El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Yodo en el embarazo: suplementamos, enriquecemos… o no hacemos nada

Yodo

Como padre de dos criaturas que nacieron con 4 años de separación (2004-08) no pude dejar de sorprenderme cuando dentro de los protocolos relativos al embarazo y al puerperio de mi santa se siguieran distintas rutinas al respecto de la suplementación en los respectivos embarazos. Una de esas diferencias, la más notable, se refería al yodo. En el primer embarazo el médico que nos atendió no hizo referencia alguna la presencia de yodo en la dieta de mi mujer y, en el segundo (el mismo médico) todo lo contrario, recomendándose el consabido suplemento de yodo (ya que se había instaurado un nuevo protocolo que incluía este elemento).

Sin embargo, como nutricionista la cosa me sorprendió menos ya que el tema viene de más atrás y las cuestiones suplementadoras relativas al yodo (en especial en el embarazo) siempre han sido un tema relativamente candente.

Un poquito de yodo, muy poquito, pero necesario y tampoco más

El yodo es uno de esos minerales que necesitamos incluir en nuestra dieta de forma obligatoria en un determinado rango de cantidades ya que de otro modo (por encima o por debajo) se corre el riesgo de sufrir determinados trastornos y enfermedades ligados a su toxicidad y deficiencia respectivamente. Otro de los aspectos más llamativos de este nutriente es que la Cantidad Diaria Recomendada (CDR) para la población adolescente y adulta es de 150 microgramos al día… aumenta casi hasta el doble en el caso de la mujer lactante, 290 microgramos al día, y también sufre un aumento considerable en el momento del embarazo, 250 microgramos día. Ya que estamos con esto de los números puntualizar que para lactantes la CDR está comprendida entre 110 y 130 microgramos al día (dependiendo de la edad del lactante) y para los niños (no lactantes) entre 90 y 120 microgramos (también en función de la edad)

Es importante el asegurar el aporte de yodo en la dieta ya que entre otras funciones se utiliza para la síntesis de las hormonas tiroideas imprescindibles a la hora de mantener el fino equilibrio de nuestro metabolismo, así como importantísimas funciones en el momento del desarrollo fetal y posterior crecimiento, ya que su déficit está relacionado con deficiencia mental y retraso moderado de la maduración intelectual o neuromotora.

Pero al mismo tiempo no nos debemos exceder con su aporte ya que se correría el riesgo de toxicidad por altas ingestas de yodo, que aunque parezca un contrasentido puede estar detrás tanto de situaciones patológicas de hipo como de hipertiroidismo.

Deficiencia de yodo en mujeres embarazadas europeas

De todas las regiones mundiales que la Organización Mundial de la Salud tiene establecidas es Europa, contra todo pronóstico, la región en la que más casos de deficiencia de yodo se han hallado entre los niños escolarizados. Lo de “contra todo pronóstico es relativo” porque cuando se contrasta por países la ingesta de yodo de las mujeres europeas durante su gestación, los datos revelan que en más de dos terceras partes de esos países las mujeres embarazadas no alcanzan las cantidades diarias de ingesta recomendada para el yodo (por no hablar del poco control que existe en buena parte de los países europeos para evaluar esta variable).

Por otra parte, en España la más reciente encuesta sobre ingesta alimentarioa de los españoles ENIDE 2012 (a estas alturas empezando a quedarse anticuada) reflejó en la ingesta habitual de alimentos por parte de los españoles un riesgo por ingesta inadecuada de yodo, especialmente en el caso de las mujeres. Es muy importante destacar que ENIDE 2012 recogió los datos nutricionales referidos al yodo a partir de encuestas, por lo que la estimación de la ingesta de yodo se ha realizado a partir de las respuestas de los encuestados y tablas de composición de alimentos y no por la yoduria (que es la herramienta que se considera como idónea para valorar estas cuestiones). Al mismo tiempo, tampoco se consideró en esta encuesta la posibilidad de consumo de sal yodada. Dos cuestiones importantes para interpretar con precaución los datos que ofrece la encuesta.

Consejos sobre el yodo en el embarazo

Ante esta situación y con independencia del protocolo embarazo-yodo que nuestra administración sanitaria asuma hay dos alternativas lógicas (la primera además de lógica es muy sencilla, económica y cómoda)

salinas (2)

  • La primera y más recomendable, hacer caso a la OMS cuando recomienda usar por sistema y para todas las personas en todo el mundo, la sal yodada. Para que te hagas una idea una ración de 2,5 gramos de este tipo de la sal aporta, ¡oh casualidad! 150 microgramos de yodo. (Ojo, he dicho sal yodada, no sal marina ni sal bajo cualquier otra denominación por muy molona que suene. Para que te hagas una idea, los mismos 2,5 gramos de sal de antes, pero marina, en vez de yodada, tan solo aportan de media 15 microgramos de yodo). Con esta simple medida, muy simple como puedes contrastar, se alcanza la CDR de yodo para la población general… pero no la de las mujeres embarazadas ni lactantes. Se considera con bastante buen criterio en mi opinión que el resto del yodo necesario en embarazo y lactancia puede ser aportado con facilidad a partir de una dieta adecuadamente diversificada. No obstante y por aquello de curarse en salud hay otra posibilidad.
  • Se trataría de la suplementación. Es decir, de recurrir al correspondiente comprimido que de forma combinada con otros nutrientes, o bien de forma individual (en cualquiera de los casos aportando unos 200 microgramos de yodo) se aporte la correspondiente cantidad de este micromineral.

En resumen

Para facilitar el mensaje práctico, adapto a continuación el mensaje que Julio Basulto deja en su imprescindible libro «Mamá come sano» (del que daré detallada cuenta en el próximo post de este blog) que dice más o menos así:

La utilización en casa de una cucharadita de sal yodada diaria de 2,5 gramos [una medida más que razonable que además no llega al límite con respecto al sodio que aporta] alcanza las recomendaciones de yodo para cualquier adulto (mientras no haya embarazo). ¿Y si estoy embarazada o dando el pecho? Bien, en esas circunstancias, se da por seguro que el uso de la mencionada sal yodada en el marco de una dieta saludablemente planificada es suficiente para cubrir los requerimientos especiales en estas etapas.

Sé que suena redundante pero en línea con la OMS, usa sal yodada y, además, come bien. En especial si estás embarazada.

Lamentablemente para lo que sería un mundo perfecto la suplementación con yodo para las mujeres gestantes no goza de un consenso claro a la hora de realizarla de forma sistemática.

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Imagen: Wikimedia Commons y tuelekza vía freedigitalphotos.net

14 comentarios

  1. Dice ser Ester

    Hola Juan, me han comentado que ahora algunos pediatras recomiendan suplementar a los bebés que se alimentan de lactancia materna desde el nacimiento con vitamina D. ¿Qué opinión tienes al respecto? Gracias

    21 agosto 2015 | 10:35

  2. Dice ser fer

    Ester.

    La vitamina D fija el calcio en los huesos.

    Pero hay que tener en cuenta también que el tocoferol (vitamina D) también se sintetiza en nuestra piel cuando tomamos el sol (con moderación).

    Siguiendo con la explicación, el tocoferol se sintetiza en nuestro cuerpo gracias al colestero (el tocoferol deriva del colesterol). Por tanto y, saliendome de la explicación que vd. necesita, tampoco hay que eliminar totalmente de nuestra dieta el colesterol.

    Y siguiendo con la vitamina D, un un país soleado como el nuestro, desde mi punto de vista, dicho aporte extra de vitamina D sólo sería necesario en días nublados o en caso de no poder salir a pasear con nuestro pequeño.

    21 agosto 2015 | 11:02

  3. Dice ser Yo misma

    Tomo sal yodada normalmente. En el embarazo, sin preguntarme nada, ni hacerme análisis por si estaba bien de yodo, me mandaron las pastillitas de yodo. Las transaminasas empezaron a subir como locas, y me provocaron un hipertiroidismo que no fue a más porque dejé de tomar yodo ipso-facto. Eso de mandar yodo por mandar, cuando con la sal yodada es más que suficiente, es de ser ignorantes, coño.

    21 agosto 2015 | 11:18

  4. Dice ser nekane

    no sé si es cierto o no, pero se afirma que si echas una gota de yodo en tu piel, sobre la tripa por ejemplo y según lo rápido que lo absorva estás falto o no

    21 agosto 2015 | 11:46

  5. Lo de los suplementos será porque con la industria hemos topado amigo Sancho……….

    Y recuerda que si buscas Tiendas Online de Alimentación y Bebidas somos tu web de consulta, visitanos en http://elpedodehosteleria.com

    P.D: Vaya lio de captcha

    21 agosto 2015 | 12:27

  6. Dice ser Jesús

    Está muy bien el post, pero echo en falta algo. En el caso de que el aporte de yodo en la mujer lactante sea suficiente (porque toma los 2.5 gr de sal yodada y porque lleva una dieta variada), ¿la toma de los 200 microgramos del suplemento podría suponer un exceso contraproducente? Quiero decir: ¿cuál es el límite máximo de ingesta segura?

    Gracias. Un saludo.

    21 agosto 2015 | 12:44

  7. Juan Revenga

    Buenas Ester,
    Te respondo con un artículo de la AEP que explica el tema. Gracias!
    http://www.aepap.org/congresos/pdf_reunion_2010/vit_D.pdf

    Buenas Fer,
    Hay que seguir repasando esos conceptos… la verdad es que en pocas líneas has liado bastantes cosas:

    1º Tocoferoles en genérico son una familia de compuestos, algunos de ellos con actividad como vitamina E, no D. Por tanto es relativamente común referirse a la vitamina E como tocoferol, aunque en realidad hay varios tocoferoles (alfa, beta, gamma…) con diversa actividad vitamínica. La vitamina D, también en genérico se denomina calciferol y e implica a varias provitaminas D1, D2…

    2º Es esta familia de vitaminas y provitaminas «D» de la que tenemos una cierta capacidad de síntesis endógena a partir del colesterol y de la exposición a la luz solar.

    3º Los requerimientos de vitamina D difícilmente son alcanzables mediante esa síntesis endógena por lo que el aporte aporte a través de los alimentos será necesario.

    4º Para la síntesis endógena de vitamina D no hace falta aportar colesterol a través de la ingesta dietética. El colesterol no se considera un nutriente esencial y la razón es que nuestro metabolismo puede sintetizar el colesterol que le hace falta (no es necesario aportarlo desde el exterior como en el caso de otros nutrientes que sí son esenciales)

    Buenas nekane,
    No lo había oído en mi vida… no te digo que no (aunque me suena muy, pero que muy raro), pero antes de ello habría que saber que el yodo como tal no se puede depositar en gotas ya que a temperatura ambiente es un sólido. Para ponerlo en gotas debería estar en alguna dilución acuosa (de concentración que no adivino) a solubilizado formando parte de alguna sal… Luego además de la concentración, la gota puede ser de volumen variable y la persona de edad, sexo y condición variable… Luego estaría saber lo de «lo rápido que se absorba» a que tiempo estamos haciendo referencia, ¿segundos, minutos, horas… días?

    Lo dicho nekane… no digo que no pero me suena a rollo «la botica de la abuela» y a esa clase de tonterías de ese tipo de programas.

    21 agosto 2015 | 12:58

  8. Dice ser narelia

    Yo hice una encuesta en un centro.de salud q paso.la matrona hace dos años a mujeres gestantes unas 30, no es numeroso pero solo 5 de ellas consumian sal yodada….llamativo…

    21 agosto 2015 | 14:22

  9. #El Pedodehosteleria nos conocemos de algo?. La próxima vez pon la dirección correcta y me haces un favor!!. Gracias.Un Saludo.

    http://elpedidohosteleria.com

    21 agosto 2015 | 18:01

  10. Juan, completamente de acuerdo contigo. Especialmente por aquello de la retroalimentación negativa del Yodo.
    Un saludo.

    21 agosto 2015 | 21:13

  11. Dice ser IsabelG

    El libro «A simple matter of salt» de Renate Lellep Fernandez (disponible íntegro en inglés en esta dirección http://publishing.cdlib.org/ucpressebooks/view?docId=ft2d5nb1b2&brand=ucpress ) intenta explicar por qué en España no se introdujo la yodación de la sal de mesa en los años 20, como en el resto del mundo civilizado de la época

    El libro empieza así:

    «Una acción sencilla y oportuna en la década de 1920, la yodación de la sal de mesa común, habría hecho innecesario escribir este libro. Pero los habitantes de las regiones españolas con deficiencia de yodo sufrieron innecesariamente hasta principios de 1980 [..,.] las consecuencias crónicas y a menudo degenerativas del bocio endémico y el cretinismo. Estas son las dos manifestaciones más conocidas del conjunto de enfermedadesse conoce como los trastornos por carencia de yodo.

    23 agosto 2015 | 14:04

  12. Such a nice post, keep providing good resources.
    Lisa Benton Case Solution

    24 agosto 2015 | 07:33

  13. it’s a nice article.
    thank u for share

    24 agosto 2015 | 16:30

  14. Dice ser Geraldine

    Hola Juan muy buenas. Hace días que no te escribo y me ha surgido una duda.. Estoy embarazada de 4 meses y tengo hipotiroidismo. Dado el hipo no tomo la sal yodada ni suplementos que contengan yodo. En mi última visita al endocrino, no más ni menos, le informo q el ginecologo me aconseja q en vez de tomar solo el ácido fólico + eutirox, tome un suplemento con ac. fólico, YODO y demás vitaminas.
    La respuesta del endocrino es….claro!!! Has de tomar yodo también.. Y yo me quedo con cara de…, bueno, te podrás imaginar…
    Mi pregunta es… Todo este lapso de tiempo q no he estado tomando yodo ha podiddo afectar negativamente a mi bebé? Entiendo q el tubo neural se desarrolla en los primeros meses…..y ya estoy en los 4 y de pescado poco, casi nada… :S

    Un saludo muy grande

    27 agosto 2015 | 02:30

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