El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Archivo de mayo, 2014

Balón intragástrico para adelgazar: al principio sí, pero al final no

Supongo que la mayor parte de vosotros ya conocerá lo que se conoce como “balón intragástrico” referido a aquella técnica que se emplea para adelgazar. Se trata de introducir un objeto, en este caso el consabido balón de silicona (aunque en realidad por su tamaño podríamos hablar más bien de “pelota) en el estómago. De esta forma, obtenemos un espacio constantemente reducido en el estómago de modo que: 1º se limita la cantidad de alimentos que se pueden ingerir y que van a ir a parar al estómago y, 2º se consigue una sensación de saciedad más temprana con menos comida. En resumen se come menos y por tanto se adelgaza. Este es el mecanismo, simple.

Por lo general, hoy en día, tanto la implantación del balón como su retirada no requiere de cirugía mayor, ni de anestesia general, se realiza bajo sedación. Se mete deshinchado, se hincha una vez emplazado, pasado un tiempo (sobre los 6-7 meses) se deshincha, y se saca. Puedes ver un esquema del procedimiento en este vídeo.

Como ves, se trata de una técnica de quita y pon. Mientras está implantado el paciente come menos y, al mismo tiempo y según la teoría, el paciente “aprende” a comer de forma adecuada. Siempre que esté convenientemente asesorado, claro (aquí es donde debieran participar de forma indefectible los dietistas-nutricionistas)

Pero funciona o no funciona

Pasando por encima de sus pros y sus contras, que los tiene, lo más relevante es su eficacia (teniendo en cuenta que las cuestiones relativas a su seguridad suelen ser de menor importancia). Y la respuesta rápida es que al principio se consiguen importantes pérdidas de peso, pero… Sin embargo, a largo plazo, dos o más años por ejemplo, su eficacia es bastante escasa si comparamos esta intervención del balón intragástrico con cualquier otra denominada “tradicional” en el tratamiento de la obesidad grave.

Hay infinidad de estudios que valoran los resultados de esta técnica. Aquellos que observan una cantidad de tiempo suficiente, vienen a decir lo mismo, al principio sí, pero al final no. Que creo es de lo que se trata. Por ejemplo, esta revisión Cochrane de la literatura científica basada en la evidencia, concluye de forma bastante contundente:

Si se compara con el tratamiento convencional para la obesidad, no existe evidencia convincente de que el uso del balón intragástrico implique una mayor pérdida de peso.

Hay que decir que en el anterior estudio los resultados estaban referidos a largo plazo. Por eso, dado que se trata de una técnica temporal (se pone, y pasado un tiempo se quita) la clave radica en la motivación del paciente hacia el que habría de ser definitivo, cambio de hábitos alimenticios basados en una dieta bien organizada y un programa de modificación del comportamiento. Por eso, en este mismo artículo también se valora el precio de la técnica frente a su utilidad:

Precisamente por la escasa evidencia del beneficio adicional que puede aportar el uso del balón intragástrico en la pérdida de peso, se debe considerar su coste [muchas veces importante] frente a los programas de modificación del comportamiento alimentario.

Así pues, la clave del éxito señalada por la práctica totalidad de los estudios realizados a largo plazo consiste en la implicación del paciente desde el principio en el cambio de hábitos. Así lo señala este otro estudio 500 intragastric balloons: what happens 5 years thereafter? (¿Qué pasa cinco años después de haber implantado 500 balones intragástricos?)

El uso del balón intragástrico parece ser eficaz para perder peso y mantenerlo en largos períodos de tiempo, bajo la condición sine qua non de la implicación del paciente en el cambio del comportamiento alimentario desde el primer instante en el que comienza el tratamiento.

Es decir, lo difícil es lo de siempre, hacer lo que conviene sin ayuda externa, ya que cuando la ayuda es “interna” (cuando el balón está implantado) todo es más fácil de cumplir.

No sé, a mí en particular, y sin hacer de menos la ayuda puntual que puede suponer en unos (pocos) casos, y que habría que valorar en vez que usarlo de forma casi indiscriminada ante cualquier persona que lo solicite, esto del balón intragástrico siempre se me ha antojado una especie de “pan para hoy y hambre para mañana”… y sin dobles sentidos.

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Dietas hiperproteicas y enfermedad renal: más evidencia sobre lo evidente

CarnazaDentro de las infinitas propuestas dietéticas a la hora de adelgazar (o incluso con el fin “solo” de llevar una alimentación saludable) la que se lleva la palma en la actualidad y desde hace unos años en nuestro entorno son las dietas hiperproteicas. Te lo conté en cierta medida en este post y cuestioné su necesidad en este otro. Necesidad, me refiero a que a día de hoy, la población general ya realiza un consumo de proteínas muy por encima de las necesidades o de las recomendaciones.

Sea como fuere, al final a quienes nos toca de vez en cuando contestar a las preguntas de diversos medios de comunicación al respecto de diversos planteamientos dietéticos, cuando nos ha tocado hablar de los riesgos asumidos cuando se cuestionan las dietas hiperproteicas casi de forma indefectible ha salido a relucir el aumento del riesgo de la patología renal ante este tipo de planteamientos hiperproteicos.

También es cierto que cuando se nos ha preguntado al respecto de las evidencias en las que poder justificar esta advertencia nos quedábamos un tanto en blanco. Veamos, es algo similar a cuando a alguien se le pregunta sobre la efectividad de los paracaídas para evitar lesiones cuando se salta desde alturas importantes… el hecho es que no hay demasiadas evidencias desde el punto de vista científico. Nadie, afortunadamente, se ha encargado de realizar un estudio de intervención y tirar a 400 personas desde un avión (200 con paracaídas y 200 sin él) para luego certificar las diferencias entre las lesiones y los fallecimientos en uno y otro grupo. En este caso, el de los paracaídas, la cosa es tan de cajón, que no hacen falta estudios clínicos de intervención (aquellos que aportan una alta evidencia) para contrastar la bondad del uso del paracaídas en las caídas desde alturas importantes. Te sugiero que no te pierdas este artículo en el que se cuestiona este tema de los paracaídas y la evidencia de la bondad de su uso. Interesante, divertido y, sobre todo, instructivo.

Pues en el caso de la enfermedad renal parecido. La cosa era, o es, tan de cajón que tampoco hace falta cogérsela con papel de fumar: el exceso de proteínas se elimina a través de los riñones, a más proteínas más eliminación y más, por tanto, riesgo de sobrecargar su funcionalidad llegando al punto de comprometerla. No harían falta, en principio, demasiados estudios para llegar a esta conclusión.

Pero afortunadamente para quienes nos dedicamos a esto de vez en cuando salen a la luz estudios que sí cuestionan estas, otra vez en principio, realidades ¿inevitables?. La semana pasada se publicó una revisión sistemática y metaanálisis (esa clase de estudios que aportan la máxima evidencia científica) que observó esta cuestión: ¿Cómo se afecta la función renal cuando se siguen distintos patrones dietéticos en lo que respecta al aporte de proteínas?

Riñón

En el estudio titulado Comparison of High vs. Normal/Low Protein Diets on Renal Function in Subjects without Chronic Kidney Disease: A Systematic Review and Meta-Analysis (Comparación de dietas con alta cantidad de proteínas frente a aquellas con cantidad normal o baja en la función renal en sujetos sin enfermedad renal crónica: una revisión sistemática y meta-análisis) se abordó esta cuestión y se llegó a la siguiente conclusión:

Las dietas hiperproteicas se asociaron con un aumento de la tasa de filtración glomerular [un dato que explica el “mayor” trabajo de los riñones], de urea sérica, de la excreción urinaria de calcio y de las concentraciones séricas de ácido úrico.

Algo que cabría esperarse… más “deshechos” igual a más trabajo para aquellos sistemas fisiológicos encargados de deshacerse de los “deshechos”. Pero la cosa no acaba aquí, la conclusión del estudio continua del siguiente modo:

A la luz del alto riesgo de enfermedad renal entre los obesos, los programas de reducción de peso que recomiendan dietas hiperproteicas, especialmente de origen animal, deben ser observados con precaución.

Y esto, queridos lectores es especialmente importante cuando se tienen en cuenta las advertencias que desde las más implicadas sociedades sanitarias especializadas en estas cuestiones se nos hacen llegar al respecto de la enfermedad renal.

Así, desde la Sociedad Española de Nefrología (SEN) se destacan y advierten algunas cuestiones importantes al respecto de la patología renal, por ejemplo que:

Según el reciente estudio EPIRCE, el 9,2% de la población adulta en España padece una enfermedad renal crónica (ERC) y un 6,8% insuficiencia renal. Por tanto, y en total, unos 4 millones de españoles sufrirían hoy alguna enfermedad renal, unas cifras que, para el presidente de la SEN, “suponen sólo la punta del iceberg, pues entre el 12% y el 15% de la población del país tendría en estos momentos problemas renales sin diagnosticar, desconocidos incluso para el propio paciente, que correría el riesgo de desarrollar lesiones cardiovasculares o el de llegar a fases avanzadas de esta patología, que conllevarían la necesidad de diálisis o trasplante.

En similares términos se expresa la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria cuando dice:

Un número importante de pacientes con ERC está sin diagnosticar

Así pues, ante la hiperproteica realidad de nuestro tiempo en el que ya incluimos más proteínas de las que indican todas las recomendaciones; ante la presión de hacer más hiperproteica nuestra existencia; ante lo apremiante de dietas adelgazantes que ponen el acento en esta cuestión y ante la evidencia con la que hoy ya contamos (más allá incluso de lo que dice la lógica) te queda a ti por decidir: ¿vas a bailarle el agua a todos aquellos que te proponen una mejora de la salud o te fían el éxito de un programa de adelgazamiento a través de una dieta hiperproteica?

Yo, desde luego, no.

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Nota: quiero agradecer, de nuevo y con el deseo que sí sirva de precedente, a Julio Basulto () las inestimables aportaciones recibidas para este post.

Imagen: Maggie SmithAnusorn P nachol freedigitalphotos.net

Día Nacional de la Nutrición: Comer sano es divertido la obesidad no (una crítica constructiva)

DNN 2014Hoy se conmemora el Día Nacional de la Nutrición (DNN) de la mano de la FESNAD (la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética). Una fecha para poner en alza todas esas cuestiones en las que lo que comemos, el cómo y el cuánto influyen en nuestra salud. Algo muy a colación después de la entrada de ayer… despertar conciencias es de lo que se trata en definitiva y ser conscientes del papel que desempeña la alimentación cotidiana en la salud, algo que al parecer está bastante subestimado por parte de la población general. El lema de este año, ya lo ves, es: “Comer sano es divertido, la obesidad no”; con un foco de atención claramente centrado en la población infantil.

A estas alturas no voy a renegar de la importancia de estos temas pero quizá sí cuestionar en cierta medida (con la más positiva de las intenciones) la forma de ponerlas de relieve y de aportar soluciones, recomendaciones y consejos. Adelanto que el grueso de la campaña me parece acertado pero hay detalles con los que discrepo, así como el haberse dejado en el tintero algunas cosas que a mi juicio son importantes.

En todo el material que acompaña esta conmemoración, tanto en el tríptico, como en la presentación para conferencias, se hace una especial alusión a la cuestión del sobrepeso u obesidad infantil, los factores que los facilitan, al tiempo que se indican una serie de recomendaciones en lo que respecta a los hábitos de vida. Esos factores facilitadores los divide en 3 grupos de influencia: la alimentación inadecuada, la escasa actividad física y los ambientes obesogénicos en el hogar, la escuela y la comunidad. Nada nuevo, pero que conviene recordar y tener bien presente.

La importancia del desayuno

Sin embargo, a la hora de centrar las recomendaciones, el grueso del mensaje se centra de forma significativa hacia la importancia del desayuno “completo”. En primer lugar no estoy totalmente convencido de la importancia del desayuno (hacerlo o no) en el tratamiento y prevención del sobrepeso y obesidad. Te recuerdo esta entrada (¿Es obligatorio desayunar si quieres adelgazar?), en la que se ponía de relieve que, al menos en adultos y en la actualidad, no está nada claro si el hecho de hacer un desayuno o no constituye un elemento preventivo o terapéutico válido. No sé muy bien en qué se puede basar la FESNAD para, insisto, poner el acento en un elemento con una utilidad… al menos tan difusa, ¿no hay otras cuestiones a las que prestar tanta atención antes que al desayuno?

La importancia del desayuno «completo»

En segundo lugar, de lo que no me cabe la menor duda es de lo desacertado a la hora de hablar de un desayuno “completo” en los términos a los que se refiere esta campaña. ¿Qué se supone que es “completo” o “equilibrado” en estos casos? Pues lo que te imaginas y te temes al mismo tiempo: la presencia, al parecer ineludible, de al menos tres elementos en el desayuno, un alimento del grupo de los lácteos, uno del de los cereales y una fruta. El remate de la jugada es cuando entre esos alimentos de origen “cereal” además se incluye de forma destacada las galletas. Y es que, con estos parámetros en el punto de mira para catalogar un desayuno como “equilibrado, completo o ideal” no me extraña el dato estadístico que se ofrece referido a que solo un 3,8% de los niños españoles realizaban un “desayuno completo”… Ay, ay, ay.

Y que pasa si un niño desayuna tortilla de patatas y ya está… ¿está mal? Y si desayuna arroz con lentejas o una ración de gazpacho o un trozo de merluza a la romana… ¿está mal también, se incrementa el riesgo de obesidad por desayunar así? Pues a mi juicio no, y me explico.

(Pensamiento al margen: Prefiero no pensar en si las empresas de la industria alimentaria que han patrocinado esta jornada habrán tenido algo que ver, porque, esa es otra, ¿para cuándo un DNN sin patrocinio directo de la industria alimentaria? ¿Acaso es imposible?)

Deberíamos dejarnos ya de tanta comida ideal, desayuno equilibrado y cenas completas y empezar a poner el acento en la bondad general de la dieta… en la del adulto y en la del niño. Deberíamos pues, dejar de hacer una presión perfeccionista injustificada e innecesaria en parcelas tan concretas y reducidas como son las ingestas tomadas una a una y centrarnos más en dos aspectos: por un lado en el papel de las personas para decidir y dar, dentro de un orden, gusto a sus preferencias y; por el otro, empezar a observar los estilos de vida en su conjunto, como el elemento importante a la hora de proponer mejoras. No se debería en mi opinión continuar por ese camino que acaba por atomizar y disgregar todos y cada uno de nuestros comportamientos (y por ende el de nuestros hijos).

Que me disculpe la FESNAD, pero a mí nadie me ha demostrado la existencia de un desayuno “equilibrado, ideal y completo” que sirva para todo el mundo tal y como se plasma en esta información (puedes consultar esta entrada al respecto: ¿Hay un desayuno “ideal”?). Si de mí dependiera, conservando el lema y el leitmotiv del DNN 2014, me hubiera centrado en el papel de los padres y cuidadores, en el ejemplo que dan y en las opciones alimentarias que ponen delante de sus hijos en todo momento. Estas relaciones y todas las cuestiones relativas a la formación son las que para mí tienen un peso abrumadoramente mayor en nuestros estatus ponderal y por tanto en el que con cierta probabilidad tendrán nuestros hijos. Recuerda, un niño no come lo que tú no le pones a su disposición. Pero este tema, para mí eje central de estas cuestiones, ya se trató en el DNN del año 2012 (Enseñar a comer es enseñar a crecer) y de ahí mi entusiasmo al aplaudir, entonces sí, aquella iniciativa.

Reducción del peso o cambio de hábitos

Ya por último esta la cuestión de hacer pasar todo por el “peso” y no tanto por los “malos hábitos”. Porque si de medidas útiles se trata, existen interesantes estudios que sugieren que lo verdaderamente importante debería de partir de centrarse en los cambios de los estilos de vida antes que en la pérdida de peso como tal. Para empezar por que con esos cambios en los estilos de vida se beneficiaría tanto la población obesa como la que no lo es; y para acabar por que es una mucho mejor forma de no estigmatizar a nadie (especialmente a los niños en una edad tan delicada) y de mantener a largo plazo las metas ponderales.

Así pues larga vida al DNN, si puede ser sin los patrocinadores del tipo que suelen ser los habituales; ojalá sirva para recordar a la población general la importancia de la alimentación y su peso en la salud. Y recuerda, no te dejes despistar: una dieta saludable no pasa por desayunar indefectiblemente leche con galletas y una manzana (o sus típicos sustitutos).

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¿Qué es peor: fumar o tener una mala alimentación?

Antes de que sigas ya te adelanto que va a ser difícil acabar dando una respuesta concreta a esta pregunta. Yo al menos no me pienso atrever. Es posible que te preguntes entonces para qué demonios traigo hoy a colación este tema. Esto sí es más fácil de responder: la semana pasada se generó un cierto revuelo mediático cuando a partir de diversos titulares se nos hizo creer que bien la Organización Mundial de la Salud, bien las Naciones Unidas se habían pronunciado a este respecto argumentando que seguir una dieta inadecuada era más peligroso para la salud que el fumar. ¿De verdad alguna de estas instituciones emitieron un comunicado oficial a este respecto? No. Ni mucho menos.

smoke vs diet

El origen de la noticia lo tenemos en las declaraciones de un alto comisionado de las Naciones Unidas, en concreto Olivier de Schutter, quien el 19 de mayo pasado publicó un artículo titulado, tal cual, Unhealthy diets greater threat to health than tobacco (La mala alimentación supone una amenaza más importante para la salud que el tabaco) lo que dista mucho de decir que esa mala alimentación es peor para la salud que el tabaco.

En su artículo el Sr. de Schutter, lo deja bien claro argumentando que si bien la población general tiene bastante claros e identificados cuáles son los riesgos para la salud derivados del hábito tabáquico, es decir, de fumar; esta percepción de riesgo (o de su magnitud) no es tan patente cuando se habla de seguir una alimentación inadecuada o insana. Algo que si no nada, poco tiene que ver con los titulares de la semana pasada y con la lectura descontextualizada que pudieron sacar no pocos ciudadanos. Te pongo un ejemplo para que se entienda mejor.

Supongamos que dentro de todos los riesgos que implican pérdida de vidas humanas alguien identifica dos en concreto: el fallecimiento en accidentes de circulación, y la muerte ocasionada por francotiradores incontrolados dispuestos en las azoteas de los edificios. Pues bien, lo que vino a decir el Sr. de Schutter es que, a día de hoy y en la vida real, los accidentes de circulación suponen una amenaza más importante para la vida que la presencia de francotiradores en las azoteas. A nadie se nos escapa que, afortunadamente, no suele haber muchos francotiradores aportados en lo alto de los edificios disparando contra la población genera aunque de haberlos esta sería una situación de riesgo importante. Pues eso, la gente sabe que el tabaco mata, pero no tiene tanta conciencia de que la mala dieta también lo puede hacer.

Sobre cuál de los dos riesgos es más alto: mala dieta vs tabaco, no creo que lo importante sea hacer este tipo de balances. Ambos son riesgos importantes, así que lo mejor es tratar de seguir una dieta adecuada a nuestras circunstancias y, evidentemente no fumar. En estos casos también puede venir bien el responder a la gallega, es decir, con otra pregunta que ayude a clarificar la realidad: si cuando estás apoyado en la barandilla de un balcón esta se rompe y caes al vacío, ¿qué tendrá peores consecuencias, caer desde la altura de un piso 56 o desde la de un 64? Pues eso.

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Nota: A colación de este tema participé el pasado domingo en el programa Ser Consumidor de la Cadena Ser, lo puedes escuchar aquí, mi participación comienza en el minuto 10:10.

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Imagen:  stockimages y marin vía freedigitalphotos.net

 

La contagiosidad de los buenos hábitos de vida

IMG-20120811-00114¿Las personas que comen bien tendrán una mayor facilidad para seguir un mejor patrón de actividad física? y, a la inversa ¿aquellos que tienen un patrón de vida más activo terminarán comiendo mejor más fácilmente?

Pues sí, la cualidad de lo contagioso también se puede aplicar, afortunadamente, a los buenos hábitos. No todas las noticias han de ser malas, y esta mola. Y mucho.

Esta cuestión salió a colación el otro día en mondo Twitter entre algunas personas que prestamos especial atención a estas cuestiones más en concreto, dejando a un lado lo profesional, cuando afecta a nuestro círculo más cercano, léase, a nuestra familia.

Calla, que ahora que caigo, la conexión no es tanto entre hacer deporte y tener una buena alimentación, sino entre la primera y cocinar ya que todo partía de este post de mi vecino Luis Arribas ‏@_spanjaard. Bueno, ya que me he liado, vamos a sacar punta a la primera de las relaciones.

Comer bien y mantenerse activo ¿están relacionados?

Pues parece que sí a tenor de estos dos estudios. En el primero Is healthy behavior contagious: associations of social norms with physical activity and healthy eating (¿Es contagioso el comportamiento saludable?: asociaciones entre los hábitos saludables de alimentación y de actividad física) se obtuvo como resultado que los buenos hábitos en un terreno u otro predecían en cierta medida los buenos hábitos en el otro.

Por su parte, y más en nuestro entorno, este estudio realizado entre jóvenes de la CCAA de Madrid The effects of physical activity on dietary habits in young adults from Madrid (Impacto de la actividad física en los hábitos dietéticos entre adultos jóvenes de Madrid) observó en sus conclusiones que aquellas personas que se mantienen activas siguen al mismo tiempo un patrón dietético más saludable, y mantienen un peso más adecuado.

Y el contrario es válido igualmente; al aparecer también hay una mayor asociación entre aquellos estilos de vida sedentarios y unos inadecuados hábitos dietéticos. Tal cual se pone de relieve en esta revisión sistemática Sedentary behavior and dietary intake in children, adolescents, and adults. A systematic review (Comportamiento sedentario e ingesta dietética en niños, adolescentes y adultos. Una revisión sistemática)

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Dando un paso al frente ahora toca relacionar si el comer mejor implica hacer un mayor uso de la cocina, pero eso, ya lo sabes quedó bastante claro en esta otra entrada.

La verdad no sé cuál es el orden de los acontecimiento o si hay un determinado orden: como mejor luego me muevo más; me muevo más luego como mejor o… da igual. Incluso si para comer mejor hay que cocinar o es el cocinar lo que nos lleva a comer mejor. Da igual, al menos a mí. El caso es que cualquiera de estas cuestiones parece estar relacionada con las demás. Y eso es algo positivo se mire por donde se mire.

Así pues, ánimo. Emprende de forma racional los cambios que en principio te son factibles, una cosa te facilitará el camino a la siguiente. También déjate contagiar por los buenos hábitos (sobre el moverte y la dieta) de aquellos que ya tienen más camino recorrido que tú y, al mismo tiempo, cuando lo consigas, has de saber que tus cambios (los positivos) también pueden ser una influencia (positiva) para todos aquellos que te rodean. Algo muy importante cuando se trata, por ejemplo, de nuestros hijos.

No te olvides que, en sentido contrario, con unos malos hábitos, sean los que sean, tú también puedes ser una mala influencia para los que te rodean.

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Nutrición-área 51: Comer tierra o barro… por salud

«…Loca de desesperación… se levantó a la media noche y comió puñadas de tierra en el jardín, con una avidez suicida, llorando de dolor y furia, masticando lombrices tiernas y astillándose las muelas con huesos de caracoles…»

Gabriel García Márquez (Cien Años de Soledad)

Tal cual, o casi, como si de Amaranta Buendía se tratase (personaje de la novela de Gabriel García Márquez) surge esta no tan nueva, pero sí absurda y descabellada tendencia. Espero morirme antes de verla convertida en una moda como tal.

El caso es que el otro día un buen seguidor de esos a los que uno tiene en especial consideración en mondo Twitter a pesar de no conocernos (Guillermo Peris, alias @waltzing_piglet) me pasó este enlace en el que se relata la historia de una desustanciada mujer de nombre Shailene Woodley que parece que tiene la cabeza llena de grillos… algo que no sería muy de extrañar a razón de poner el alza una práctica que lleva a cabo todos los días: comer una cucharilla de arcilla (sí, ya sé que no come cualquier barro o arcilla y que se lo traen directamente envasado de Colorado… pero dejemos volar un poco la imaginación).

Lo más sangrante de esta mamarrachada son las explicaciones que da para haber terminado practicando esta absurda ¿comida, ritual, suplementación? Como bien explicó esta mujer (aunque a ella no haya Dios que la entienda) en un programa televisivo se trata de una, de tantas otras, estrategia detoxificante… ¡llegáramos! otra más de esas absurdas maniobras depurativas y/o desintoxicantes. Un procedimiento, mediante el cual, según la buena de Woodley, se eliminan los metales pesados del cuerpo y otras toxinas con las heces. Increíble ¿y como se obra tal milagro? no nos perdamos sus explicaciones: esa arcilla no se absorbe pero suministra una carga negativa, así que se adhiere a isótopos negativos… ¡ala, a tomar viento los libros de física, química y fisiología! Tal es así, que tras haber seguido esta absurda práctica un cierto tiempo… las deposiciones le huelen a metal. Lo de esta chiquilla humana (es una aclaración de la que no estoy muy seguro) es literalmente increíble. Sugiero que se vaya un tiempo a vivir con Gwyneth Paltrow y compartan ambas sus hilarantes planteamientos naturo-molones mientras comen ortigas ecológicas y beben agua, a morro, de prístinos manantiales. En fin.

Pero como decía la cuestión esta de comer tierra no es para nada novedosa. Ojo, no confundir esta memez con el trastorno de la conducta alimentaria conocido como “la pica” en el que hay una pulsión irrefrenable por comer cosas raras y que nada tiene que ver con dotar a este tipo de ingestas de un valor medicinal, como es el caso que nos ocupa.

Tirando un poco del hilo de la noticia he dado con este artículo “Comer barro, refinada moda del XVII” en el que se relata la práctica de la bucarofagia consistente en mordisquear pequeñas jarritas de barro cocido por parte de la aristócrata población femenina de la época. El fin de aquello podría ser cualquiera a tenor del escaso conocimiento que entonces se tenían de las cuestiones fisiológicas, pero en concreto se trataba de retrasar la menstruación, disminuir su flujo obtener una tez más blanca y propiciarles un cierto efecto narcótico al parecer muy placentero. Dejando de lado aquellas creencias no se puede dejar de mencionar la costumbre de ingerir ciertas cantidades de tierra en algunas poblaciones, principalmente de África, ante determinados déficits. Habría que ver, y lo cuestiono ahora en serio, cuánto de beneficio se obtiene con ello y cuántos riesgos se asumen. Pero la gran diferencia del seguimiento de ése hábito en determinadas culturas y la tontería de hoy radica en que la desustanciada Woodley lo hace por diversión y por llamar la atención… o porque, simplemente es… (completar con lo que uno quiera).

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Síndrome de ovario poliquístico y dieta

Ovario poliquísticoCon el nombre de Síndrome de Ovario Poliquístico (SOPQ) se conoce la afección causada por un desequilibrio en los niveles hormonales de las mujeres, con origen en las glándulas suprarrenales o los ovarios, que resulta en el desarrollo de quistes (cavidades llenas de líquido) en los ovarios. El desequilibrio hormonal consiste en la producción anormal y excesiva de andrógenos, hormonas típicamente masculinas. Este síndrome es más frecuente en las mujeres que padecen obesidad sin que hasta la fecha esté del todo claro que circunstancia es predisponente para la otra o incluso se hay una relación causal obesidad-SOPQ o viceversa. A día de hoy no se conoce la o las causas concretas del SOPQ sin embargo, también parece estar relacionado de alguna forma con la manera en la que el cuerpo gestiona la glucosa, la insulínresistencia y la diabetes.

En la actualidad se estima que afecta a más del 10% de las mujeres en edad fértil y su diagnóstico, en base la European Society for Human Reproduction and Embryology y la American Society for Reproductive Medicine se realiza ante la existencia de dos o más de las siguientes situaciones: 1. Ovarios poliquísticos; 2. Anovulación u oligoovulación; y 3. Valores bioquímicos que indiquen hiperandrogenismo y/o presencia de vello en la línea media del cuerpo.

Entre los síntomas físicos más frecuentes del SOPQ destacan la infertilidad, el dolor pélvico, el exceso de vello en el rostro, pecho, abdomen, dedos de los pies y manos, calvicie o debilidad capilar, acné, piel grasa, caspa y parches de piel gruesa de tonalidad oscura. Ni que decir tiene que esta sintomatología en el caso de la mujer puede propiciar la aparición de otra de carácter más psicológico (en relación con su imagen, seguridad…)

Tratamiento dietético del SOPQ

Según esta reciente revisión sistemática de la literatura científica, las intervenciones en el estilo de vida forman parte del tratamiento de primera línea del SOPQ habiendo no pocas dudas al respecto de las características de las cuestiones dietéticas, en especial en lo referente a los macronutrientes (cantidad de hidratos de carbono, proteínas y grasas). En cualquiera de los casos y con independencia del patrón dietético seguido, entre los estudios que formaron parte de esta revisión los autores concluyen que la pérdida de peso debe ser un objetivo de todas las mujeres que padecen SOPQ y que al mismo tiempo tengan sobrepeso u obesidad. Este adelgazamiento se ha de conseguir a través de la reducción de la ingesta calórica a partir de una dieta equilibrada en lo que respecta al resto de nutrientes, mediante la elección de alimentos considerados como “saludables” y con independencia de la composición de la dieta (en macronutrientes).

A una conclusión similar llega esta revisión Cochrane, poniendo el acento en los beneficios que tiene para estas pacientes la mejora de los estilos de vida: “las pruebas actuales indican que seguir un estilo de vida saludable reduce el peso corporal y la grasa abdominal, reduce la testosterona y mejora el crecimiento del vello, así como la resistencia a la insulina. No hubo pruebas de que un estilo de vida saludable mejore los niveles de colesterol o glucosa en las mujeres con SOPQ”.

Sin embargo, hay cierta controversia en cuanto a la composición en macronutrientes de la dieta. Por ejemplo, en este estudio de intervención con 60 mujeres aquejadas de SOPQ y durante tres meses se compararon los efectos de dos patrones dietéticos: uno “tradicionalmente hipocalórico” aportando un 15% del valor energético total (VET) a partir de las proteínas; y el otro, claramente hiperproteico (30% VET) y la especial inclusión de alimentos de bajo índice glucémico. En los resultados, ambas dietas hipocalóricas redujeron de manera significativa tanto el peso corporal como el de andrógenos. Sin embargo, la opción dietética de combinar un alto contenido de proteínas y alimentos de bajo índice glucémico mejoró de forma significativa la sensibilidad a la insulina y otros parámetros relacionados con el metabolismo de la glucosa.

Una lectura relativamente similar se obtuvo en este otro estudio con unas condiciones ligeramente cambiantes (6 meses de intervención, menos hidratos de carbono en la dieta “hiperproteica” y 27 mujeres) a favor de las dietas hiperproteicas.

Mi conclusión

Parece claro que el tratamiento dietético del SOPQ tiene bastante que decir y esto es algo de especial importancia ya que se trata de un trastorno crónico. De él, parece bastante determinante el control del peso para tratar que las pacientes se acerquen todo lo posible a una situación más beneficiosa en cuanto a la expresión de los síntomas. En este sentido, aunque cualquier patrón dietético considerado como saludable es beneficioso per se, parece interesante el papel que podrían desempeñar las dietas con una mayor proporción de proteínas en su composición junto a la presencia de alimentos de bajo índice glucémico. Ahora bien, las evidencias que se tienen en este sentido son limitadas debido fundamentalmente al escaso tiempo en el que se ha controlado este tipo de tratamiento y el número de la muestra que ha participado en los estudios de intervención. En cualquier caso, mi consejo sería el de acudir al médico y después a un dietista-nutricionista para que articulara un patrón dietético lo más adecuado posible.

Actualización: Tal y como siempre suelo recomendar en estas situaciones, aconsejo ponerse en contacto con la respectiva asociación de afectados por la enfermedad que sea, en este caso y tal y como se señala ya en los comentarios (gracias) con la Asociación Española de Síndrome de Ovarios Poliquísticos. Mis disculpas pon no haber facilitado de entrada esta información.

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Imagen: Kauczuk vía Wikimedia Commons

Plan HAVISA: curioso plan para promocionar hábitos de vida saludables

DonutsTal y como pone en el título, con el Plan HAVISA (Hábitos de Vida Saludables), se conoce una campaña iniciada en el año 2013  promovida por la desaparecida AESAN (hoy AECOSAN, Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) y la Fundación Alimentum (organización privada compuesta por muchas de las principales empresas de alimentación y bebidas que operan en España) que consiste, según la propia web del Plan, en una campaña de comunicación de aplicación en la TV que se concreta en la inclusión de leyendas y mensajes para la promoción de una alimentación saludable y la práctica regular de actividad física […]

Me imagino que ya sabes en qué consisten. Son esos mensajes que pasan a toda velocidad en el faldón de los anuncios de TV de aquellas empresas que han firmado la campaña y que nos advierten, aconsejan o… avisan (que hábil calambur) de lo adecuado de comer bien y moverse lo suficiente… en letra de pata de mosca y, como digo, a una velocidad que dificulta bastante su lectura.

¿Te acuerdas de aquella entrada ¿Qué es lo que “grita” un snack desde la cúspide de la pirámide? Pues vamos, más de lo mismo o parecido. Ser un alimento de los considerados superfluos y, encima, jugar a ponerse la medalla de estar en esta campaña o en aquel plan para la promoción de hábitos de vida saludables. Resulta sorprendente el importante número de empresas que firman este plan y que, sin ambages, pertencen a la categoría de productos superfluos. Estamos hablando de empresas cuyo principal negocio está basado en la producción y venta de snacks dulces y salados, de caramelos, de bollería industrial, de refrescos, de dulces y chocolatinas, embutidos y platos industriales…  A esto en mi pueblo le llaman, «a Dios rogando y con el mazo dando», aunque ahora que caigo también se le puede aplicar de aquello de “atar los perros con longanizas”.

No me gustan este tipo de planes cuando quienes dicen participar en la promoción de soluciones son parte del problema. Es como si, por ejemplo, un congreso internacional de bomberos estuviera financiado en mayor o menos medida por una asociación de pirómanos. Pirómanos que luego, por haber participado en el congreso se pondrían la medalla de estar colaborando con la integridad de nuestros bosques. Pirómanos que en una absurda y paranoica realidad recibirían el reconocimiento de las autoridades por su participación en este tipo de congresos. Esto no cabría en cabeza alguna.

Sin embargo, lo que sigue sin caber en ninguna parte aunque es real como la vida misma es que empresas como las antedichas reciban premios de la administración, en este caso de la desaparecida AESAN, por su “compromiso nutricional”. Me alegro por la empresa en cuestión, qué duda cabe (ejem), pero no deja de ser curioso que sean estas empresas quienes reciban este tipo de reconocimientos. Tal y como mencionaba en esta entrada (documental que no debes perderte) se hace difícil de comprender que los directivos de ciertas industrias alimentarias reciban premios por parte de la administración en base a “sus acciones emprendidas en pro de la salud”.

Por mi parte, no digas que no te aviso, el Plan HAVISA tiene pinta de ser poco, por no decir nada, eficaz para los fines propuestos y menos si como criterio de su éxito se toma en consideración variables como el número de vistitas a su web o las encuestas en torno a su, en realidad poco probable, utilidad. Todo ello en vez de usar como criterio de eficacia, por ejemplo, la evolución de los datos al respecto de las últimas encuestas nacionales de salud, tal y como sugiere de forma acertada esta newsletter del Grupo de Revisión Estudio y Posicionamiento de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas.

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Imagen: artemisphoto freedigitalphotos.net

Consumo de alcohol, cáncer y salud cardiovascular según la OMS (de nuevo)

Comentaba en la entrada de ayer la publicación de un nuevo informe del Organización Mundial de la Salud al respecto del consumo de bebidas alcohólicas y su impacto sobre la salud.

Es probable que si no has tenido el tiempo o la ocasión de echarle un ojo al informe completo te interese conocer qué hay de nuevo al respecto de algunos de los temas más candentes que afectan a la salud cuando del consumo de este tipo de bebidas se trata. En concreto lo que se refiere al impacto del alcohol, su origen, cantidad, forma de consumirlo y demás al respecto del cáncer y la enfermedad cardiovascular. Así pues…

Opinión de la OMS (2014) sobre alcohol y cáncer

En la página 12 del informe en cuestión se puede leer textulamente:

Se ha identificado el consumo de alcohol como cancerígeno en los siguientes tipos de cáncer: oral, nasofaringe, faringe, orofaringe, laringe, esófago, colon, recto, hígado y mama en mujeres. Además, es probable que cause cáncer de páncreas. A mayor consumo, más aumenta el riesgo de todos estos tipos de cáncer, teniendo en cuenta que incluso un consumo tan bajo como el de una bebida o menos al día implica el aumento significativo de algunos tipos de cáncer, como por ejemplo el cáncer de mama en las mujeres.

Opinión de la OMS (2014) sobre alcohol y enfermedad cardiovascular

La relación entre el consumo de alcohol y las enfermedades cardiovasculares es compleja. El efecto cardioprotector beneficioso de niveles bajos de consumo de bebidas alcohólicas para la enfermedad isquémica coronaria y el ictus isquémico desaparecen en el momento que hay ocasiones en las que se produce un consumo elevado. Por otra parte, y con independencia de la pauta de consumo [moderada vs elevada] el consumo de alcohol implica efectos perjudiciales sobre la hipertensión, la fibrilación auricular y el accidente cerebrovascular hemorrágico.

Todo ello sin mencionar otras enfermedades (neuropsiquíatricas, gastrointestinales, infecciosas…) para las cuales el consumo de alcohol (en relación o no con el patrón de consumo) implica un aumento importante del riesgo… y por no hablar de otras circunstancias que propicia su consumo en relación con la posibilidad de causar lesiones voluntarias (suicidio, violencia…) o involuntarias (accidentes de tráfico, laborales, etc).

Así pues, en mi opinión, el mensaje ha de ser claro:

A la hora de encontrar razones para argumentar el consumo de bebidas alcohólicas, deja la salud a un lado. Desde una perspectiva integral, y por este motivo, no se puede justificar.

Quizá te interese consultar:

El efecto del alcohol sobre la salud. La opinión de la OMS

¿Sabes si eres alcohólico?

Bebidas alcohólicas y salud: ¿Buena o mala relación?

¿Quién dice que la cerveza es buena para la salud?

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Nota: En otros blogs también se da cuenta de esta postura (incómoda para algunos) que refiere que en lo que respecta a la salud, no hay cantidad de alcohol, por pequeña que sea esta, que sea más beneficiosa que no beber alcohol. Si quieres puedes echarle un vistazo a este post de Julio Basulto ( ) en el blog Comer o no comer

Informe OMS 2014: consumo de alcohol y salud en el mundo

Alcohol OMS_2014La Organización Mundial de la Salud acaba de hacer público un nuevo informe al respecto de la situación general en el mundo en lo que se refiere al consumo de bebidas alcohólicas y su relación con la salud.

Supongo que, de nuevo, levantará bastantes ampollas entre todos aquellos productores, distribuidores y vendedores de bebidas alcohólicas, sean los que sean, ya que el consumo de este tipo de productos no vuelve a salir bien parado que se diga.

Puedes acceder al informe completo en este enlace. No es especialmente largo pero tampoco se puede catalogar de breve y por tanto me gustaría entresacar algunos de los datos que este informe pone de relieve. Tal y como explica el documento en sus primeras páginas se trata de un informe que a través de cuatro capítulos trata de: aportar una perspectiva general sobre consumo de alcohol y su relación con la salud pública (capítulo 1); aportar datos sobre el consumo de alcohol entre los distintos países y sectores de la población (capítulo 2); informar de las consecuencias que tiene para la salud el consumo de bebidas alcohólicas (capítulo 3); y las principales políticas que con mayor o menor responsabilidad aplican los distintos países sobre el consumo de bebidas alcohólicas (capítulo 4). El grueso del mensaje de cada uno de estos capítulos puede resumirse de la siguiente forma.

Capítulo 1: Consumo de alcohol y Salud Pública

  • El alcohol es una sustancia psicoactiva capaz de generar una dependencia. Las bebidas alcohólicas han sido ampliamente utilizadas en diversas culturas desde hace mucho tiempo. El consumo dañino de alcohol causa un número importante de enfermedades, y supone una carga social y económica para la sociedad.
  • Los factores ambientales son elementos clave a la hora de explicar tanto las diferencias como las distintas tendencias históricas en el consumo de alcohol, así como los distintos perjuicios ocasionados por su consumo. Entre esos factores condicionantes destacan el desarrollo económico y cultural, la accesibilidad de la población al alcohol y también la implicación y la eficacia de las políticas nacionales sobre su consumo.
  • Los daños relacionados con el alcohol dependen del volumen consumido, del patrón de consumo y, en raras ocasiones, la calidad de alcohol consumido.
  • El efecto perjudicial del alcohol incluye más de 200 posibles enfermedades y lesiones, entre las que destacan el alcoholismo, la cirrosis hepática y el cáncer.
  • Entre las últimas relaciones sugeridas por las investigaciones figuran aquellas que sugieren una relación [no causal, sino como elemento circunstancial] entre el consumo de alcohol y algunas enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH / SIDA.
  • Tanto en el panorama general mundial como en las distintas regiones y países se ha establecido una amplia variedad de estrategias y políticas para reducir el uso perjudicial del alcohol.

Capítulo 2: Patrones de consumo de alcohol

  • En 2010 el consumo de alcohol puro per cápita en todo el mundo fue de 6,2 litros entre la población de más de 15 años. Esto implica una cifra diaria de 13,5 gramos de alcohol puro al día.
  • Se estima que una cuarta parte de ese consumo (el 24,8 %) provenía de bebidas alcohólicas de fabricación casera o producidas y vendidas fuera de los controles gubernamentales. El 50,1% de todo el alcohol que se consume en el mundo y que sí se controla, se consume en forma de bebidas espirituosas.
  • El 61,7% de toda la población mundial de 15 o más años no ha probado el alcohol en el último año. En todas las regiones de la OMS se observa que la abstención de beber alcohol es mayor entre las mujeres que entre los hombres. Del mismo modo, también se observa unas diferencias significativas en la prevalencia de consumo de alcohol en las distintas regiones de la OMS.
  • Aproximadamente el 16,0 % de los bebedores de 15 años o más reúnen los criterios de un alto consumo de alcohol episódico.
  • En general, cuanto mayor es la riqueza económica de un país, más alcohol consume y menor es el número de la población abstemia. Como regla general, en los países con ingresos más altos se observan mayores consumos de alcohol per cápita y una prevalencia más alta de consumo episódico de alcohol entre los bebedores.

Capítulo 3: Consecuencias sobre la salud

  • En 2012, se produjeron unos 3,3 millones de muertes, (el 5,9% de todas las muertes a nivel mundial) a causa del consumo de alcohol.
  • Existen diferencias significativas por sexo en la proporción de muertes debidas al alcohol. De ese 5,9% mencionado, el 7,6% perteneció a los hombres y el 4,0% a las mujeres.
  • Además de los fallecimientos, también en 2012, se estima que el 5,1% de todas las enfermedades y lesiones que supusieron una merma importante en la calidad de vida (cerca de 139 millones de casos), fueron atribuibles al consumo de alcohol.
  • Los mayores porcentajes de fallecimientos y de años de vida sana perdidos con respecto a las expectativas atribuibles al consumo del alcohol se encuentran en la región europea de la OMS.

Capítulo 4: Políticas e intervenciones sobre el consumo de alcohol

  • Las políticas sobre el consumo de alcohol se desarrollan con el objetivo de reducir el su uso nocivo, así como para reducir los perjuicios sociales y sobre la salud atribuibles al alcohol en el marco de una determinada población o sociedad. Estas políticas se pueden estructurar en distintos planos: mundial, regional, multinacional, nacional y subnacional.
  • En los últimos años muchos países de la OMS han demostrado un mayor liderazgo y compromiso con sus políticas al respecto de la reducción del uso nocivo del alcohol. La mayor parte de los países que presentaron sus informes, indicaron tener políticas nacionales sobre el consumo de alcohol más estrictas en 2012 que en 2008, con límites de alcoholemia más estrictos.

Si quieres, quizá te interese consultar:

El efecto del alcohol sobre la salud. La opinión de la OMS

¿Sabes si eres alcohólico?

Bebidas alcohólicas y salud: ¿Buena o mala relación?

¿Quién dice que la cerveza es buena para la salud?

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