos y sanadores, la ciencia no solo no ha encontrado nada serio al respecto sino que ha manifestado que de lo que habitualmente se dice de él en este sentido es una tontería mayúscula.

Así, la Autoridad Europea Alimentaria de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido su opinión científica al respecto de la consulta sobre varias de sus propiedades. En este enlace puedes encontrar su posicionamiento sobre sus capacidades detoxificantes, depurativas, coadyuvante en la “limpieza” o “purificación”, eliminación de metales pesados, mantenimiento de la función intestinal, etcétera. Su conclusión: nada de nada; no hay una relación contrastada de causa y efecto entre su consumo y las citadas propiedades.

Pero es que más allá de sus presuntos y falaces beneficios, el consumo de extractos de Aloe vera no está libre de peligrosos riesgos… y estos sí que están contrastados, tal y como se puede comprobar en este enlace.

En resumen: deja las cacas donde están, estas no tienen nada que ver con el adelgazamiento ni con la eliminación de grasas… y donde están, están bien siempre que no coincida alguna patología asociada. Es lamentable que los mensajes en sentido contrario tengan el impacto que tienen entre la población general… está claro que el tema de las cacas no mola, así por deporte, pero su lugar es el que es y el hecho de «eliminarlas» ya está metabólicamente previsto más allá de absurdeces purificadoras.

Y sobre el limón, qué decir… el único “limón” con propiedades antigrasa lo encontramos en el Fairy con el mismo aroma… y punto. Bajar a la altura de estos señores para rebatir sus planteamientos cítrico-fito-eco-molones, me parece más absurdo aún que sus planteamientos.

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Imagen: Marco Torresinmarkuso vía freedigitalphotos.net

‘Top-Five’ de dietas disparatadas para 2015

Cabeza bomba

Siguiendo con lo que empieza a ser ya una tradición te hago llegar lo que la Asociación Británica de Dietética (BDA) ha considerado como los modelos dietéticos más disparatados que al parecer van a tener un especial auge en este 2015.

Antes, por si quieres comprobar cuáles han sido los listados de años anteriores, puedes consultar este post en lo referente a 2013 y este para 2014.

Pues bien, sin más preámbulos veamos que es lo que la BDA considera como especialmente peligroso para este año desde el punto de vista dietético y que suelen aparecer a la estela de algún personaje más o menos famoso. Tan solo advertir que no todos los planteamientos de esta lista han de ser “adelgazantes”; es más, la mayor parte de los de este año se plantean como una forma de comer “más sana”, de “desintoxicarse” y demás películas en plan buen rollete.

5º Puesto

Maravillosa propuesta la de depurarse y “limpiarse por dentro” a base de comer arcilla o barro. Te lo conté en su día en esta entrada. Según este absurdo planteamiento, una simple cucharada de arcilla al día (no vale cualquiera, hay que comprársela a quienes han montado el tinglado) te mantiene desintoxicado de isótopos negativos y otras toxinas (ejem). Algo que sería muy divertido (para vérselo hacer a aquellos que lo proponen) sino fuera porque entre las arcillas que se comercializan con este fin, se han encontrado cantidades de plomo y arsénico significativas (ole, y ole).

4º Puesto

Se le llama en inglés la dieta VB6, que suena como a misil intercontinental o algo así, pero no. Responde a las siglas Vegan Before 6pm, que viene a ser una propuesta que invita a ser vegano “por horas”, en esencia entre las 06:00 y las 18:00… sin mayores recomendaciones de qué hacer a partir de las 18:00 y las 06:00 del día siguiente. Se trata de un sistema “con libro” pero sin pies ni cabeza, que me parece que es la expresión que más se ajusta a este tipo de planteamientos. Ya sé que en nuestro entorno resulta muy interesante animar a la gente a comer más alimentos de origen vegetal, pero así hacerlo no ha de implicar postular chorradas como esta del horario. Además, este plan aparenta dar por sentado que una dieta vegana es “per se” saludable… cuando lo cierto es que no tiene por qué ser así; de hecho hay veganos 100% que pueden llevar una dieta muy desequilibrada. Además, crear franjas horarias con este tipo de absurdos planteamientos abre de par en par las puertas al descontrol, a partir de las 18:00. Es por tanto un sistema sobre el que planea el peligroso y tontusco concepto de la compensación.

3º Puesto

La BDA otorga la medalla de bronce para la denominada “dieta sin azúcar”. A ver, supongo que se trata de llevar al extremo una sana recomendación, la de reducir nuestro actual consumo per cápita de azúcar. Tomamos mucho, demasiado y al parecer esta dieta propone pasar de la gran remojada a la gran secada eliminándolos en su totalidad, incluidos los presentes de forma “natural” en los alimentos (como es el caso de las frutas más en concreto) e incluso eliminar muy a menudo todos los alimentos que contengan alguna clase de hidratos de carbono. Tanto la BDA como yo mismo aconsejamos una reducción de los azúcares presentes en la dieta, en especial aquellos que provienen de alimentos procesados (refrescos, pastelería, galletería, dulces…) pero eso es una cosa, y la total eliminación es otra. Eliminar por completo los azúcares de la dieta implicaría además prescindir de verduras, frutas, productos lácteos, frutos secos. Además, en lo que resulta el colmo de las contradicciones, en no pocas ocasiones esta “dieta sin azúcar” sugiere sustituir el azúcar de adición por otros productos que no siendo en realidad azúcar como tal, lo contienen como ingrediente mayoritario, me refiero al agave, la miel, etcétera (para saber cuanto en la miel es azúcar pura y dura, puedes consultar esta entrada).

2º Puesto

La medalla de plata se la lleva una vieja conocida: la paleo dieta. Un planteamiento dietético que tiene casi tantas variantes y versiones como seguidores en el mundo. Por eso, dar una definición sobre qué es la paleo dieta es sumamente complicado ya que no se ponen de acuerdo ni entre sus defensores (es casi tan difícil como dar una definición de dieta mediterránea). Unos excluyen unos alimentos, otros los incorporan, otros los usan solo en determinadas circunstancias… Sé que me arrepentiré, pero para quienes no sepan de qué va esto de la paleo dieta, digamos que es una propuesta dietética inspirada en lo que podría haber comido el hombre prehistórico. Así pues, tanto la exclusión de grupos enteros de alimentos como algunas formas de prepararlos están a la orden del día y, desde mi punto de vista no tiene demasiado sentido. Conste que parte de una buena y muy deseable premisa: no consumir alimentos procesados. Pero el problema viene cuando, por ejemplo, hay quien plantea que un tomate o una patata entran dentro de “ lo procesado”… así, la cosa empieza a complicarse y no poco. Lo cierto es que además suelen tender a ser especialmente ricas en proteínas y se podría correr el riesgo de ser deficitarias en algunos nutrientes, incluido la fibra. Sin embargo, tampoco estoy de acuerdo con el balance que hace la BDA al advertir que su seguimiento es una garantía para sufrir deficiencias (y menos utilizando el tema de la exclusión de leche de la dieta y la deficiencia en calcio). Estoy convencido que un servidor podría llegar a compartir alguna de las miles de variantes que tiene lo que se ha dado en llamar paleo dieta. Ahora bien, así en principio, también es cierto que las dietas que empiezan con grupos de alimentos “a excluir” no son de mi especial devoción.

Y por último, en el primer puesto… la tontería de las tonterías, la reina de las simplezas dietéticas…

1º Puesto

La orinoterapia. No sé que más decirte… la orinoterapia es eso… beber tu propia orina con fines terapéuticos. El tema no es para nada novedoso; como buena parte de los disparates dietéticos sus seguidores apelan a un origen ancestral, las culturas orientales y demás. Sin ir más lejos, en España ya tuvimos hace años un sonado defensor de esta dorada tontería de la mano de Txumari Alfaro (conocido por conducir dar su opinión y la cara en un programa de éxito en los años 90, “La botica de la abuela”). Sí, el tema es como para ir a mear y no echar gota, pero es lo que hay, y por tanto, así están las cosas.

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Imágenes: holohololand freedigitalphotos.net

La dieta de los huevos, la dieta Perricone y… ¿la dieta de la Reina Letizia?

Letizia

Ya tardaba en saltar a la palestra dietética una nueva dieta con nombre propio. Desde la caída en desgracia (al menos en el olvido) de la anterior, la Dukan, parecía que nos sentíamos huérfanos de padre y madre sin una dieta a la que atribuirle una paternidad y, por supuesto a la que adoptar en jubilosa desesperación. Ya tardaba.

En honor a la verdad, esta dieta, la nueva, la Perricone (se lee “perricón”, leída en plan normal suena aun peor) no es por lo que se ve una dieta de adelgazamiento al uso, sino una forma de comer para obtener una apariencia radiante, un cutis luminoso y una mirada inocente a la par que jovial como la de un bebé de leche. Y claro, no lo dudes, con una minuta propia en la que determinados alimentos son los protagonistas y no otros. Según parece en este planteamiento dietético son indispensables los huevos, el salmón, los frutos rojos y el melón, pero no cualquier melón… en esta el que se estila es el cantalupo, para que me entiendas, el raro en estas latitudes, el que es más soso que Iniesta vendiendo helados… Anda que donde este un buen melón de La Mancha en plan “piel de sapo” le iba a decir yo al Perricone este qué podía hacer con su cantalupo.

Bueno, pero a lo que íbamos. El caso era hablar de la dieta esta y de porqué se ha hecho famosa. Al menos aquí en España se ha dado a conocer porque algún o alguna periodista cortocircuitó al enterarse que al parecer la Reina Doña Letizia desayuna huevo, en concreto (y no he sido capaz de enterarme si entre otras cosas) tres claras y una yema… y de ahí, con un salto mortal con triple pirueta, atribuirle a Doña Letizia una dieta con nombre propio: la susodicha Perricone. Esta dieta al parecer incluye este tipo de rutina entre sus preceptos para lucir lozano/a cual melocotón de agosto con la piel perlada de fino rocío mañanero.

Y estas cosas, ya sean fruto de la imaginación periodística de algún profesional de la tecla o de la presunta consulta a expertos de la que hace gala ABC (estaría bien conocer el calado de esos expertos cuyo nombre guardan torticeramente celosamente) son las que al parecer están sacando a la luz la dieta de marras… una dieta que como epítome de su excelencia tiene a personas de cabeza asentada, lógica y cabal donde las haya como embajadoras: Gwyneth Paltrow, Julia Roberts, Uma Thurman, Eva Mendes… en el extranjero, y en el panorama nacional, Nati Abascal, Patricia Conde y Eugenia Silva. Lo cierto es que depende del medio que consultes, que la lista de estas embajadoras aperriconadas varíe con no demasiada coincidencia.

Desayunas tres huevos y… ¡zasca! te atribuyen una dieta, de un médico, eso sí (ya sabemos que todos los médicos que ponen su nombre a sus dietas son personas respetables) y ¡hala… embajadora oficial! En este caso además una embajadora Real, para que no quepan demasiadas dudas.

Sobre las particularidades dietéticas es tampoco lo que he llegado a saber de esta dieta en particular que prefiero que seas tú el que las consulte en la web de origen. De todas formas ya lo he comentado; de menos a más destacan: el salmón (u otros pescados grasos), los frutos rojos, el famoso melón insípido y los huevos (en el desayuno). Pero como toda dieta que se precie… como en todas las dietas de los huevos, la cosa no acaba aquí. Al contrario, con esto solo se empieza.

La verdadera madre del cordero del sistema Perricone para presentar menos arrugas que Dorian Gray tras una sesión de botox y Photoshop consiste en… (sé que lo estás esperando) ¡en comprar los malditos productos que el propio Perricone se ha encargado de promocionar!

Pues sí amigos, ya lo veis. No se trata estrictamente de adelgazamiento pero sí que se trata de otra dieta más con:

  • El famoso criterio de autoridad de un “señor” médico para otorgarle credibilidad (mira que han de estar hasta los mismísimos… los médicos de verdad con este tipo de “compañeros”)
  • La famosa retahíla de productos y suplementos ad hoc (y especialmente caros) para comprar y en este caso, untárselos por el cuerpo (o tomárselos) además de seguir el aburrido y draconiano sistema dietético.
  • Los medios haciendo cábalas, palmas y “estupendos” artículos para mayor gloria de charlatanes indocumentados pero con una clara vis comercial.

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Nota: quiero agradecer  a , y sus aportaciones para la realización de esta entrada.

Imagen: GTRES

Nutrición-área 51: La dieta bulletproof (o dieta «indestructible»)

Bala manzana

No me digas que el nombrecito de la dieta de marras no es molón… la dieta a prueba de balas (bulletproof) o como yo me he tomado la libertad de adaptar: la dieta indestructible, que a fin de cuentas es un poco el mensaje que subyace cuando se utiliza esta expresión inglesa.

Adelanto también que me da un poco de pereza y malagana cuando, una vez más, toco estos temas de las dietas populares, de moda… o más llanamente, milagrosas. El caso es que esta en concreto apenas ha salido de su país de origen, Estados Unidos (pero me da la sensación que amenaza hacerlo) y al traerla hoy a portada sé que corro el riesgo de que, diga lo que diga, habrá a quién le sirva de punto de partida para “probar” la enésima bobada (cara)… y eso es lo que me da pereza y desespera; pero bueno, correremos el riesgo.

¿Cómo nace la dieta bulletproof?

Este planteamiento dietético surge de la imaginación y experiencia unipersonal de un tal Dave Asprey, inversor en tecnología, que afirma de sí mismo haber invertido más de 15 años y 300.000 dólares para “hackear” (burlar o piratear) su propia biología y de este modo conseguir: perder más de 45 kilos; aumentar su cociente intelectual en más de 20 puntos; rejuvenecer su edad biológica y; dormir de forma más eficiente y por lo tanto “perder menos tiempo” al hacerlo. Y todo ello gracias a su sistema dietético. Solo. Y digo solo porque además se jacta de conseguir todo ello, en especial lo de la pérdida de peso, sin la necesidad de hacer demasiado ejercicio (en realidad nada) y lucir un desarrollo muscular cuando menos “interesante”: no tiene desperdicio el tomar nota de las condiciones que, según su autor, han rodeado las circunstancias de la foto en el anterior enlace:

  • Durmiendo menos de 5 horas al día de media en los dos años previos;
  • Sin hacer en ese tiempo apenas ejercicio físico alguno salvo 4 sesiones de yoga y poco más; y
  • Comiendo una media de entre 4000 a 4500 kcal al día.

Según el autor se trata de “reconectar” la mente con su biología más corpórea y para enseñarte a hacerlo y que sepas comer con tal fin ha sacado a la venta su método en forma de libro y una panoplia importante de suplementos dietéticos y otras zarandajas entre las que se incluye una manta “de inducción” inductora (valga la redun-dun-dancia) del sueño para dormir de forma más efectiva (50$). Pero espera, aún hay más que diría superratón, entre sus sandeces propone el uso de unos “chistófanos” (que él comercializa, claro) para eliminar la “electropolución” de tus aparatos electrónicos y con ello aliviar ciertos síntomas tales como dolores de cabeza, problemas de concentración, pensamiento confuso, agitación, fatiga y estados depresivos (99$). Por si te vas de viaje también te ofrece la posibilidad de hacerte con un travel-kit a un poco módico precio, 49$. Y la cosa continua, no te creas: neuro-optimizadores a razón de 5.500$ de vellón que incluye el antivirus Norton 360 (… y por ese precio podría incluir hasta una Thermomix); una bombilla que facilita la secreción de melatonina (esto, mira, solo cuesta 15$); un “focalizador” cerebral por tan solo 600 pepinos… ¿que no sabes para qué sirve un “focalizador” cerebral? Pues es fácil: te lo colocas en donde procede, la cabeza, y te ayudará según Dave Asprey a tomar decisiones más lúcidas, a mejorar tu atención, a pensar con más claridad, a desarrollar tu memoria, a controlar tus emociones y cosas por el estilo (qué querías que hiciera… ¿milagros?). Y hay más, pero yo no tengo más ganas de seguir. Así que si estás interesado te invito a que visites su shop-web cuajada de cachivaches y suplementos varios.

¿En qué consiste la dieta bulletproof?

Si has llegado hasta aquí, reconócelo, las cuestiones dietéticas te traen al pairo, lo que tienes es ganas de echar unas risas más. El planteamiento dietético como tal es de traca… En esencia hay quien lo ha equiparado a una dieta tipo “paleo”… pero su creador va más allá y dice que su planteamiento, partiendo de ese inicio, es “aún mejor”: “Es más efectivo que los planteamientos paleodietéticos clásicos” apostilla… toma geroma…, del fuego a las brasas… o de Guatemala a Guatapeor… y con un par.

Con sinceridad, no me da la gana de comentar las sandeces dietéticas que este señor propone y que carecen de un nulo reconocimiento por parte de la comunidad científica y sobre las que no hay ni un ápice de literatura científica que corrobore sus postulados. Fiel a mi tradición crítica y para un mejor entendimiento, resulta más sencillo desacreditar un determinado planteamiento dietético fijándote en los “detalles” antes que en el meollo… digamos que se trata de seguir una estrategia más visual que conceptual: ¿Te imaginas al Barça o al Madrid saltando al terreno de juego con chancletas en una final de la Champions? Si eso suceriera, sabes bien que no son ni el Barça ni el Madrid, así que para qué demonios nos vamos a quedar para analizar “su juego”. No obstante, si quieres, tienes un resumen de las elecciones alimentarias que este sujeto invita a hacer para seguir su método aquí te dejo un enlace en el que se hace un ultra resumen de sus planteamientos. Como bien salta a la vista, aunque “su pirámide” tiene un pase (no me parece ni mucho menos lo peor) su forma de llevarla a la práctica contiene detalles en mi opinión absurdos… empezando por la glorificación de los productos ecológicos (y la criminalización de los transgénicos) y acabando por la promoción de un consumo desorbitado de “grasas buenas”… algo que podría estar alineado con otra matraca dietético-comercial que conocemos desde hace cerca de 20 años como es la dieta de la zona.

¿Cómo se va a dar a conocer probablemente?

Es probable que su asalto al viejo continente (ya se está produciendo en cierta medida) se propicie a partir de una de sus “armas” más aventadas: el café bulletproof o lo que es lo mismo un preparado a base de café ecológico, mantequilla idem y aceite de coco ídem (tranqui, Dave te lo proporciona todo en su tienda on-line libres de toxinas) con el que desayunar y abordar la fatigosa mañana que uno tiene por delante todos los días sin que las tentaciones, el hambre o el picoteo hagan mella en la voluntad de sus consumidores, además de proporcionar una energía asombrosa (si además te lo tomas en un vaso de precipitados como él hace en el vídeo en vez de en la típica taza el efecto se debe de multiplicar por 10)

En resumen

Pocas veces y con tanto descaro se promociona un sistema o método dietético (aunque incluye muchos otros elementos) con tanta parafernalia como para poderlo considerar un arquetipo de aquello que se conoce como dieta milagro. Su claro y único objetivo: hacer caja a base de decir y vender gili-memeces aprovechándose para ello de la crédula desesperación de algunas personas. Caer en sus redes supone dos claras consecuencias, seguro un menoscabo importante en la economía del incauto y muy probablemente un menoscabo en su salud. No me extrañaría que en la próxima edición ilustrada del DRAE la entrada “cantamañanas” trajera una foto de Dave Asprey.

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Imagen:  vectorolie vía freedigitalphotos.net

¿Ha muerto, acaso, la Operación Bikini?

Chica_básculaEl pistoletazo de salida de la Operación Bikini se parece más a un imaginario disparo en la sien que a otra cosa. De todas formas, para ser sinceros la frontera entre la Operación Bikini y el día a día cada vez me resulta más difusa. Quienes intentamos vivir de esto desde hace una serie de años tenemos, a resultas de esta perspectiva y de las actuales circunstancias, una visión particular del asunto. Me explico.

Respetando las normales discrepancias, mi perspectiva es que hasta hace no mucho tiempo había esencialmente tres momentos bastante definidos en el curso de un año natural en los que la tarantela adelgazante era especialmente patente, a saber: la campaña de nuevos y buenos propósitos de principio de año; la consabida operación bikini y; la vuelta de las vacaciones allá por el mes de septiembre más o menos. Todas ellas auspiciadas por diversas circunstancias que podría, cada una de ellas, ser objeto de un análisis particular. Pero eso hoy no toca.

Como digo, en mi opinión, las fronteras entre el comienzo de cualquiera de estas campañas y la siguiente es cada vez más ambigua… y no porque cada una de ellas se dilate en el tiempo hasta el punto de confundirse el momento de finalización de una con el principio de la siguiente, no. Se trata de que ya no hay campañas tal y como las entendíamos hace unos años y sí más de ser conscientes que la presión es tan constante que las campañas en sí son difíciles de distinguir. El caso es que la ¿evolución? de los tiempos nos ha llevado a una presencia continua de estas cuestiones adelgazantes. ¿Evolución entre interrogantes? sí, a modo de pregunta. Lo planteo así porque aunque en el concepto tal cual de evolución no esté presente el sentido de avance, creo que “evolución” implica para el común de los mortales un sentido de “avance” que se contrapone al de “involución” que, este sí, tiene claramente señalado un sentido de retroceso. Por eso digo que, al obtener una realidad negativa, peor que la anterior, a este cambio en las circunstancias se le debería atribuir un carácter más involutivo que evolutivo.

Así, prácticamente cada día, sin esperar a una temporada concreta saltan a la palestra asombrosos planteamientos dietéticos que persiguen esa pérdida de peso. No tienes más que darte una vuelta por el blog y contrastar sus contenidos. Los libros adelgazantes con mensajes complacientes a base de curiosos planteamientos dietéticos, el «descubrimiento» de turno de algún complemento milagroso, etcétera, ya no esperan al principio de año a al mes de mayo para darse a conocer… no. Los tenemos constantemente presentes en nuestras vidas y, si acaso, en esas épocas concretas a las que me refiero se realiza una ligera mayor presión. En cualquier caso nada tan descarado como lo de antes.

De todas formas eso no quita para que precisamente en esos momentos convenga hacer un llamamiento a la cordura y a la sensatez procurando que la especial debilidad de los consumidores no les convierta en víctimas propiciatorias de un entorno proclive al engaño a partir de fantásticas (nunca mejor dicho) promesas. Con este fin, ayer domingo participé en el programa Ser Consumidor de la Cadena Ser junto a otros destacados invitados (Julio Basulto, Juanjo Cáceres, Clotilde Vázquez y Elena Espeitx) y con Jesús Soria como maestro de ceremonia. Se trata de un monográfico totalmente dirigido al tema de “hacer dieta”: sí, no, de qué tipo, cuándo, de qué forma, con quién, sus mitos, etcétera. Te lo dejo en este enlace de a continuación. Espero que te guste.

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Imagen: marin vía freedigitalphotos.net

Nutrición-área 51: La dieta del hombre lobo

nixxphotography vía freedigitalphotos.net

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Ya sabéis que a estas páginas suelen llegar muchas dietas milagro que, normalmente no suelo incluirlas en la bizarra “Nutrición-área 51”, pero esta es ya el colmo.

Como puedes observar en esta ocasión se trata de la dieta del hombre lobo, aunque tal y como suele suceder en estos casos no es otra cosa más que un método del tiempo de nuestras abuelas (o casi) con un lavado de cara. Es decir, esto de la dieta del hombre lobo no es otra cosa que la conocida “de toda de la vida” como dieta de la luna.

Este hecho no vuelve sino a poner de relieve que en el mundillo este de las dietas milagro no es más que una cuestión cíclica o si se prefiere, de modas, o de quita y pon. Veamos, cuando sea que suceda una dieta digamos que “nace”; es entonces se pone de moda (es la novedad); llega a su apogeo; es normal que tenga algunas variantes o digamos que «se reproduce» (algo que molestan mucho al gurú de turno que inventó la original); decaen y finalmente “mueren”. Como ves, algo muy parecido al resto de seres vivos que nacen, crecen, se reproducen y mueren.

Pero en este caso, si hubiera que comparar las dietas con los seres vivos de verdad, estas serían sin lugar a dudas como las setas o los hongos. Ya que realmente no “mueren”, bueno en realidad las setas sí, pero antes de hacerlo dejan cuajado el suelo de una serie de esporas (una forma de vida latente que esperará unas condiciones adecuadas) para germinar y dar lugar de nuevo a una esplendorosa seta.

Sobre las dietas desconozco cuál demonios es el sistema que tienen para reproducirse (esporas creo que no es, aunque a veces lo parezca por su importante proliferación) pero lo que si que está claro es que una vez una dieta ha caído en el olvido, al poco tiempo, cuando otro gurú opina que las condiciones son las favorables vuelve a resurgir tan lustrosa o más que la dieta original. A diferencia de las setas, las dietas despistan más, se les cambia el nombre y entonces no son reconocibles de inmediato y parecen, solo lo parecen, nuevas. Ha pasado con las dietas más conocidas, las disociadas, las del grupo sanguíneo, la de Montignac, la del pomelo, la del tomate… y por supuesto la Dukan que, para la mayor parte de la opinión popular se presentan como dietas novedosas cuando de eso nada de nada.

Pues bueno, a lo que iba aquí tienes la enésima absurdez dietética titulada como digo la dieta del hombre lobo, antes, la dieta de la luna y punto. Se ha de reconocer que el nuevo nombre la dota de más empaque, puede incluso hacer inclinar la imaginación de los incautos usuarios que se va a ganar en fortaleza, en fiereza… quien sabe, según el mensaje subliminal de su nuevo nombre. Pero la tontería es la misma. ¿Y cuál es la tontería?

Pues no deja mucho a la imaginación, muy en resumen comer o ayunar en virtud de las fases de la luna (vamos, que como todo el mundo sabe, es lo que hacen los hombres lobo de pro). En sus descojonantes desconcertantes postulados afirma que:

Las diferentes fases de la luna afectan  al “ritmo corporal interno” siguiendo la misma pauta que los mares y los océanos. Según sus defensores, uno de los factores que más influye en la pérdida de peso es la capacidad de nuestro organismo de absorber agua y esto está ligado a la fuerza de atracción que ejerce la luna sobre los líquidos, y en mayor medida cuando la luna cambia de fase. Es decir, que los líquidos del cuerpo tienden a seguir los ritmos de las mareas, y que son provocadas por la influencia de la luna. Además, supuestamente la importancia de esta dieta es que los kilos reducidos no se vuelven a recuperar por la influencia de la fuerza gravitacional que ejerce la luna sobre los líquidos del cuerpo humano… [mejor lo dejo aquí, que no merece la pena ni gastar teclado].

Te preguntarás porque la he sacado hoy a colación. El motivo no es otro, como puedes suponer que el saber que está pegando fuerte al menos en el mundo anglosajón, no muy lejos de nuestras fronteras, y ya sabes eso de las barbas, el vecino, el recortar y el remojar. Sé que a los asiduos lectores de este blog no les hace ninguna falta que yo ponga como hoja de parra a este postulado dietético, pero es posible que algún desustanciado que busque información por internet se tope con este post y tenga un momento de lucidez y la mande a tomar por… esto, digo, que se olvide ella.

En la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición hay desde hace mucho tiempo un apartado con dietas milagro (muy poco actualizado, todo hay que decirlo)  y esta es la parte que le dedican a la dieta de la luna… hoy dieta del hombre lobo (aunque no lo digan).

Supongo que Boris Vian, se estará revolviendo en su tumba… de risa.

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Nota: Quiero agradecer a un lector generoso (Joan es lo único que sé de él por su correo) la oportunidad de saber del resurgir de esta tontería y ponerme al día.