Al menos así lo ha puesto de relieve un estudio piloto recientemente publicado en la revista Nutrition & Diabetes que ha analizado mediante resonancia magnética los “centros de recompensa” del cerebro de ocho individuos que previamente se sometieron a un programa de pérdida de peso con una reconducción de los hábitos dietéticos durante seis meses, y los compararon con un grupo “control” de 5 participantes.
Con esta metodología se contrastó que, tras seis meses de intervención, estos centros de recompensa mostraban una mayor actividad que al inicio del programa en el momento que se les suministraba a estos participantes imágenes de alimentos más nutritivos y saludables con un contenido calórico reducido. Además y en sentido contrario, la actividad cerebral del “cuerpo estriado” (centro cerebral vinculado a las respuestas de recompensa) era menor cuando a los mismos participantes se les mostraban imágenes de comida rápida poco saludable.
Estos hallazgos sugieren, en boca de los investigadores, que los participantes en el estudio sufrieron un cambio debido a la intervención dietética de forma que tras ella experimentaron un mayor placer y recompensa en el momento en el momento de elegir productos enmarcados en lo que se podría definir como una dieta adecuada.
Muy en resumen, los resultados apuntan hacia la posibilidad de poder conseguir una especie de reprogramación cerebral de forma que al conseguirlo una persona podría sentirse más “recompensada” al hacer elecciones alimentarias más saludables que las que pudiera sentir en el pasado. Este estudio supone un avance importante en el conocimiento de estas cuestiones ya que hasta el momento muchos expertos dudaban de forma considerable que esas vías de recompensa pudieran ser verdaderamente modificables.
Para que sigamos tomando nota, el programa dietético al que se sometió al grupo de intervención consistió en líneas generales en una dieta con una cantidad importante de fibra (igual o superior a 40g/día), moderadamente alta en proteínas (25% del valor energético total de la dieta) y con un aporte del 50% del valor calórico total de la dieta suministrada en forma de hidratos de carbono obtenidos a partir de alimentos de bajo índice glucémico.
Según uno de los autores del estudio los antojos y los malos hábitos de alimentación son esencia un hábito… y ahora existe una posibilidad para poner en evidencia que es un hábito modificable.
Esperemos que estas nuevas y esperanzadoras posibilidades se pongan de manifiesto en futuros estudios a los que este “piloto” ha dado pie.
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Nota: Quiero agradecer a Guillermo Peris (@waltzing_piglet) y a la Dra. Valdez (@tu_endocrino) sus aportaciones para la realización de este post
Imagen: Stuart Miles vía freedigitalphotos.net
Interesantísimo estudio. En el fondo no dice nada nuevo, sólo que hay que aprender a comer de verdad. Un saludo!
http://areaestudiantis.com
10 septiembre 2014 | 09:24
Que interesante¡¡¡¡ Esto es más importante de lo que parece, porque la reeducación alimentaria es más que posible y los dietista -nutricionistas tienen un papel muy grande.
10 septiembre 2014 | 10:34
Empiezo a no creerme nada sobre el tema de la alimentación. Según un estudio reciente COMER HELADO ES SANÍSIMO. Durante 6 meses han hecho pruebas con gente y se han comido 1 kilo de helado al día. Los resultados han sido sorprendentes. Todos sanos como una pera y ninguno ha engordado http://goo.gl/Ky1wfa
10 septiembre 2014 | 10:45
Fuera sobre todo alimentos que vengan cocinados ya que aportan a nuestro organismo gran cantidad de sal, azucares, colorantes y conservantes terriblemente nocivos para nuestro organismo,
tn2220
http://www.konver.com/es/brother/1085-pack-ahorro-brother-tn-2220-toner-compatible.html
10 septiembre 2014 | 12:16
Pues sí, es esperanzador, pero yo, que, por desgracia, llevo muchos años haciendo todo tipo de dietas, aunque debo admitir que le he tomado gusto a muchos alimentos saludables que en mi juventud ni probaba, y que he incorporado a mi dieta habitual, que es objetivamente mucho más saludable que antaño, no he conseguido dejar de sentir una mayor satisfacción con el tiramisú que con el pescado a la plancha.
10 septiembre 2014 | 12:32
Muy interesante, y cierto. Es algo, que sin tener ni idea del estudio ni haber oído él, he pensado, sentido y visto en mucha gente durante tiempo.
Mi cerebro ahora mismo elige rápidamente unas buenos pimientos asados o una buena sardinada, por no citar mil cosas, antes que unas patatas fritas o un chuletón. ¡Ya no es cuestión de calorías!
10 septiembre 2014 | 12:35
Excelente artículo.Muchas Felicidades!! Mi comentario es más bien complementario y lo resumo en 4 puntos:
1.- No es sorprendente que se pueda «entrenar» el cerebro, de hecho comer es un hábito, y como cualquier otro se requiere de una recompensa para que la acción vuelva a generarse, este articulo sobre hábitos vale la pena: http://1.usa.gov/1wiAWDa.
2.- El concepto no es nuevo hace ya un poco mas de 10 anos que se estaba hablando de eso: http://bit.ly/1qPU61C
3.-Por otro lado hace 1 mes salio un articulo en el AJCN, que sorprende bastante, usando técnicas de la inquisición para mejorar hábitos de alimentación : http://1.usa.gov/1rUBXgS
4.- Me gustaria compartirte mi articulo sobre cambio de hábitos, y me encantaria saber tu opinion: http://bit.ly/1rTGyFP
Saludos =)
12 septiembre 2014 | 20:01
Te leo cada dia, si puedo, y simplemente adjuntarte esta notícia por si fuera de tu interés para futuros hilos.
http://www.lavanguardia.com/vida/20140909/54414824577/hunza-secreto-eterna-juventud.html
13 septiembre 2014 | 21:13