El nutricionista de la general El nutricionista de la general

"El hombre es el único animal que come sin tener hambre, que bebe sin tener sed, y que habla sin tener nada que decir". Mark Twain

Archivo de marzo, 2014

Nutrición-área 51: dentífrico para adelgazar… y no es broma (que exista)

cepillo de dientesSé que parece una broma pero, de nuevo, no lo es. Me tuve que frotar los ojos varias veces (que no los dientes) para contrastar lo que leía el otro día en una nota de prensa que me hicieron llegar. Comprobé el calendario: no era 28 de diciembre, tampoco 1 de abril (el particular día de los inocentes en otros países: April Fool’s Day o All Fools’ Day); me pellizqué, estaba despierto… es decir lo que leía tenía que ser real. Es decir, que había alguien que había puesto en el mercado una pasta de dientes que, además de dejarte los dientes como los chorros del oro… te ayudaba a adelgazar. De hecho, su principal argumento de venta, su slogan, es ese tal y como se puede contrastar en su página web:

 Dentifricio: ¡sonríe adelgazando!

Su propuesta para conseguir tal fin, su misterio, resulta que es algo tan elemental (no sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes) como dejar un regusto amargo en la boca y de esta forma evitar la propensión del usuario a seguir comiendo alimentos o bebidas ricas en azúcar… y de ahí el adelgazamiento. Claro, claro, claro. Puedes comprobarlo por ti mismo:

Se trata de un innovador producto multifuncional útil a preservar los dientes sanos y blancos y a mantener las encías en perfecto estado. Se caracteriza por una innovadora mezcla de aromas que confiere al producto un regusto amargo. Como es sabido en literatura científica, las sustancias dulces provocan una sensación agradable, en cambio el sabor amargo desfavorece la propensión al consumo de alimentos y/o bebidas ricos en azúcares.

Y como siempre un personaje ilustrado avalando el producto: su creador, en este caso un médico aportando el aval como ideólogo a semejante prodigio, el Dr. Giovanni Macrí, figura de renombre internacional, conocido en su casa a la hora de… cepillarse los dientes.

Por mi parte no se puede decir que no haya hecho los deberes, nada más tener la nota de prensa en la bandeja de entrada de mi correo, me puse en contacto con Servicios de comunicación, prensa y relaciones públicas del producto y, amablemente me puse a su disposición para recibir toda aquella información científica relevante que justificara semejantes alegaciones. La mujer de relaciones públicas del producto, solícita como pocas, me dijo que en unas pocas horas tendría esa información en mi correo. Nos despedimos cordialmente. Pasaron esas horas… también algunos días y, tras una semana volví a contactar con ella. Entonces me explicó que todos los artículos científicos referentes a este tema estaban publicados en italiano. Le contesté que no había problema, que además de contar con “google traductor” tenía una amiga cercana italiana y que me los hiciera llegar, estaría encantado de echarles un ojo. Me confesó entonces que en realidad solo había uno y que en breve me lo haría llegar. Pues bien, ha pasado otra semana de nuestra última conversación y el artículo sigue sin aparecer por mi correo. Mmmmmmm, a ver si como «artículo científico» estos señores y señoras se creen que debe servir esto.

En fin, no me voy a alargar ya demasiado. Una vez más, este producto pone de manifiesto el lamentable utilitarismo que se hace de la cuestión del sobrepeso y la obesidad. Como lamentable me parece también el mutismo del que hacen gala nuestras autoridades sanitarias ante estas cuestiones. Unas cuestiones con las que a algunos no les tiembla el pulso a la hora de promocionar en sus blogs con las más hilarantes explicaciones:

Lo bueno es que es 100% natural. Sus activos son aceites esenciales actúan por aromaterapia por vía bucal o sublingual. Al final, va ser algo parecido a las Flores de Bach pero en pasta de dientes.

Por último, ya me despido, dos propuestas. La primera, si crees que este tipo de propuestas te pueden ayudar a perder peso y ya te has comprado el spray de culo de mofeta, te sugiero que no te gastes más dinero en el dentifricio en cuestión y que te cepilles los dientes con él. La segunda, conocido el nombre de la agencia comercial que distribuye el producto con exclusividad en España y Portugal, que no es otro que el de SAY SMILE SL, sugiero que se lo cambien por otro más acorde con los productos que comercializan, por ejemplo SAY ROLF SL. Solo se trataría por mi parte de una irónica sugerencia, si no fuera por maldita la gracia que hacen en el fondo estas cosas.

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Imagen: imagerymajestic vía freedigitalphotos.net

Las aceiteras ¿irrellenables? un mes después: en general mal

Bien porque eres un fiel lector del blog, bien porque tú mismo te has percatado de los cambios acontecidos en el marco de la restauración colectiva en lo que respecta a las aceiteras, me imagino que ya te habrás dado cuenta que algo ha cambiado en este terreno. Hablamos de ello en estas entradas

Quizá sabes, como digo, que algo ha cambiado pero sin embargo no lo entiendes muy bien. Y no me extraña a juzgar por las diferentes formas que los distintos negocios han tenido para adaptarse (los que se hayan adaptado) a la nueva normativa (el Real Decreto 895/2013) por la que se establecen determinadas medidas de comercialización en el sector de los aceites de oliva y del aceite de orujo de oliva. En resumen, se supone que desde hace justo un mes, no se puede ofrecer al consumiudor el aceite de oliva en envases «rellenables» con independencia del tipo de negocio de hosteleria que se trate (el típico restaurante o cafetería, el comedor colectivo, institucional, etcétera)

No sé como ha sido tu experiencia en este tiempo, pero la mía se resume en que ese cumplimiento deja mucho que desear. Y conste que no es que esté a favor de la medida en sí misma, pero resulta curioso el contrastar las distintas estrategias que se estan siguiendo. Así, en líneas generales yo me he encontrado con estas “soluciones”.

1. Ofrecer el aceite de oliva en botellitas de unos 250 ml teóricamente irrellenables. Digo «teóricamente» porque de irrellenables no tenían nada de nada, al menos con las que yo me he encontrado. Cuando se piensa en este tipo de dispositivos adosados a la boca de una botella uno piensa en los típicos tapones irrellenables  de las botellas de licor. Pero no, en el caso de las botellitas de aceite estas tenían tapones en las que, en unos casos el sistema que impedía el rellenado era de risa, es decir, se podían rellenar con facilidad si se hace con tranquilidad (foto 1) y, en todos los casos, además, ese dispositivo era evitable a base de quitar con facilidad esa pieza de plástico, rellenar y volver a poner el tapón (fotos 1 y 2).

Aceiteras irrellenables pero poco

2. En otros casos, he contrastado la opción hacer desaparecer el típico convoy de antaño (aceitera, vinagrera, salero y pimentero) y dejar solo la sal y la pimienta (foto 3). En estos casos las ensaladas se servían ya aliñadas… Un despropósito para quienes nos gusta la ensalada (o lo que sea) aliñadas a nuestra manera, y más si la ensalada lleva ya apañada un tiempo, ya que el plato llega a la mesa nadando en una especie de agua vinagrosa muy poco aceptable. Solo si uno se ponía un poco terco, se le hacía servir una ensalada sin aliñar, acompañada de sobres mono dosis de aceite y vinagre (foto 4). Estos sobres son un coñazo, muchos se abren con dificultad, a veces sobra contenido (es decir, se despercidia); otras puede faltar, te pringas (propongo cambiar su nombre de «abre-fácil» por el de «pringa-seguro»), etcétera.

No aceiteras_si sobres

3. Y por último están los que han pasado olímpicamente de hacer cambio alguno y, como se puede contrastar en la foto 5 este el tipo de aceiteras que siguen usando. La imagen en cuestión está tomada en la terraza de una cafetería cercana a mi domicilio en la que se sirven desayunos a base de tostadas con aceite, tomate…

Aceitera de toda la vida

Otras estrategias posibles

Si eres un hostelero hasta el gorro de esta medida, no sé si considerar absurda, pero desde luego sí, irracionalmente arbitraria, te propongo algunas salidas para sortear esta medida y sin contradecirla, poder usar las aceiteras de toda la vida. Bueno, en realidad son dos estrategias una mejor que la otra, todo hay que decirlo.

1. Por un lado se trata de poner las aceiteras de siempre pero con un aceite que no sea de oliva. Recuerda que la norma afecta solo al aceite de oliva, así que si pones cualquier aceite de otro origen, adiós problema. Ya te digo que de los dos «trucos» había uno que me gustaba más que el otro y este es el que menos, no por la idoneidad desde el punto de vista de la salud de otros aceites como opción, sino en especial por sus cualidades organolépticas.

2. Por el otro lado se trataría de ofrecer un “aliño para ensaladas” elaborado con aceite de oliva en vez de un aceite de oliva «a secas». Es tan sencillo como poner en las aceiteras de toda la vida una ramita de tomillo, de romero o unas bolitas de pimienta… En estos casos el hostelero puede argumentar que el no ofrece aceite de oliva sino un aliño que el establecimiento prepara y dispone para el cliente. Piénsatelo, con una bolita de pimienta negra es suficiente.

Cualquier cosa antes de que nos tomen el pelo con aceiteras falazmente irrellenables, te den los típicos sobre con los que te vas a pringar seguro o te traigan una ensalada mal apañada.

¿Y tú, cuál ha sido tu experiencia con esto del (pretendido) adiós a las aceiteras de toda la vida?

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Cómo perder 7 kilos en 15 minutos o las fotos del antes y después

Sabes bien que no me gusta nada la utilización de fotos con el “antes” y el “después” para la promoción de productos y sistemas adelgazantes. Además, no se trata solo de una cuestión de gustar o no, si no también de hacer las cosas conforme a las normas. Y es que el uso de este tipo de recursos está, a mi modo de entender, prohibido en el Real Decreto 1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria.

Sin embargo, es una estrategia que campa a sus anchas cuando de promocionar un determinado sistema adelgazante se trata. Y lo peor, no es solo eso, que se haga, vamos a decir “honestamente”, me refiero sin manipulación; lo peor es cuando además se engaña de forma fraudulenta presentándonos un “después” irreal, falseado mediante técnicas informáticas para el tratamiento de la imagen, llámale Photoshop, morphing, o como quieras. Para muestra un botón:

No obstante, si no se disponen de estos medios también hay una serie de estrategias para mejorar tu “después” aunque este diste del “antes” apenas 15 minutos. Aquí tienes el ejemplo de una entrenadora personal australiana que aplicando unos sencillos trucos (con la forma de la pose, la ropa utilizada, y demás elementos de atrezo) obtuvo un resultado completamente diferente y… a partir de ahí, si quieres, a promocionar tu última crema adelgazante, tu gimnasio, o lo que quieras. Claro que al igual que ella siempre puedes utilizar estas técnicas para poner de manifiesto lo zafio de usar estas estrategias y denunciar lo sencillo que resulta falsear la realidad.

Ahora bien, si lo tuyo son cuestiones más creativas y para pasar el rato, siempre puedes preguntarte qué fue primero, si la pizza de pepperoni o la modelo en bikini

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Actualización: Me ha parecido muy interesante la aportación del primer comentarista, Ernie @ernie_aka (¡gracias!) que ofrece un mejor ejemplo si cabe de cómo manipular en poco tiempo las imágenes del antes y el después, y por tanto, la incluyo a continuación:

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Nota: quiero agradecer una vez a más a un buen amigo, Miguel Justribó (@migueljustribo ) el haberme hecho llegar varios de los recursos para esta entrada.

Por qué el queso huele a pies… ¿o era al revés?

PiesTodo el mundo se ha preguntado alguna vez por qué muchos quesos (no todos) huelen pies o a la inversa, un hecho incontestable que se pone de relieve cuando en ocasiones nos referimos a los “quesos” para referirnos a esa parte de nuestra anatomía que solemos vestir con zapatos. De hecho, hay quien afirma que “lo bueno” de la llegada de la primavera es ese olor a queso rancio y leche cortada tan habitual en el transporte público.

Sea como fuere la explicación de este hecho es muy conocida y lógica al mismo tiempo. Tanto en los quesos de verdad como en nuestros pies hay una serie de ecosistemas bacterianos muy similares con estirpes microbiológicas muy emparentadas. Así, en la elaboración de los distintos quesos intervienen bacterias y mohos que comparten género, cuando no son de la misma especie, que aquellas que habitan en nuestros pies. Estos micorganismos, tanto los de los quesos como los de los pies terminan por producir una serie de metabolitos especialmente aromáticos muy similares, por no decir idénticos que son los que asociamos tanto al producto que nos comemos como cuando estamos ante un par de buenos pinreles, especialmente si no se ha observado una mayor higiene sobre ellos. Entre otras, la sustancia que quizá más caracteriza ese olor es el ácido isovalérico. (Si quieres ampliar y profundizar en estas explicaciones te sugiero que visites esta entrada con un título prácticamente idéntico en el genial blog “Gominolas de petróleo@gominolasdpetro).

Esta respuesta como digo se conoce desde hace bastante tiempo, pero resulta que recientemente una encantadora microbióloga, Christina Agapakis, ha llevado la teoría a la práctica y ha realizado una propuesta artístico-científico-sensitiva un tanto ecléctica no apta para todas las sensibilidades. Ha elaborado una serie de quesos utilizando para ello cepas bacterianas obtenidas de distintas partes de la anatomía humana. Una de esas partes fue, evidentemente, los pies… pero también elaboró otros quesos con bacterias obtenidas del ombligo, las axilas y la nariz.

La propuesta no es más que un juego en el que se exhiben los distintos quesos que en ningún caso se elaboran con el fin de consumirse. En él, la elaboración de “queso humano” invita a los ciudadanos a reflexionar sobre los prejuicios de los alimentos, sobre todo en Occidente.

Te dejo aquí uno de sus vídeos más explicativos, aunque puedes ver mucho más de esta entusiasta micobióloga siguiendo este enlace (están en inglés y sin subtítulos, pero afortunadamente esta mujer habla bastante clarito) .

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Nota: Tuve el placer de conocer esta clase de trabajos en el reciente encuentro NAUKAS de la mano de Ignacio López Goñi en su genial ponencia “Prepara tu propio pintxo de microbios”.

Imagen: FrameAngel vía freedigitalphotos.net

“Secuencia alimentaria”, un minidocumental para la reflexión omnívora

Soy omnívoro, ya lo sabéis. Por tanto, consumo carne y sus derivados. Al mismo tiempo, a pesar de no practicarlo, puedo entender y compartir el vegetarianismo bien entendido, incluso el que utiliza los vegetales como única fuente alimentaria, el que llaman estricto, aunque la expresión en sí no me entusiasme.

Hoy te traigo un video que me figuro hará que unos cuantos se replanteen eso de ser omnívoro. De hecho, entre los diversos motivos por los que alguien puede terminar por abrazar el vegetarianismo hay muchos casos en los que se utilizan argumentos como los que vas a ver. Este miniducumental, mudo, pero elocuentemente visual, tiene la estética de una película de ciencia ficción; lo parece, pero va y no lo es. Es real como la vida misma. Aparecen vacas como si de protagonistas de Matrix se tratara; naves industriales de proporciones inabarcables que forman parte de la “secuencia alimentaria”; trabajadores-protagonistas de esta secuencia ¿inevitable? que parecen extraídos de una novela de Philip K. Dick… y por último, se señala una (al menos solo una) de las consecuencias probables.

No creo que te deje indiferente, son solo seis minutos. Por mi parte creo que seguiré siendo omnívoro, pero quizá menos o, si acaso, preguntándome si las cosas se podrían hacer de otra forma.

Por si el vídeo termina por desaparecer de Youtube, aquí te dejo un enlace en Vimeo para poder seguir viéndolo

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Nota: Llegué a trabar conocimiento de este video gracias a Carlos Ríos (@nutri_rivers) dietista-nutricionista cuando lo citaba animando a la reflexión en un post publicado por Josemi Castillo (@JosemidCastillo) al respecto de dar unos consejos breves para perder peso.

Nutrición-área 51: la hipnobanda gástrica como estrategia adelgazante

HipnosisAnimal_magnetism,_1814Enésima vuelta de tuerca al inagotable juego llamado “a ver con que chorrada te pillo ahora desprevenido y te clavo un sistema magufo para que pierdas peso” (vaya nombrecito). En fin.

Este novedoso sistema que hoy te traigo consiste en “instalarte” una banda gástrica mediante hipnosis. Para los que no estén al corriente les diré que la “banda gástrica” como tal, la de verdad, es una alternativa quirúrgica más dentro de la denominada cirugía bariátrica (de hecho, por “bariatría” se entiende el campo de la medicina que se especializa en el tratamiento de la obesidad). La cirugía bariátrica “de verdad” tiene sus pros y sus contras y, en determinadas circunstancias, podría constituir una interesante herramienta dentro del arsenal terapéutico contra la obesidad. Más en concreto, la técnica de la banda gástrica ajustable consiste en un implantar un dispositivo en la entrada del estómago de forma que se pueda regular “a voluntad” la cantidad de alimento que es posible comer con comodidad. Es una técnica que requiere cirugía tanto para colocarla como en el momento que se retira.

Sin embargo, la estrategia de la denominada como “hipnobanda” o banda gástrica virtual consiste según sus promotores en:

la  instalación de la Banda Gástrica Virtual Hipnobanda® en tu estómago con hipnosis. Conscientemente sabes que no tienes una banda gástrica porque no hay una operación. Pero con las técnicas de hipnosis, el subconsciente cree que sí y hace que tu estómago responda físicamente como si la tuvieses. De esta forma comes menos porque tu estómago es más pequeño y sientes saciedad rápidamente. Y así logras adelgazar y adelgazar hasta alcanzar tu peso ideal.

¿Cuánto efectiva es la hipnosis para adelgazar?

Independientemente de como la llamemos (hipnobanda, hipnoterapia, hipno-lo-que-sea) el uso de la hipnosis para adelgazar es bastante controvertido desde el punto de la evidencia científica y, siendo así, resulta chocante como sus promotores solo tienen parabienes a la hora de defender la eficacia de este tipo de técnicas. Y lo hacen si aportar la menor referencia científica de la eficacia de esta técnica. Sin embargo, no tienen el menor reparo en publicitar que “las más prestigiosas revistas internacionales ya se han hecho eco del método definitivo para adelgazar”… ¿sabes a que prestigiosas revistas internacionales se refieren? Pues a aquellas de divulgación general y que puedes encontrar el quiosco de cualquier esquina.

En realidad la ciencia tiene más dudas que certezas con respecto al empleo de este tipo de estrategias. Por ejemplo, en el artículo Complementary therapies for reducing body weight: a systematic review (Revisión sistemática de las terapias complementarias para adelgazar) se concluye, después de destripar numerosas de estas terapias alternativas que el uso en concreto de la hipnosis con estos fines obtiene resultados muy discretos y que son necesario más estudios aleatorizados y controlados (es decir, en condiciones) para poder sacar una conclusión tajante en cuanto a su eficacia real.

Y cuando se hagan, me temo lo peor… es decir, que no funcione, y ahora te explico mis razones para pensar así. Resulta que uno de los argumentos que estos señores hipnoterapeutas utilizan para “demostrar” la eficacia de la hipnosis en el tratamiento de la obesidad es referirse a los éxitos de este mismo tipo de estrategia para dejar de fumar. Y mira, va a ser que no. Lo digo por que un meta-análisis de la librería Cochrane, Hypnotherapy for smoking cessation (Hipnoterapia para dejar de fumar) concluye de forma bastante categórica que:

No se ha demostrado que la hipnoterapia [para dejar de fumar] tenga un efecto mayor en el plazo de seis meses sobre las tasas de abandono tabáquico que otras intervenciones o que incluso cuando no se sigue ningún tratamiento [Así pues,] los efectos positivos de la hipnoterapia para dejar de fumar hallados en estudios no controlados no han sido confirmados en estudios controlados y aleatorizados.

Y por último, tabaco aparte, no quiero dejar de mencionar el alambicado juego que se traen con esto de la hipnosis. Me refiero a que este tema, el de que te «hipnoticen» es más viejo que el tapón de corcho… sin embargo, ya se sabe, renovarse o morir; y en esta ocasión se ha hecho una especie de quimera intelectual, mezclando esta terapia alternativa con otra de la medicina convencional con el fin, me figuro de darle más empaque al asunto, o de que parezca algo novedoso (cuando no lo es). Un caso más del que hay múltiples ejemplos en esta industria del adelgazamiento «alternativo». Una pena una vez más.

Por tanto, y a modo de conclusión parece que estamos ante la típica terapia alternativa que:

  • Promueve soluciones simples ante un problema complejo,
  • Por lo ya visto, carece, a día de hoy, de la necesaria evidencia científica que sustente su efectividad,

Toc, toc, toc.., ¿hay en la sala alguien del Ministerio de Sanidad o más en concreto de la AECOSAN?

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Imagen: This file has been identified as being free of known restrictions under copyright law, including all related and neighboring rights vía Wikimedia Commons

Conoce tu gasto energético total (5): resumen y ecuaciones prácticas

Este último capítulo de la serie destinada al conocimiento teórico del gasto energético está destinado a hacer un poco de resumen de lo visto en las entregas anteriores y a proponer una serie de ecuaciones aplicables a la mayor parte de la población para ayudarles a estimar el mencionado gasto. Por tanto, quizá sería interesante que, si lo deseas, te pusieras al día sobre el tema en estos enlaces.

Mujer sexi haciendo pesas

Utilidad del conocimiento del gasto energético

Ya lo siento, pero tal y como comenté en la primera entrega de esta saga, la utilidad de conocer el gasto energético es, en general, muy escasa. Y si no me crees ten en cuenta la realidad de la mayor parte de personas. Supongamos que alguien ha obtenido, por el medio que sea, una estimación más o menos precisa de su gasto energético (con una ecuación como las que tienes más abajo). Bien, ya la tiene, pero ahora es cuando hay que preguntarse ¿sirve para todos los días; acaso todos los días mantenemos la misma temperatura corporal, no enfermamos, hacemos y comemos lo mismo? Ya sabes que no y también sabes que estas variables condicionan y no poco ese gasto. Por lo tanto esa estimación será muy orientativa y además para obtenerla habrá que ser conscientes que solo se han utilizado las variables más frecuentes (edad, sexo, nivel de actividad física –a su vez también estimado -, etcétera) Es decir, tal y como me preguntaban el otro día en los comentarios, las estimaciones no van a tener en cuenta la situación de, por ejemplo, el hipotiroidismo de una determinada persona. Es decir, la estimación, por muy buena que sea, no deja de ser una estimación (muy) general.

Ahora, supongamos que en vez de una “estimación” a partir de ecuaciones y modelos matemáticos tenemos una medición personal más o menos precisa del gasto. Esa medición se puede realizar mediante diversos procedimientos como por ejemplo la calorimetría directa o indirecta y el agua marcada doblemente (con todas las limitaciones inherentes a cada uno de ellos). Y entonces… vuelta a las mismas preguntas: ¿todos los días es igual, se hace lo mismo, etcétera? Otra vez, no.

Y por último, supongamos que contamos con una tecnología tal (que va a ser que no) que nos permita conocer constante y continuamente el gasto de una determinada persona. Siguiendo con las suposiciones, podría ser útil para aportarle con los alimentos la misma cantidad de energía gastada… pero ¿conocemos a su vez las calorías exactas de todas las muestras de alimentos que nos vamos a llevar a la boca? No; conocemos y tenemos tablas de composición de alimentos que nos orientan, más o menos el valor calórico y nutricional de cada alimento, pero nunca estaremos seguros, por ejemplo, si el chorizo que nos vamos a comer es idéntico al de las tablas. Es más, en el 99,9% de los casos no lo será. Cuestión esta que me recuerda a los problemas expresados en el relato futurista “Mesura; historia del nacimiento, vida breve, última cena y deceso del prototipo APPELDIET-3000 con el colesterol por las nubes; y que puedes consultar siguiendo el enlace.

Así pues, lo obtengamos como lo obtengamos contamos con un dato aproximado sobre el gasto energético para, luego comer o “repostar” al milímetro con los alimentos, pero con datos también aproximados. Por eso digo que me parece poco útil o al menos poco preciso el sistema.

Y es así, poco útil, cuando se es consciente de que la mayor parte de las personas ni sabe las calorías que gasta (ni siquiera de forma aproximada), ni sabe tampoco las calorías que ingresa con los alimentos. Entre esas personas están, que duda cabe, aquellas que conservan un peso adecuado en base a las recomendaciones, y entre ellas también un servidor. Yo no mido las calorías de lo que como… ni sé las que gasto. Pero me preocupo eso sí por gastar las más que puedo cuando puedo y por ingresar las menos posible dentro de unas circunstancias genéricas racionales.

Otros análisis del uso teórico del gasto energético

Box manEl principal peligro de tanta teoría (cuando se entiende mal) según pude constatar el otro día tras la publicación del cuarto capítulo referido al efecto termogénico de los alimentos es afirmar que “como comer gasta” nos lancemos desaforadamente al asalto de la despensa y el frigorífico a comer y, por tanto a “gastar” por este medio. Puede parecer desustanciado pero es la sensación que me dejó el ver algunos comentarios en Mondo Twitter.

Como te habrás dado cuenta, de todos los componentes del gasto el único en verdad modificable voluntariamente es aquel derivado de la actividad física. Así, que tengas un metabolismo basal acelerado o ralentizado es algo que, al menos a botepronto no vas a poder cambiar por mucho que te lo propongas. Es decir, muévete. Pero no solo ya por el hecho de gastar más energía (calorías) sino porque además los beneficios de la actividad física están más que contrastados.

Ecuaciones para estimar tu gasto energético total

Veamos, si al final te animas a eso de terminar por calcular tu gasto aquí te dejo una serie de modelos matemáticos (ecuaciones) para que lo puedas estimar. Me imagino que lo sabrás, pero quiero decirte que hay  infinidad de métodos para llegar a un resultado sobre el gasto energético total; pero estas las considero especialmente adecuadas estando extraídas del documento Dietary reference intakes for energy, carbohydrate, fiber, fat, fatty acids, cholesterol, protein, and amino acids

Para varones de 19 o más años, aplicar las siguientes ecuaciones en virtud de su Índice de Masa Corporal (IMC):

  • Varones con un IMC entre 18,5 y 25:

GET = 662 – (9,53 x Edad) + (AF x 15,91 x Peso) + (539,6 x Altura)

En los que AF es 1 cuando la persona es sedentaria; 1,11 cuando es poco activa; 1,12 cuando es activa; y 1,48 cuando es muy activa

  • Varones con un IMC de más de 25:

GET = 1086 – (10,1 x Edad) + (AF x 13,7 x Peso) + (416 x Altura)

En los que AF es 1 cuando la persona es sedentaria; 1,12 cuando es poco activa; 1,29 cuando es activa; y 1,59 cuando es muy activa

Para mujeres de 19 o más años, aplicar las siguientes ecuaciones en virtud de su Índice de Masa Corporal (IMC):

  • Mujeres con un IMC entre 18,5 y 25:

GET = 354 – (6,91 x Edad) + (AF x 9,36 x Peso) + (726 x Altura)

En las que AF es 1 cuando la persona es sedentaria; 1,12 cuando es poco activa; 1,27 cuando es activa; y 1,45 cuando es muy activa

  • Mujeres con un IMC de más de 25:

GET = 448 – (7,95 x Edad) + (AF x 11,4 x Peso) + (619 x Altura)

En las que AF es 1 cuando la persona es sedentaria; 1,16 cuando es poco activa; 1,27 cuando es activa; y 1,44 cuando es muy activa

En todos los casos: La edad se contabiliza en años; la altura en metros (por ejemplo 1,70); AF es el coeficiente de actividad física y GET, gasto energético total. El resultado vendrá expresado en kcal/día

A ver quién se atreve. A mí me salen 2610 kcal/día. Ya me diréis qué os sale a vosotros 😉

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Imagen: adamrstockimages vía freedigitalphotos.net (y sí, lo reconozco, las he puesto para llamar la atención)

Recetas, fiambreras, hijos y nutrición: resumen Cocin-ARTE

DSC_0007El pasado sábado, tal y como adelanté tuve el placer de ser invitado a participar en el I Congreso Cocin-ARTE que además contaba con el aliciente de contar en su “seno” con un encuentro NAUKAS.

En concreto mi participación se centró en el espacio dedicado a los blogs que con diverso enfoque se centran en esto del comer. Así con el título genérico de “Nuevas tendencias en blogs: cocina tradicional, para niños, tupper y nutrición” nos reunimos cuatro bloggeros  en concreto Dolors Mateu (@ladolorss), Celina Lozano (@CelinaCatering ), Marga Pradas (@mpradas) y finalmente un servidor. Me resultó muy gratificante contrastar la importante complementariedad de nuestros blogs en especial cuando tienen enfoques tan distintos.

Dolors Mateu presentó su babeante blog sobre recetas de cocina conocido como “Blog de cuina de la Dolors” (directo para que nadie se despiste y sepa qué va a encontrar entre sus páginas). Ni que decir tiene el hambre que nos despertó a todos con miles de recetas espectaculares, todas muy realizables y detalladas al milímetro para que el lector no se lleve sorpresas. Me pareció muy de destacar la calidad de las fotos de las recetas ya terminadas y que piden a gritos ¡cómeme! El blog es muy práctico y se pueden realizar búsquedas por ingredientes principales, por categorías… una delicia que te puede servir para sacar ideas y completar, quien sabe, ese recetario que te animaste a confeccionar a partir de esta entrada.

El blog que entre otros conduce de Celina Lozano y nos presentó este viernes se llama Baby recetas, que como su propio nombre aclara está dirigido, sobre el papel, a aportar ideas a padres con hijos, las prisas, las posibles recetas, etcétera. En resumen, se trata de ayudar en ese ¿complejo? mundo de la cocina infantil. Como bien sabes, un tema que se aborda en no pocas ocasiones en este blog, tal y como puedes comprobar siguiendo este enlace. Sin embargo, es preciso mencionar que un servidor no coincide con la forma de abordar algunos de los contenidos de este blog.

Por su parte Marga Pradas nos presentó su eminentemente práctico y muy apetitoso también L’hora del tàper (La hora de la fiambrera) destinado a aportar ideas a todos aquellos que, cada vez más comen fuera de casa y se van con la fiambrera a cuestas. Ideas originales y variadas, más recetas, para aunar en cierta medida, cocina, ahorro y gastronomía; una estrategia de la que, como sabes, soy firme defensor. El blog, eso sí, está íntegramente escrito en catalán.

Y para cerrar las intervenciones como decía, este que te escribe todos los días presentó su blog del que a ti, querido lector, poco necesitarás que te hable a estas alturas. Muy en resumen de centré en relatar las áreas temáticas de su contenido, además de intentar hacer un poco agradable a los asistentes su presencia con un poco de humor, citando muchas de las entradas que ya conoces.

Nota: Es imprescindible no dejar de mencionar el inmenso placer de haber podido asistir a un evento NAUKAS y tener a la vez la posibilidad de desvirtualizarme con tanta y tanta gente que solo conocía a través de las redes sociales. No pienso citar a ninguno de ellos porque correría el riesgo de olvidarme a otros. Fue, como digo un auténtico placer y más oírles en sus correspondientes intervenciones con la cocina, la gastronomía y la nutrición como tema de fondo. ¡Un gustazo!

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Imagen: Juan Alfonso Revenga Caso

A vueltas con la caducidad de los alimentos

Parece mentira que a estas alturas aun andemos así. Me refiero a eso de no tener las cosas claras en cuanto a las indicaciones que normalmente llevan los alimentos sobre su fecha de duración mínima, fecha de caducidad y demás. Lo digo porque hace unos pocos días la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) hizo público un informe al respecto de estas cuestiones en el que el conocimiento general sobre el tema no salió nada bien parado. Para que te hagas una idea cito solo dos de sus muchas e interesantes conclusiones:

  • Uno de cada tres consumidores dice usar “si no han pasado muchos días” los alimentos que han sobrepasado la fecha de caducidad.
  • Un 39% no conoce con exactitud el significado o las implicaciones de la fecha de caducidad

Caducidad

Por eso, me pregunto yo, si con un tema a priori tan básico y sencillo no lo tenemos todo lo claro que las circunstancias merecen… qué será de otras cuestiones objetivamente más complicadas circunscritas también al marco de la compra, venta y uso de los alimentos (información nutricional, declaraciones de nutrientes, alegaciones de salud, origen del alimento, lista de ingredientes…)

Por eso me he propuesto empezar una de mis adorables sagas de entradas dirigidas al mejor conocimiento de estos temas, en especial también por la próxima aplicación del Reglamento Europeo 1169/2011 Sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. Y digo bien aplicación (13 de diciembre de 2014) porque ya está en vigor aunque actualmente estemos gozando (ya acabando) de un periodo de gracia desde esa entrada en vigor.

Caducidad

Más de uno debería tentarse la ropa (industria alimentaria grande o pequeña, establecimientos de restauración de cualquier tipo, comercios de distribución de alimentos, etcétera) porque este reglamento viene con muchas sorpresitas. Todas ellas con el fin de proteger y mejorar esa información que obtiene el último eslabón de la cadena, los consumidores, y que me temo sea el más débil. Ya veremos también con qué éxito. Iremos por tanto desgranando una a una todas ellas o al menos una buena parte, porque ya digo que tienen su enjundia. Vayamos pues con el tema de las fechas.

Qué implica, cómo debe expresarse y qué alimento debe incluir una fecha de duración mínima (consumo preferente)

Tal y como señala el mencionado Reglamento, la fecha de duración mínima o cualquier otra expresión de similar significado (por ejemplo “consumir preferentemente antes del…”) es la fecha hasta la cual se considera que el alimento conserva sus propiedades específicas cuando se almacena correctamente. Esto quiere decir que se podría consumir un alimento una vez superada la fecha de consumo preferente sin poner en riesgo la salud. Ahora bien, eso no quita para que su sabor, aspecto, textura, etcétera estén alterados y sean los más adecuados para ser ingeridos.

La fecha en concreto consistirá en la indicación clara según este orden: día, mes y, eventualmente, año con el siguiente formato dependiendo del tipo de alimento que se considere. Así, aquellos alimentos:

  • Cuya duración sea inferior a tres meses, bastará con indicar el día y el mes,
  • Cuya duración sea superior a tres meses, pero sin sobrepasar los dieciocho meses, bastará con indicar el mes y el año,
  • Cuya duración sea superior a dieciocho meses, bastará con indicar el año.

Habrá además algunos alimentos que estarán exentos de la obligación de usar o de ofrecer al consumidor una fecha de consumo preferente, entre ellos y a modo de ejemplo: las frutas y hortalizas frescas, incluidas las patatas, que no hayan sido peladas, cortadas o sometidas a cualquier otro tratamiento similar […]; los vinos, vinos de licor, vinos espumosos, vinos aromatizados y productos similares obtenidos a partir de frutas distintas de la uva […];las bebidas con una graduación de un 10 % o más en volumen de alcohol; los productos de panadería o repostería que, por su naturaleza, se consumen normalmente en el plazo de veinticuatro horas después de su fabricación; los vinagres; la sal de cocina; los azúcares en estado sólido; los productos de confitería consistentes casi exclusivamente en azúcares aromatizados o coloreados; las gomas de mascar y productos similares de mascar.

Qué implica, cómo debe expresarse y qué alimento debe incluir una fecha de caducidad

Por su parte, en el caso de alimentos microbiológicamente muy perecederos y que por ello puedan suponer un peligro inmediato para la salud humana después de un corto período de tiempo se utilizará la expresión de “fecha de caducidad”. Así, y según dice el Reglamento, rebasada la “fecha de caducidad”, el alimento no se considerará seguro. Es decir, y a diferencia de la fecha de consumo preferente, superada la fecha de caducidad el alimento podría ocasionar algún perjuicio para la salud y no debe consumirse en ningún caso.

Al mismo tiempo la fecha de caducidad se completará con una descripción de las condiciones de conservación que habrán de respetarse en cada producto.

Fecha de primera congelación

Esta es una de las novedades que incluye el Reglamento 1169/2011, la obligación de que el fabricante incluya la fecha de congelación o de primera congelación (cuando sean productos sometidos a más de una) en especial en el caso de las carnes congeladas, preparados cárnicos congelados y productos de la pesca no transformados congelados. Esta fecha, aclara la norma, no podrá estar codificada, es decir habrá de dejar claro al consumidor su significado.

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Nota: El pasado domingo, con este mismo tema de fondo, participé en la tertulia del programa de RNE “No es un día cualquiera” conducido por Pepa Fernández, junto a Yolanda Quintana (@y_quintana ), representante de CEACCU y José María Iñigo. Aquí puedes escucharlo.

Imagen: Sir James vía Wikimedia Commons.

¡Más fresco que una lechuga… viva!

Las lechugas, no sé muy bien porqué, son utilizadas como prototipo de lozanía, vivacidad, plenitud, jovialidad, salud… al fin y al cabo frescura, y es lo que ha quedado haciendo bueno el dicho ese de “más fresco que una lechuga”. Digo que no lo sé muy bien ya que desconozco cuanto más frescas son las lechugas que, por ejemplo, las espinacas, los berros, la rúcula las berenjenas o un frondoso ramillete de brócoli.

Bien, sea como sea y dando por bueno el dicho, al parecer y a partir de ahora (y mira que no me parece mal) habrá que matizarlo. Ya que el otro día me tropecé, literalmente (no las buscaba y, además estaban puestas a nivel del suelo) con una novedosa forma de comercialización de esta suculenta y verdosa forma de entender habitualmente las ensaladas. Te estoy hablando de “lechugas vivas”.

Lechugas vivas

Como lo oyes, lechugas que se venden con todo el cepellón de su raíz inmersa en agua, más en concreto en un cultivo hidropónico. Y tú te preguntarás… ¿Qué gaitas es eso de un cultivo hidropónico?

No te lo puedo negar, cuando se habla de cultivos hidropónicos mi cabeza se retrotrae de forma mecánica a la saga “Fundación” de Isaac Asimov, primera vez que trabé con este hidropónico palabro. Mitad por la originalidad de la sorpresa y mitad por la evocación de esas jubilosas (y juveniles) lecturas de ciencia ficción, quizá por todo ello, no podía dejar de dedicarle un post a las “lechugas vivas”. Bueno, por eso y porque, todo hay que decirlo, en mi opinión (y la de Carolina, mi pequeña gourmet de 5 añazos), una vez en el plato, este descubrimiento ha supuesto un gratificante valor añadido ya que estaban espectaculares (al menos las que me llevé a casa)

En general, la hidroponía, es decir, los cultivos o la agricultura hidropónica, consiste en un método utilizado para cultivar plantas usando soluciones minerales en vez de suelo agrícola.

Creo que no merece la pena aburrirte con más explicaciones de las necesarias y te dejo con un vídeo al respecto de las famosas “lechugas vivas” de mano del propio distribuidor y fabricante, el mismo de aquellas con las que yo he tenido el gusto de tropezarme y catar.

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Nota 1: Con el fin de mantenerla el mayor tiempo viva y habida cuenta de su volumen y del consumo que hacemos en casa, yo he optado por, sin quitarle la raíz (tal y como sugiere el vídeo) arrancar desde fuera y hacia dentro aquella cantidad de hojas necesarias para nuestra ensalada.

Nota 2: Solo el azar ha querido que precisamente el mismo día que yo me tropezaba y cataba en mi cocina estas lechugas una buena seguidora de “mondo twitter” (Raquel Blasco @RaquelBlascoR) me hiciera un comentario sobre ellas, en especial, frente a la “ridiculez” de comparar esta opción con aquellas “más saludables”… al menos en su aparente forma de comercializarse. Sin comentarios.